Apelles, el gran pintor griego que vivió en el siglo IV a. C. entre Éfeso y Coo, era muy diligente en practicar diariamente para no perder destreza y seguridad de la mano. De él dice Plinio el Viejo (Nat. Hist. 35.84) que no dejó nunca, cualesquiera que fueran sus otras ocupaciones, de dibujar al menos una línea cada día ("Apelli fuit ... perpetua consuetudo, nunquam tam occupatum" diem agendi, ut non lineam ducendo exerceret artem »). Esta forma de comportarse, agrega, se convirtió en proverbial. Y el proverbio que se formó en los siglos siguientes (podemos agregar hoy) fue: «nulla dies sine linea», ningún día sin practicar tu profesión.
“Reading and thinking. The beauty of doing it, is that if you’re good at it, you don’t have to do much else" Charlie Munger. "La cantidad de energía necesaria para refutar una gilipollez es un orden de magnitud mayor que para producirla" Paul Kedrosky «Nulla dies sine linea» Antonio Guarino. "Reading won't be obsolete till writing is, and writing won't be obsolete till thinking is" Paul Graham.
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