En este trabajo de Arellano-Bover (el hijo de Manuel Arellano y de Olympia Bover, dos de los más grandes economistas españoles de las últimas décadas) y otros se analiza y se trata de explicar la evolución de la brecha salarial de género. La aproximación es brillante (no lo digo yo, lo dice Tyler Cowen).
El feminismo 1.0 (el feminismo del 'acceso') ha logrado todos sus objetivos (hacia mediados de los noventa, seguramente). La discriminación salarial entre los hombres y mujeres jóvenes ha desaparecido en los países más ricos. Si sigue persistiendo la brecha de género en los salarios es por dos razones: Primero, porque no se han jubilado todavía todas las cohortes que configuraron su vida laboral antes de la victoria absoluta del feminismo 1.0 que consiguió acabar con la discriminación salarial (la brecha salarial entre los que hoy tienen 60 años es enorme porque los puestos mejor pagados están ocupados por hombres en su inmensa mayoría, por lo que si hay muchos ancianos en una Economía, 'parecerá' que la brecha salarial es mayor que en otra Economía en la que haya muy pocos ancianos) y, Segundo, porque las mujeres prefieren estudiar y trabajar en sectores que ofrecen salarios más bajos.
La brecha salarial entre hombres y mujeres ha ido disminuyendo en muchas economías de ingresos altos desde mediados de la década de 1970. Sin embargo, esta disminución se ralentizó a principios del siglo XXI por razones que aún no se comprenden bien. A lo largo del mismo período en el que las diferencias salariales entre hombres y mujeres se han ido reduciendo, a los trabajadores más jóvenes les ha ido yendo progresivamente peor en comparación con los trabajadores de más edad, experimentando una brecha salarial por edad cada vez mayor, menor probabilidad de recibir ascensos y alcanzar empleos mejor remunerados y disminución de los ingresos a lo largo de la vida (limitado a los trabajadores varones. En este artículo, documentamos por qué el empeoramiento de las carreras de los trabajadores más jóvenes está relacionado con la reducción de la brecha salarial de género y su posterior desaceleración.
Un aumento de la oferta de trabajadores de más edad puede reducir la brecha salarial de género porque daña más a los hombres más jóvenes que a las mujeres más jóvenes.
Los avances en los ingresos de las mujeres en el mercado laboral no son la principal causa de la rápida disminución de la brecha salarial de género que experimentaron muchas economías de altos ingresos entre los decenios de 1970 y 1990... ni la desaceleración más reciente en el cierre de la brecha salarial de género se deriva de un estancamiento de los avances en el mercado laboral experimentados por las mujeres.
Bianchi y Paradisi (2023) muestran que un aumento en el número de trabajadores de mayor edad desplaza a los empleados más jóvenes de los puestos más altos, lo que lleva a una desaceleración en su progresión profesional.
Los cambios en la brecha salarial de género se producen principalmente entre cohortes... La brecha salarial de género se ha reducido en todos los países..., esta disminución se ha debido a reducciones que se han producido en las cohortes posteriores, no a lo largo del ciclo de vida de una cohorte determinada. Además, la reciente desaceleración en el cierre de la brecha salarial total entre hombres y mujeres en la economía, que comenzó a mediados del decenio de 1990, coincidió con una desaceleración en el cierre de la brecha entre cohortes... nuestro análisis revela que la reducción de la brecha salarial de género proviene enteramente de que se ha producido la entrada de cohortes más jóvenes con menores diferenciales de ingresos entre ambos sexos y, a la vez, han salido del mercado de trabajo las cohortes de individuos ancianos entre los que había mayores diferencias salariales por sexo... El envejecimiento de los trabajadores reduce la brecha salarial de género entre las cohortes porque empeora los ingresos de los hombres más jóvenes en mayor medida que los de las mujeres más jóvenes...
Se examina dónde se encuentran hombres y mujeres a los 25 años a lo largo del tiempo en la distribución salarial general. La reducción de la brecha salarial entre hombres y mujeres en el momento de la entrada en el mercado laboral, que duró hasta mediados del decenio de 1990, se debió en mayor medida a que los hombres más jóvenes se acercaron en su posición en la distribución salarial a las mujeres más jóvenes que a que las mujeres más jóvenes experimentaran mejoras desproporcionadas en sus ingresos laborales...
