viernes, 5 de septiembre de 2025

Cuando el objetivo es epistémico y no distributivo: A crowd of crowds is wiser than any single crowd



El conocimiento es "una centella que brota del choque entre dos espadas"

Friedrich Nietzsche


Tom Stafford escribe una entrada en su blog-substack titulada: How to outsmart a crowd of 5000 people in 4 minutes que significa, más o menos, cómo volver más inteligente a una muchedumbre de 5000 personas en cuatro minutos. En la entrada, Stafford resume un artículo publicado en Nature and Human Behaviour (que no está en libre acceso y al que uno no tiene acceso a través de la UAM) ¡en 2018! que se titula Aggregated knowledge from a small number of debates outperforms the wisdom of large crowds de Navajas y otros. La tesis del artículo es la "sabiduría de una multitud de grupos en los que se delibera es mayor que la sabiduría de los grupos que, a su vez, es mayor, como sabemos desde Galton, que la sabiduría individual tomada aisladamente. 


El texto de Stafford parte del clásico ejemplo de Francis Galton (1907) sobre la “sabiduría de las masas”: cuando se pide a muchas personas que estimen un valor desconocido (como el peso de un buey), el promedio de todas las estimaciones suele acercarse mucho al valor real, incluso más que la mayoría de las estimaciones individuales. Este efecto, sin embargo, no es universal: falla cuando hay sesgos compartidos (pues el promedio también promedia el error) o cuando hay imitación entre los participantes (herding), lo que reduce la diversidad informativa.


El experimento lo llevaron a cabo Navajas y otros con 5.180 personas en un evento TEDx. Cada participante respondió individualmente a ocho preguntas con respuesta objetiva (por ejemplo, altura de la Torre Eiffel). Luego, se formaron grupos de cinco personas que discutieron durante un minuto cuatro de esas preguntas, registraron una respuesta consensuada y, después, cada individuo revisó sus respuestas iniciales.


Los resultados:

  • El promedio inicial de todas las respuestas individuales (sabiduría de la multitud) fue razonablemente bueno en algunas preguntas, pero muy malo en otras, especialmente cuando existía un sesgo compartido. Por ejemplo, la altura de la Torre Eiffel (324 m) fue estimada en promedio en 344,4 m, bastante cercano; pero el número de emperadores romanos (134) se estimó en 19,5, un error enorme atribuible a un sesgo común: basarse en el número de emperadores que cada individuo recordaba, lo que llevó a una infravaloración masiva. Como nadie recuerda más de 8 o 10 emperadores romanos, como mucho, y todos extrapolan a partir de ese número, no pueden imaginar que el número real sería 13 o 15 veces mayor (porque hubo un año, por ejemplo, en el que hubo 4 emperadores; porque a menudo hubo uno en Occidente y otro en Oriente; porque hubo épocas, sobre todo en el Bajo Imperio que los emperadores eran depuestos tras un corto tiempo en el cargo. De manera que, aunque los miembros del grupo supieran que el Imperio Romano duró cinco siglos, difícilmente podrían haber coincidido en una cifra tan alta de emperadores. Piénsese, por ejemplo, que los Austrias españoles reinaron en promedio casi 40 años. 
  • La deliberación en pequeños grupos mejoró sustancialmente la precisión. El promedio de las respuestas consensuadas de los grupos fue mejor que el promedio de todas las respuestas individuales. Más aún, bastaba con promediar las respuestas de solo cuatro grupos (20 personas) para superar la precisión del promedio de 1.400 individuos tomados individualmente. Esto implica que la discusión permite integrar información de manera más eficiente que la agregación masiva sin interacción.
  • La mejora no se explica por simple reflexión individual, sino por el intercambio argumentativo. La comparación entre preguntas discutidas y no discutidas (ambas respondidas dos veces) muestra que la mejora se debe a la deliberación, no al tiempo extra. Además, ningún método estadístico (media, mediana, exclusión de outliers) igualó la calidad de las respuestas consensuadas, lo que indica que el grupo no solo promedia, sino que evalúa y filtra información. En un estudio complementario en laboratorio, los participantes declararon que “compartieron argumentos y razonaron juntos”, confirmando que la deliberación introduce un proceso cognitivo colectivo que reduce errores. Aún más, tras la deliberación, las respuestas de los individuos convergen entre sí dentro del grupo, pero los promedios de los grupos se alejan unos de otros, es decir, la varianza entre grupos aumenta lo que significa que se incrementa la diversidad cuando se agregan consensos de grupos distintos. 

Lo interesante del experimento para mis propósitos es que, al analizar las decisiones colectivas, es importante tener en cuenta cuál es el objetivo del grupo que está tomándola. Y creo que se puede distinguir entre decisiones que tratan de compatibilizar las preferencias individuales, maximizando el bienestar colectivo entendido, à la Bentham, como la suma del bienestar de cada uno de los individuos de las decisiones que tratan de encontrar la 'verdad', el 'conocimiento' o adoptar la decisión que se considera mejor para el grupo como tal. En contextos organizativos donde la votación busca formar una voluntad colectiva orientada al interés común (y no a conciliar preferencias incompatibles), el voto cumple una función epistémica: agregar información relevante para decidir qué es “mejor” para el grupo y tiene sentido que la votación se produzca tras la deliberación pero que el objetivo de la deliberación no sea formar un consenso, sino mejorar la 'calidad' del voto individual. La deliberación previa a la votación aumenta la 'calidad' del voto individual en el sentido de que reduce la posibilidad de 'error'. 


Se explica así que, en grupos pequeños, la votación se sustituya a menudo por la adopción de decisiones por consenso y que en grupos muy grandes, la votación sea imprescindible, aunque en ambos se trate de encontrar el mejor curso de acción para el grupo en su conjunto. Y se explica también que en un mismo grupo organizado de manera estable en el tiempo - una corporación - convivan decisiones que tratan de compatibilizar o maximizar las preferencias individuales de los miembros con decisiones que tratan de formar la voluntad colectiva en el sentido que mejor avance los intereses comunes para los que se creó la corporación. Jurídicamente, como espero explicar detalladamente, eso significa que para las primeras decisiones, el votante puede avanzar sus preferencias y su voto solo se halla sometido a las exigencias de la buena fe, mientras que para las segundas, el voto está sometido a un deber fiduciario: ha de votarse lo que, de buena fe, esto es sinceramente y con independencia de juicio, uno cree que es mejor para el grupo. 


Los humanos somos 'supercooperadores' y nos ponemos fácilmente en 'modo colectivo' (we think), captamos las señales que nos indican cómo podemos lograr (acción colectiva) los resultados que son mejores para todos. Basta con que estemos razonablemente seguros de que no vamos a ser explotados. 


Aplicadas estas ideas a las corporaciones societarias como la sociedad anónima o limitada, puede decirse grosso modo que en una junta general, el voto sirve al accionista para defender sus derechos de propiedad y control sobre el patrimonio de la SA, es decir, su posición de parte en el contrato de sociedad. El objeto típico de la decisión de los accionistas —nombramientos, distribución de beneficios, modificaciones estatutarias— tiene un componente claramente distributivo o de poder, es decir, se trata de decisiones contractuales o que afectan a la posición del accionista como socio, no como miembro de la corporación estrictamente. En ese entorno, la función predominante del voto es la agregación de preferencias conforme a la proporción del capital que cada accionista ostenta. La información que obtenga el accionista y la deliberación previa a la votación juegan, en este tipo de decisiones, un papel secundario y el accionista puede perseguir sus intereses al votar como prefiera sin más límite que las exigencias que impone la buena fe (Rücksichtpflicht, deber de tomar en consideración los intereses de los demás accionistas). El voto es un mecanismo 'pacífico' de resolver un conflicto y el acierto de la decisión colectiva es secundario. 


