Viggo Johansen, 1881, Noche de Paz
Quartz ha publicado un artículo (vía @cabralestweet) en el que se recogen trabajos económicos relevantes a juicio de algunos economistas.
Organización de la asistencia sanitaria: seguro obligatorio
Amy Finkelstein, Nathaniel Hendren, and Mark Shepard Subsidizing Health Insurance for Low-Income Adults: Evidence from Massachusetts
“Incluso unas primas de seguro modestas puede desincentivar fuertemente la cobertura universal de la asistencia sanitaria entre la gente de ingresos bajos”
El resultado es que los pobres no se aseguran aunque se subvencione el seguro de salud. O sea, que sigue habiendo buenas razones para imponer el seguro obligatorio de enfermedad. Y sigue sin haber razones para que el país más rico del mundo sea un “outlier” en este ámbito de la política social. Todos los países desarrollados tienen sistemas de salud de adscripción obligatoria aunque las formas de prestar los servicios varíen mucho. Y estos sistemas son más eficientes que el de Estados Unidos tanto en términos de coste de cubrir a toda la población como en términos de resultados. Este es el abstract
¿Cuánto están dispuestos a pagar las personas de bajos ingresos por un seguro de salud y cuáles son las implicaciones para los mercados de seguros? Utilizando datos administrativos del intercambio de seguros subsidiado de Massachusetts, aprovechamos las discontinuidades en el cronograma de subsidios para estimar la disposición a pagar y los costos del seguro entre los adultos de bajos ingresos. A medida que los subsidios disminuyen, la suscripción del seguro cae rápidamente, un 25% por cada 40 dólares de aumento en las primas mensuales para los asegurados. Los asegurados marginales tienden a ser de menor costo, lo que concuerda con una selección adversa en el seguro… la disposición a pagar de los asegurados es siempre menos de la mitad de los propios costes esperados (de forma que, con un seguro voluntario incluso subvencionado) el aseguramiento será muy incompleto: si las primas que pagan los asegurados representaran el 25% de los costes promedio de las aseguradoras, sólo la mitad, como máximo de la población asegurable compraría un seguro. Incluso aunque las primas estuvieran subvencionadas de forma que el asegurado pagase sólo el 10 % de los costes medios, el 20 % de la población no contrataría el seguro.
Servicios públicos universales son, a menudo, más eficientes
Elizabeth U. Cascio Does Universal Preschool Hit the Target? Program Access and Preschool Impacts
Le preguntaron a Jon Elster por un ejemplo de conducta altruista “pura”. Y él dijo: “Mandar a mis hijos a estudiar a la escuela pública”.
Este trabajo enlaza con el de más arriba sobre la eficiencia del seguro sanitario obligatorio y universal y aporta una comprobación de una intuición: que, a menudo, los beneficios sociales de establecer programas universales de servicios públicos son desproporcionadamente mayores que los de los programas dirigidos sólo a los más necesitados. En concreto, resulta del estudio que los beneficios para los niños más necesitados de ir a una guardería son significativos en un marco de acceso universal a la educación preescolar pero desaparecen cuando el acceso a la guardería no alcanza a toda la población, sino sólo a los que no tienen medios para pagarse la guardería. Un punto para los Estados del bienestar que reconocen como derechos subjetivos los servicios públicos. La autora – que analiza los datos de EE.UU. - aprovecha
las reglas de elegibilidad (quién tiene derecho a una plaza en una guardería – pre 4 años –) por edad para estimar los beneficios cognitivos y socioemocionales a corto plazo de la asistencia a la guardería en los datos de la encuesta donde se pueden evaluar directamente las influencias mediadoras de las características del programa. Mi enfoque específico es el acceso: se trata de averiguar si los programas universales de guardería ofrecen mayores beneficios que los programas de guardería específicos para niños de bajos ingresos. Hay buenas razones para pensar que este podría ser el caso. Por un lado, al estar abierto a todos, los programas universales llegan a los niños de bajos ingresos que no cumplen con los criterios para ser admitidos en programas específicos, y que, en tal caso, carecerían de una experiencia preescolar. Con solo el 60% de los niños de 4 años matriculados hoy, existe un margen considerable para aumentar la educación preescolar. Es probable, además, que los programas universales también sean de mayor calidad dados los insumos observados o los estándares del programa. Las razones que explicarían esta mayor calidad de los programas universales Pueden atraer mejores maestros, establecer expectativas más altas o estar bajo una mayor presión de los padres para desempeñarse.
