domingo, 27 de noviembre de 2016

Cuando el que explota a los proveedores es precioaceptante en el mercado aguas abajo

¿Por qué decayó el comercio de los tejidos de algodón indios a finales del siglo XVIII coincidiendo con el dominio jurídico, político y económico de la East India Company sobre buena parte del subcontinente indio? La literatura se ha centrado en las interacciones entre los tejedores indios y la EIC y en la explotación de los tejedores por parte de la EIC gracias a su condición de comprador monopsónico o casi monopsónico, posición que le permitió reducir los precios que pagaba a los tejedores. No hay estudios, sin embargo, sobre los efectos que los cambios en los mercados internacionales tuvieron sobre la industria textil india.

Lo que los hechos indican es que coincidió en el tiempo (i) el dominio de la EIC sobre la India; (ii) el aumento de productividad de las fábricas textiles inglesas y (iii) la reducción de la cuota de mercado de los productores indios en el comercio internacional de tejidos de algodón. Dice la autora que el progreso tecnológico de la industria textil británica fue decisivo. Se produjo como un fenómeno típico de sustitución de importaciones, lo que indujo a invertir en tecnología sustitutiva de mano de obra (tecnología) pero que requería inversiones elevadas de capital, lo que permitió compensar la diferencia de salarios en Inglaterra e India (5-6 veces mayores los ingleses), lo que, a su vez, redujo la ventaja competitiva de la producción india.
La autora argumenta que el dominio de la EIC sobre la India no determinó la decadencia de los productores indios en el comercio internacional. De hecho, los datos que aporta indican que, a finales del siglo XVIII, la EIC no conseguía exportar desde la India las cantidades deseadas, lo que implicaría que los tejedores indios no se veían obligados a vender su producción a la EIC y podían hacerlo a otros compradores. La razón se encontraría en que la EIC, a su vez, no controlaba el mercado británico en el que era precioaceptante.Y si no podía conseguir precios más altos en Londres, difícilmente podía pagar precios más altos en India. Pero, además, la EIC tenía competidores en el lado de los compradores, sobre todo, en el mercado extraeuropeo. Así, la compañía holandesa (VOC) en el comercio intraasiático y los comerciantes armenios.

¿Cómo se hacían los pedidos? Mediante adelantos a los tejedores con los que éstos compraban la materia prima – el algodón – y atendían a sus necesidades. Los adelantos los daba el agente comercial de la EIC a quien estos encargaban la provisión de los tejidos para exportar a Europa. Esta forma de comercio daba una ventaja al tejedor: podía entregar tejido de menor calidad del demandado y si era rechazado por la EIC, venderlo en el mercado local o regional. De forma que, hasta 1750, los tejedores estaban en buena posición negociadora. Los incentivos de los tejedores para actuar así dependían del hecho de que un préstamo – como forma alternativa de financiación – habría acarreado interés; de encontrar compradores alternativos y de las sanciones que pudiera imponer la EIC a los tejedores incumplidores que, a finales del siglo XVIII incluían la confiscación de sus bienes y multas lo que provocó el endeudamiento de por vida de muchos de ellos con la compañía.

Pero la coincidencia de la toma de control de la India por la EIC y la decadencia de la industria textil india no se debe – dice la autora – a que la posición negociadora de la EIC fuera ahora dominante respecto de los tejedores (que lo fue desde fines del siglo XVIII) sino a la evolución de la producción inglesa y de los mercados internacionales: la demanda europea se redujo, se hizo más exigente y la EIC resultó incapaz de satisfacerla porque los precios que pagaba a los tejedores no cubrían los costes de éstos pero no podía pagar más porque era precioaceptante en los mercados europeos, donde concentraba buena parte de sus ventas. Y los precios en los mercados europeos bajaron a finales del siglo XVIII precisamente por “el cambio tecnológico en Gran Bretaña y la creciente productividad de los trabajadores ingleses”.

Bishnupriya Gupta, Competition and control in the market for textiles:The weavers and the East India Company, 2009

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