La alcaldesa de Barcelona, tan poco respetuosa con la legalidad y con sus competencias cuando de sacudirle a España, a los borbones, a los empresarios turísticos o a los bancos se refiere, se nos ha vuelto prudente cuando ha abordado el problema de los inmigrantes irregulares senegaleses que se ganan la vida en Barcelona - en barrios donde viven muchos votantes de su partido - mediante la venta ambulante.
La venta ambulante es una trampa para los políticos de izquierda. Los de derechas no tienen problema. Se prohíbe y ya está, se detiene a los vendedores y se les requisa la mercancía. Los de izquierdas lo tienen más difícil. Por un lado, está el problema de la propiedad intelectual que infringen muchos de los productos que venden estos inmigrantes por la calle. Por otro, están los comerciantes y los vecinos de los barrios donde estos vendedores ocupan la calle. La gente se vuelve muy de derechas cuando empieza a haber demasiados extranjeros concentrados en un barrio periférico de una ciudad. Lo de Salou es buena muestra de lo difícil que es quedar bien para cualquier político de izquierdas. Lo de ser "duros con la ilegalidad" es de derechas. De izquierdas es meter en la cárcel a los banqueros pero no a los pequeños delincuentes. Y, mucho menos, impedir a los inmigrantes ilegales ganarse la vida. Y, por supuesto, darles tarjeta sanitaria aunque carezcan de derecho a residir legalmente en el país.
La hipocresía de la Sra. Colau se refleja perfectamente en sus declaraciones sobre el tema. Por un lado, se avergüenza de que "su" policía esté requisando la mercancía de los manteros en cumplimiento de la ordenanza correspondiente. Y afirma que no ha dado orden a la policía para que deje de hacerlo. Sorprende que a la Sra. Colau le parezca bien la ordenanza que impide a esos pobres inmigrantes ganarse la vida sin delinquir y que no la haya derogado inmediatamente después de haber alcanzado el puesto de alcaldesa. ¿Tanta prisa para quitar el busto del rey que abdicó y tan poca para derogar una normativa que reprime e impide ganarse la vida a los más pobres de la Sociedad?
Por otro - coherente en su incoherencia - dice que la solución al problema no es policial. ¿Cuál es la solución? Un liberal diría que la solución pasa por dar a todos estos inmigrantes un permiso de residencia y de trabajo y permitirles que se ganen la vida (art. 10 CE). Y, si no es competencia de la alcaldesa, decir que hablará con la delegación del gobierno y con la Generalitat - que no sé quien tiene las competencias en Cataluña - para hacer un censo de esos inmigrantes irregulares y facilitar su regularización. Eso es lo único compatible con el respeto debido a la dignidad de esos inmigrantes por parte de una activista que acusaba de terroristas a los banqueros que hacían cumplir sus contratos a los prestatarios y que lleva años afirmando que la "gente" tiene derecho a que el Estado les mantenga y les dé una vivienda, un trabajo con un buen salario y toda clase de servicios sociales. Lo que sus declaraciones reflejan es que para Colau, los inmigrantes senegaleses no son "gente". Son negros venidos de muy lejos a los que hay que mantener ocupados sin que molesten a los de aquí y procurarles asistencia social. El discurso de los derechos y de la igual dignidad ya no toca, en el fondo, porque los senegaleses no votan.
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