En un consejo de administración, por el contrario, los deberes fiduciarios imponen a los administradores promover el interés social, no maximizar las preferencias de los consejeros. La deliberación es el núcleo del proceso de decisión y el voto, si existe, es una herramienta de ultima ratio para forzar el consenso el cuando no lo hay. Por eso decía Ruffini que la unanimidad no era una forma de adoptar decisiones como la regla de la mayoría. Aquí la función del voto es epistémica. Se trata de adoptar la decisión que tiene las mejores razones e información detrás para concluir que será la que mejor promueva el interés social. Pero como a los miembros de un órgano colegiado no les inspira el Espíritu Santo, tenemos que recurrir a la votación y deferir a la mayoría si el consenso no puede alcanzarse porque no todos 'ven la luz".


Y, en fin, cuando la junta se ocupa de decisiones que corresponden típicamente al Consejo de Administración, la posición de los accionistas es la misma que la de los consejeros: les vincula el interés social y pesa sobre ellos un deber fiduciario al votar y, si no votan, de buena fe lo que consideran que es mejor para el interés social, el acuerdo de la junta será impugnable. 

jueves, 4 de septiembre de 2025

Citas: Coke y el fiscal general, Yourcenar, Beauvoir, Guijarro, Pérez-Reverte, Sánchez-Mellado, Francisco Pérez, Szpunar, de la Tour, Friedman, Kling, Conde-Pumpido, Felbiger,


Mi perspectiva para el futuro de la escritura es que se parecerá más a la edición. La IA hará la mayor parte del trabajo. Un buen editor puede sugerir temas. Él puede proporcionar orientación general. Él puede recomendar estilo. Cuando el autor envía un borrador, el editor puede proponer revisiones. Supongo que en uno o dos años más, solo unos pocos estudiantes podrán desarrollar suficientes habilidades para escribir mejor que una IA. Pero tal vez todos los estudiantes puedan aprender a trabajar con una IA como editor.

No estoy de acuerdo. Si las calculadoras no han eliminado la aritmética de los planes de estudio de la enseñanza primaria, la IA no debería eliminar la enseñanza de la "redacción" de la primaria, secundaria y universitaria. Cuestión distinta, como en la metáfora de Marguerite Yourcenar del aparente 'sometimiento' del jinete al caballo, es que una vez que el estudiante domina la redacción, debamos permitirle que disfrute y se aproveche de ese magnífico caballo que es la IA. Porque, en esas circunstancias, el 'caballo' estará perfectamente domado. Uno no puede ser un buen 'editor' sin saber escribir. 


 Un manual escolar para maestros escrito por Felbiger en 1768 

instruye a los maestros que cada estudiante debe memorizar las siguientes respuestas:

P: ¿Quién está sujeto al poder del gobernante?

R: Todos...

P: ¿De dónde viene el poder que tiene el gobernante?

R: Este poder viene de Dios.

P: ¿A quién atribuye Dios el gobierno?

R: A todos los que tienen autoridad. Debido a que todos los que ejercen autoridad reciben ésta de Dios, los súbditos deben ser sumisos, leales y obedientes, incluso con un gobernante que no sea de nuestra religión...

P: ¿Qué significa resistirse a la autoridad?

R: Resistir a la autoridad es rebelarse contra el orden divino. 

Las personas con bajos niveles de Honradez-Humildad tienden a exhibir rasgos de la Tríada Oscura, 

mientras que quienes puntúan alto en H muestran comportamientos más éticos, cooperativos y altruistas. Los autores sostienen que el modelo de personalidad HEXACO, y en particular el rasgo Honradez-Humildad (H), ofrece la mejor explicación para ese núcleo D. De hecho, estudios estadísticos muestran que el núcleo latente de H es prácticamente idéntico al de D, con correlaciones de hasta r = 0.95, lo que sugiere que ambos constructos miden la misma disposición básica: la tendencia a explotar a otros para beneficio propio... en entornos donde la competencia por recursos era intensa, comportamientos manipuladores o egoístas podrían haber ofrecido ventajas reproductivas o de supervivencia... 

Prepárate, Cándido Conde-Pumpido, que sales (del resumen de prensa)

  los jueces nacionales no pueden ignorar el hecho de que el Tribunal de Justicia haya concluido que la Sala de Control Extraordinario y de Asuntos Públicos del Tribunal Supremo polaco no tiene la condición de órgano jurisdiccional, puesto que dicha Sala no cumple los requisitos de independencia, imparcialidad y establecimiento previo por la ley que fija el Derecho de la Unión. Por lo tanto, corresponderá a los órganos jurisdiccionales nacionales verificar la regularidad del nombramiento de los jueces que formaban la Sala que dictó la sentencia de 20 de octubre de 2021. La presencia en dicha Sala de un solo juez cuyo nombramiento no responda a las exigencias citadas bastará para privarla de su condición de tribunal independiente, imparcial y establecido previamente por la ley a efectos del Derecho de la Unión. El principio de primacía del Derecho de la Unión y los efectos vinculantes de las resoluciones del Tribunal de Justicia implican que ni la normativa nacional ni la jurisprudencia del Tribunal Constitucional de Polonia pueden impedir que se proceda a esa verificación. Si los órganos jurisdiccionales nacionales comprueban que la resolución de devolver el asunto para que se examine de nuevo fue adoptada por una sala que no cumplía las exigencias del Derecho de la Unión, deberá entenderse que dicha resolución es nula y sin efecto si ello es necesario para garantizar la primacía del Derecho de la Unión. Esa consecuencia no podrá ser frenada por ningún razonamiento basado en el principio de seguridad jurídica o relacionado con la supuesta fuerza de cosa juzgada de dicha resolución.

La libertad de expresión en el Reino Unido

arece que el Reino Unido está en completa negación de la magnitud de la crisis de libertad de expresión en la que se encuentra realmente. Como dudaban del dato de que más de 10.000 británicos han sido arrestados cada año por expresiones ofensivas desde 2021, en el siguiente tuit he incluido un enlace a un solo lugar donde se pueden encontrar esos datos. ¡Eso equivaldría a arrestar a unas 50.000 personas en Estados Unidos cada año!

Otro triunfo del fascismo nacionalista catalán (del resumen de prensa)

El Abogado General Szpunar propone que se desestimen tres motivos del recurso de casación interpuesto por Antoni Comín frente a la sentencia del Tribunal General que desestimó su recurso contra la suspensión de su inmunidad por el Parlamento Europeo. Carles Puigdemont y Clara Ponsatí ya no tienen interés en ejercitar la acción, puesto que sus mandatos de diputado han expirado 

El Abogado General considera que el Tribunal General no incurrió en error al concluir que no se había vulnerado el derecho de los diputados a que el Parlamento trate sus asuntos imparcial y equitativamente (en particular en lo referente al ponente único que se designó para los tres expedientes —perteneciente al mismo grupo político que el partido VOX— y al presidente de la Comisión JURI). Según el Abogado General, el Tribunal General tampoco incurrió en error en la interpretación y aplicación de las normas relativas a la decisión de suspender la inmunidad parlamentaria ni en la apreciación del impacto de las decisiones del Parlamento en los derechos fundamentales de los diputados. 6 El Tribunal General estimó correctamente que el Parlamento no había incurrido en error manifiesto de apreciación al concluir que el proceso penal no tenía como objetivo perjudicar la actividad política de los diputados del Parlamento y, en consecuencia, la independencia del Parlamento (inexistencia de fumus persecutionis). Por último, el Sr. Szpunar propone que se desestime la alegación relativa a la falta de claridad de las decisiones del Parlamento. En efecto, de dichas decisiones se desprende que la inmunidad de los diputados se suspendió en el territorio de todos los Estados miembros, con excepción del territorio español (y no exclusivamente en Bélgica y en el Reino Unido). 

