sábado, 12 de abril de 2025

Cómo inventaron los glosadores la 'sole corporation' (Ernst Kantorowicz)

Ernst Kantorowicz and Michael Cherniavsky, c. 1950

La sole corporation por excelencia es la corona. El rey o el Príncipe. En las páginas que resumo a continuación, Ernst Kantorowicz explica el 'truco' intelectual que los glosadores y posglosadores inventaron para atribuir al príncipe, un individuo, la condición corporativa y, por tanto, la sucesión perpetua y la vida eterna. De este modo, también, la cabeza de la Iglesia, o sea, el Papa, podía ser considerado también como una corporación por sí mismo. El 'truco' consiste en extender la membrecía de la corporación no solo en el espacio sino en el tiempo: los miembros de la corona son todos los príncipes que lo han sido en el pasado y todos los que lo serán en el futuro. 

Un canon (c. 70) del cuarto concilio de Toledo (633) decretó que los libertos de la Iglesia y sus descendientes no podían perder su condición clientelar respecto de su patrón - la Iglesia - porque ésta 'nunca muere' - nunquam moritur.

Este canon acabó en el Decreto de Graciano que, apoyándose en una carta del Papa Pelagio que decía que la Iglesia no podía dejar de existir hasta el día del juicio final, ecclesia nulla esse non potest, condujo a la máxima Ecclesia nunquam moritur... una continuidad tomada de la de la ciudad de Roma.

La concesión de imperium a un rey o príncipe era resultado - dice Ernst Kantorowicz, no relacionado con Hermann - de la "cooperación entre Dios y el pueblo". En la fórmula de Juan de París, populo faciente et Deo inspirante. El imperio como "cuerpo político suprapersonal" tiene su origen en Dios, mientras que "el príncipe, como individuo es designado por el pueblo" y el pueblo es "sempiterno". De modo que es la "agencia conjunta de un Dios eterno y de un pueblo sempiterno" la que produce la concesión de imperium. "La intervención de la Iglesia en el nombramiento del príncipe deviene, pues, supérflua". 

Baldo extendió la vida eterna y la sucesión perpetua a los 'reinos'

"Un reino se compone no solo del territorio, sino también los habitantes del reino porque esos colectivamente son el reino... Y la totalidad o respublicae del reino no muere, porque continúa existiendo incluso después de que los reyes desaparecen. Porque la respublica no puede morir -non enim potest respublica mori- y por eso se dice (D.2,3.4, que la "respublica no tiene heredero" respublica heredem non habet porque vive para siempre...

Esto es fascinante. Por la herencia, el heredero sucede al difunto, al que muere. Las corporaciones no conocen la herencia porque no mueren. Los que mueren son sus miembros pero, como unos miembros sustituyen a otros, la corporación permanece idéntica y sus bienes y derechos no se transmiten. Lo que cambia es el que ocupa la magistratura de la corporación. 

Baldo construyó así la "perpetuidad de los cuerpos políticos e inmortalidad de las personas ficticias". Por razones parecidas a la inmortalidad y continuidad de los géneros y las especies. Un municipio era un 'género' y no podía perecer, por lo que un usufructo a su favor, devenía perpetuo.  

Respecto de la definición de persona jurídica de Inocencio IV, Kantorowicz explica que, aún siendo negativa (no se puede excomulgar a una persona jurídica porque carece de alma y no se puede castigarla porque carece de cuerpo), 

"la definición creó... algo muy positivo: la posibilidad de tratar cada universitas (es decir, cada pluralidad de hombres reunidos en un cuerpo) como una persona jurídica, la posiblidad de distinguir esta persona jurídica claramente de cada persona natural dotada de cuerpo y alma y, a la vez, tratar a una pluralidad de individuos, jurídicamente como una persona".

o sea, generalizar la corporación a todos los grupos organizados.  

