En este video y post se explica que las chicas excelentes en matemáticas obtienen peores resultados de los que podrían obtener porque les falta confianza en sí mismas, confianza que sí muestran en lengua. Los chicos excelentes no padecen, según sus declaraciones, esa diferencia de autoconfianza.
En el post se da por supuesto que es deseable aumentar la proporción de chicas que estudian ingenierías. Aunque se comienza hablando de carreras científicas, en realidad, el post se centra en ingenierías. Porque la desproporción entre sexos no afecta, al menos de manera tan notable a las carreras científicas en general. Al contrario, hay carreras científicas nucleares en la Universidad que están tan dominadas por las chicas como las ingenierías lo están por los chicos. Así ocurre singularmente con Medicina pero también, en general, en las carreras de Biología, Bioquímica o Psicología. Estos son los datos de la UAM.
No pretendo hacer aquí ningún análisis general de la cuestión, para lo que no tengo la información suficiente. Sólo querría explicar la racionalidad de esta boutade que escribí hace poco:
esto de las STEM empieza a resultar discriminatorio PARA LOS VARONES!!! Las mujeres sacan mejores notas que los varones, en promedio, si, además, se les discrimina positivamente para acceder a STEM,¡A LOS VARONES NO LES QUEDAN CARRERAS Q PROMETAN ALTOS INGRESOS! los varones ya han abandonado, prácticamente, MEDICINA. porque no pueden competir en NOTAS con las chicas. HAY QUE RESERVAR PLAZAS EN STEM (o al menos TEM) ¡PARA LOS VARONES!
¿Por qué digo que hay racionalidad detrás de ella? Porque creo que el problema de la escasa presencia femenina en carreras de ingeniería y matemáticas (más reducida en ingeniería y menos en matemáticas) es sólo un problema social menor si, en buena medida, no toda, esa menor presencia se debe, como parece que indican algunos estudios, a preferencias de las mujeres por un determinado tipo de carrera. Es evidente que en algunos casos, la huida de las carreras de ingeniería por parte de las mujeres puede tener otra explicación (ausencia de modelos masculinos durante el bachillerato, falta de confianza en sus propias capacidades, necesidad de una mayor seguridad en que se tendrá éxito…) pero no me parece que, desde el punto de vista del bienestar social (de toda la Sociedad) ese sea el problema que haya que resolver. Bienvenidas sean todas las iniciativas que, respetuosas con la libertad y la igualdad de los individuos aumenten la confianza de las chicas excelentes y, por tanto, su disposición a estudiar carreras técnicas.
El problema social no es que el 70 % de los estudiantes de Medicina sean mujeres. El problema social no es que el 85 % de los estudiantes de Ingeniería Informática sean hombres. El problema de España, en particular, es que la proporción de jóvenes que estudian carreras científico-tecnológicas es muy bajo y descendente. Es decir, el problema grave socialmente no es que haya pocas mujeres que estudien STEM. Es que hay también muy pocos hombres que estudian carreras de STEM. Las estadísticas confunden porque normalmente solo se fijan en las carreras universitarias lo que hace, por ejemplo, que España y Alemania tengan una proporción de estudiantes STEM semejante lo que es increíble. Pero si tenemos en cuenta la extendida Formación Profesional no universitaria en Alemania, que tiene en buena medida carácter técnico, esa igualdad se entiende mejor. No existe.
El sesgo feminista en el análisis de los problemas sociales – como cualquier sesgo – puede llevarnos por mal camino. En concreto, puede llevarnos a realizar más inversiones de recursos sociales en resolver un problema menor (o inexistente) y no prestar atención al problema mayor. El problema social mayor es el de que nuestros jóvenes, hombres y mujeres, huyen de las carreras tecnológicas. Lo que hay que hacer, pues, es implantar planes para aumentar la proporción de jóvenes que eligen bachillerato científico-técnico y luego una carrera técnica (ingenierías y biotecnología sobre todo) y desincentivar los estudios con mucho paro y poca calidad (ahí entran la mayoría de los grados de Ciencias Sociales y Humanidades).
Los partidarios de implantar planes dirigidos específicamente a las mujeres no pueden dejar de tener en cuenta que no hay comidas gratis y tampoco pueden dejar de tener en cuenta los numerosos estudios que indican que en la elección de la carrera hay mucho de preferencias de las mujeres por un determinado tipo de trabajo, preferencias que son distintas de las de los hombres en promedio. No hay razones para pensar que esas preferencias son ideológicas en sentido peyorativo porque en los países donde hay más igualdad sexual la presencia de mujeres en carreras técnicas no solo no es mayor sino que es incluso menor. Es más, parece que en esas sociedades, la proporción de jóvenes de ambos sexos que estudian carreras técnicas es descendente.