David Friedman sobre William y sobre Ted Nordhaus (no hay relación entre ambos) y las víctimas académicas del cambio climático

Friedman cuenta que ha habido un manifiesto firmado por 16 científicos en el WSJ que sostiene que los escépticos viven bajo un “régimen de terror” que amenaza sus carreras y vidas personales. Afirman que muchos jóvenes investigadores, aunque dudan del mensaje dominante sobre el calentamiento global, callan por miedo a no ser promovidos o a sufrir represalias. William Nordhaus rebate esta analogía calificándola de infundada. En contraste, Ted Nordhaus (sin relación con el anterior) reconoce que, aunque no hay persecución estatal, sí existen fuertes incentivos sociales, políticos y profesionales para alinearse con la narrativa dominante que presenta el cambio climático como una amenaza existencial. Disentir implica riesgos: pérdida de amistades, empleos, oportunidades laborales o financiación. Friedman apela a la “preferencia revelada” para evaluar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Señala que el artículo del WSJ, titulado “No Need to Panic About Global Warming” , defendía que no hay base científica para una descarbonización drástica, mientras que la investigación de William Nordhaus muestra lo contrario: actuar ahora genera beneficios netos sustanciales frente a esperar 50 años, con un coste estimado de 4,1 billones de dólares (en precios actuales) por la demora. Sin embargo, este coste, distribuido a lo largo de 250 años, equivale a unos 16.000 millones anuales, apenas el 0,02 % del PIB mundial en 2012, lo que relativiza la urgencia. Así , sus propios cálculos se sitúan más cerca de la posición que niega la necesidad de “entrar en pánico” que de la que exige medidas drásticas inmediatas. Pese a ello, William Nordhaus dirige su crítica pública contra los escépticos, no contra quienes exageran el riesgo. Así que Friedman concluye que ni William Nordhaus ni los autores del WSJ aportan pruebas empíricas sobre los incentivos en el ámbito científico, aunque el propio artículo de Nordhaus constituye evidencia indirecta contra la tesis del “terror profesional”. Frente a ello, la observación de Ted Nordhaus sobre la autocensura por conveniencia política sugiere que, sin llegar a la represión estalinista, sí existe un entorno que desalienta la disidencia. 

El AG reconoce el derecho de las personas trans a obtener un documento de identidad que refleje su identidad sexual (del resumen de prensa)

En sus conclusiones presentadas hoy, el Abogado General Jean Richard de la Tour propone al Tribunal de Justicia que declare que el Derecho de la Unión se opone a una normativa nacional, tal como la interpretan los tribunales nacionales, que no permite el reconocimiento jurídico del cambio de identidad de género de sus nacionales, incluso sin tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo, y el cambio de su nombre y número de identificación personal. También se opone a que estos cambios no puedan ser anotados en su acta de nacimiento, puesto que dicha anotación condiciona la modificación de las declaraciones que figuran en sus documentos de identidad. 

El Abogado General considera que la mención del sexo en el documento de identidad únicamente sobre la base del certificado de nacimiento expedido por el Estado miembro competente genera para ese Estado, debido a la finalidad del citado documento, la obligación de reconocer jurídicamente la identidad de género vivida y de anotarla en el referido certificado. Precisa que dicha finalidad consiste en permitir la identificación del titular sin que pueda cuestionarse la autenticidad de los documentos que presenta o la veracidad de los datos contenidos en ellos. Por consiguiente, una normativa nacional, tal como la interpretan los tribunales nacionales, que, sin reconocer la identidad de género de una persona transgénero, le impide disfrutar de un derecho protegido por el Derecho de la Unión, como la obtención de un documento de identidad que le permita ejercer libremente su derecho a circular y residir en el territorio de los Estados miembros, constituye una restricción a ese derecho. Una restricción de este tipo solo puede justificarse por consideraciones objetivas y proporcionadas a un objetivo legítimo, lo que no sucede en ese caso. 

El Abogado General propone al Tribunal de Justicia que considere que incumbe, en principio, al Tribunal Supremo búlgaro, sin esperar a que la normativa nacional controvertida sea modificada por vía legislativa o mediante otro procedimiento constitucional, interpretarla a la luz del Derecho de la Unión. Esta interpretación debe ser conforme, en particular, con las normas en materia de libertad de circulación y residencia, respeto de la vida privada y expedición de documentos de identidad o, en su caso, dejar inaplicada dicha normativa. Por último, el Abogado General considera que el ejercicio, por una persona transgénero, de su derecho a inscribir en el registro civil su condición de persona trans, a fin de obtener un documento de identidad o un pasaporte que se corresponda con su identidad de género, no debe supeditarse a la aportación de pruebas de un tratamiento quirúrgico de reasignación de sexo. Esta exigencia menoscaba, en particular, el derecho a la integridad de la persona y el derecho al respeto de la vida privada y familiar. 

La condonación de la deuda es insconstitucional 

 Con criterios equitativos, Andalucía debería recibir incluso algo más de lo que se la concede, aunque es una cifra parecida: 19.128 millones en vez de 18.790. Sin embargo, el Gobierno le condona a Cataluña unos 4.000 millones de más. El sentido común dice que el criterio más transparente sería condonar más a las que están infrafinanciadas por haber tenido que acumular un endeudamiento justificado. Nosotros calculamos una condonación que sea proporcional al endeudamiento en el que se ha incurrido según la infrafinanciación que cada comunidad ha padecido tanto de forma colectiva como la relativa. 

¿Existe una política de vivienda más tonta que el control de alquileres? 

¿Cuál es la política del gobierno español?

Los políticos españoles son los más tontos del hemisferio 

Tiene razón Pérez-Reverte: Zapatero es un tonto que se volvió malo. Sánchez venía malo ya en el vientre de su madre. Me sorprende que Luz Sánchez-Mellado haya criticado a Pérez-Reverte y, ¡cómo no! a Pablo Motos, y no le haya oído en los cuarenta años de carrera profesional haber criticado a esa especie única en el mundo que es el literato-columnista político (desde Muñoz Molina o Cercas a Javier Marías pasando por todas las Elvira Lindo, Rosa Montero, Ana Iris Simón etc). Parece que los novelistas de derechas no tienen derecho a meterse a "analistas políticos". Esa es una tarea reservada a los novelistas de izquierda.

Y María Guijarro cita en vano a Simone de Beauvoir. Ya sabíamos que era tonta, pero ¿tanto? Le he preguntado a Copilot

La afirmación de María Guijarro —“Como dice Simone de Beauvoir, no se nace mujer, se llega a serlo. Si la mujer es una construcción social, el hombre también puede serlo”— introduce una interpretación que, aunque intenta extender el razonamiento de Beauvoir, se desvía del sentido original de su obra. Simone de Beauvoir no afirma que “la mujer es una construcción social” en el sentido contemporáneo de que el género es completamente fluido o intercambiable. Lo que sostiene es que la condición de “mujer” —entendida como rol social, posición existencial y destino histórico— se impone sobre el cuerpo femenino a través de un proceso de socialización, educación y subordinación. Es decir, no se nace con ese rol, sino que se lo adquiere por la presión de estructuras patriarcales. Beauvoir no niega la existencia de diferencias sexuales biológicas, ni propone que el género sea una elección libre o reversible, sino que denuncia cómo la sociedad convierte esas diferencias en desigualdades. La frase de Guijarro parece aplicar el razonamiento de Beauvoir simétricamente al “hombre”, como si ambos géneros fueran construcciones equivalentes. Pero Beauvoir no plantea una simetría: su análisis parte de la asimetría radical entre el sujeto masculino, que se presenta como universal, y el femenino, que es definido como “el otro”. El hombre, en su marco, no “llega a serlo” en el mismo sentido, porque históricamente ha sido el que define, no el definido. Por tanto, decir que “el hombre también puede ser una construcción social” puede ser válido en otros marcos teóricos (como el de Judith Butler), pero no refleja con precisión el pensamiento de Beauvoir.

El fiscal general.:  “Qui Pro Domina Justitia Sequitur” (Conor Casey)

Coke recuerda aquí que la reina Isabel I bromeó diciendo que su fiscal general no "demandaba (o procesaba) en nombre de nuestra señora, la Reina" sino que "demandaba (o procesaba) en nombre de nuestra señora, la Verdad". En otras palabras, el Fiscal General no es el sirviente de la voluntad y el capricho del monarca en ejercicio sino el sirviente de la verdad y la justicia. 

