Los humanos podemos coordinarnos espontáneamente sin necesidad de someternos a la autoridad de nadie. Si las sociedades de cazadores-recolectores eran muy igualitarias y, a la vez, muy cooperativas, debe ser por esa razón. Basu cita a Hume, Hobbes y Carl Schmitt en apoyo de la tesis de que sólo en situaciones excepcionales es necesario un jefe (recuerden a Carl Schmitt: “Soberano es el que deciden en el estado de excepción”).
Efectivamente, no hace falta una jerarquía cuando el problema es exclusivamente de coordinación. ¿Dónde nos vemos en el aeropuerto? Si no hemos fijado el lugar, el “punto de encuentro” fijado por la autoridad aeroportuaria resuelve el problema de coordinación (focal point). Pero – dice Binmore - "En un barco de vela en una tormenta o en una nación en guerra, uno no puede permitirse esperar a que el debido proceso genere un compromiso aceptable para todos". Son situaciones “en las que se necesita un líder porque los participantes no saben qué juego van a jugar. Eso ocurre en la guerra o en la tormenta en alta mar o en un juego rápido como el fútbol”. Digamos que los mecanismos espontáneos de coordinación son demasiado lentos para generar las ganancias que espera el grupo obtener de la coordinación. Nombrar un líder – dice Basu – es crear un punto focal “focal point”. El “punto de encuentro” se convierte en “lo que diga el mariscal” o “lo que diga el capitán del barco”. Obedecemos, “no por miedo a la autoridad, sino porque sabemos que los demás atenderán a lo que diga el líder en cuyo caso, me merece la pena escucharlo yo también”.
Concebido así el liderazgo – dice Basu – es, a la vez, aterrador (si todos los demás van a obedecerle, mejor será que yo haga lo mismo porque los demás pueden dejar de cooperar conmigo si no lo hago) y frágil (si – para los que escuchamos – es posible detectar otro punto focal más prometedor, será fácil organizar un motín contra el líder). Pero lo importante es que, como decía Hume, al final, todo el poder sobre las personas se basa en “opiniones”, las de los demás sobre lo que los demás harán ante una orden del líder. De ahí deduce Basu, como ya he recogido en otras entradas, que el Derecho no es más que un focal point. Cuando se pone en vigor una norma, todo el mundo revisa sus expectativas sobre lo que harán los demás y es fácil que piensen que la promulgación de la norma aumenta las probabilidades de que los demás la cumplan.
la idea importante que obtenemos es que el poder de la autoridad no es una fuerza exógena. Surge de las creencias y los comportamientos de los ciudadanos de a pie en sus quehaceres diarios. Las pequeñas e inocuas decisiones y creencias de las masas pueden acumularse hasta dotar a algunos individuos de un enorme poder. Pero, al estar construidas internamente, también pueden desvanecerse con la misma rapidez
Kaushik Basu, Hume and Hobbes, with a Dash of Nash Why Have Leaders at All? 2021
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