jueves, 7 de marzo de 2024

Cuota de liquidación a un socio que no incluye dividendos acordados y no repartidos

@thefromthetree

Es la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de 10 de noviembre de 2023

 Con ello resulta que lo entregado a Onesimo como consecuencia de la reducción de capital no responde a una valoración de la cuota parte de su participación en la sociedad, derivada de una valoración del patrimonio social mismo, sino que la suma es la que resulta del valor de los bienes inmuebles que se le entregan, no más. Tanto es así, que el propio pacto de socios de 15 de noviembre de 2019 hace constar que " la tesorería que en dicha fecha disponga la sociedad quedará en sede de la sociedad para atender los gastos e impuestos derivados de la reducción de capital social con excepción del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados por el concepto de operaciones societarias y el Impuesto sobre la Renta de Persona Físicas que en ambos casos le corresponde abonar al socio D. Onesimo " [f. 354, ap. 5º]. Ello evidencia que en ALIMENTACIÓN MADIQUE SL existían más activos que no fueron ni valorados ni computados en la entrega de los bienes inmuebles, y particularmente la tesorería, donde se remansarían los dividendos no pagados, lo que revela que esa suma no representaba una exacta cuota parte del patrimonio social. Ello determina que, de la prueba practicada, no puede concluirse que los dividendos pendientes de pago le fueron satisfechos a Onesimo por este cauce. De hecho, no parece que aquel pacto de socios y el consiguiente acuerdo de reducción de capital englobase el total de las relaciones jurídicas de los socios y de la sociedad para liquidarlas en su totalidad, ni siquiera que ello fuera intención de las partes, ya que se acredita que, ya en mayo de 2021, por ALIMENTACIÓN MADIQUE SL se reclaman judicialmente a Onesimo cantidades que afirma entregadas a título de préstamo a éste durante el tiempo que fue socio, como muestra de que no se finiquitaron todas las relaciones conflictivas entre la sociedad y el socio con el citado pacto parasocial y su ejecución posterior a través de la reducción de capital [f. 481 y ss.]. (12).- En conclusión, se ha probado por Onesimo el hecho constitutivo de su pretensión, la existencia de un derecho de crédito vencido, líquido y exigible, derivado del crédito para el pago de dividendos no satisfechos, y por ALIMENTACIÓN MADIQUE SL no se ha probado la presencia de hechos extintivos de ese derecho, su pago, ni impeditivos, la voluntad del demandante de no hacerse con el derecho. Ello debe conducir a la estimación íntegra de la demanda.

miércoles, 6 de marzo de 2024

Ranieri: persona jurídica

Peter Kindler ha recensionado en la ZHR algunos puntos del libro de Filippo Ranieri, L'invenzione della persona giuridica. Un capitolo nella storia del diritto dell'Europa continentale, 2020. (Filippo Ranieri und die rechtsfähige Personengesellschaft, ZHR 185 (2021), 598), libro del que espero ocuparme en un futuro próximo. Resumo la recensión a continuación con algunas anotaciones.

Comienza el profesor de Munich resaltando, con apelación a Magritte y su cuadro de una pipa titulado 'esto no es una pipa' la contradicción de la doctrina alemana al negar la calificación de persona jurídica a la sociedad civil o colectiva. Si tener personalidad jurídica significa (i) la capacidad para ser titular de derechos y obligaciones - capacidad jurídica - y (ii) poder entablar relaciones jurídicas en el tráfico (capacidad de obrar), entonces "todas las sociedades externas son personas jurídicas". Kindler recuerda la concepción de Savigny: la titularidad de un patrimonio constituye la "esencia de la corporación" (recuérdese que, en derecho alemán, hasta recientemente, sólo se consideraban personas jurídicas - Rechtspersonen a las corporaciones como la asociación o la sociedad anónima) y concluye que concluye, a diferencia de Savigny, que la determinación de lo que es una persona jurídica no queda al arbitrio del legislador: si éste reconoce capacidad a las sociedades para ser titulares de un patrimonio y les reconoce capacidad de obrar, esas sociedades son personas jurídicas. Lo anterior no quita para que Savigny, contradiciéndose, definiera al definir las acciones de una sociedad anónima como documentos que recogen una cuota de propiedad y a los accionistas como copropietarios).