Sin embargo, Conor Casey señala la profunda ironía de que este lema tenga su origen en el contexto de los fiscales generales de la Inglaterra Tudor, quienes distaban mucho de ser modelos de integridad. En esa época, los Law Officers eran conocidos por su servilismo hacia el poder real y por su papel en juicios políticos de gran trascendencia, como los de traición y sedición. Se les apodaba “sabuesos” o “perros de presa” de la Corona por su celo en perseguir a los enemigos del régimen. El texto se detiene especialmente en dos casos paradigmáticos: los juicios de San Juan Fisher y Santo Tomás Moro durante el reinado de Enrique VIII. Ambos fueron condenados por traición por negarse a jurar la supremacía del Rey sobre la Iglesia. En el caso de Fisher, el fiscal Richard Rich violó una promesa de confidencialidad hecha bajo juramento, utilizando como prueba principal una conversación privada en la que el obispo expresó sus reservas teológicas sobre el juramento. En el caso de Tomás Moro, Rich también fue el único testigo de una supuesta conversación en la que Moro habría negado la autoridad del Parlamento para declarar al Rey cabeza de la Iglesia. Moro negó rotundamente haber dicho tal cosa y denunció el perjurio de Rich, señalando que nunca habría confiado una opinión tan delicada a alguien tan poco fiable. Aun así, fue condenado y ejecutado. Antes de morir, Moro rompió su silencio y afirmó la autoridad suprema del Papa sobre la Iglesia universal, negando la legitimidad del acto parlamentario. 

En particular, analiza el juicio por traición contra Sir Walter Raleigh, acusado de participar en un complot para asesinar al rey Jacobo I. El proceso fue dirigido por dos figuras prominentes: Sir Edward Coke como Fiscal General y Sir Francis Bacon como Procurador General. Ambos actuaron con una falta de escrúpulos que ha sido ampliamente condenada por historiadores y juristas. La evidencia contra Raleigh era escasa y débil, pero los intereses políticos exigían su condena. Coke, en especial, se destacó por su agresividad verbal y su desprecio por las garantías procesales, insultando al acusado con epítetos como “traidor vil y execrable”, “víbora”, “maldito ateo”, y mostrando una actitud de abierta hostilidad hacia cualquier intento de defensa por parte del prisionero. Coke y Bacon se comportaron con una servilismo absoluto ante el poder real, pisoteando los principios de justicia, razón y humanidad. Raleigh fue declarado culpable. Esta etapa oscura comenzó a revertirse en el siglo XVIII. Algunos fiscales generales, como Sir Philip Yorke (1720–1734), empezaron a ejercer el cargo con un equilibrio entre el deber institucional y el respeto por los derechos del acusado. Yorke, según se afirma, no era un “abogado del poder” sino un defensor de la constitución, que mantenía la prerrogativa legítima de la Corona sin convertirla en instrumento de opresión. 

Los límites salariales en el deporte profesional son ilegales, injustos y contraproducentes

Foto de Heather Green en Unsplash

Levine parte de la idea de que el deporte profesional plantea un “puzzle financiero”: a diferencia de las empresas ordinarias, donde el objetivo es maximizar beneficios, en el deporte muchos propietarios priorizan ganar campeonatos, incluso a costa de perder dinero. Esto genera un problema colectivo: si todos gastan sin límite, los costes se disparan y el equilibrio competitivo se rompe. Por eso existen reglas como el salary cap en EE. UU. o las normas de sostenibilidad financiera en el fútbol europeo.


Desde la perspectiva de eficiencia de mercado, las reglas UEFA distorsionan menos porque no imponen un límite uniforme, sino proporcional a la capacidad económica; permiten que el talento se asigne en función de ingresos reales, no de un tope arbitrario y reducen el riesgo sistémico sin eliminar la señal de precios. En cambio, los límites salariales son más intervencionistas: rompen la relación entre valor y remuneración, lo que genera ineficiencias y mercados paralelos (endorsements, contratos ocultos). 


Y esto es lo que parece que está pasando ya en los EE.UU. Una estrategia típica consiste en pagar a los jugadores mediante contratos de patrocinio con empresas vinculadas al propietario. Esos pagos NO cuentan como salario. Así, el jugador acepta un sueldo “normal” del equipo, pero recibe ingresos adicionales por “endorsements” que en realidad son una forma de eludir el límite salarial.


El caso concreto: Steve Ballmer, dueño de Los Angeles Clippers, invirtió 50 millones en Aspiration, una startup “verde” que firmó un contrato de patrocinio con Kawhi Leonard por 28 millones. Ex empleados afirman que era un “no-show job” (sin contraprestación real) para esquivar el salary cap. Aspiration está bajo investigación por fraude y su cofundador se ha declarado culpable por prácticas engañosas (crear ingresos ficticios mediante contratos circulares con celebridades). 


Levine critica la hipocresía y la opacidad del sistema: existen reglas para limitar el gasto, pero, como todas, perfectamente eludibles con suficiente dinero y asesoramiento


¿Esto genera desigualdad competitiva y erosiona la credibilidad de las normas? No lo creo. Si Posner pudiera escribir sobre el particular, diría que así avanza la eficiencia del common law. Las normas irracionales e ineficientes - como el salary cap - se combaten por los particulares que buscan formas de erosionarlas. La estrategia de Ballmer (Microsoft) abrirá el debate sobre la racionalidad de las normas de la NBA y pondrá de manifiesto que son contrarias a la libre competencia y perjudican a los jugadores y a los consumidores de baloncesto. La existencia de un tertium comparationis - las normas de la UEFA - indica claramente que limitar los salarios que pueden cobrar los jugadores no es necesario para asegurar el equilibrio competitivo y que el verdadero efecto de estas normas es aumentar los beneficios de los clubes (recuérdese que las ligas norteamericanas son cerradas), esto es, permite a los clubes maximizar sus beneficios "reprimiendo financieramente" al factor trabajo. En el margen, los mejores deportistas no querrán participar en esa liga si en otras no hay salary caps. 


Ballmer tiene derecho a pagar a Leonard lo que quiera. Y si asumimos que es socialmente deseable que los clubes prioricen victorias sobre beneficios, entonces el impulso de Ballmer no es censurable: busca maximizar el rendimiento deportivo, no el económico, lo que aumenta el espectáculo y el bienestar de los aficionados y, como digo, está contribuyendo a erosionar reglas que son ineficientes. 


Cuando la izquierda pensaba, a lo de Ballmer lo llamaban desobediencia civil. 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

¿Demasiados deberes fiduciarios?

Life is not made up of love, it is made up of fear and greed and money –  how much do you get paid in large measure

La idea de lo fiduciario proviene del derecho de trusts. A su vez, el trust, al igual que su antecedente histórico —el use—, es una liberalidad, una donación. Mientras que las donaciones ordinarias son transmisiones bilaterales de bienes muebles o inmuebles del donante al donatario, el trust involucra a tres partes: el donante (settlor) concierta con el trustee dividir la titularidad del bien donado (trust res) entre el trustee y el beneficiario. En las relaciones de trust, “fiduciario” designa al trustee, cuyo interés dividido recibido del settlor consiste en el título “legal” sobre el bien, que el settlor ordena al trustee-fiduciario administrar para el disfrute del beneficiario designado por el settlor. El interés dividido que recibe el beneficiario del settlor es el título “equitativo” (en equity) sobre el bien objeto del trust, que, conforme a los términos de éste, acabará reuniendo en su favor exclusivo los títulos legal y equitativo.

Esto es más interesante: originalmente, el trustee no gestionaba un bien o un patrimonio 'ajenos'. La gestión la conservaba el beneficiario porque el objetivo del settlor era proteger al beneficiario frente a la amenaza de expropiación de la tierra por parte del Rey o cualquier otro Señor feudal. La idea de que los trustees gestionan patrimonios ajenos en beneficio de otros y reciben una remuneración a cambio es ya de la Edad Moderna.  

