En el BOE de 13 de julio. Lamentablemente, como todas las reformas emprendidas en los últimos tiempos, es decepcionante. En lo que a los órganos de gobierno de las Cajas se refiere, la reforma no cambia prácticamente nada salvo la obviedad de que si se reconoce derecho de voto a las cuotas participativas, se les debe reconocer el correspondiente derecho a participar en los órganos de gobierno. Pero nada más. Ni se modifica la estructura orgánica de las Cajas, ni se modifica la composición de los órganos, ni se alteran las funciones de cada uno de ellos, ni se ha dedicado un minuto a pensar por qué los representantes de los trabajadores, de los impositores, de los ayuntamientos, de las Comunidades Autónomas, de las Diputaciones Provinciales no tenían incentivos para vigilar lo que hacían los directivos de las Cajas ni para informarse sobre las políticas crediticias o de inversiones.
Por Dios, ¿es que no se puede hacer una reforma legal mínimamente pensada? Vamos a pagar cientos si no miles de millones de euros de nuestros impuestos para recapitalizar las Cajas. ¿no hubiera sido razonable constituir una Comisión de expertos para que propusieran al Parlamento un borrador de reforma? ¿no debería haberse discutido públicamente la propuesta y criticado antes de mandarla al BOE?
No podemos seguir siendo tan chapuzas.
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