La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, se ha mostrado este lunes "convencida" de que los bancos serán "solidarios" con el sistema público de pensiones y no repercutirán en los ciudadanos el llamado impuesto a la banca que plantea el PSOE para financiar las pensiones, en caso de que éste finalmente se implante.
En un mercado competitivo, las empresas no tienen libertad de actuación. Si producen a un coste superior al de sus competidores, venderán a un precio superior a éstos y acabarán expulsados del mercado. Precisamente por eso se dice que las empresas, en un mercado competitivo son precioaceptantes. No pueden influir sobre el precio ni la cantidad pero pueden vender cualquier cantidad que produzcan al precio de mercado.
Si el gobierno establece un impuesto sobre la banca, cada uno de los bancos intentará, si puede, asumir el impuesto y no traspasarlo a los consumidores en la esperanza de que otros sí que lo traspasen y sus clientes se pasen a nuestro banco que, ahora, es más barato. Pero claro, sólo si pueden. Si nuestro banco está vendiendo sus productos a un precio competitivo eso quiere decir que no puede venderlos más barato. Por tanto, si nuestros costes aumentan pero nuestros ingresos no – porque no repercutimos el aumento de los costes en nuestros precios – entraremos en pérdidas con la agravante de que estas pérdidas serán tanto mayores cuanto mayores sean nuestras ventas.
Así que, una de dos. O bien los bancos tienen beneficios supracompetitivos y lo que tendríamos que hacer es introducir más competencia o los bancos no tienen beneficios supracompetitivos y lo que tenemos que hacer, si queremos más ingresos para el Estado es subirle los impuestos a los ciudadanos. Pero si los bancos no tienen beneficios supracompetitivos y el Estado les añade un impuesto, no tienen más remedio que repercutirlo a los clientes. La inocencia de Valerio es tal que cree que los bancos son individuos y que tienen emociones, entre ellas la de ser agradecidos
"Estoy convencida de que igual que este país ha sido solidario con la banca y con las cajas de ahorros quebradas, los bancos van a ser solidarios con el sistema público de pensiones, entre otras cosas porque los pensionistas son sus clientes",
sin darse cuenta de que
1. Es de bien nacidos el ser agradecidos pero sólo los individuos experimentan la emoción del agradecimiento, no las personas jurídicas
2. Los bancos que quedan en pie son, precisamente, los que no han sido rescatados, de manera que difícilmente “sentirán” nada cuando la Ministra apela a la solidaridad con las cajas de ahorro – las únicas rescatadas – que fueron quebradas por los colegas de la Ministra: los gerentes y administradores designados por los políticos del PP y del PSOE.
3. Si el mercado bancario es competitivo, los bancos no pueden ser solidarios con nadie que no sean sus accionistas, sus trabajadores, sus proveedores y sus clientes. En otro caso, estarían haciendo caridad con dinero ajeno.
Pero las declaraciones de la Ministra no son sólo inocentes. Son graves desde el punto de vista económico y la CNMC debería llamarle la atención. Está sugiriendo a los bancos que se pongan de acuerdo para no repercutir el impuesto a los clientes, es decir, está recomendando a los bancos que se cartelicen y que respondan colectivamente a la actuación del Gobierno. Las declaraciones de la Ministra pueden actuar, como cualquier recomendación de precios, como un “focal point”: reduciendo los costes de los bancos para ponerse de acuerdo en su reacción al establecimiento del impuesto. En la mayor confianza de que los demás no repercutirán el impuesto, cada banco tiene ahora más incentivos para no repercutirlo él mismo sin perder clientes frente a la competencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario