Léase este artículo de The New York Times sobre el litigio que mantiene Icahn con el despacho de abogados más famoso del mundo Wachtell-Lipton sobre la venta de una compañía – CVR – ; esta entrada sobre la forma del cálculo de los honorarios que utiliza este despacho de abogados; esta entrada (y esta otra y esta otra) sobre cómo se articulan los deberes de lealtad de los administradores cuando actúan como agentes de los accionistas y no como gestores de la compañía y esta entrada en la que resumimos una sentencia de la Chancery Court de Delaware en la que se examinaba si los administradores de una sociedad que se pone en venta infringen sus deberes de lealtad cuando aceptan condiciones leoninas – que perjudican a la compañía o a sus accionistas porque no les permiten obtener el mejor precio por sus acciones –. Y lean también esta columna de Matt Levine de la que traducimos un párrafo
Tengo mis prejuicios en la lucha de Carl Icahn con Wachtell, Lipton, Rosen & Katz sobre CVR Energy. (En realidad tengo muchos por lo que vamos a explicarlos ellos. Yo trabajé en Wachtell Lipton y también en Goldman Sachs, y ambos están implicados en la disputa con Carl Icahn sobre CVR. En Goldman, trabajé en asuntos de CVR Energy, aunque ninguno relacionado con este caso y todavía tengo acciones que no puedo vender de Goldman. Sigo a Carl Icahn en Twitter). Pero la esencia de su demanda contra Wachtell Lipton, que eran los abogados de la CVR en su infructuosa defensa frente a la OPA formulada por Icahn, está basada en que Wachtell se comportó negligentemente como asesor de CVR porque Wachtell no defendió los intereses de CVR en relación con los honorarios que había acordado pagar a sus banqueros de inversión en la carta compromiso que firmó. Espero que no sea solo producto de mis querencias afirmar que la demanda me parece de locos. Los contratos que se firman con los asesores financieros por parte de las empresas envueltas en operaciones de fusiones y adquisiciones son cortos y son fácilmente comprensibles, incluso sin ayuda de un abogado. Todos esos contratos dicen más o menos lo mismo y todos dicen que si la empresa se vende finalmente, el banco recibe una remuneración en forma de un porcentaje del valor de la oferta aceptada. Es bastante plausible argumentar que el sistema de retribución de los banqueros es irracional - CVR acordó pagar sus banqueros $ 9 millones a cada uno si la defensa contra la OPA hostil de Cahn era exitosa y $ 18 millones a cada uno si la defensa anti OPA fallaba y la compañía se vendía. Con un acuerdo semejante, ¿qué incentivos tenían los banqueros? –. Pero parece poco probable que los miembros del consejo de administración de CVR no fueran capaces de entender semejante acuerdo o que fuera culpa de Wachtell si no lo entendían.
Conteste a estas preguntas:
- ¿Infringieron los administradores de CVR sus deberes de lealtad hacia los accionistas cuando aceptaron contratar a los bancos de inversión como asesores en las condiciones en que lo hicieron?
- ¿Infringió Wachtell-Lipton su contrato de asesoramiento con CVR al no advertir que las condiciones pactadas con los bancos de inversión eran perjudiciales – si lo eran – para su cliente?
- ¿Qué nos dice este caso de los límites entre el asesoramiento jurídico y la consultoría empresarial? ¿Se limitó Wachtell-Lipton a ser un asesor jurídico o es, más bien, un consultor empresarial?
- ¿Qué efectos tiene tal calificación sobre el análisis de si cumplió o no con sus deberes según el contrato con CVR?
- Si todavía tiene ganas, lea esta columna sobre la venta de una compañía y una posible infracción de sus consejeros del deber de lealtad.
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