En la adolescencia… se producen cambios físicos notables encaminados a convertir cuerpos juveniles en cuerpos adultos y reproductivos…. Estos cambios funcionan como anuncio de la maduración sexual, aunque, curiosamente, y a pesar de que la primera regla puede llegar a los 9 o 10 años de edad, los primeros ciclos menstruales suelen ser anovulatorios (no se producen óvulos fecundables que puedan dar lugar a embarazos) y la época de reproducción óptima no sucederá hasta los 18 o 19 años. Este desfase entre el momento en que un cuerpo está, en líneas generales, preparado para tener descendencia y el momento en el que se empezará a tenerla es, sin duda, una característica privativa de los humanos. En los chimpancés, por ejemplo, la capacidad procreadora sucede muy poco después del debut de la pubertad, mientras que los humanos intercalamos un período notoriamente largo en el que nos toca navegar entre aguas ambiguas. Aun así, los beneficios son claro. Con un cuerpo que, prácticamente, ha completado su desarrollo, los individuos están preparados para entrenarse en plenitud de capacidades en el mundo de los adultos, modelar su autonomía, comenzar a asumir responsabilidades y practicar todas las competencias que le resultarán esenciales para la supervivencia. Tener aspecto de adulto favorece que estos admitan al adolescente en su círculo y le permitan iniciarse en el mundo de los mayores. Se trata de un período de inflexión fundamental para la adquisición de la independencia característica de los adultos, en el que podrán practica – de la forma más próxima a la realidad – las aptitudes necesarias para la creación de un círculo familiar y social propio. Y ese entrenamiento sucede en un ámbito que podemos considerar más o menos seguro.
Pero no todo es físico. Los cambios corporales van acompañados de una profunda y prolongada transformación del comportamiento – rebeldía, confrontación, agresividad, inestabilidad emocional, búsqueda del riesgo, incluso tendencias autodestructivas – que parece amenazar el porvenir de la descendencia que tanto nos ha costado criar.
El aumento en la secreción de hormonas sexuales, además de intervenir en la transformación del cuerpo adolescente, tiene un importante efecto modulador del comportamiento, que se refleja en las conductas impulsivas y agresivas… el acoso, por ejemplo, es un comportamiento muy común entre animales sociales para competir por los recursos. La agresividad, la violencia y la coacción son formas con frecuencia exitosas en la búsqueda de alimento o apareamiento. También bajo la influencia de la explosión hormonal, las conductas sexuales impulsivas y promiscuas satisfacen la necesidad de practicar tácticas de cortejo, explorar y determinar las preferencias sexuales y ejercitar en primera persona las capacidades reproductivas y socio-competitivas que no solo en los humanos, sino en la inmensa mayoría de los animales, serán necesarias para sobrevivir en la edad adulta.
… El número de trastornos alimentarios, cuadros depresivos, abuso de sustancias y muertes no naturales en este período es particularmente elevado. Según la OMS, las principales causas de muertes extrínsecas durante la adolescencia son los accidentes de tráfico y las autolesiones. Parece un sinsentido. Después del esfuerzo que en nuestra especie requiere superar los larguísimos y frágiles periodos de la infancia y la niñez ¿a qué viene esta autobroma de la adolescencia? ¿Cual puede ser el beneficio para que la selección natural no solo haya mantenido, sino que, en realidad, haya modelado ex novo una etapa que parece ser exclusiva de nuestra especie y con la que es tan complicado lidiar?…
Las presiones selectivas que han hecho que nuestra especie haya desarrollado un cerebro tan grande (Dunbar)… eran la necesidad de establecer y mantener relaciones sociales complejas. Tener amigos… aporta beneficios sociales, emocionales e incluso económicos… eso si, son caros… desde el punto de vista de la dedicación que requieren. Entre los adultos jóvenes se estima que el tiempo invertido en las relaciones sociales puede llegar a ser… de un 40 %…
Si la interacción social es el factor de presión selectiva más importante para el desarrollo de nuestro… cerebro, no es de extrañar la ansiedad ancestral que genera la aceptación por el grupo a la que nos enfrentamos de manera tan abierta durante la adolescencia. El miedo al rechazo social lleva operando sobre nuestra biología desde hace dos millones de años… Durante la adolescencia abandonamos el amparo del círculo parental y nos enfrentamos al veredicto del mundo… para poder formar un grupo o círculo propio más allá del heredado… los adolescentes… tratan de desligarse de los padres y buscan el apoyo y amparo de iguales, colegas y amigos… abandonar el nido supone someterse al juicio de terceros con los que no nos une necesariamente un vínculo de sangre.
Esta iniciación implica un estrés importante… lo que nos hace más proclives a cuadros de ansiedad y depresión o a actitudes defensivas u ofensivas con las que anticiparnos y protegernos del rechazo… Pero no solo… Tener amigos también es caro desde el punto de vista cognitivo… Los individuos en torno a los 20 años de edad tienen más amigos… que los que tienen 60. Esta promiscuidad social entre los 20-30 años probablemente refleja la necesidad de buscar relaciones románticas o fraternas duraderas y la utilidad exploratoria de la adolescencia. Pero mantener ese círculo social requiere grandes esfuerzos cognitivos… empatía y mentalización, pensar antes de hablar, controlar nuestros actos y nuestras palabras para no herir o generar desconfianza.
Todas estas funciones están relacionadas… con una zona del lóbulo frontal del cerebro (área 10 de Brodmann) que sólo existe en los primates antropoideos y, en particular, con el neocortex (… corteza cerebral o sustancia gris), que en el caso de los humanos está particularmente desarrollado…. En los humanos, los lóbulos frontales no finalizan su maduración hasta mucho más tarde que la edad en la que alcanzamos la mdurez física…
Esa maduración se materializa principalmente en un proceso que se conoce como mielinización. La mielina… envuelve y aísla las largas fibras de las neuronas (los axones)… La mielina es fundamental para que se transmitan de forma adecuada y veloz los impulsos eléctricos entre neuronas. Si no existe mielina, la transmisión de estas señales sería significativamente más lenta o… podría debilitarse y perderse… además, protege a las neuronas… La mielinización del área frontal se prolonga nada más y nada menos que hasta la treintena… Mucho después de haber alcanzado la madurez física.
… Ese retraso significativo en la mielinización… nos expone durante más tiempo a padecer algunos desórdenes psiquiátricos. Pero también significa que el cerebro de un adulto tiene todavía algún margen para reprogramarse, para responder a la interacción social y el ambiente, para desarrollar una cognición emotiva adecuada y adaptada al entorno al que ese adulto deberá enfrentarse… Durante este período se produce una intensa poda sináptica, esto es, un recableado en toda regla en nuestro cerebro, eliminando las dendritas de circuitos neuronales que se utilizan poco y estableciendo nuevas conexiones entre neuronas, que posibilitan formas alternativas de ver, juzgar, interpretar y resolver la realidad.
Aún no estaba todo escrito, aunque éramos adultos. Para el cerebro, la adolescencia es como una segunda oportunidad. Aprendemos sobre todo de niños, sí, pero también podemos aprender de adultos y ajustar mejor nuestros comportamientos y nuestra capacidad de reacción ante el mundo real… Este reseteo puede ser, además, crucial para la creatividad y la invención… Homo sapiens mantiene cerebros plásticos hasta casi el último minuto, permitiendo así adultos que serán diferentes y singulares en su conjunción de la genética y la experiencia vital.
María Martinón-Torres, Homo imperfectus, Barcelona 2022, pp 152-162
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