Y, desde esta perspectiva, la política “feminista” (incrementar la proporción de mujeres que estudian carreras técnicas) y la política indiferenciada (incrementar la proporción de jóvenes varones y mujeres que estudian carreras técnicas) pueden colisionar. Por ejemplo, lo harían si se diera preferencia – como ahora ocurre con enfermería en donde hay reserva de plazas para los que provienen de formación profesional lo que eleva muchísimo la nota de corte para acceder desde el bachillerato – a las mujeres sobre los hombres en igualdad de condiciones. ¿Por qué? Porque las mujeres desplazarían ,no a los varones “excelentes” (las mujeres sacan consistentemente mejores notas en casi todas las asignaturas menos en matemáticas y hay más individuos en los extremos de la distribución entre los hombres que entre las mujeres) sino a los varones “mediocres”. Y necesitamos que los varones “mediocres” pero con preferencias por la tecnología elijan carreras técnicas. O dicho de otro modo: los varones son un caladero más propicio para vocaciones técnicas que las mujeres, ceteris paribus y teniendo en cuenta las preferencias reveladas por las elecciones de carrera que realizan hombres y mujeres, hay que fomentar la elección de carreras técnicas especialmente entre los hombres, simplemente porque los resultados de esa política serán mejores desde el punto de vista del bienestar social.
Estos resultados son todavía mejores si se tiene en cuenta la enorme diferencia en abandono escolar temprano entre hombres y mujeres. No solo en proporción (21 % para hombres y 11 % para mujeres) sino en tendencia (en hombres parece estabilizarse y para mujeres sigue descendiendo). Una política que promueva las carreras técnicas para hombres aumentaría el bienestar social en mucha mayor medida si consiguiera reducir significativamente la “brecha de género” en el fracaso escolar.
Y todo esto es relevante porque debe conducir, a mi juicio, a rebajar las exigencias para cursar una carrera técnica. Hay que bajar y mucho el nivel exigido de matemáticas y dar acceso a carreras (o FP de grado superior) masivamente. Tiene que ser más difícil entrar en Historia o Filosofía o Magisterio que hacerlo en Ingeniería informática o Ingeniería Industrial (siempre pueden crearse carreras de “élite” para los superdotados como la actual doble de Matemáticas y Física que hay en la Complutense) Y es posible que las mujeres – que, según dicen esos estudios basados en encuestas – que no tienen bastante seguridad en sí mismas para hacer esas carreras porque les aterran las matemáticas estén más dispuestas a dar el paso si se les asegura que el nivel de dificultad es menor del que creían (por ejemplo, dedicando el primer año de carrera a repasar el plan de estudio de matemáticas y física de 2º de bachillerato). Comprobaremos así también, si las chicas estudian lo que quieren o su decisión está influida indebidamente por problemas de información o falta de referencias o apoyos.
3 comentarios:
Lo leí completo, estoy de acuerdo, precisamente estudié ingeniería industrial y no continué la carrera pero no fue por motivos de inseguridad femenina, ni nada, fue mi decisión. Simplemente creo que si es necesario dar oportunidades, y más si es una carrera donde hay que hacer cálculos mentales y analizar mucho, lo que lleva tiempo y una se puede equivocar, eso es algo humano, pero también dar oportunidad en cualquier tipo de carrera que se quiera aspirar sin importar si es hombre o mujer, siempre que se tenga la disposición de aprender.
Si los alumnos de Derecho saliesen de las escuelas sabiendo emplear sólo las oraciones simples, sin subordinadas ni coordinadas, los primeros años de Derecho se emplearían en enseñarles las oraciones compuestas. Y no pediríamos que, para facilitar la entrada de estudiantes, el primer año se dedicase a repasar las oraciones simples. No, las oraciones, simples o compuestas, se han de dar por sabidas y allá el estudiante si no las domina.
En Ingeniería ocurre algo parecido con las matemáticas: el nivel que se adquiere en las escuelas es tan bajo que los primeros años se gastan en subir el nivel, de ahí la dificultad. Pero es necesario, ya que son las herramientas base para lo que ocurrirá en las disciplinas técnicas posteriores.
Si he entendido bien, el problema verdadero es que faltan técnicos no universitarios. La antigua FP. Sobran universitarios de ciencias sociales y humanidades, y faltan técnicos de los que se manchan las manos.
Facil de resolver. Elimina todas las carreras de letras, salvo una general que tenga un poco de todo lo salvable de las demas (humanidades: filosofia, sociologia, antropologia,politicas,etc.) y derecho (no es una ciencia; es presecriptiva y no descriptiva). A ambas meteles minimo 60 creditos de matematicas (no deberia salir ni un egresado de una universidad sin conocimientos basicos de matematica discreta -la mas importante-, precalculo, analisis y calculo, probabilidad y procesos estocasticos, estadistica, estadistica multivariante, optimizacion e investigacion de operaciones y econometria/series temporales/machine learning; aunque sea a un nivel preliminar sin necesidad de demostraciones y calculos complejos, pero si entender el marco conceptual que hay detras y el lenguaje que utiliza)
Publicar un comentario