Beyond the Old and the New: Economic History in the United States
Naomi R. Lamoreaux
... la controversia estalló en el Time in the Cross (1974), el análisis de la esclavitud en el sur de los EE.UU. antes de la guerra civil realizada por Fogel y su coautor Stanley Engerman. Fogel y Engerman comenzaban su libro con una lista de las interpretaciones históricas convencionales que una investigación teóricamente informada y cuantitativamente fundamentada permitiría derrumbar y sustituir por una visión relativamente benigna de la institución de la esclavitud, en la que los propietarios de plantaciones eran sujetos racionales y rentables que cuidaban de su propiedad y, al considerar que mantener a las familias unidas era importante para la reproducción, usaban más la zanahoria que el palo para motivar a sus trabajadores y organizarlos para obtener economías de escala.
Este retrato amable de la esclavitud enfadó a muchos historiadores, especialmente porque Fogel y Engerman habían empleado técnicas econométricas para contestar a preguntas muy diferentes de las que se consideraba que eran las apropiadas para resolverlas con estas técnicas. Por ejemplo, si el cultivo de algodón con mano de obra esclava era rentable o no; si las grandes plantaciones se beneficiaron de economías de escala… Pero en el núcleo de la controversia, lo que estaba en juego era si los modelos económicos neoclásicos que utilizaron Fogel y Engerman eran apropiados para estudiar el pasado.
… El debate sobre Time on the Cross llevó la discusión más allá de los principios básicos de la Economía neoclásica. En el nivel más básico, los críticos apuntaron que las pruebas existentes sobre el tratamiento brutal de los esclavos por parte de los amos no era compatible con la idea de que el dueño de esclavos, racional y maximizador, cuidaba de su propiedad. Sin embargo, una crítica más profunda pudo formularse respecto de la afirmación de Fogel y Engerman de que las grandes plantaciones cultivadas por esclavos eran más productivas que las granjas pequeñas cultivadas por sus dueños. Las plantaciones sólo parecían más eficientes, decían los críticos porque el terreno se dedicaba en mayor medida al algodón, que tenía precios más altos en los mercados internacionales que otros cultivos… A los precios de mercado, habría maximizado beneficios si los pequeños agricultores libres hubieran plantado tanto algodón como pudieran recolectar, pero, en lugar de eso, plantaban mayor cantidad de otros cultivos – maíz -. Para explicar esta conducta Gavin Wright desarrollo un modelo de <Y en otro trabajo:> (safety first) según el cual a los pequeños agricultores les preocupaba primordialmente alimentar a sus familias y preservar su condición de propietarios agrícolas independientes. Si los historiadores hubieran seguido esta discusión, se habrían dado cuenta de que el modelo de Wright era semejante, en aspectos importantes, al concepto de competencia (competency) que los historiadores estaban desarrollando en la misma época para explicar la < > de los agricultores norteños de comienzos del siglo XIX.
“usar teoría económica – incluso la teoría económica neoclásica más simple – no significa que uno tenga que aceptar la pretendida visión neoclásica según la cual los individuos son maximizadores racionales de los beneficios cuyas conducta conducen a resultados óptimos. Es verdad que Fogel y Engerman presentaban esencialmente una visión neoclásica de la esclavitud… pero los estudios posteriores han avanzado mucho nuestro conocimiento de la cuestión. Rick Steckel, por ejemplo, ha compilado los datos de estatura que sugieren que los hijos de los esclavos estaban severamente desnutridos y los datos sobre las diferencias en la tasa de mortalidad son coherentes con esa conclusión. De hecho, parece que la elevada mortalidad de los niños esclavos explica por qué la edad de corte (es decir, la edad a la que las ganancias cumulativas que el amo podía obtener del esclavo excedían el coste acumulado de mantener a tal esclavo) era tan tardía.
Una forma de desarrollar este punto sería explorar qué ocurrió tras la abolición de la esclavitud. Una vez que los padres podían controlar cómo se alimentaban sus hijos, la mortalidad de los bebés y los niños negros en el sur, en comparación con la de los blancos debería haber caído, y eso parece que es lo que ocurrió.
Otra línea de investigación sería la de la desnutrición de los niños esclavos. ¿Por qué los amos no se preocupaban más de su propiedad? Steckel ofrece dos explicaciones. Una es que alimentar a los niños esclavos no era, en realidad, eficiente en términos de coste. Otra es que los padres esclavos se enfrentaban al terrible dilema de si dar el escaso alimento que recibían a sus hijos o consumirlo ellos, teniendo en cuenta que si no se alimentaban mínimamente no podrían cumplir con las cuotas de producción y serían terriblemente castigados por ello. Steckel ha examinado la primera posibilidad usando test cuantitativos pero su trabajo sugiere otras vías para explorar la cuestión. Algunas plantaciones asignaban raciones de alimentos a cada familia y otras, por el contrario tenían cocinas comunitarias. ¿Les fue mejor o peor a los niños en unas plantaciones y otras en función de cómo se organizaba el reparto de la comida? No es probable que esta cuestión pueda examinarse cuantitativamente, pero podría estudiarse sistemáticamente utilizando fuentes textuales y prestando más atención, por ejemplo, a los recuerdos de los niños sobre su sensación de hambre. La idea es que podemos avanzar usando la teoría económica, incluso la teoría neoclásica básica, en la estructuración sistemática de la investigación
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