El trust se desarrolló a fines de la Edad Media, cuando la tierra constituía la principal forma de riqueza. Su propósito primordial era facilitar la transmisión de la propiedad libre dentro de la familia. El trust permitía a los propietarios “hacer una provisión decorosa para sus esposas, hijas e hijos menores y evitar la reversión al señor feudal”, al tiempo que eludía otros vestigios de extrañas restricciones feudales. En sus orígenes, los trustees eran simples depositarios sin poderes ni responsabilidades significativas de gestión. Habitualmente, los beneficiarios vivían en la tierra y la administraban.

En una época (siglos XIV a XVII) en que la propiedad era mucho menos enajenable que hoy, el trust, además de facilitar transmisiones intrafamiliares, servía para sortear la prohibición que pesaba sobre solteros, clérigos, cristianos, extranjeros, delincuentes y esclavos de ser titulares de bienes. El trust permitía a los propietarios disponer que esos grupos proscritos disfrutaran de los bienes, transmitiendo el título legal a un trustee que lo retenía en beneficio del titular equitativo, miembro de la clase excluida. 
Con el tiempo, el trust se convirtió en un instrumento eficaz para gestionar carteras de activos financieros, prevenir el despilfarro por parte de un familiar inmaduro o irresponsable, o evitar la tributación sobre el caudal relicto del settlor. Dado que los trustees están expuestos a la tentación de utilizar los bienes del trust en provecho propio, se les permitía percibir honorarios por sus servicios en la cuantía autorizada por el trust o aprobada judicialmente, pero no podían obtener otras ganancias del trust. En consecuencia, cualquier beneficio desviado por el trustee debe ser restituido al beneficiario como remedio frente al enriquecimiento injusto del trustee. No sorprende que, en esta relación platónica de poder invertido, tanto la renuncia del trustee como su remoción estén lejos de ser automáticas.

Veamos, pues, en qué medida la imposición de 'deberes fiduciarios', esto es, los deberes de un trustee a otros sujetos jurídicos en otro tipo de relaciones jurídicas está justificado. El autor se refiere, en primer lugar, a las sociedades de personas, y muestra su extrañeza porque parecería que los socios de una sociedad colectiva o civil son, a la vez, trustees y beneficiaries. 

 Excéntrico desde el punto de vista de la gramática de los trusts, los socios, en cuanto fiduciarios, son considerados a la vez trustee y beneficiario. En otras palabras, en las sociedades, la parte débil —el beneficiario— es también la parte fuerte —el trustee— en el sentido platónico mencionado antes, estirando así hasta dejarla en un hilo la noción de titularidad dividida.

Y es que, en efecto, a pesar de que se habla del "deber de lealtad" del socio - en lugar de referirse, simplemente a las exigencias que la buena fe (art. 1258 CC) impone a los socios -, los deberes de los socios unos frente a otros no son deberes fiduciarios (y una exposición menos precisa, en El deber de buena fe y el deber de lealtad del socio).

A pesar del tono moralizante (del juez Cardozo), un socio “no es el tipo de fiduciario que deba comportarse como un trustee desinteresado”: los socios pueden, y de hecho lo hacen, perseguir su propio interés. Si el derecho lo entendiera de otro modo, se esperaría que los socios no rentables se retiraran por el bien de la sociedad; pero no es así. De hecho, la Revised Uniform Partnership Act de 1997 (RUPA), hoy adoptada por aproximadamente dos tercios de los estados, ha codificado la idea de que no es realista esperar que los socios actúen únicamente en beneficio ajeno. En concreto, el artículo 404(e) de la RUPA dispone que “un socio no infringe esta ley ni el acuerdo de sociedad por el mero hecho de que su conducta favorezca su propio interés”. Mientras que los trustees son responsables de forma estricta si actúan en contra los intereses de sus beneficiarios, los deberes de los socios se limitan a evitar daños a la sociedad por negligencia grave o conducta más reprochable (privilegio petrino).

El análisis del autor de las sociedades anónimas y de si los administradores ¡y directivos! soportan deberes fiduciarios tiene menos interés porque cae en un formalismo poco convincente y que consiste en negar el carácter de 'beneficiarios' a los accionistas por la interposición de la persona jurídica entre éstos y los bienes que forman el patrimonio social y en negar la primacía de los accionistas, es decir, sumarse a las tesis minoritarias del stakeholderism o en afirmar que "administradores y directivos no ostentan título alguno sobre los bienes de la sociedad" pero nada impide que sean accionistas lo que, según el autor, contrasta con la prohibición al trustee de tener derechos sobre la res, esto es, los bienes dados en trust. Como digo, estas diferencias, a efectos de calificar a los administradores sociales como fiduciarios, son formales. Su empeño en mantener el carácter de "titularidad dividida" que tenían históricamente los trusts le impide aceptar la imposición de deberes fiduciarios en situaciones en las que razonablemente deben imponerse.

Existe un coste nada trivial en desvincular el derecho fiduciario de los trusts o de circunstancias análogas en las que pueda formularse una pretensión verosímil de titularidad dividida: considerar fiduciarias todas las relaciones basadas en desequilibrios de poder o de información vuelve los criterios tan abiertos que los vacía de contenido, hasta el punto de que cualquier cosa —como clasificar Hamlet como una comedia— resulta posible. La flexibilidad es, sin duda, una virtud; pero también es un vicio. 

Un amigo mío suele definir “fiduciario” del siguiente modo: “Fiduciario es lo que el juez te llama antes de fallar en tu contra”. Y creo que vemos muchas de esas connotaciones complejas del término, que podrían hacerlo problemático cuando se utiliza en un texto normativo. 

En efecto, el término se ha extendido tanto que ya no es exagerado decir que los deberes fiduciarios surgen siempre que —con o sin algo que se parezca a un res de trust— una parte recibe una amplia concesión de discrecionalidad sobre los intereses de la otra en el marco de una relación de dependencia debida a una asimetría informativa. 

Esa definición es incompleta. Para imponer deberes fiduciarios es necesario, además, que pese sobre el que actúa discrecionalmente (discreción de juicio) un deber hacia el beneficiario de hacer lo que sea mejor para él en el ámbito confiado a su discrecionalidad de juicio. Que haya asimetría informativa y eso cree espacios para el oportunismo en una relación no exige imponer deberes fiduciarios. Por eso, el autor tiene razón cuando critica la extensión de deberes fiduciarios al franquiciador frente al franquiciatario o del asegurador frente al asegurado (aunque las exigencias de la buena fe en ambos contratos sean especialmente intensas) por no hablar de los profesores vs. los alumnos donde no hay una relación jurídica. (la relación jurídica, en su caso, la tiene el alumno con la institución docente). 

Las instituciones jurídicas evolucionan. La 'titularidad dividida' entre titularidad 'legal' y 'en equidad' no juega ningún papel en el mundo jurídico de hoy y no puede servir para determinar en qué relaciones, el que ejerce discreción está sometido a deberes fiduciarios y en qué relaciones sólo está sometido a las exigencias de la buena fe contractual. 


Daniel B. Yeager, Fiduciary‑isms: A Study of Academic Influence on the Expansion of the LawDrake Law Review, 2016

Citas: la donación de Pedro I el deshumanizado al Papa Puigdemont, Noruega, Pasquau, la evolución de la guerra y la inversión en el futuro de los morituri, Macaulay y Carlos V, Purefoy, Marco Antonio y la serie 'Roma', la estafa de la cogobernanza

Montero y Alegría nos creen tan imbéciles como ellas dos (porque no puedo pensar que están intentando engañarnos)

La mutualización de la deuda de las CCAA (no hay condonación) genera ganadores y perdedores. Los madrileños cargamos con 594 euros por cabeza más que antes de la mutualización y los catalanes con 306 euros menos. ¿Cómo puede ser constitucional y legal algo así? ¿Cómo puede ser conforme con la igualdad de los españoles ante la ley?