La definición de corpus mejor que he leído nos la proporciona el otro Kantorowicz en su La definición de Derecho: 

Cabe decir que las normas constituyen un cuerpo cuando poseen alguna característica común que las hace coherentes e interdependientes por ejemplo cuando tienen el mismo contenido (derecho privado, derecho penal) pertenecen al mismo código o al mismo Estado, tienen su origen en la misma nación o coinciden en el tiempo o en el espacio (derecho antiguo, derecho europeo). A efectos de la finalidad de una historia de la ciencia jurídica, el término derecho no debe por lo tanto, ser entendido como "un derecho" en su individualidad (por ejemplo, una norma legislativa o consuetudinaria) sino como un determinado "cuerpo" de normas que puede distinguirse de otros cuerpos semejantes, en especial de otros sistemas sociales, tales como los hábitos colectivos o la moral social

La membrecía es lo que une a los elementos que forman una corporación (no en vano llamamos 'miembros' a los brazos y las piernas de nuestro cuerpo). Todos los miembros poseen alguna característica común y esa característica los unifica y los hace interdependientes. 

La sucesión no la asegura, como en el caso de los humanos, que el heredero ocupe la posición del difunto, sino la eliminación de la propia muerte del causante como 'hecho' que 'abre' la sucesión. En su lugar, simplemente, se procede a sustituir al miembro fallecido.

"La universitas se nutre de la sucesión"... gracias a su autorregeneración sucesiva, la universitas no muere. Como dijo Bartolo: "nada en este mundo puede ser perpetuo... excepto por vía de sustitución".  

De esta forma, los miembros de la corporación, singularmente considerados, devienen irrelevantes. Porque miembros son no solo los que lo eran en cada momento, sino todos los que lo habían sido en el pasado y lo serían en el futuro. Y esa sucesión perpetua es la que proporciona vida eterna y la que convierte la corporación en un corpus mysticum. Un corpus porque todos los miembros poseen la característica común que los une y mysticum porque la unión no es física y alcanza a los que ya no están vivos y a los que no han nacido todavía. A contrario, las organizaciones que no eran permanentes no podían considerarse corporaciones, universitates.

De manera que la corporación se 

"proyectaba hacia el pasado y hacia el futuro y conservaba su identidad a pesar de los cambios... la universitas corporativa se desprende de sus componentes individuales... mortales.. (que) devienen irrelevantes en comparación con el cuerpo político inmortal".

Y aquí aparece la 'invención' de la corporación que sólo tiene un miembro en una determinada coordenada espacio-temporal: la corona. Si quiénes fueran los miembros en cada momento carecía de importancia porque la corporación existía solo "en el tiempo" y por sucesión, 

"normalmente, la pluralidad de personas necesaria para formar un cuerpo colectivo se configuraba en los dos sentidos: horizontalmente, en cuanto formada por todos los que vivían simultáneamente y verticalmente, por los que vivían sucesivamente"

Sin embargo, una vez que se asentó el principio según el cual la «pluralidad» o «totalidad» (totum quoddam) —en contraposición o incluso en oposición diametral al concepto puramente organológico— no estaba restringida al espacio, sino que podía desplegarse sucesivamente en el tiempo, se pudo prescindir conceptualmente de la pluralidad en el Espacio. Es decir, se construyó una persona corporativa, una especie de persona mística, que era colectiva únicamente y exclusivamente en términos temporales, ya que la pluralidad de sus miembros existía solo y exclusivamente por sucesión; y así se llegó a una corporación unipersonal y persona ficticia, en la que la larga serie de predecesores y la larga serie de futuros o potenciales sucesores representaban, junto con el titular actual, esa «pluralidad de personas» que normalmente estaría conformada por una multitud de individuos coexistentes en el mismo momento... Este concepto curioso resolvió, por así decirlo, el difícil problema de la perpetuidad del jefe del cuerpo político. Es sobre esta base... que debemos abordar la cuestión del Rey «nunca muere». 

Ernst Kantorowicz, The King's Two Bodies, capitulo 7. On continuity and corporations. p 308 ss

No hay comentarios:

Archivo del blog