martes, 7 de octubre de 2025

La conjura contra España (CXXVII): Lola López Mondéjar y por qué los jóvenes votan a Vox y las jóvenes votan a la extrema izquierda

Foto de Tanya Barrow en Unsplash


Lola López Mondéjar, psicoanalista y escritora abre su artículo en EL PAÍS insultando a los pobres que no votan a Sumar. Sumar está poniendo en marcha las "políticas progresistas" que son las que convienen a estos pobres desgraciados que, sin embargo, no les votan. No me lo invento. Lean:

El pasado agosto se publicó en (EL PAÍS)... un amplio artículo, firmado por Ángel Munárriz, titulado ”Abascal gana fuerza entre obreros y parados y se acerca al umbral de Le Pen", donde se informaba del aumento de los apoyos a Vox entre los desempleados, los asalariados y quienes se consideran pobres. Se trata de ciudadanos que no votan políticas progresistas, a pesar de que son estas, precisamente, las que han incrementado el salario mínimo interprofesional, aumentado las pensiones, defendido la sanidad y la educación públicas, o intentado, intento frustrado por la derecha, reducir la jornada laboral. A pesar de todo lo anterior, parte del electorado natural de la izquierda se gira hacia la derecha y culpa a aquella de su situación.

¿Cómo es posible? Ella tiene la respuesta. Un profesor titular de Sociología en la Complutense, 

ha investigado la subjetividad precaria en las periferias metropolitanas desindustrializadas, mediante entrevistas realizadas a jóvenes trabajadores de Coslada que sufrieron la crisis de 2007. 

El sociólogo entrevistó a 

40 jóvenes de entre 25 y 35 años y a 15 trabajadores sociales, técnicos de empleo e informantes cualificados, entre 2014 y 2017

Continúa la psicoanalista diciendo que este sociólogo

observaba en estas clases populares una subjetividad, es decir, un modo de saber y representarse a sí mismo, que tenía conciencia de su precarización, que sufría el duelo por la pérdida de estatus, y también, y esto es lo que más nos interesa aquí, una subjetividad que se culpaba, psicologizaba y consideraba problemas individuales los conflictos colectivos que le afectaban. Es lo que se conoce como individualizar la queja. Tratar de convertir en problemas personales los problemas sistémicos es una práctica común del neoliberalismo, como sabemos. La crisis económica fue vivida... como... un pecado involuntario...  vinculado con una naturaleza débil o con elecciones personales equivocadas...

En castellano: si no tienes trabajo, no es culpa tuya, es del sistema; todo lo malo que te pase no es culpa tuya. Es del sistema. Si dejaste la escuela sin acabar la ESO, no es culpa tuya. Es del sistema. Hasta aquí, López Mondéjar repite la monserga de izquierdas sobre la ausencia de agencia individual respecto a los resultados que uno obtiene en la vida. Los individuos no tienen agencia. Pero, observe el lector que, según la articulista, la reacción de estos 40 jóvenes precarios parece que era la de autoculparse, atribuir el fracaso a "una naturaleza débil" o a "elecciones personales equivocadas". 


Lo alucinante es que, a continuación, la articulista arremete contra la porción masculina de estos pobres desgraciados sin agencia y con identidad-subjetividad precaria. Les reprocha que hayan decidido que los que tienen la culpa de su precariedad y su fracaso no son el sistema neoliberal y el capitalismo sino las políticas de izquierda y la inmigración:

En apenas una década... Esta población desfavorecida ya no se instala en la dolorosa rumiación culposa de entonces, sino que identifica primero a un culpable de su situación, para deshumanizarlo y convertirlo en chivo expiatorio después: los inmigrantes y el Gobierno, proyectando sobre ellos el odio que genera su pobreza... agudo resentimiento 

Mientras los jóvenes precarios votaban a la izquierda, encontraban en la articulista toda la simpatía del mundo. Cuando esos pobres desgraciados deciden votar a Vox, son anormales odiosos que utilizan ¡al Gobierno! y a los inmigrantes como chivos expiatorios de su pobreza. Pero, naturalmente, el reproche se concentra en los varones, que son los que se han pasado a Vox y la articulista tiene que encontrar una explicación de tal evolución que dé cuenta de por qué ha afectado sobre todo a varones. López Mondéjar se lanza a explicarnos qué han hecho mal estos varones.