 La donación de Constantino (en latín: Donatio Constantini) indicaba que el papa Silvestre I había recibido del emperador romano Constantino I el derecho de gobernar la ciudad de Roma y sus alrededores de la misma manera que un monarca temporal, ostentando además derechos del Papado para intervenir en los asuntos políticos de Italia y del Imperio romano de Occidente, así como de una sucesión de territorios adicionales (Grecia, Judea, Tracia, Asia Menor, África), formando así una autoridad religiosa dotada de poderes gubernamentales.

Menos mal que Noruega es occidental

«Lo ocurrido con el gas ruso y la crisis energética en Europa demuestra lo que sucede cuando los países democráticos dependen de regímenes autocráticos», declaró recientemente Listhaug a un grupo de periodistas extranjeros. Todo esto debería ser una buena noticia para compañías como Equinor, Aker BP y Shell, algunas de las más activas en la plataforma continental noruega. Siguen explorando e invirtiendo a gran escala en los yacimientos existentes del mar del Norte y del mar de Noruega. Sin embargo, en Noruega hay quienes, tanto en la política como en el mundo empresarial, temen que el país esté interpretando mal a sus clientes europeos y su disposición a seguir comprando petróleo y gas noruegos en las próximas décadas. Estuve en la plataforma de gas Troll —que por sí sola suministra el 10 % del consumo de gas de Europa— hace dos años, cuando Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, agradeció a Noruega su ayuda durante el invierno. Pero también quiso subrayar que el futuro sería la energía renovable y que el papel del gas se limitaría a facilitar la «transición».

A menudo se incurre en una falacia para desvelar otra

Dice Miguel Pasquau que la propuesta de Feijoo de obligar a convocar elecciones cuando se prorroguen los presupuestos dos años sucesivos requeriría una reforma de la Constitución y refuerza la posición de las minorías de bloqueo y añade:

8. Lo que sí puede regularse por ley son las consecuencias "presupuestarias" de la falta de aprobación de nuevos presupuestos, regulando los atajos de que suelen servirse los gobiernos para "presupuestar" sin habilitación parlamentaria. Ahí debería estar el debate.

Pero uno se pregunta: ¿cuánto tardaría el Gobierno y sus aliados en el Parlamento en eliminar esas trabas a servirse de esos atajos? ¿Se le ha olvidado que el Tribunal Constitucional consideró constitucional que, por Ley, se pusiera "en funciones" al CGPJ a pesar de que la Constitución sólo prevé que entre en funciones un órgano constitucional: el Gobierno?  

Sentencia 15/2024, de 30 de enero, el Tribunal desestimó el recurso de inconstitucionalidad interpuesto contra la Ley Orgánica 4/2021, que modificó la Ley Orgánica del Poder Judicial para establecer un régimen jurídico específico aplicable al CGPJ cuando no ha sido renovado en el plazo legalmente previsto. Esta ley limita las funciones del Consejo en esa situación, impidiéndole, por ejemplo, realizar nombramientos discrecionales en la cúpula judicial. 

Tiene razón en que la propuesta de Feijoo exige una reforma constitucional. Esa es la única esperanza de que España vuelva a ser un estado de derecho pleno, donde infracciones constitucionales tan graves como que el Gobierno se niegue a presentar el proyecto de presupuestos quedan sin consecuencias.

Sesgo de género en salud (vía Pablo Malo). Lógico: los hombres son 'desechables'; las mujeres, no.

“Históricamente, la salud de los hombres ha sido ampliamente ignorada por las agencias internacionales de salud, los financiadores y los programas nacionales, una situación que se ha descrito como un abandono sistemático. Sin embargo, abordar la salud de los hombres es políticamente sensible: estas discusiones han sido, y a veces aún son, percibidas como un refuerzo del privilegio masculino, en lugar de reconocer el derecho de los hombres a la salud. Los hombres todavía no son identificados como un grupo vulnerable en la mayoría de las políticas nacionales de salud. Hombres y mujeres son tratados como poblaciones en competencia, con los hombres considerados, de alguna manera, menos merecedores de atención. Sin embargo, dada la evidencia sobre el acceso a la salud y los resultados, los hombres claramente están quedando más rezagados.”

Pepa Bueno entrevista a la "víctima de una campaña de deshumanización extraordinaria" (Juan Soto Ivars)

los incendios del verano habían sido un problema causado por los negacionistas, pero él tenía la solución. La corrupción era un problema de todos, pero él era el único que actuaba con actitud implacable, no sólo con sus secretarios de Estado traidores, sino con el lawfare y los jueces que hacen política. La financiación autonómica era un viejo asunto pendiente que el PP no arregló en su día, pero él lo había solucionado con la quita. Así todo. Cada aspecto negativo del Gobierno de Sánchez era presentado en una pregunta de apariencia impertinente que servía como trampolín para que Sánchez se colocara a la vanguardia de la dignidad. Así, la imagen mental que la televisión pública proyectaba en la cabeza del espectador es que la derechización de Europa tiene su frontera en Pedro Sánchez, que los bulos tienen su frontera en Pedro Sánchez y que la crispación política, la deshumanización y la polarización terminan en las buenas palabras de Pedro Sánchez.

El manipulador jefe de gabinete del Presidente del Gobierno (Marina Pérez de Arcos)

Diego Rubio, jefe de Gabinete de Sánchez y autor de una tesis que legitima la manipulación política, ya practicaba ese estilo en Oxford: al reformar la sala de estudiantes de su colegio mayor, ofreció a sus compañeros elegir entre dos colores feos y uno bonito, el que él quería. Pequeño gesto, gran revelación: sin brújula, cualquier rumbo se vuelve justificable. Al tribunal que debería poner la nota –la ciudadanía–, Sánchez parece darle la espalda. Este verano, en su lugar: Cuadernos Rubio, ejercicios de repetición para mantener y perfeccionar la práctica de la manipulación y el engaño.

El tratado de Camboya y el pacto de estado sobre el cambio climático

Catharine Macaulay

 El gobierno de Cromwell, aunque corto fue lo suficientemente largo para que los males que su maldita ambición había ocasionado se perpetuaran  

... sostuvo que si Carlos V se hubiera limitado a ser el rey de España, en lugar de tratar de expandir sus dominios hasta el punto de convertirse en un monarca universal, los españoles podrían haber acabado siendo el pueblo más libre de Europa. En vez de eso, la lucha por el imperio Había acabado como debía, y la España contemporánea de Macaulay estaba en un estado lamentable sin libertad, llevando a McCulley a la conclusión de que el imperio era malo para los opresores, tanto como lo era para los oprimidos: “la conquista de naciones extranjeras son triunfos peligrosos, incluso para la libertad de los estados republicanos; Pero en monarquías limitadas, cuando se imponen leyes a los conquistados Opuestas y hostiles a la limitación del poder de los gobiernos, por … Siempre acaban por someter a los conquistadores a las mismas medidas de esclavitud que se han impuesto a los conquistados

Whatmore, The End of Enlightenment, p 111

Evidencia transcultural de que el conflicto intergrupal incrementa las preferencias por líderes dominantes: un estudio en 25 países

El estudio analiza por qué, en contextos de conflicto intergrupal, las personas tienden a preferir líderes dominantes. Parte de la hipótesis evolutiva de que los humanos poseen una psicología de seguimiento adaptativa, sensible al contexto, que regula las preferencias de liderazgo según amenazas externas. Para comprobarlo, se diseñó un experimento multinivel con 5008 participantes en 25 países, combinando manipulación experimental (escenarios de guerra, paz y control), medidas explícitas de preferencias por rasgos de liderazgo (dominancia, calidez, competencia) y análisis de indicadores macro de conflicto. 

Los resultados (i) Los escenarios de guerra aumentan significativamente la preferencia por líderes con rasgos faciales dominantes frente a condiciones de paz o control, donde predomina la preferencia por líderes no dominantes. (ii) el conflicto incrementa la valoración explícita de la dominancia, pero no la de rasgos asociados al prestigio (calidez y competencia), que incluso disminuyen. (iii) las diferencias individuales confirman que quienes perciben el mundo como peligroso (alto RWA) o jerárquico (alto SDO) muestran mayor inclinación hacia líderes dominantes, siendo RWA el predictor más fuerte; (iv), a nivel macro, países con mayor historial bélico o gasto militar presentan correlaciones positivas con preferencias por dominancia. 

