martes, 13 de marzo de 2012

No se trata de hacer más con menos. Se trata de hacer menos con menos

Si tuviera que explicar cuando me di cuenta de que España se estaba desarrollando rápidamente y que los niveles de bienestar aumentaban, diría que fue, a finales de los años ochenta del pasado siglo cuando empecé a notar que los edificios, los jardines y, en general, las instalaciones que utilizaba en mi vida cotidiana eran objeto de mantenimiento. Durante toda mi infancia en Carabanchel, nunca vi que se sustituyeran las plantas de los jardines o que se regara y cortara el cesped. Tampoco, durante mis años de universidad, vi que se “mantuvieran” los edificios donde dábamos clase o que se repararan las ventanas o las puertas; que se pintaran las paredes… Un país medio rico se caracteriza, además, porque desarrolla políticas públicas que van más allá de los servicios mínimos. Cuando yo era joven, el Estado solo te proporcionaba un puesto escolar (y solo a 2/3 de los niños porque las escuelas católicas eran escuelas privadas que los padres tenían que pagar); asistencia sanitaria (muy incompleta como lo prueba la enorme extensión en aquellos años de la “sociedad”, o sea del seguro médico privado) una pensión mínima bastante miserable y poco más. No hablo de las infraestructuras.
A partir de finales de los ochenta, todo cambió. El país se pudo permitir invertir en mantenimiento en general de las instalaciones y espacios públicos y en mejorar sustancialmente esos “servicios esenciales”: la educación obligatoria se hizo gratuita para todo el mundo (los famosos “conciertos”), la asistencia sanitaria se hizo universal y se ampliaron – de hecho – las coberturas por vía de mejora de la oferta y se extendieron y elevaron extraordinariamente las pensiones. El último episodio de esta evolución fue la Ley de Dependencia.
Obsérvese que el mantenimiento de las instalaciones y espacios públicos y la educación y la sanidad son servicios públicos generales, esto es, los beneficiarios son los ciudadanos en general, no un determinado grupo.
Pero también es propio de un país rico que el Estado – el sector público – desarrolle iniciativas dirigidas a proporcionar prestaciones a los ciudadanos que van más allá de la educación obligatoria y la asistencia sanitaria (más el sistema de pensiones). No hablaremos de las infraestructuras. Y esas iniciativas se ponen en marcha porque el Estado controla una parte cada vez más importante de lo producido en el país y ha de justificarse ante su “clientela” ofreciendo más y más servicios. Los políticos tienen todos los incentivos para gastar dinero público en este tipo de prestaciones.
El problema más grave de estas prestaciones es que raramente son universales. Los políticos prefieren prestaciones particulares con grupos de beneficiarios concretos a los que puedan “comprar” mediante tal reparto. Se entenderá pues, inmediatamente, que la corrupción aparezca estrechamente ligada a este tipo de prestaciones públicas.
Si España no va a salir de esta crisis de forma inmediata y ha de reducir estructuralmente su gasto (y aumentar sus ingresos modificando el sistema fiscal pero ese es otro tema), la única forma de hacerlo es reduciendo selectivamente. Cortar el gasto linealmente es un grave error, por lo menos, respecto de todas las partidas que, quizá, no deberían haberse reducido sino, por qué no, aumentado. Pero reducir el gasto linealmente es lo más fácil. Lo más difícil – pero lo correcto – es suprimir políticas públicas.
Estos días se habla de que el programa de becas para que estudiantes universitarios puedan estudiar idiomas en el extranjero se va a reducir a la mitad. Grave error. En primer lugar, es una desvergüenza moral que, cuando no hay dinero para pagar ni a los proveedores, un estudiante universitario pueda irse a Gran Bretaña o a Australia con el dinero de mis impuestos. El programa debe suprimirse. Ya sé que sería deseable que los estudiantes universitarios listos y pobres puedan estudiar inglés en Inglaterra. Pero el Estado – la sociedad – no tiene una obligación de proporcionar a los pobres cursos de idiomas en el extranjero. Si solo se reduce la cuantía de las becas, seguiremos teniendo a cargo de los impuestos los “overheads”, o sea el negociado en el ministerio y en las universidades dedicado a su gestión. Si suprimimos el programa, en un par de años, podremos suprimir el negociado correspondiente.
Podríamos reforzar el argumento con centenares si no miles de programas públicos que deben desaparecer y que desarrollan actualmente. Citaré unas cuantas políticas que han generado muchos de esos programas públicos: política de protección de los consumidores (no corresponde a la Administración sino a las leyes y a los jueces); políticas de vivienda (ni compra ni alquiler); políticas de desarrollo rural (“centro de interpretación de la naturaleza”); política de deportes (los pueblos no pueden mantener los polideportivos que se han construido en estos años. Hay que cerrarlos salvo que haya algún particular que quiera gestionarlos), políticas de la mujer, políticas de la infancia, políticas de juventud, políticas de las personas mayores; ayuda al desarrollo (permitiendo que una parte de los impuestos sea entregada a la entidad privada de elección del contribuyente); política industrial: el Estado no da subvenciones ni participa en el capital de empresas (por ejemplo, aeropuertos). Si se prohíbe al sector público “emprender”, nos ahorraremos el dinero, la infraestructura administrativa para su gestión y bastante corrupción. Si, además, reformamos radicalmente el seguro de desempleo, suprimimos la pensiones de viudedad y las de invalidez (sustituyéndolas por ayudas sociales hasta que cumplan los beneficiarios la edad en que pueden acceder a la pensión de jubilación), suprimimos 5000 municipios y, en general, reforzamos los incentivos para trabajar (y para estudiar lo que puede facilitarnos la obtención de un trabajo) podremos volver a crecer porque nos habremos desendeudado. Sin tocar los servicios esenciales.