Discriminación
Dylan Glover, Amanda Pallais, and William Pariente, Discrimination as a Self-Fulfilling Prophecy: Evidence from French Grocery Stores
“los prejuicios sociales sobre grupos minoritarios de la población pueden empeorar el rendimiento de los miembros de esos grupos”
Si los que toman las decisiones sobre el personal en una empresa tienen un sesgo contra los trabajadores que pertenecen a un grupo minoritario (extranjeros, personas de otra raza etc), tienden a esperar un más bajo rendimiento por su parte y, como una promesa autocumplida, cuando estos trabajadores se emparejan con estos gerentes, su rendimiento es peor. Los autores hicieron un experimento con cajeros de una cadena de supermercados francesa
“En las tiendas estudiadas, los cajeros trabajan con diferentes encargados en función del horario que se le asigne, de manera que quién fuera su “jefe” un día concreto resultaba aleatorio. Cuando el horario de un cajero que pertenecía a un grupo minoritario le conducía a trabajar con determinados encargados, su rendimiento era más bajo, es decir, faltaban más a menudo, pasaban menos tiempo en el trabajo, escaneaban los productos en la caja más despacio y perdían más tiempo en pasar de atender un cliente a otro.
La explicación
“se encontraría en que los encargados que tienen prejuicios hacia los miembros de las minorías tienden a interactuar menos con ellos y dichos prejuicios se reflejan en el rendimiento de estos trabajadores: “Los prejuicios del encargado tienen consecuencias para el desempeño promedio de los trabajadores que pertenecen a un grupo minoritario: mientras que, en promedio, los trabajadores minoritarios y mayoritarios tienen un desempeño equivalente, en los días en que los gerentes son imparciales, las minorías tienen un desempeño significativamente mejor que los trabajadores mayoritarios. Los hallazgos son compatibles con la discriminación estadística en la contratación según la cual las minorías tienen un rendimiento inferior cuando se asignan a encargados con prejuicios.
De manera que es mucho más costoso para la empresa tener un encargado que tenga prejuicios hacia cualquier grupo minoritario. La empresa que discrimina internaliza, así, el coste de discriminar: obtiene un menor rendimiento de los trabajadores pero, a la vez, y si no renuncia a la discriminación, las empresas contratatarán menos miembros de grupos minoritarios o pagarán salarios más bajos. si no pueden discriminar en el salario que pagan a unos y otros. Parece que esta reducción del rendimiento se produce no sólo en el ámbito laboral sino también en la escuela: si los profesores y los padres no tienen expectativas de que los niños rindan mucho, éstos tienden a rendir por debajo de sus capacidades y posibilidades. Lo que uno piense – no ya los demás – de las propias capacidades también influye en el rendimiento. Para medir cuán prejuiciosos eran los encargados de los supermercados, los autores les hicieron un test de asociaciones implícitas para medir si los encargados consideraban que los magrebíes o subsaharianos eran, en general, más incompetentes que los de origen europeo.
Y es interesante que la razón del más bajo rendimiento de estos trabajadores cuando estaban presentes los encargados prejuiciosos no estaba en que éstos los maltratatasen, sino que interactúan menos, es decir, que la interacción entre el encargado y el trabajador aumentaba el rendimiento de éste. El que tiene prejuicios hacia una persona pero, a la vez, no quiere ser acusado de racista, evita simplemente el contacto con los miembros de esa raza. Probablemente este efecto es trasladable también a la escuela: los niños con los que los maestros o los padres interactuan menos rendirán también menos.
