miércoles, 13 de noviembre de 2024

Cuando la democracia (las votaciones) falla: una razón más para la selección tecnocrática de las políticas

Europeana en Unsplash

Poner a los políticos a decidir qué políticas públicas se ponen en marcha es muy peligroso porque los políticos carecen de los conocimientos, la formación y la experiencia necesarias para adoptar 'buenas políticas' y, lo que es peor, a menudo, carecen de los incentivos. Por eso, normalmente, el populismo conduce a la miseria a todos los países que han sido gobernados por 'líderes del pueblo' durante el tiempo suficiente. Sólo hubo un populismo 'bueno' en la historia de occidente: el del New Deal norteamericano que funcionó porque los políticos de la época eran grandes patriotas (Roosevelt, Truman)

El pensamiento de suma cero analiza las decisiones políticas bajo la mentalidad de que los beneficios para un grupo social se logran necesariamente a costa de otro grupo... Esta visión del mundo... se manifiesta incluso en relación con decisiones o políticas que se considera que son beneficiosas para todos. Por ejemplo, los expertos consideran que las inmigración (cualificada) estimula el crecimiento económico y la innovación, crea una base impositiva más grande e incluso mejora las posibilidades de empleo de los trabajadores locales porque existen complementariedades y efectos de aglomeración. Sin embargo, el lugar común consiste en afirmar que cada puesto de trabajo que ocupa un inmigrante se lo quita a un nativo. En cuanto al comercio exterior, los economistas suelen hacer hincapié en que el libre comercio es beneficioso tanto para el país importador como para el país exportador, ya que permite a los consumidores obtener bienes y servicios a precios más bajos... Sin embargo, los argumentos proteccionistas se centran en cómo las élites de un país ganan a expensas de los trabajadores.  

Ofrecemos un argumento basado en la información de la que disponen los votantes que muestra cómo el pensamiento de suma cero puede manifestarse incluso con votantes completamente racionales. El modelo es aquel en que los votantes se enfrenta a opciones legislativas pero ignoran cuántos y quiénes se benefician de una política en relaciión con otra. Pues bien, esta incertidumbre respecto de cómo se repartirán los efectos de la política entre los distintos grupos junto con información asimétrica entre los votantes da lugar a un razonamiento de suma cero.

El votante se pone en lo peor y cree que estará en el grupo perjudicado y vota en contra de la política que proponen otros - los que no son de su grupo a los que considera mejor informados (saben que estarán en el grupo beneficiado)

... este efecto puede empujar a un electorado en general a apoyar políticas contrarias a sus intereses.

es decir, vota en contra de políticas - como las políticas pro-inmigración, o de liberalización de alquileres o de libre comercio - que le beneficiarían 

Los autores proponen el siguiente ejemplo

Ann, Bella y Carol votan entre las políticas p∗ y p-∗, y se implementa la política que obtiene más votos. El resultado para cada votante de la política p-∗ es 0. Por el contrario, la política p∗ da como resultado dos ganadores, cada uno de los cuales recibe un resultado de + 2, y un perdedor, que recibe un resultado de -3. Ex ante, los votantes son simétricos: hay tres estados igualmente probables en el mundo, {ωA,ωB,ωC}, donde ωi es el estado en el que el votante i es el perdedor. 

Teniendo en cuenta estos resultados, la política p∗ resultaría elegida por los votantes si estuvieran plenamente informados, es decir, si conocieran el estado del mundo. Al ser ex ante óptima, esa política también prevalecería si se supiera que todos los votantes están desinformados. 

El caso interesante es aquel en que los votantes sufren de asimetría informativa respecto de los efectos de cada opción de política legislativa. Supongamos que cada votante sabe privadamente cuál es su beneficio de la política p∗ con una probabilidad (independiente) λ > 0 y, por lo demás, permanece desinformado. 

Para ilustrar el alcance del pensamiento de suma cero, imaginemos que λ es pequeño, lo que implica que, con una alta probabilidad, las tres votantes consideran que la política p∗ es superior. Sin embargo, la incertidumbre de cada votante acerca de lo que los otros votantes saben da como resultado un equilibrio estricto que selecciona la política p-∗ con alta probabilidad. Ese equilibrio implica el siguiente comportamiento:

    • El votante que sabe que perderá si se pone en vigor la política vota p-∗ y el que sabe que saldrá ganando p∗;
    • El votante que no sabe si será ganador o perdedor vota p-∗. 

... este comportamiento constituye un equilibrio. En la medida en que un votante informado vota a favor de su política estrictamente preferida, basta analizar qué incentivos tiene una votante desinformada, digamos, Ann. Su voto afecta a los resultados solo si rompe el empate entre Bella y Carol, Supongamos que una de ellas vota p-* y la otro vota p∗. Y Ann sabe que solo alguien que sabe que saldrá ganando con esa política votaría p* mientras que un votante que carece de la información correspondiente o que se sepa perdedor con esa política votaría p-*. Para λ ≈ 0, Ann atribuye una probabilidad mucho mayor al primer caso porque tanto Ann como las otras dos, en la medida en que carecen de información, atribuirán idénticas probabilidades de acabar siendo el segundo ganador. 

Por lo tanto, cada vez que su voto es decisivo, Ann cree que ella será una de las dos ganadoras con una probabilidad del 50 %. Probabilidad  más baja que la probabilidad de 2/3 que tenía ex ante. Con estas probabilidades provisionales, Ann considera estrictamente óptimo votar p-∗, ratificando que se trata de una estrategia que es un equilibrio estricto. Es decir, cuando están desinformados, los votantes temen que el apoyo a la política p∗ proceda de los que están mejor informados, en cuyo caso lo óptimo para ellos es votar p-* reforzando así la sospecha inicial. 

Obsérvese que si λ ≈ 0, es probable que todos los votantes estén desinformados. Como todos votan p-∗, esa política gana casi con certeza. Este resultado contrasta con lo que prevalece en el punto de referencia sin información. También contrasta con lo que se elegiría si todas las señales se realizaron públicamente; En ese escenario, la política p* ganaría casi con certeza porque los votantes verían que todos ellos están desinformados y, por lo tanto, votarían a favor de la política óptima ex ante. Por lo tanto, tanto ex ante como con información pública, los votantes tienen preferencias alineadas y favorecen la política p*. 

Se demuestra, pues, que la cuestión se reduce a cómo un votante desinformado, digamos Ann, valora una política en función de que los demás sepan si la política les beneficia. ¿Debería ver Ann las buenas noticias para los demás (los demás saben que la política les beneficia) como buenas o malas noticias para sí misma? 

Por un lado, un votante puede acoger como buenas noticias las relativas a una política porque la política produce muchos ganadores (beneficia a muchos), lo que aumenta las proabilidades de que el votante esté entre los ganadores. Esta fuerza de selección favorable (por oposición a selección adversa) es potente si la incertidumbre sobre el número de ganadores triunfa sobre la incertidumbre distributiva, por ejemplo, en una decisión en la que todos los votantes ganan o todos pierden con una política. La segunda fuerza es la selección adversa: para cualquier número dado de ganadores, las probabilidades de que Ann sea ganadora se reducen cuando otros reciben buenas noticias. Este efecto de desplazamiento aparece en nuestro ejemplo anterior, donde el número de ganadores es fijo

 S. Nageeb Ali, Maximilian Mihm, Lucas Siga, The Political Economy of Zero-Sum Thinking, 2024

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