American Gladiators 1908 Francis Luis Mora
Curriculum Vitae significa “«carrera de la vida». El currículum es el documento que recoge tu “carrera” vital, lo que has estudiado, lo que has aprendido, lo que sabes hacer, lo que has hecho con tu vida hasta ese momento. Yo estudié Derecho porque quería ser diplomático y, cuando acabé, decidí que no quería hacer más exámenes y que me gustaba mucho lo de estudiar y escribir, así que empecé la tesis doctoral y abandoné la idea de opositar. Como el tema de mi tesis había sido muy estudiado por autores alemanes, me puse a estudiar alemán, pedí una beca y me fui a Heidelberg y, ya doctor, como me interesaba mucho lo del Análisis Económico del Derecho, me fui a Chicago con otra beca. Entretanto y después conseguí, gracias a mi currículum (a lo que había estudiado y aprendido y a lo que había hecho y publicado), una plaza de ayudante, de profesor titular y luego de catedrático y de profesor titular.
Muchos políticos se construyen el currículum al revés de lo que lo hacemos el común de los mortales. Pablo Casado quería ser presidente del gobierno desde, por lo menos, los dieciocho años, de manera que se puso a ello y se afilió al Partido Popular con 22 tras abandonar la carrera de Derecho en ICADE. Obviamente, para ser presidente del Gobierno no hace falta ni la carrera de Derecho ni ninguna otra pero en el partido le dijeron que no llegaría lejos sin una carrera. Así que se volvió a matricular en el Cardenal Cisneros cuyos profesores empezaron a recibir llamadas de los patrocinadores políticos de Pablo para que le ayudaran a terminar su carrera. Necesitaba el título de licenciado. No necesitaba saber Derecho ni aprender nada. Necesitaba la señal. Y aprobó.
A continuación, Pablo, que no necesitaba ni quería aprender nada en especial que no le sirviese para ascender en el PP, se puso a “adornar” su título de licenciado con algunos títulos de posgrado para mejorar la “señal” que daba su formación. Y emprendió la búsqueda de la forma más eficiente posible: ¿quién podría proporcionarle títulos al menor coste posible? La URJC – una sucursal del PP que regalaba títulos a los cargos del partido – y varias instituciones privadas, algunas de ellas de prestigio
Entre 2007 y 2014 cursó el grado en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Rey Juan Carlos. También añadió a su formación académica diversos estudios y títulos de posgrado, todos ellos obtenidos a la par del ejercicio de diversos cargos públicos.
Ignoro cómo pudo aprobar la carrera de ADE, un master en Derecho Autonómico y otros pocos cursillos a la vez que ejercía “diversos cargos públicos” en 7 años. Pero a los efectos que aquí interesan, da igual. Esos estudios no forman parte del currículum vitae de Pablo Casado. Los cursó – si es que los cursó – no para aprender nada, sino para “tener” o “hacerse” un currículum.
Lo de Pedro Sánchez es parecido (y lo de Susana Díaz que, obrera ella, se conformó con la licenciatura). Pedro incluso aventaja a Pablo: tiene un doctorado (como la vicepresidenta Calvo). El problema, sin embargo, es el mismo: estos políticos no han estudiado para aprender o para saber o saber hacer cosas. Han estudiado exclusivamente para “señalizar” que pertenecen a la hidalguía nacional (Arruñada): que “tienen” uno o varios títulos superiores. La culpa, como siempre, es del pueblo. Si no menospreciáramos a los políticos que no tienen estudios, no generaríamos esa obsesión por adornar el currículum.
1 comentario:
Un ejemplo del que siempre parto era el presidente de la República Checa durante muchos años, Václav Havel. Como se puede ver (https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%A1clav_Havel) currículum el justo y a nadie pareció importarle. El otro es el típico de pedir la acreditación de un idioma extranjero cuando la persona tal vez ha podido preferir no someterse a numerosos exámenes y, sin embargo, habla aquel idioma perfectamente.
Al final el tema va de saber dirigir y de ir acompañado de un equipo de trabajo decente, no de qué titulación tiene o deja de tener, pues al final su capacidad o ignorancia la van a determinar sus hechos, no el máster en Harvard o cualesquiera universidades del mundo. Con ello no quiero decir que una educación APROVECHADA no ayude, por supuesto lo hace, pero la "titulitis crónica" en la que vivimos nos va a llevar por el camino de la amargura.
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