Medición de la pobreza
Robert Allen, Absolute Poverty: When Necessity Displaces Desire
“¿Cómo se puede vivir con un dólar al día?… Cuando la gente vive al borde de la supervivencia, sus necesidades prevalecen sobre sus deseos”
La métrica que utiliza el Banco Mundial para medir la pobreza extrema (un dólar al día) es una mala métrica y conduce a infraestimar el número de pobres. El autor propone tener en cuenta las necesidades y medir cuántos individuos no ingresan lo suficiente para cubrir las necesidades mínimas. El criterio del Banco Mundial tiene problemas relacionados
- con la dieta (en unos países la gente come harina de trigo, en otros, arroz es el alimento básico; las diferencias regionales dentro de un país – entre la ciudad y el campo – pueden ser muy importantes, de manera que la capacidad de compra medida en dólares puede ser engañosa etc);
- con el alojamiento (- dejamos para otra ocasión analizar las consecuencias de una frase que me dijo Fernando Alfaro: “la gente duerme en el mejor alojamiento que se pueda permitir” - porque las diferencias en ubicación de la vivienda y en los equipamientos impiden equiparar viviendas aparentemente semejantes. Sin embargo, “en 2005, el volumen de los servicios de alojamiento en África y en Asia se estimaron como un porcentaje constante del resto de los gastos de los consumidores”) y
- con la inflación y la conversión entre monedas: “los patrones de gasto de un hogar medio en Niger, por ejemplo, difieren extraordinariamente de los de un hogar medio estadounidense”
- mínimo consumo de calorías por cabeza para no considerar que alguien sufre desnutrición. El consumo necesario varía entre dos mil y tres mil por adulto en 10 países pobres. Pero, además, el resto del presupuesto de una familia pobre es muy variable en función del clima y del entorno (“dado que la mayor parte de los países más pobres están en los trópicos, es dudoso que el presupuesto para bienes no alimentarios promedio en esos países sea suficiente para sobrevivir al invierno ruso”
El autor propone establecer el umbral de la pobreza extrema en el presupuesto necesario para cubrir las necesidades básicas: presupuesto que incluye “tres categorías de gastos: comidas, bienes no alimenticios y alquiler de la vivienda” utilizando “programación lineal” “para establecer la porción que representa la dieta en el presupuesto de un pobre y los estudios de este tipo disponibles para los obreros industriales de San Petersburgo y Bombay de forma que se tenga en cuenta el clima al calcular el gasto no alimenticio, presupuestando de forma explícita y separada la vivienda”.
… los requisitos "básicos" -los que suministran cantidades adecuadas de calorías, proteínas, grasas y vitaminas y minerales necesarios para prevenir las dietas con anemia, beriberi, pelagra y escorbuto que describen las características principales de las dietas de los pobres. Esas dietas se basan en cereales, legumbres, un poco de leche o pescado, aceite y vegetales. La programación lineal no puede, sin embargo, describir todos los detalles de las dietas. También hemos presupuestado explícitamente el componente no alimentario de las "necesidades básicas" y expresado muchas de ellas en función del clima. Esto es importante para aplicar una línea de pobreza válida en cualquier parte del mundo, ya que el procedimiento existente del Banco Mundial brinda una línea que solo es apropiada para climas cálidos. El coste del alquiler varía enormemente entre países ricos y pobres, y la línea de necesidades básicas incluye ese diferencial, mientras que la línea del Banco Mundial no. Aunque la línea de pobreza propuesta aquí pretende ser austera, no obstante proporciona cierta libertad para recoger las costumbres y los gustos locales ya que los requisitos nutricionales son los recomendados por la profesión médica para mantener una "buena salud", lo que deja espacio para que las personas renuncien a ciertos niveles de salud a cambio de satisfacer sus preferencias en el consumo de azúcar o alcohol. Las necesidades básicas no son lo mismo que el gusto local. Sin embargo, estas posibilidades de elección por parte de los pobres son limitadas, porque así es ser pobre.
El resultado es que el número de pobres extremos en el mundo es muy superior al que dice el Banco Mundial. Especialmente en Asia y, lo que es más sorprendente, que hay millones de pobres absolutos en Occidente, especialmente en los Estados Unidos y en Gran Bretaña.
