miércoles, 26 de agosto de 2020

Cómo la intensificación de la competencia en los mercados favorece la cooperación entre los trabajadores aumentando la confianza interpersonal en las empresas



En otras entradas se ha explicado que el mayor problema de la acción colectiva es controlar a los parásitos, a los gorrones que son aquellos miembros de un grupo que no contribuyen a la producción en común pero se aprovechan de los resultados que ésta obtiene. Un grupo que no consiga controlar a los gorrones, no prosperará. Los cumplidores, viéndose explotados, dejarán de cooperar. También he explicado que, de acuerdo con una abundante producción teórica y empírica, las sociedades en las que hay más confianza interpersonal son más prósperas.

En el trabajo que resumo a continuación se analiza la relación entre mercados competitivos, confianza interpersonal y control de los parásitos. El argumento es muy simple: cuanto más competitivo es un mercado, menos “rentas” hay de las que puedan apropiarse los gorrones. Porque la empresa en cuyo seno haya más parásitos será menos eficiente (sus costes de producción aumentarán ya que estará pagando un salario, por ejemplo, a un trabajador que no aporta nada) que sus competidoras. Si la competencia en el mercado es débil, muchas empresas llenas de parásitos podrían sobrevivir. Pero si el mercado es muy competitivo, las empresas que tengan más parásitos quebrarán sus costes superarán al precio de mercado que lo determina la empresa que tiene menos parásitos en su plantilla – y los parásitos se quedarán sin trabajo.

De manera que, podría barruntarse, los consumidores en esos mercados (recuérdese, un consumidor no puede ser calificado como un parásito porque se estaría gorroneando a sí mismo) experimentarán los beneficios de la intensificación de la competencia (mejores precios, más calidad) y confiarán en mayor medida en aquellos con los que se relacionan en los mercados, esto es, confiarán en que no serán engañados. La espiral virtuosa se pone así en marcha porque, si los consumidores ´se fían de las empresas oferentes, se reducen los costes de transacción (las salvaguardas que tienen que poner en marcha las partes de los contratos de mercado para asegurarse el cumplimiento) y al reducirse los costes de transacción, bajan los precios por efecto de la competencia… Hay estudios empíricos que indican, como intuyó Adam Smith y Montesquieu, que la integración de un grupo social en mercados incrementa las conductas prosociales (el “doux commerce”).

En el trabajo comprueban empíricamente esta hipótesis examinando qué pasó con los niveles de confianza de los consumidores cuando se produjo una liberalización del sector bancario en los EE.UU. que se ha identificado como un episodio que intensificó notablemente la competencia en ese sector. El resultado es que

aumentos en la competencia a nivel estatal provocados por las reformas bancarias están estrechamente relacionados con aumentos en los niveles de confianza medidos por el US General Social Survey”

¿Y qué es lo que relaciona intensificación de la competencia y mayores niveles de confianza interpersonal? Según los autores y como se ha explicado más arriba, un mejor control de los gorrones y parásitos:

en nuestro modelo, se acelera por el efecto disciplinario que la competencia tiene sobre el parasitismo en el trabajo. Los grupos con más aprovechados tienden a tener un bajo rendimiento y cuando las empresas están sometidas a una competencia más intensa, el castigo colectivo por el bajo rendimiento es mayor - las empresas con bajo rendimiento tienen más probabilidades de quebrar. Por consiguiente, la competencia entre empresas castiga el parasitismo, y este castigo es mayor cuanto más intensa es la competencia entre empresas. El modelo explica por qué un aumento exógeno de la competencia, como se observa en los datos de los estados de los Estados Unidos, disminuirá el "free-riding", hará que las empresas sean más de fiar y, por lo tanto, incrementará la confianza. Las empresas en los sectores de mayor competencia deberían tener menores niveles de parasitismo y, por consiguiente, mayores niveles de confianza entre los trabajadores.

Pero, no es la confianza de los consumidores la que aumenta, sino la de los trabajadores respecto de los otros trabajadores Ambos fenómenos son compatibles pero el incremento de la confianza entre sí entre los trabajadores de una empresa no se produciría vía quiebras, sino vía medidas empresariales, esto es, a través del despido de los gorrones inducidos por la intensificación de la competencia que lleva al empresario a reducir costes. Sin embargo, para ver aumentada la confianza de los consumidores en las empresas bancarias, basta con que la competencia mejore la calidad y el precio de los servicios prestados por las que resten en el mercado.

Según se desprende del texto del trabajo, el aumento de la confianza que los autores examinan es el que se produce entre los trabajadores: como consecuencia de la intensificación de la competencia en los mercados de producto,

“nuestro foco se coloca en la producción en equipo. El núcleo de nuestro modelo es la amenaza que representan los aprovechados de forma endémica a la producción en grupo y la forma en la que dicha amenaza se atenúa vía intensificación de la competencia”.

Comportarse como un parásito es bueno para el individuo. Sin embargo, una empresa con demasiados parásitos tendrá peor rendimiento que sus rivales, lo que afecta negativamente a todos los trabajadores. El grado de afectación depende del nivel de competencia. En particular, cuanto más competitivo sea el entorno de la empresa, más probable es que las empresas con un rendimiento deficiente se vean obligadas a cerrar. Los cierres son costosos para los trabajadores, y la característica principal de los cierres es que afectan a todos los trabajadores por igual. Dado que los aprovechados ahorran en las aportaciones de esfuerzo y que, en caso de cierre, no salen peor parados que los que son dignos de confianza, estas consideraciones favorecen a los aprovechados.

De manera que, ceteris paribus, cada trabajador preferirá comportarse como un aprovechado a hacerlo como un trabajador leal que no escurre el bulto. Si se intensifica la competencia, sin embargo, la probabilidad de que cierre una empresa llena de trabajadores aprovechados es mayor que la de una empresa llena de trabajadores honrados, es decir, que hay “selección individual” – la gente prefiere parasitar el esfuerzo de otros – y “selección de grupo” – las empresas con más parásitos sobreviven en menor medida si el mercado es competitivo –. Cuanto más intensa sea la competencia en el mercado de producto correspondiente, menos tiempo permanecerán en el mercado las empresas con alto índice de parásitos. Basta añadir que hay correlación entre la confianza que uno pone en los demás y cuán dignos de confianza consideramos a los demás. Cabría añadir que cabe esperar que se produzca un fenómeno de autoselección entre los trabajadores que intensifique los efectos de la competencia en el mercado de producto: las empresas con más parásitos atraerán trabajadores que escurren el bulto. Las que tengan menos parásitos atraerán buenos trabajadores lo que acelerará la desaparición del mercado de las empresas con parásitos. Algo de eso descubren los autores cuando dicen que

“los trabajadores sin experiencia no responden en mayor medida con más confianza a la pregunta de la encuesta de valores, sin embargo, a medida que adquieren experiencia en el mercado laboral el hecho de trabajar en un sector competitivo tiene un impacto positivo en la confianza interpersonal, impacto que aumenta cuanta más experiencia tienen”.

O sea, que según los autores, no se trata de un fenómeno de autoselección, sino de socialización positiva

Patrick Francois/Thomas Fujiwara/Tanguy van Ypersele, Competition Builds Trust   March 2011

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