En los Estados Unidos, los hombres más jóvenes a los 25 años pasaron, en promedio del percentil 50 de la distribución salarial en 1976 al percentil 39 en 1995, mientras que la posición media de las mujeres a los 25 años se mantuvo bastante estable alrededor del percentil 30 durante el mismo período. Después de mediados de la década de 1990, las posiciones de los hombres y las mujeres más jóvenes siguieron la misma trayectoria plana...
El hecho de que haya más trabajadores de mayor edad en los puestos más altos puede afectar a la distribución de los trabajadores, ya que los efectos negativos en las carreras de los hombres más jóvenes son mayores dentro de las empresas que mejor pagan... En comparación con las mujeres jóvenes, los hombres jóvenes experimentaron mayores pérdidas de posición dentro de la distribución salarial para todos los tipos de empresas. Sin embargo, estas pérdidas fueron mayores dentro de las empresas que mejor pagan, que los hombres más jóvenes abandonaron a un ritmo más alto. El resultado es que los hombres más jóvenes se unieron a las mujeres más jóvenes en cuanto a estar menos representados entre las empresas que mejor paganal final del período de la muestra
Y lo más importante, a mi juicio,
Por último, cuantificamos que la convergencia de la brecha salarial de género en el momento de la entrada en el mercado laboral (... convergencia a la entrada) puede explicar un tercio de la disminución total de la brecha salarial de género durante los últimos cuarenta años, mientras que el resto se explica por la salida de las cohortes de mayor edad del mercado laboral (convergencia a la salida).
Sin embargo, si nos centramos únicamente en los datos de los últimos veinte años, encontramos que la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha ido reduciendo debido casi exclusivamente a la convergencia a la salida, dado que la convergencia a la entrada se detuvo a mediados de la década de 1990.
Nuestra principal contribución es mostrar que los efectos impulsados por cohortes pueden explicar plenamente la dinámica de la brecha salarial de género en los últimos cuarenta años (i) parcialmente a través de la entrada de cohortes nuevas con brechas más bajas durante las dos primeras décadas, y (ii) exclusivamente a través de las salidas de cohortes mayores con brechas más altas durante las últimas dos décadas.
Predecimos que la brecha salarial de género no desaparecerá en los países de altos ingresos.... En el mejor de los casos, y en ausencia de rupturas estructurales en el mercado laboral, la brecha salarial de género convergerá al nivel observado entre los recién llegados al mercado laboral
y esta brecha salarial por sexos entre los jóvenes se debe, principalmente, "a las diferentes elecciones de carreras universitarias entre hombres y mujeres jóvenes"
La brecha salarial de ingreso (i) se ha mantenido estable durante las últimas tres décadas, y (ii) constituye aproximadamente el 63 por ciento de la brecha salarial total de género al ingresar para los graduados universitarios... la mayor parte de la diferencia de ingresos restante entre los hombres y las mujeres más jóvenes depende de decisiones - elección de la carrera universitaria que se cursa - anteriores a la entrada en el mercado laboral...
Alice Evans concluye sus comentarios diciendo que la decisión de las mujeres de optar por ámbitos de actividad en los que se pagan salarios más bajos "puede ser totalmente racional: ¡el dinero no es la única fuente de satisfacción vital!".
Yo creo que hay algo más: los salarios en las profesiones o ámbitos de actividad 'preferidos' por las mujeres - ahora, por ejemplo, la odontología - tenderán a crecer menos que en las profesiones o ámbitos de actividad 'preferidos' por los hombres - por ejemplo, el sector financiero - . De manera que la brecha de género debida al sector de actividad no desaparecerá. Seguiremos viendo que hay muchos más CEO hombres que mujeres; muchos más hombres en puestos de trabajo en los que se paguen 'bonus' por resultados extraordinarios - como ocurre en bancos de inversión, gestoras de private equity etc - y en los que se paguen salarios à la Becker (retrasando en el tiempo el pago de un salario muy superior a la productividad) como los despachos de abogados.
Hay que dejar de preocuparse por las diferencias salariales entre hombres y mujeres. El verdadero problema está en las diferencias de ingresos entre viejos y jóvenes. Los viejos se jubilan cada vez más tarde y pasan más años de su vida laboral ganando más de lo que se merecen por su productividad - protegidos por la normativa laboral - y a costa de reducir las oportunidades de los jóvenes. Y a través de su poder político, consiguen pensiones cada vez - relativamente - más altas.
Arellano-Bover, Jaime and Bianchi, Nicola and Lattanzio, Salvatore and Paradisi, Matteo, One Cohort at a Time: A New Perspective on the Declining Gender Pay Gap (2024)
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