Aunque el negocio básico de las casas de empeño era proporcionar préstamos de pequeña cuantía a los residentes urbanos en ciudades comerciales. Por ejemplo, Pekín tenía miles de casas de empeño, y Linqing, un centro comercial a lo largo del Gran Canal, también contaba con cientos de casas de empeño. (también financiaban a los comerciantes)... Los comerciantes podían obtener capital circulante en las casas de empeño, usando las mercancías como garantía, Además, eran casas de cambio.
Los comerciantes de Huizhou operaban en regiones lejanas, lo que generaba riesgo para quienes, en Huizhou, les prestaban dinero o hacían negocios con ellos... Para reducir ese riesgo, existía una práctica informalsegún la cual, si un comerciante de Huizhou incumplía, las autoridades podían presionar a su familia o clan en el lugar de origen. Esto no era una norma codificada con precisión, sino una expectativa social y administrativa: la familia podía ser “involucrada” en el litigio, sufrir sanciones o verse obligada a contribuir a la solución. Para los acreedores, esto funcionaba como una garantía: el comerciante no podía simplemente desaparecer, porque su familia quedaba expuesta. Para la familia, significaba un riesgo colectivo: la reputación y los bienes familiares podían verse comprometidos... las autoridades o la comunidad podían ejercer presión sobre el grupo local relacionado con el infractor.
Cuando un comerciante foráneo hacía negocios en una región, solía haber intermediarios locales que facilitaban la operación. Si el comerciante incumplía, los jueces tendían a imponer responsabilidad a esos intermediarios, porque eran considerados garantes implícitos. Esto protegía al comerciante no local frente a abusos, pero también generaba incentivos para que los intermediarios vigilaran la conducta del foráneo.
En Occidente, también existía la institución de la responsabilidad colectiva pero, a diferencia de China, a los que se hacía pagar no era a los parientes del comerciante moroso, sino a los de su "nación", es decir, si un genovés dejaba de pagar a un comerciante londinense en Londres, los comerciantes londinenses boicoteaban a todos los comerciantes genoveses en Londres. V., Sancionar al grupo para inducir el cumplimiento individual. Y también existió la práctica de la "amistad mercantil" que llevaba a un comerciante local a pagar las deudas de un comerciante foráneo. Cuando el crédito lo es todo, la reputación de buen pagador, también.
Sobre esta base, los autores dicen que el sector financiero, a finales de la dinastía Ming, había alcanzado el nivel superior descrito por Braudel que permite calificar a una Economía como capitalista.
Por desgracia, la prolongación de las guerras, las hambrunas y la fuerte carga fiscal derivada de la presión del gasto militar dañaron gravemente el comercio y las finanzas durante los últimos años de la dinastía Ming y los primeros de la dinastía Qing. Aunque la crisis llevó al Estado a prestar mayor atención a los recursos financieros de los comerciantes, los esfuerzos fiscales de la corte Ming no se tradujeron en éxitos militares; el efecto negativo directo de las guerras civiles y de los conflictos entre las dinastías Ming y Qing fue mucho más severo y contrario al modelo de Estado fiscal-militar prevalente en Europa en el mismo período. Sin embargo, cuando el orden social se estabilizó, el sector financiero se recuperó rápidamente y adoptó una nueva configuración en el siglo XVIII.
Los bancos locales sustituyeron a las casas de empeño en el siglo XVIII
... Con el ascenso de la plata como principal moneda, surgieron al final de la dinastía Ming organizaciones encargadas del cambio de plata. Tras la estabilización del bimetalismo entre plata y monedas de cobre en el siglo XVIII, los bancos nativos (qián zhuāng) y las casas de plata dedicadas al cambio monetario y a la fundición de plata también prosperaron. De este modo, entraron en el ámbito de la oferta monetaria y consolidaron este papel mediante actividades financieras que incluían la emisión de diversos billetes, el establecimiento de estándares monetarios regionales y la creación de crédito.... Las casas de empeño ampliaron sus actividades en el interior del país. En las grandes ciudades, sus servicios se redujeran y quedaran limitados a préstamos para consumo ordinario.
Los bancos de giro (piào hào, pago y crédito mediante transferencias contables) aparecen en el siglo XVIII y alcanzan su punto máximo en la primera mitad del siglo XIX. Estos bancos introdujeron las innovaciones financieras que aparecen en Occidente mucho más tempranamente (recuérdese que las ferias medievales eran los lugares donde los comerciantes compensaban y liquidaban sus deudas y créditos recíprocos lo que permitía que los intercambios tuvieran lugar a crédito).
... se formó un sistema de crédito en el que los préstamos se liquidaban según el ciclo del transporte de plata a larga distancia (biāo qī). A través de este sistema, los comerciantes operaban diariamente sus negocios a crédito. Conjuntamente y de manera periódica, saldaban sus deudas cuando la plata llegaba a puertos específicos. Este mecanismo reducía considerablemente el coste y el tiempo del transporte de plata y aumentaba la velocidad de circulación del dinero.
El papel de los clanes
Las casas de empeño
En este punto, el papel de las casas de empeño fue crucial. De forma semejante a los montes de piedad - y las cajas de ahorro después -, los que tenían excedentes - los ahorradores - depositaban sus fondos en una casa de empeño que lo utilizaba, como se ha visto, para dar crédito al consumo y crédito comercial. Durante el período Ming, los clanes y familias acomodadas —especialmente en regiones como Huizhou— canalizaron grandes cantidades de su riqueza hacia las casas de empeño, utilizándolas como vehículo para invertir capital y obtener rentabilidad. En la dinastía Qing, esta práctica se consolidó y se amplió con el depósito en estas casas de empeño de los fondos de instituciones públicas y benéficas. El propio Departamento de la Casa Imperial (Nèiwù Fǔ) utilizó los excedentes de plata del Estado para operar casas de empeño que concedían préstamos a comerciantes privilegiados (sal, cobre), reforzando la interdependencia entre Estado y agentes privados.

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