11 comentarios:

Albert Sánchez Graells dijo...

Jesús, de acuerdo en todo salvo el caso concreto de los idiomas. Hasta que no tengamos un país verdaderamente bilingüe en inglés, olvidémonos de competitividad internacional y de salir de esta crisis, o de cualquier otra de las que vendrán. La capacitación en idiomas es un bien público en sí mismo, no es una cuestión de que tengamos la juventud más cool de Europa. Por el resto, olé!

Rocío Quiles dijo...

Jesús, con todos mis respetos y mi admiración. Me ha parecido usted muy duro. Según sus palabras, entiendo que una joven como yo no hubiera podido ni estudiar con becas en la universidad ni ser profesora de Derecho Administrativo ni abogada como lo soy actualmente. Mi familia es humilde, trabajé durante toda la carrera. Un saludo

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Pero para eso, hay que empezar por versión original y subtitular la televisión. Coste/beneficio de los cursos de idiomas... Becas para estudiar en la Universidad, sí. Becas para estudiar inglés en Australia, con cargo a impuestos, no. En cuanto a lo de la infancia, por supuesto que han de mantenerse los programas para atender a niños sin familia.

Anónimo dijo...

Algún día alguien debería reflexionar sobre el coste/beneficio de la política exterior española.

Anónimo dijo...

Jesús, bastante poco te han dicho :)
Discrepo en el concepto de mantenimiento. Es la manera más barata y rentable de mantener una infraestructura, si se piensa seguir viviendo tras las vacas flacas, claro está.
La versión original para los niños ya es una realidad (CLAN), siempre y cuando los padres nos tomemos la molestia de explicarles que el programa es así, !se habrá estropeado la tele!.
Elena

Jorge dijo...

El tema de la v.o. es clarísimo, se ve en la tele en Portugal o ¡en Guatemala!. En términos de aprendizaje, seguimos igual que hace 20 años, "españoles around the world" los otros no salen porque ya no les hace falta

No es por hacerme propaganda (bueno, sí):

http://merchantadventurer.wordpress.com/2011/01/21/el-ingles-en-tiempos-del-movil/

Totalmente de acuerdo con esto:

"Los políticos prefieren prestaciones particulares con grupos de beneficiarios concretos a los que puedan “comprar” mediante tal reparto". Es un escándalo el tema de los municipios, todos con su auditorio y polideportivo, viviendo de recalificar terrenos durante años (hace meses vi en TV3 un excelente reportaje al respecto, a ver si lo encuentro y doy la referencia), otro ejemplo es precisamente el de CCAA con canal propio que ni tiene audiencia ni aporta nada como "servicio público" ... precisamente una de las conclusiones era el exceos de municipios

Y ya puestos sobre el más por menos

http://merchantadventurer.wordpress.com/2011/01/28/hacer-mas-con-menos/

Jorge dijo...

El reportaje es este, hace más de dos años ya

http://www.tv3.cat/30minuts/reportatges/1739/Sha-acabat-la-festa

Vale mucho la pena, mayormente en catalán pero creo recordar que también hay testimonios en castellano

settembrini dijo...

Sin que sirva de precedente, totalmente de acuerdo Jesús. No digo que no haya gente sin recursos que se haya beneficiado de estas ayudas. Pero sería muy fácil hacer una estadística y "me juego una cena" a que son ayudas no demasiado progresivas. El dinero escaso hay que invertirlo en las políticas que tocan y es más necesario para los de menos recursos

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Gracias a todos por los comentarios. Settembrini, seguro que sí!. Que si miramos quienes son los beneficiarios de esas ayudas, no son los más pobres. Los pobres son tan pobres que no pueden ni pedir las ayudas. Si no, que se lo digan a alguien que trabaje en Caritas y al que le haya tocado tramitar las ayudas de la Caixa para madres sin recursos!

Anónimo dijo...

Pues aprovechando la publi gratuita...Hace falta gente en Cáritas, básicamente es un relevo generacional, no ya por jubilación sino porque en algunos centros los voluntarios tienen más de 80 años y cualquier resfriado causa estragos. Lo malo es el horario de mañana, estoy intentando que lo cambien. Allí sí que hacen mucho con casi nada.
Gracias por la cuña Jesús.

Elena

Luisa Josa dijo...

Muchísimas gracias por sus acertadísimos comentarios. He disfrutado todo el texto, viendo cómo ponía el dedo exactamente en la llaga.Para aprender inglés no hace falta beca : Escuela de Idiomas y un trabajo de Au Pair en verano también funcionan. La televisión en v.o. sería también muy conveniente -que vayan también algunos a Holanda y vean cómo habla inglés el último conductor de autobús, sin haber viajado al extranjero!
Muchas gracias por este Blog. Aplaudo todas sus entradas.

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