Los judíos llegaron a Roma en tiempos del Imperio Romano como resultado de una deportación masiva tras su derrota en el siglo II. Por razones comerciales, debido a las expulsiones temporales de Roma y especialmente porque fueron deportados como esclavos, los residentes judíos se extendieron desde Roma al resto de Italia. Durante siglos, vivieron principalmente en los sectores proletarios, y su religión les impidió adquirir prominencia económica y social... Sin embargo, a finales del siglo XIV, un cambio repentino en la doctrina católica prohibió a los católicos prestar con ánimo lucrativo, al mismo tiempo que permitía a los judíos hacerlo…
Durante la Edad Media, la Iglesia Católica, en varios Concilios, había prohibido los préstamos con interés. Esta prohibición, que antes se había limitado al clero católico, se extendió a los católicos en general. Por otra parte, el Concilio de Letrán en 1215, que prohibió a los judíos prestar si los intereses eran altos o desmesurados, autorizó, de forma implícita el préstamo a cambio de un interés “normal”…
Entre 1260 y 1340, la península italiana experimentó una fuerte expansión de los gremios de comerciantes y artesanos… Estas organizaciones adquirieron el control total de las actividades económicas primarias en las ciudades italianas más grandes. Debido a que para ser miembro de un gremio era requisito la profesión de fe católica, un gran número de judíos se vieron obligados a abandonar sus ocupaciones tradicionales. Por otra parte, los judíos no podían continuar sus actividades agrícolas porque no se les permitía poseer tierras en la mayoría de los estados italianos…
(en fin)… algunos judíos de la Italia Central que habían ejercido el comercio durante la Edad Media habían acumulado una riqueza considerable y tenían tanto el capital como la experiencia para convertirse en prestamistas… En el siglo XV, la minoría judía había alcanzado prominencia como prestamistas en todas las ciudades grandes del centro y norte de Italia.
Las ciudades que acogieron a una comunidad judía desarrollaron mercados de crédito complejos. Esto ocurrió por dos razones. La primera fue que las comunidades judías se especializaron en el negocio del préstamo de dinero. El segundo fue que la propaganda franciscana contra la usura, que fue particularmente feroz durante el siglo XV, condujo a la creación de (los "Montes de Piedad", con la intención de expulsar a los judíos locales del negocio financiero. Los "Montes de Piedad" fueron creados en aquellas ciudades donde la minoría judía era más influyente.
La relación de los judíos con los Montes de Piedad no es exactamente la esperada (la expulsión de los judíos) porque los Montes de Piedad carecían de la expertise necesaria y eran bastante ineficientes. Pero, sobre todo, porque los Montes de Piedad hacían préstamos al consumo, no financiación empresarial y, en este ámbito, la ventaja de los banqueros judíos era inapelable. Sólo entre el siglo XVII y XVIII pudieron los Montes de Piedad extender su negocio desde el crédito al consumo al crédito comercial y empresarial.
Dice Pascali
La presencia de una comunidad judía en la ciudad proporciona tres apoyos diferentes a los Montes de Piedad. En primer lugar, los franciscanos siguieron utilizando el fantasma de la usura judía para promover frecuentes procesiones, donde el perdón de los pecados se ganaba a cambio de donaciones al Monte. En segundo lugar, los judíos eran frecuentemente obligados a pagar un impuesto al Monte local o a depositar en él parte de los ingresos de sus actividades bancarias. Por último, en otros casos, proporcionaron la expertise necesaria para la creación del Monte de Piedad.
De manera que la creación de un Monte de Piedad no significaba, necesariamente, la expulsión de la comunidad local judía y en los casos en los que se les expulsaba, no era infrecuente que se les invitase a regresar a los pocos años.
Mientras que las casas de empeño judías desaparecieron, los Montes de Piedad sobrevivieron hasta el día de hoy y dieron lugar a una parte significativa de los bancos italianos actuales.