El hallazgo central es que la relación entre conflicto y preferencia por líderes dominantes se observa en la mayoría de los países, lo que respalda la hipótesis de un mecanismo psicológico universal, aunque sensible a variaciones culturales. El estudio advierte que esta preferencia puede ser un vestigio adaptativo (evolutionary mismatch). La preferencia por líderes dominantes pudo haber sido funcional en entornos ancestrales caracterizados por conflictos intergrupales frecuentes, donde la supervivencia dependía de respuestas rápidas y coordinadas frente a amenazas externas. En esos contextos, seguir a un líder fuerte, agresivo y dispuesto a usar la fuerza podía aumentar las probabilidades de defensa exitosa y, por tanto, la supervivencia y reproducción del grupo. Esta lógica se enmarca en la hipótesis de la psicología del seguimiento adaptativa, que sostiene que los humanos desarrollaron mecanismos psicológicos sensibles a señales de peligro para seleccionar líderes con rasgos adecuados a la situación. Sin embargo, el estudio advierte que esta preferencia puede ser inadecuada en sociedades modernas, donde los conflictos son más complejos, prolongados y se resuelven mediante instituciones, diplomacia y tecnología, no mediante fuerza física inmediata. En lugar de mejorar la seguridad, elegir líderes dominantes en democracias contemporáneas puede generar riesgos: erosión institucional, autoritarismo, polarización y decisiones estratégicas contraproducentes en guerras prolongadas

Los que tienen más riesgo objetivamente medido (no subjetivamente percibido) de morir, se preocupan menos del futuro

Es una hipótesis central de la psicología evolutiva que los individuos con mayor riesgo de muerte tienden a priorizar beneficios inmediatos frente a beneficios futuros. Este principio se ha observado a nivel intergrupal, pero su estudio a nivel individual ha enfrentado dificultades metodológicas. El trabajo mid el riesgo individual de mortalidad utilizando las calificaciones de riesgo asignadas por actuarios a solicitantes de seguros de vida.   
Se realizaron dos estudios empíricos. El primero, con 270 participantes reclutados en Mechanical Turk, examinó la relación entre el riesgo de mortalidad basado en seguros y dos indicadores psicométricos: la Life History Rating Form (LHRF), que evalúa estrategias de vida “lentas” (orientadas al futuro, prosocialidad, autocontrol) frente a “rápidas” (orientadas al presente, impulsividad), y una versión abreviada del Sociosexual Orientation Inventory (SOI), que mide orientación hacia relaciones a corto o largo plazo. Los resultados mostraron que un mayor riesgo actuarial se asociaba con puntuaciones más bajas en la LHRF (indicando estrategias más rápidas) y menor orientación hacia relaciones a largo plazo, incluso controlando por edad y sexo. Además, se observó que las mujeres y las personas mayores tendían a mostrar estrategias más lentas.  
El segundo estudio, preregistrado y con 402 participantes, amplió el análisis incorporando medidas específicas de rasgos conductuales (impulsividad, propensión al riesgo, agresión, esfuerzo parental y de apareamiento, orientación a corto plazo, consideración de consecuencias futuras, consciencia) y variables contextuales (dureza ambiental en la infancia, relaciones con los padres, violencia barrial). También incluyó estimaciones subjetivas de riesgo de muerte (relativas y absolutas). Los resultados confirmaron que las calificaciones actuariales se asociaban negativamente con la consciencia y la consideración del futuro, y positivamente con la impulsividad  
No hay correlación entre riesgo actuarial y estimaciones subjetivas: El riesgo actuarial es el que calculan las aseguradoras usando datos médicos, biométricos y estadísticos. Las estimaciones subjetivas son lo que la persona cree sobre cuánto vivirá. El hallazgo indica que estas dos medidas no coinciden: alguien que las aseguradoras consideran de alto riesgo no necesariamente piensa que morirá pronto. ¿Por qué ocurre esto? Porque cada medida se basa en señales distintas: El riesgo actuarial refleja señales somáticas internas (biomarcadores, presión arterial, historial médico, etc.), que son objetivas y muchas veces desconocidas por la persona. Las percepciones subjetivas se construyen a partir de factores ambientales y experiencias vitales, como el contexto social, la violencia en el barrio o la calidad del cuidado parental. Las estimaciones subjetivas sí se correlacionaron con haber vivido entornos adversos en la infancia (hogares caóticos, violencia, falta de apoyo parental) y con rasgos como agresión y orientación a corto plazo. Esto sugiere que la gente forma su expectativa de vida basándose en señales del entorno social, no en su estado físico real. 

El hallazgo más importante es que las correlaciones más sólidas se observaron con rasgos directamente vinculados a la orientación temporal, como la impulsividad, la consciencia y la consideración de las consecuencias futuras. En cambio, otros rasgos que tradicionalmente se incluyen dentro del concepto de “estrategia de vida”, como la agresión o el esfuerzo destinado al apareamiento, mostraron asociaciones débiles o inconsistentes. 

Aaron W. Lukaszewski/Joseph H. Manson, People who are more likely to die care less about the future: Life insurance risk ratings predict personality, Evolution and Human Behavior May 2025


James Purefoy (el actor que interpretaba a Marco Antonio en la serie de televisión 'Roma')

"Tuve varias comidas gratis cuando estaba en Roma después de interpretar a Marco Antonio. No entraría y diría 'estoy interpretando a Marco Antonio', pero si alguien más dijera 'está interpretando a Marco Antonio' sería como, '¡oh, Marco, eh!' Realmente les gusta como hombre, incluso para los romanos de hoy en día es considerado un gran héroe popular porque para ellos representa la quintaesencia del hombre italiano. Es un amante y un guerrero, es un gran soldado, y eso les encanta de él. Incluso en la Roma actual, si alguien se llama Marco Antonio es porque es un hombre hermoso".

La cogobernanza (Carlos Marmol)

El sanchismo comenzó a deslizar en la vida pública española durante la pandemia un extraño término: cogobernanza. Es un concepto de su cosecha que no figura de la Constitución, donde únicamente se menciona la obligación de las instituciones del Estado, entre las que existe una jerarquía, de cooperar.... El Gobierno no se comparte, se ejerce. Se infiere, por tanto, que al presidente del Gobierno -y a sus socios- no les interesa gobernar, sino ocupar, si es posible para siempre, el poder; en este caso, a través del desgobierno. El patrón de conducta de Sánchez ha tenido réplicas sucesivas: la catástrofe de la gota fría en Valencia, los apagones eléctricos, los desastres del AVE, que han hecho a España retroceder al siglo XIX en materia ferroviaria y ahora los pavorosos incendios forestales. En todos ellos se aprecia la misma táctica: desentenderse, no asumir la responsabilidad propia del Gobierno, ceder la gestión en las autonomías (para evitar la erosión electoral) y, cuando la calamidad ya se convierte en un desastre, aparecer disfrazado de buen samaritano: «Si necesitan ayuda, que la pidan». Trasladar a las autonomías la gestión de las catástrofes no es un acto derivado de la descentralización institucional ni puede interpretarse como muestra de respeto a su marco competencial. El objetivo es político: dejar claro ante los ciudadanos quién debe ser el culpable.

 ¡Qué pena MéjicoOptimus by Tesla, En Gran Bretaña ya no hay libertad de expresión, Sánchez no se va porque no tiene una vida a la que volver

Explicación evolutiva de la guerra: la guerra como 'delito organizado' que, a veces, compensa





El debate se ha encallado entre la tesis de las raíces profundas, que sitúa la guerra al menos en el ancestro común con Pan, y la de las superficiales, que la hace emerger solo en el Holoceno, con almacenamiento de alimentos, agricultura, sedentarismo y aumentos de densidad. Según el autor, la pregunta no es “si la guerra tiene raíces profundas o superficiales”, sino “qué componentes de la guerra tienen raíces de distinta profundidad y cómo se combinan bajo condiciones ecológicas y demográficas concretas”. 

