sábado, 1 de noviembre de 2014

Los posmodernos

Pregunta el periodista

Què n'opina dels atacs lingüístics al català?

Obsérvese que la pregunta supone dar por supuesto que hay “ataques lingüísticos” al catalán. Es decir, no ataques físicos o ataques verbales. “Lingüísticos” significaría, en realidad, que se escribe o se habla incorrectamente el catalán. Como cuando decimos que Fulano le da patadas al diccionario. Pero no es eso lo que dice el periodista. Se refiere a que el Gobierno español o el gobierno balear, en este caso, están tomando medidas que impiden a los catalanoparlantes expresarse en su propia lengua. Al plantear la cuestión en esos términos, no se discute ya de si esos ataques existen o no y el entrevistado puede opinar acerca de las causas de un fenómeno cuya existencia no se discute.

Y he aquí la respuesta:

És un problema d'hegemonia perquè durant molts segles, a Espanya, quan el castellà s'ha trobat altres llengües regionals, les altres llengües sempre han hagut de renunciar. I des de fa un temps no és sempre l'altra llengua la que renuncia. Molta gent no vol renunciar, perquè per fer-ho has de ser generós i no ho són, aquí a les Balears hi ha molta gent que no és generosa com per renunciar a l'hegemonia lingüística.

De nuevo. La hegemonía del castellano en toda la península ibérica excepto en Portugal se debe a su hegemonía militar, política y cultural durante siglos en los que los derechos humanos no existían y el ganador tenía derecho sobre la vida y la muerte del perdedor. Nada que no haya ocurrido en todo el mundo y con todas las lenguas normalizadas antes del siglo XIX. De manera que la “renuncia” por parte de las otras lenguas que competían con el castellano, aparte de un antropomorfismo poco aceptable, no tiene nada de particular. No renunciaron los que las hablaban. Simplemente, murieron o fueron sometidos o reconocieron que era preferible hablar la lengua del ganador. Ni las lenguas renuncian a nada ni uno es generoso porque renuncie a hablar la propia lengua. Lo hace por conveniencia, necesidad o imposición. Hirschman dejó de hablar y escribir alemán – su lengua materna – y siempre se consideró “en casa” con el francés a pesar de que vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos.

Lo que quieren algunos es cambiar la Historia porque, en esa Historia, sus posiciones – la de que en Cataluña o Baleares el catalán debería ser la lengua hegemónica – perdieron. Igual que se perdió Cuba. Y llevamos treinta y cinco años siendo generosos y obligando a niños que hablan castellano en su casa a hablar catalán en la escuela. Por generosidad y en aras del consenso. Y la respuesta ha sido la de calificar de fascistas y de “ataques a la lengua” cualquier medida que asegure el derecho individual a recibir, en tu propio país, la educación en tu lengua materna. Hay que pasar página y no tratar de volver a la Edad Media.

11 comentarios:

Àlex Plana Paluzie dijo...

Cuando se habla de estos temas depende de dónde se centre el análisis cambia mucho la percepción del lector u oyente y, en consecuencia, para lograr una visión objetiva hay que analizar y conocer todas las preguntas y respuestas.

Sólo se pueden analizar aspectos concretos cuando se conocen todas las variables o la opinión creada será sesgada y, justamente en el tema del catalán, en España se ignora mucho.

Por ejemplo, si ponemos el foco en los ciudadanos del resto de España que se trasladan a Cataluña, entran en juego derechos fundamentales de estos padres, junto a los hechos históricos, pragmatismo, etc. Sin embargo, hay que atender también a otros aspectos, como la riqueza cultural, los derechos históricos de Cataluña o la preservación de un territorio con el catalán como lengua común (en este sentido interesa el concepto de lengua minoritaria y el plurilingüismo de España).

Es decir, hay que ponderar los distintos derechos, intereses y consecuencias de aplicar una política u otra. La mayoría de la gente sólo analiza los intereses y derechos en juego sin ponderarlos con el resultado. Por ejemplo, si el derecho de estudiar sólo en castellano en Cataluña puede resultar en la desaparición del catalán como lengua principal de Cataluña, es muy probable que la escuela en Cataluña deba darse principalmente en catalán. El coste de esta política es obligar a quienes se trasladan en Cataluña a estudiar en catalán, coste menor que el resultado de no apoyar el catalán. Por coste aquí entenderíamos tanto aspectos económicos como culturales.

Evidentemente, si en Cataluña no se aprendiera el castellano, el análisis de los derechos, intereses y consecuencias cambiaría; pero, como bien sabemos todos los que vivimos en Cataluña, aquí se habla y escribe mucho mejor en castellano que en catalán.

Saludos

Andrés dijo...

Creo que Alex se equivoca cuando entiende que el problema es, simplemente, el de garantizar la educación en castellano a los que se trasladan a Catalunya. Olvida la existencia de cientos de miles de catalanes, nacidos en Cataluyna para los que su lengua vehicular, la que hablan en casa con sus padres y hermanos, es el castellano. Lo bueno de un lugar tan rico culturalmente como es Cataluña, es tener dos lenguas. El bilingüismo es un activo que se debe promover. El error es que el bilingüismo ataca al catalán. Si el idioma catalán no pudiera sobrevivir en un entorno de libertad y de libre elección, el problema no sería de ataques o de opresión.

Àlex Plana Paluzie dijo...