Al mismo tiempo, en muchas ciudades de Italia la financiación al consumo y al comercio tuvo que recurrir a instrumentos tradicionales, es decir, no era la actividad más o menos profesionalizada que se articuló a través de los prestamistas judíos y de los Montes de Piedad. Como las Cajas de Ahorro nacieron asociadas a los Montes de Piedad, la influencia de éstos sobre los niveles de crédito llegan hasta nuestros días.
Consideremos, por ejemplo, las ciudades de Ivrea y Chivasso. Estas dos ciudades tienen una historia demográfica similar y comparten los mismos gobernantes durante al menos ocho siglos. Hoy comparten los mismos legisladores y los mismos tribunales porque ambos pertenecen a la provincia de Turín. Sin embargo, Ivrea acogió a una comunidad judía en 1500 (los turistas todavía pueden visitar un antiguo cementerio judío y una sinagoga), mientras que Chivasso no lo hizo. En 1591, un Monte di Pietà fue creado en Ivrea; Su acto de constitución se justificó por la necesidad de proteger a las masas católicas de la usura judía. Aunque la comunidad judía desapareció por lo menos hace un siglo, el Monte funcionó hasta 1984 como la institución de préstamos primaria en la ciudad. Todavía hoy, Ivrea domina a Chivasso en términos de crédito privado sobre PIB (98 por ciento frente a 42 por ciento) y en número de sucursales bancarias por residente (0,001 frente a 0,0006).
Haber acogido un Monte de Piedad en el Renacimiento da lugar hoy a un aumento en la disponibilidad de crédito al sector privado (en porcentaje del PIB) en el orden de por lo menos un 80 por ciento y un aumento en la densidad de sucursales del 24 por ciento.
Utilizando la demografía judía en 1500 como instrumento, resulta que un aumento en la disponibilidad de crédito actual del 1 por ciento aumenta el PIB per cápita en los municipios italianos en al menos 0.18 por ciento. El efecto de la densidad de sucursales es aún más fuerte: un aumento en la proporción de sucursales bancarias del 1 por ciento aumenta el PIB per cápita en al menos 0,7 por ciento.
En otras palabras, si un banco "cae del cielo" en una ciudad en la que hay un número de sucursales bancarias en la media de las poblaciones de la región, el PIB per cápita local aumenta un 2,8 por ciento. Estas estimaciones apoyan la conjetura de que las entidades de crédito tienen fuertes efectos positivos sobre el desarrollo económico. Curiosamente, según mis estimaciones, al menos un tercio de la brecha en la disponibilidad de crédito actual entre el norte y el sur de Italia se puede atribuir a la expulsión de los judíos del reino de Aragón (en 1493 en Sicilia y Cerdeña y en 1503 en el Reino de Nápoles aunque la expulsión no se completó hasta 1541). Este hallazgo implica que al menos el 12 por ciento de la brecha norte-sur en el PIB per cápita es atribuible a la actual menor disponibilidad de crédito, menor disponibilidad de la que la expulsión de los judíos es la causa
¿De qué modo contribuyen al desarrollo económico de una zona los bancos? Hay varias explicaciones. La que se denomina “schumpeteriana” es la que afirma que los bancos mejoran la productividad de una economía porque dirigen los ahorros hacia los proyectos de inversión más productivos, es decir, proporcionan financiación a las empresas más productivas
… que las instituciones bancarias mejoran el desempeño económico a través de su capacidad para fomentar la productividad agregada (por ejemplo, la producción total producida por la economía para un determinado conjunto de insumos) en lugar de la acumulación de capital. Un aumento en la disponibilidad de crédito del 1 por ciento aumenta la productividad total en al menos 0,03 por ciento (0,2 por ciento para la densidad de sucursales). Además, demuestro que los efectos de los bancos sobre la productividad agregada se materializan mediante la reasignación de recursos hacia las empresas más productivas y no mediante un aumento de la productividad media de las empresas. Este hallazgo parece validar teorías que enfatizan la importancia del papel de los bancos en la explotación de la información ex-ante sobre las oportunidades de inversión para seleccionar las más prometedoras.
Pascali, Luigi (2013) Banks and development : Jewish communities in the Italian Renaissance and current economic performance The Review of Economics and Statistics, March 2016, Vol. 98, No. 1 , Pages: 140-158
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