foto: @jtlevy
En una entrada anterior nos referíamos a un trabajo que explicaba por qué es más fácil llegar a un acuerdo para boicotear al que incumple contratos que un acuerdo para repartirse mercados o subir precios: el interés individual y el interés colectivo coinciden en el primer caso mientras que no lo hacen en el segundo. Ahora me he encontrado con el resumen de un artículo en Nature Aquí:
Los científicos han demostrado que las instituciones autónomas que promueven una mayor cooperación a través de un sistema de castigo pueden surgir espontáneamente, sin necesidad de intervención de una autoridad superior... un equipo internacional de científicos de Austria, Alemania y Canadá han demostrado cómo y por qué las sociedades primitivas pueden haber evolucionado desde el castigo (recíproco) entre pares hasta el castigo centralizado. En los modelos de aprendizaje social llamados "juegos de bien público", los compañeros aplican directamente la ley y castigan a los gorrones (aquellos que se benefician de la imposición de sanciones pero no contribuyen a ellas), mientras que en un sistema centralizado todos contribuyen a sufragar el coste inicial de poner en marcha una institución social que imponga las sanciones en nombre del grupo.
El castigo recíproco permite sostener la cooperación pero impone un coste al que castiga cuyo comportamiento puede calificarse, pues, como altruista. Como todos los participantes, incluidos los gorrones se benefician del aumento de la cooperación debido a las sanciones, mientras que los costes de las sanciones son soportados por unos pocos, los sistemas de castigo pueden volverse inestables, a medida que los que castigan se muestran cada vez más insatisfechos con la desigualdad.
Nuestros modelos sugieren que el castigo centralizado - en el que todos los jugadores están obligados a contribuir al coste de la cooperación, como el pago de impuestos para sostener una fuerza policial, es la forma más estable de gobierno. Si bien el castigo descentralizado puede ser más eficaz, ya que sólo genera costes cuando alguien "infringe la ley",...es menos estable frente a quienes gorronean sobre las sanciones impuestas por otros.
El estudio demuestra que el castigo centralizado es superior al castigo descentralizado para disciplinar a los gorrones. Es más, si todos cooperan en el castigo centralizado, la necesidad de castigo recíproco o descentralizado desaparecerá con el tiempo. Esta predicción concuerda bien con los resultados empíricos de Elinor Ostrom
De interés para los juristas: `”pool-punishment” supone poner en marcha una organización explícita en forma de persona jurídica con un nexo, mientras que “peer-punishment” implica contratos en red (todos con todos). Los costes de “poner en marcha” son mucho más elevados para el primer sistema, pero los costes de funcionamiento son menores – por eso, son más estables los primeros que los segundos –. Por tanto, si el grupo es muy grande y los costes de coordinación son muy elevados, no surgirán sistemas de “pool-punishment” aunque puede ser suficiente con que una parte del grupo esté dispuesto a contribuir para que pueda ponerse en funcionamiento el sistema. No es necesario que todos los miembros del grupo lo hagan (Olson). Si hay pocas infracciones, será preferible el “peer-punishment”; si el coste individual de sancionar al incumplidor es bajo, será también preferible el sistema de peer-punishment.. Incluso, puede ocurrir que el coste de castigar al incumplidor sea negativo, es decir, que “nos guste” sancionar al incumplidor o puede suceder que castigar al incumplidor me genere un beneficio en forma, por ejemplo, de evitar una pérdida (en el caso de la otra entrada, cuando castigarlo me evite, a la vez, el daño derivado de que el infractor incumpla el contrato conmigo). Un coste añadido del sistema de pool-punishment es que los individuos tienen que abstenerse de sancionar ellos mismos al incumplidor, evitar la autotutela porque si ambos sistemas conviven, en función de las circunstancias, se puede producir un exceso de sanciones o, nuevamente, free-riding). El sistema de “pool-punishment” será especialmente eficiente cuando los costes individuales de sancionar al incumplidor sean muy elevados (cuando hay que detenerlo y meterlo en la cárcel).
Me recuerda el famoso ejemplo de Cheung y el hombre del látigo en las barcazas de transporte fluvial en China. El hombre del látigo no era el dueño de la barcaza, sino un empleado de los que tiraban de la barcaza desde la orilla que éstos habían contratado para que ninguno de los “socios” racaneara (como en las procesiones con los pasos, lo que sucede es que el sentimiento religioso hace que todos los que llevan el paso tengan incentivos para “arrimar el hombro” de manera que no hay un hombre del látigo sino uno que coordina el esfuerzo). En el ejemplo de Cheung, no hay peer-punishment, sino pool-punishment porque el coste del primero es muy elevado: los demás socios no están en condiciones de determinar fácilmente si alguno de ellos está racaneando no esforzándose y no hay disponible una forma individual de castigarlo –¿dejar de tirar? – que no perjudique al conjunto. Este es el texto de Cheung que se puede leer Aquí
"Mi ejemplo favorito es una travesía en la China pre-comunista, cuando un gran grupo de trabajadores caminaba por la ribera de un río remolcando un barco de madera de apreciable tamaño. El interés específico de este ejemplo es que los trabajadores decidieron voluntariamente contratar a un hombre del látigo, esto es, a uno cuyo trabajo consistía en dar latigazos a los propios trabajadores. La idea es que, incluso si cada uno de los trabajadores cumplía perfectamente con su obligación, sería muy costoso medir el esfuerzo de cada uno y su contribución al movimiento del barco y acordar una medida del esfuerzo para cada uno de ellos, tan difícil que la intervención de un agente central resultaba imprescindible"
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