La explicación sexual es la siguiente: los hombres tienden a justificar su fracaso atribuyéndolo a causas externas a su propia conducta. Las mujeres se autoinculpan más. De ahí que la reacción frente al fracaso sea también diferente: depresión y pérdida de autoestima en las mujeres e "irritabilidad, comportamientos de riesgo o aislamiento" en los varones. Aquí tiene un punto López Mondéjar, pero ¿por qué cuando los jóvenes varones reaccionaban culpando de su fracaso al sistema neoliberal y al capitalismo, ("precarizados por un sistema económico capitalista, caníbal y deshumanizado") acertaban pero no lo hacen cuando culpan al Gobierno y a su política migratoria?


La arrogancia de la autora le lleva a declarar que ella 'sabe' que culpar a los inmigrantes y al Gobierno de la pobreza juvenil en España es un error. Ella cree que los trabajadores más precarios no están peor si hay mucha inmigración. Yo creo que López Mondéjar está equivocada. La inmigración de la que 'disfrutamos' en los últimos años en España y, en especial, la que proviene de Marruecos y Argelia carece de cualificación y compite con los trabajadores nacionales no cualificados. De hecho compite estrictamente con los varones españoles sin cualificar, porque en su mayor parte, los magrebíes que vienen a España son varones (los permisos laborales y las llegadas irregulares son casi exclusivamente masculinas) y los varones forman la mayor parte de los jóvenes españoles sin cualificar (el fracaso escolar es un fenómeno fuertemente masculinizado en España). 


Pero hay más: los inmigrantes no cualificados no contribuyen al bienestar del país de acogida según los estudios más solventes. Por ejemplo, un incremento desaforado de la población como el que experimenta España desde hace diez años (España y Portugal están entre los líderes mundiales en crecimiento poblacional impulsado por inmigración) tensiona las infraestructuras y los servicios públicos.


Sucede, sin embargo, que la 'clerecía' a la que pertenece López Mondéjar  (y todos los ancianos) no sufre estos inconvenientes pero se aprovecha de las ventajas de la avalancha migratoria, de modo que ser favorable a la inmigración ilimitada es una de esas "creencias de lujo" de Rob K. Henderson: "creencias... que salen gratis a quien las mantiene, lo blindan moralmente y perjudican a otros".


También está equivocada en lo que dice sobre la delincuencia. Los delitos más graves (asesinatos, violaciones) han aumentado significativamente y los datos de la policía catalana indican que en homicidios y asesinatos y en agresiones sexuales, los delincuentes son muy mayoritariamente extranjeros y respecto a los robos y los hurtos, prácticamente la totalidad de los delincuentes son extranjeros.


Así que López Mondéjar es muy deshonesta. Se limita a soltar unas cifras que demostrarían que estos pobres desgraciados que votan a Vox están siendo engañados. Pero esas cifras no prueban lo que sostiene. Y tiendo a pensar que se limita a repetir las que da el gobierno más mentiroso de la historia cotidianamente para ahondar la división entre españoles. 


López Mondejar acaba el artículo comparando a los votantes de Vox con los maltratadores: unos y otros culpan a quien no deben de sus fracasos o fechorías. Pero no sólo Vox es culpable. También el PP ("la ultraderecha y la derecha") tiene la culpa.


¿Y la izquierda?  Quizá los varones voxeros están equivocados respecto de la inmigración, pero ¿y respecto del Gobierno? López Mondéjar dice que también. Lo que ha ocurrido es que el bondadoso Gobierno de izquierdas no ha sido suficientemente progresista:

"los partidos progresistas han contribuido... sin proponérselo... al no atender (ojo, al cualificante) suficientemente a las condiciones materiales de la población más vulnerable, entre las que la precarización laboral y la falta de vivienda serían las más urgentes, pues privan de agencia y de futuro, aumentando el rencor". 

No digo nada respecto de que Vox arrasa entre los jóvenes varones de 18 a 24 con independencia de la clase social y tampoco digo nada sobre que, según los datos del CIS las mujeres jóvenes (Gen Z) son el grupo más progresista, mientras que los hombres jóvenes se mantienen más estables o, en algunos casos, se inclinan ligeramente hacia la derecha, pero sin un salto equivalente al que las mujeres han dado en los últimos años hacia la izquierda.


La verdadera pregunta es por qué las mujeres jóvenes españolas siguen votando a la izquierda. Y creo que tengo la respuesta: porque son muy altruistas y no les importa que las políticas de izquierda las estén haciendo más pobres si satisfacen sus creencias y emociones. A los varones, sin embargo, eso les jode mucho. Son más egoístas y peseteros. 

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