Prostitución y “lo que el dinero no debería poder comprar”
Scott Cunningham and Manisha Shah Decriminalizing Indoor Prostitution: Implications for Sexual Violence and Public Health
En este trabajo se utiliza una decisión judicial en Rhode Island (EEUU) que “legalizó” la prostitución no callejera (la que se realiza en burdeles) para comprobar los efectos sobre los delitos sexuales y las enfermedades venéreas. El resultado: disminuyeron ambos significativamente. Es un estudio valioso porque otros anteriores sobre la legalización de la prostitución habían subrayado que, lógicamente, al reducirse el “precio” (el carácter ilegal de una actividad es una forma de fijar un precio más elevado por consumir el producto) se producía un aumento de la actividad legalizada, esto es, más prostitución.
Educación y oportunidades
Raj Chetty, Nathaniel Hendren and Lawrence Katz The Effects of Exposure to Better Neighborhoods on Children: New Evidence from the Moving to Opportunity Project
Este trabajo es emocionante porque explica un “milagro”. El que se produce cuando coges a un niño pequeño, lo sacas de un ambiente en el que las malas condiciones sanitarias, la delincuencia y la falta de servicios son la regla y lo metes en un buen barrio. El milagro consiste en que ese niño irá probablemente a la universidad y ganará un buen sueldo cuando se incorpore al mercado de trabajo. Tiene que ver, de nuevo, con la frase que recogimos más arriba (“la gente se paga el mejor alojamiento que se puede permitir”) pero ahora pone de manifiesto que, cuando la gente hace eso, está actuando racionalmente.
En el estudio se comprueba que cuando familias pobres se mudan a un barrio mejor, los hijos tienen más posibilidades de ir a la universidad y, cuando crecen y se hacen adultos consiguen más ingresos en su vida laboral que los que se quedaron en el barrio de origen. También se reducen las probabilidades de que se conviertan en madres solteras. Y más interesante todavía es que hay que mudar a los pobres de barrio cuando los niños son pequeños. Si la mudanza se hace cuando los niños son adolescentes (a partir de los 13 años), los resultados son los contrarios. Dicen los autores que, probablemente, este efecto se deba a que los “costes de disrupción” superan los beneficios que proporciona el nuevo entorno (los adolescentes no se “adaptan”). Ya hemos dicho en alguna ocasión que esta categoría de costes – que leímos por primera vez en Trimarchi – tiene una importancia fundamental para cualquier política de reformas sociales o económicas: todas las ganancias de cambiar la situación pueden no ser suficientes para compensar los costes que la reforma de que se trate genera en forma dea disrupción de las relaciones económicas, sociales y personales preexistentes.
El techo de cristal de las mujeres en los trabajos
Alexandre Mas and Amanda Pallais, Valuing Alternative Work Arrangements
¡Son los horarios, estúpido!
El abstract es tan bueno que traducimos, simplemente, un párrafo del mismo. Lo interesante de este trabajo – según Oster que es la que lo ha seleccionado – es que nos explica las preferencias de los trabajadores respecto del horario de trabajo y la flexibilidad del mismo. Hay que pagar mucho más a alguien para que “renuncie” al horario tradicional de 9 a 5 y las razones se encuentran en que la mayoría de los individuos valoran muy negativamente que el horario de trabajo lo fije el empleador semana a semana (prefieren que les paguen un 20 % menos de salario) porque – parece ser – a nadie le gusta trabajar por la noche o en el fin de semana y a todos nos gusta poder planificar nuestro tiempo de ocio. Pero como hay algunos que tienen preferencias diferentes a las de la mayoría, pueden aprovecharla para obtener salarios más elevados por el mismo trabajo. La posibilidad de trabajar desde casa “vale” un 8%, especialmente para las madres con hijos pequeños quienes también valoran mucho que el empleador no pueda disponer discrecionalmente de su horario. Buenas ideas para las empresas que quieran conservar en su plantilla a mujeres competentes que, a la vez, no quieran renunciar a la maternidad.
Algunas entradas relacionadas
-
¿Por qué los campesinos pobres no se aseguran?
-
Leyes de pobres, aversión al riesgo y estabilidad social
-
La psicología de la escasez
-
Mutualidad en sociedades preindustriales: campesinos racionales con una Economía Moral
-
Economía del seguro
-
Aversión al riesgo, pérdidas catastróficas y probabilidades
-
Sobre lo que el dinero no puede (no debería) comprar
-
Gestionar la repugnancia de los intercambios
No hay comentarios:
Publicar un comentario