Andrés,

Es cierto que no sólo se trata de quienes se trasladan a Cataluña, aunque sí son los que suelen estar interesados en educar a sus hijos en castellano y consideran el catalán como una riqueza cultural innecesaria o que puede perjudicar su nivel de castellano (algo que no es cierto). El resto de casos son muy excepcionales. Cuando dices que hay muchos catalanes con el castellano como lengua materna tienes razón, pero estos catalanes aceptan que la lengua vehicular en la escuela sea el catalán. El conflicto viene de los recién llegados o de quienes vienen por períodos temporales o que tienen intención de dejar Cataluña en un futuro corto/medio.

En cuanto a los ataques yo no he entrado en este tema (y no dio que no los haya). Como has dicho: "Si el idioma catalán no pudiera sobrevivir en un entorno de libertad y de libre elección, el problema no sería de ataques o de opresión" y justamente aquí está el punto que a, al menos a mí, más me interesa.

Fernando Gómez Pomar dijo...

Mi comentario no se refiere a la cuestión de la política educativa y de la conciliación de la inmersión con los derechos individuales. Se refiere a la realidad lingüística de Cataluña. Àlex Plana dice que es preciso considerar que (con inmersión y todo, añadiría yo) en Cataluña se habla y escribe mucho mejor en castellano que en catalán.
20 años corrigiendo exámenes de estudiantes catalanes y la mera observación de la realidad no indican eso, ni mucho menos.
Entre los mayores de 45 años, sin duda prevalecen, de largo, quienes escriben mejor en castellano. La razón es muy sencilla: el sistema educativo, donde se aprende y se ejercita la escritura, era íntegramente en castellano, salvo contadísimas excepciones hasta comienzos de los 80.
Pero desde entonces el énfasis del sistema educativo se ha puesto en el catalán, y sería altamente improbable que, al menos la escritura, no fuera mejor en catalán que en castellano. La mayoría de mis alumnos, tanto en mis clases en inglés como en castellano, escriben sus exámenes en catalán, lo que indica a las claras que es la lengua en la que se expresan con mayor comodidad. Y eso vale también para quienes tienen el castellano como lengua materna.

Lo anterior, por lo demás, en una zona fuertemente bilingüe como es Barcelona. En la mayor parte del territorio catalán (no en términos de población pero si de extensión) hay prácticamente monolingüismo en catalán. Este verano, en la Garrotxa, no había prensa en castellano en los quioscos, y me explicaron que era (lógico) porque no había suficiente demanda.
No entro a valorar esta situación, pero no me parece lo mejor que basemos nuestras apreciaciones sobre las distintas alternativas en apreciaciones incorrectas o ya pasadas de la realidad.
hasta

Gabriel Doménech Pascual dijo...

Ese derecho a elegir me resulta atractivo, pero no sé si es posible o conveniente garantizarlo a toda costa. En la Comunidad Valenciana se da el fenómeno contrario, con la diferencia de que el número de afectados es mucho mayor que en Cataluña. Hay una gran demanda insatisfecha de educación en valenciano. La Generalitat no asegura el derecho individual de miles de personas a recibir en su propio país la educación en su lengua materna.

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

De acuerdo. Bilingüismo o trilingüismo über alles.

Anónimo dijo...

"Unamuno, Del Vascuence: "Conviene decir ante todo que hoy son más los vascos que tienen
el castellano por lengua habitual y que en catellano piensan.
En las villas y ciudades de Cataluña, todo el mundo, incluso
las gentes de carrera, hablan catalán; en las villas de las
Provincias Vascongadas, aun donde se habla vascuence, el lenguaje
corriente de las personas de carrera y de mucha parte
de la clase media es el castellano. Hay más, y es que se verían
apurados para seguir ciertas conversaciones en vascuence. Es
suficiente éste mientras se hable de cuanto constituye la vida
del labrador; pero no sé cómo se habría de discutir en él de
arte o de ciencia. Cuando por excitación de los abogados catalanes,
el Colegio de Abogados de San Sebastián discutió si se
habría de pedir o no a los poderes públicos el que se dejara
informar en vascuence ante la Audiencia, no faltó quien hiciera
notar que se verían apurados para hacerlo algunos de los
que lo pedían."

y en fin... "Algo se ha adelantado, pero no es mucho, y aun hoy reaparecen
los pasados delirios, sobre todo desde que las pasiones regionalistas
envenenan lo que debiera ser desinteresada y serena
investigación. Es lo peor que encuentro al regionalismo. Que
pida lo que quiera, y mejor que pedir que lo arrebate si puede;
pero que no nos envenene, por Dios, como lo hace, la historia,
la etnografía, la lingüística. Y las envenena, tanto en mi país
como en Cataluña."

AMÉN

Anónimo dijo...

Efectivamente, el ganador se lo lleva crudo. Antes y ahora.

Lo que pasa es que ahora, Castilla es la perdedora, y por eso su lengua desaparece de Cataluña. Quizá más por demérito propio que por mérito ajeno.

Lo difícil no es ganar, sino mantenerse. En eso, la cultura castellana ha fracasado. Nunca ha podido articular un soft power eficaz. Quizá Castilla tuvo alguna vez conciencia de si misma. Pero ha mucho ya que no.

Los tiempos cambian y nada es para siempre. Ya lo decía Demócrito.

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Anónimo, habrá que asumir la derrota con honor. Pero no hay por qué aguantar que a uno lo llamen imbécil y eso es lo que pretenden algunos nacionalistas.

Anónimo dijo...

Cuando se refiere a "aguantar que a uno le llamen inmbecil,"Se refiere a los nacionalistas españoles o castellanos?

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Evidentemente a los nacionalistas que pretenden que los hispanoparlantes renuncien generosamente a hablar su lengua materna o a que sus hijos sean escolarizados en su lengua materna.

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