En muchas otras entradas he resumido estudios sobre cómo aprendemos los humanos y cómo transmitimos lo que hemos aprendido y en varias de ellas me he ocupado de la llamada ‘opacidad causal’ que nos induciría a copiar fielmente (imitación servil, utilizando un término del Derecho de la Competencia desleal) la conducta exitosa que observamos como principal vía de aprendizaje social de procedimientos complejos. Pero no sólo de imitar vive la cultura humana. Parece que, cuando se trata de tecnología y los miembros de un grupo humano persiguen el mismo objetivo (resolver un problema práctico o mejorar la solución que se les ha dado a ese problema por sus predecesores), los humanos venimos cargados con un software por la evolución que nos permite mejorar la tecnología porque entendemos las relaciones causales implicadas. El concepto relevante es el de realizar “transformaciones convergentes” que significa que si varios individuos persiguen un objetivo (aumentar la velocidad que puede alcanzar una rueda en el experimento) y comparten – disfrutan de las mismas – el mismo objetivo, las mismas habilidades cognitivas, y el mismo entorno, llegarán a soluciones semejantes a través de un proceso de razonamiento causalista. El ejemplo del ‘teléfono escacharrado’ permite entender cómo, a pesar de que se recibe información incompleta y distorsionada, mediante un razonamiento deductivo, el último receptor puede reconstruir completa y fielmente el mensaje inicial. Pero es que
... incluso cuando los individuos tenían acceso a toda la información necesaria para copiar a ciegas, formaron una representación causal del sistema físico que utilizaron con el objetivo de mejorarlo...
¿Por qué esto es importante? Porque si la información que se transmite es completa y correcta, ¿por qué no copiar? Pero, ¿qué ocurre cuando – como ha debido de ser frecuentísimo en la experiencia humana – la “información transmitida entre los individuos es incompleta o incorrecta? Pues que si no fuéramos capaces de reconstruirla a partir de ‘restos’, la acumulación de conocimientos por vía cultural en la especie humana habría sido mucho menor porque parece que “cuando aparece una innovación, se pierde rápidamente si no puede comunicarse con fidelidad a otros”
En este experimento, los participantes con muy poca información social o distorsionada al azar consiguieron mejorar y converger hacia resultados similares en comparación con los participantes con información completa Esto es notable y demuestra la importancia del razonamiento técnico en la producción de CTC: el razonamiento técnico es un mecanismo de reconstrucción que permite compensar la parcialidad o degradación de la información que se obtiene a través del aprendizaje social y, por lo tanto, garantiza la transmisión de alta fidelidad de las tecnologías ventajosas (es decir, la alta similitud entre las configuraciones de las ruedas). Dicho de otro modo, el razonamiento técnico puede considerarse como un mediador cognitivo potencial del CTC que permite a los individuos filtrar la información adquirida a través de su propia experiencia (aprendizaje asocial) o a través del aprendizaje social, extrayendo la información relevante y rechazando la irrelevante, independientemente del origen de esta información. El razonamiento técnico podría participar tanto en el componente innovador como en el componente de alta fidelidad del CTC, lo que implica que la distinción entre estos dos componentes podría ser de conveniencia más que de distinción cognitiva.
El razonamiento técnico también podría haber contribuido a la aparición de la transmisión de alta fidelidad. Por supuesto, esta interpretación debe tomarse con cautela, ya que otros aspectos también pueden ser fundamentales para mantener la estabilidad de las tecnologías durante largos periodos de tiempo, como el -quizá supuesto- menor coste de la copia en comparación con la comprensión del comportamiento técnico de los congéneres y la interacción de este coste de aprendizaje con las condiciones ambientales, las diferentes estrategias de aprendizaje social [por ejemplo, sesgo de prestigio y sesgo de conformidad, o la superioridad de algunas condiciones de aprendizaje social sobre otras en el proceso de transmisión [por ejemplo, la superioridad de la comunicación sobre la ingeniería inversa].
Osiurak et al., Technical reasoning bolsters cumulative technologicalculture through convergent transformations, Sci. Adv. 8, eabl7446 (2022) 2 March 2022
Entradas relacionadas
Tweet largo: aprender sin entender no es de tontos, es de listos
La poción antibalas y la opacidad causal
El sentido evolutivo de los rituales humanos
Aprendemos las normas sociales sin que nos las enseñen
La recensión de Scott Alexander del libro de Joe Heinrich
Del aprendizaje a la enseñanza y de las convenciones sociales a las normas
La información social puede potenciar el conocimiento a pesar de inhibir el esfuerzo cognitivo
Por qué los humanos ‘sobreimitamos’ y los demás primates, no
No hay comentarios:
Publicar un comentario