Glowacki define guerra como “matanzas coalicionales intergrupales”. Wilson acepta que centrarse en componentes como la matanza coalicional o la incursión letal puede ser útil para testear hipótesis precisas, pero advierte que identificar guerra exclusivamente con muertes oculta una parte sustancial del fenómeno: la amenaza creíble de fuerza. El autor aconseja reservar “guerra” para la institución compleja e interespecificar componentes mensurables —incursiones letales, asesinatos intergrupales, frecuencia de encuentros hostiles, distribución de ventajas numéricas— para someterlos a contraste empírico.


En vez de escoger si el mejor modelo de nuestros ancestros es el chimpancé o el bonobo, el autor sugiere una analogía astronómica para ilustrar su idea: ni Venus ni Marte son “el modelo” de la Tierra; ambos aportan datos para contrastar entre geocentrismo y heliocentrismo. Ni el chimpancé ni el bonobo replican el ancestro común con Homo, y cada similitud o diferencia será relevante en función de la hipótesis concreta que se quiera testear. 


El autor distingue, implícitamente, entre raíces profundas, que remiten a rasgos compartidos con otros primates que reducen el coste esperado de la agresión o facilitan la competencia coalicional; las raíces medias, que remiten a innovaciones dentro del linaje Homo (o de Homo sapiens) que amplifican o reconfiguran esos rasgos y las superficiales, a complejos institucionales del Holoceno que hacen visibles, registrables y recurrentes ciertas formas de guerra. En este marco, la guerra, como resultado macro, emerge de la combinación de capacidades y condiciones: tecnologías y armas que extienden el alcance y la letalidad, estructuras de parentesco y alianzas afines que permiten coaliciones amplias, módulos cooperativos que incrementan la eficacia coordinativa, y sesgos psicológicos con mayor prevalencia en varones en contextos intergrupales.


¿Eran belicosos los cazadores recolectores? El autor replica Fry (que respondía negativamente a esa pregunta) y concluye que la violencia intergrupal y la guerra en sentido amplio aparecen extendidas entre cazadores-recolectores cuando no están sometidos o protegidos por poderes estatales o por vecinos dominantes. La aparente escasez en algunas etnografías recientes se explicaría por los efectos de la pacificación y por los sesgos de detectabilidad y clasificación.


En cuanto a las raíces profundas, la idea es que si el coste esperado de pelear es alto en relación con el beneficio, proliferan arreglos ritualizados y evitación; si el coste puede reducirse sustancialmente, la agresión se vuelve racional desde el punto de vista de la aptitud. Chimpancés y humanos comparten dinámicas fusión-fisión y patrullajes periféricos, que generan encuentros asimétricos contra individuos aislados o subgrupos muy inferiores en número. Este patrón encaja con una estrategia de búsqueda de oportunidades de ataque de bajo riesgo y alta rentabilidad. La rareza de matanzas intergrupales en bonobos parece asociarse a dos elementos: menor defendibilidad económica del territorio y arquitectura cooperativa masculina limitada, quizá por desigualdad reproductiva alta que disuade coaliciones de machos. Las coaliciones femeninas, aunque existen, no se traducen en guerra entre grupos, lo que sugiere que la oportunidad ecológica —defendibilidad y rentabilidad del territorio— condiciona la rentabilidad de la agresión coalicional. En bonobos, las hembras sí forman coaliciones (es decir, alianzas para apoyarse mutuamente), pero esas coaliciones no se usan para atacar a otros grupos ni para conquistar territorio porque el contexto ecológico no lo hace rentable. Si el territorio no se puede defender fácilmente (por ejemplo, porque los recursos están dispersos o no hay fronteras claras), no vale la pena organizar ataques ni invertir en defensa y si controlar más espacio no aporta beneficios significativos (p. ej., no hay recursos concentrados que aumenten la supervivencia o la reproducción), el coste de la agresión supera la ganancia. En otras palabras, no basta con tener capacidad para cooperar; la agresión intergrupal solo se convierte en estrategia estable cuando el entorno ofrece beneficios claros y alcanzables por esa vía. En bonobos, esas condiciones no se cumplen, por eso no hay “guerra” entre grupos, aunque sí haya cooperación interna diferencial entre grupos que permitiría a unos apropiarse de los recursos de los otros.


El registro arqueológico y a la taxonomía de la violencia prehistórica desmienten a Fry según el autor. La inferencia “no hay guerra porque no hay cementerios con múltiples víctimas” es espuria en contextos de campamentos temporales, enterramientos superficiales o exposición a carroñeros. Una vez aparecen palizadas, fosos, poblados y cementerios, la señal material de guerra es clara, pero eso no prueba ausencia previa de violencia intergrupal; también puede indicar la invención de dispositivos de limitación y control de la violencia, es decir, elementos de “paz” endógena detrás de un perímetro defensivo. Esta inversión interpretativa —ver fortificaciones como instrumentos de pacificación parcial y no solo como prueba de belicosidad— conecta el registro material con procesos institucionales de gestión de la violencia.


La selección natural opera siempre que haya variación, herencia y éxito diferencial, y esto vale para rasgos culturales —prácticas, tecnologías, instituciones— que se transmiten por aprendizaje. El ejemplo comparativo de la agricultura ilustra bien la tesis: innovaciones culturales con grandes efectos demográficos, que se propagan por selección cultural, pueden tener consecuencias genéticas indirectas por reemplazo poblacional y por adaptación a nichos creados culturalmente. Por analogía, el paso de configuraciones “sin guerra” a “guerreras” bajo determinadas condiciones ecológicas y sociales puede verse como la adopción y estabilización de estrategias culturales que maximizan la supervivencia y la reproducción del grupo portador frente a otros; si esas estrategias mejoran la capacidad de apropiación o defensa de recursos, se extenderán por selección cultural, con eventuales efectos genéticos por demografía, migración y sustitución. Este enfoque no colapsa en determinismo genético: sostiene que la guerra puede ser adaptativa como estrategia cultural bajo ciertas condiciones y, a la vez, contingente a cambios institucionales y tecnológicos que alteren la relación coste/beneficio.


La aplicación del concepto de Estrategia Evolutivamente Estable (Evolutionarily Stable Strategy) ESS a la guerra puede hacerse recurriendo a la comparación con otras transiciones como la agricultura. En paisajes bien regados la agricultura se consolida como ESS: cuando los agricultores llegan, o se impone la adopción o se produce reemplazo. Análogamente, la guerra aparece como ESS bajo un conjunto amplio de condiciones en las que la organización colectiva y la existencia de “cosas de las que apoderarse” (territorio, bienes, personas) incentivan el uso o la amenaza de la fuerza. Esta caracterización formaliza la intuición histórica de la regularidad con que emergen complejos bélicos semejantes en civilizaciones independientes. Si una estrategia cultural de guerra fuera sistemáticamente desventajosa, debería desaparecer por selección cultural; el hecho de que surja y se mantenga en múltiples contextos sugiere que, dadas ciertas configuraciones de recursos, densidad y tecnología, su payoff supera a las alternativas. Wilson reencuadra la guerra como “delito organizado” a escala intergrupal, lo que ayuda a identificar condiciones de aparición y a derivar medidas de contención: donde no hay organización capaz o donde el coste de tomar por fuerza excede el beneficio, la guerra no se materializa o no es ESS.


Si la agresión compensa cuando el coste es bajo respecto del beneficio, hay dos vías ortogonales para reducir la guerra: elevar el coste esperado de la agresión, y aumentar los beneficios esperados de la cooperación y del intercambio pacífico. 


Michael L. Wilson, Evidence and conceptual models for the evolution of war: a response to Glowacki (2024) and Fry (2025), Evolution and Human Behavior (2025). 

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