Las reglas especiales aplicables a las sociedades de personas pero no a las sociedades de capital - dice Kindler - no altera la conclusión. Que no puedan existir sociedades civiles o colectivas unipersonales por ejemplo. Y añade - y estoy de acuerdo - que "la responsabilidad limitada no es una característica esencial de la persona jurídica, sino una decisión del legislador específica de la forma jurídica" (yo diría que lo que es una decisión del legislador es añadir la responsabilidad personal de los actuantes a la responsabilidad del patrimonio personificado). Lo mismo con la libre transmisibilidad. En cuanto a la regla de la mayoría, creo que Kindler no tiene razón. No es una cuestión que se refiera a la persona jurídica sino a la organización, esto es, al mecanismo de gobierno del patrimonio personificado.  

Ranieri señala que la actitud ambivalente del HGB -capacidad jurídica sin personalidad jurídica- se debe a la pandectística, según la cual la sociedad debe concebirse simplemente como un contrato obligatorio en el sentido de la societas romana. Esto se corresponde a la ubicación de la sociedad civil en el Libro... (dedicado a los contratos en el Código civil, no a las personas). 

De acuerdo con la acertada apreciación de Ranieri (p. 80), la sentencia en BGHZ 146, 341 (White Horse) nos ha ayudado a alcanzar exactamente (la situación previa a la pandectística)... Con esta sentencia, la sociedad civiil externa se liberó del estrecho mundo del derecho contractual (§ 705 BGB) y de los derechos reales y se elevó a la categoría de persona jurídica, por lo que la historia se repite, después de todo. El veredicto puede complacernos dogmáticamente como un "desencantamiento" de la sociedad civil... pero ha permitido a Alemania volver a conectar con el resto de los derechos europeo-continentales que, desde el siglo XIX, habían reconocido personalidad jurídica a las sociedades de personas sin la "construcción auxiliar" de la "comunidad en mano común"

Ranieri considera el levantamiento del velo en las sociedades de capital como la institución simétrica de la personalidad jurídica de las sociedades de personas lo que se 

"basa probablemente en la idea de que, al menos en principio, la personalidad jurídica es una característica esencial de las sociedades de capital y la responsabilidad personal de los socios por las deudas sociales es una característica esencial de las sociedades de personas. De hecho, la doctrina del derecho natural de la persona moralis había asumido esto último cuando a la societas mercatorum se le negaba la condición de persona ficta porque sus socios eran responsables de las deudas de la sociedad... Sin embargo... así como la personalidad jurídica ha dejado de ser exclusiva de las sociedad de capital, la responsabilidad personal de los socios por las deudas sociales ha dejado de ser sólo concebible en las sociedades de personas"

Es graciosa la perplejidad de Kinder ante las construcciones de la doctrina italiana. El Codice Civile de 1942 sólo reconoció personalidad jurídica plena a las sociedades de capital en contra del más liberal - y más próximo al derecho español y francés - Codice di commercio de 1882. Pues bien, los autores italianos dicen que las sociedades de personas tienen "autonomía patrimoniale" pero "imperfetta", lo que, "en la práctica significa que tienen personalidad jurídica igual que las sociedades de capital" y acaban hablando de "soggetto collettivo non personificato" o de "soggetto giuridico non personificato pero con soggettività giuridica. Una parte importante de la doctrina italiana admitió, por el contrario que las "sociedades de personas habían de ser consideradas como personas jurídicas" porque es la "sociedad la que adquiere derechos y contrae obligaciones a través de sus socios-representantes de la sociedad".

Y concluye Kindler que el trabajo comparativo de Ranieri demuestra que el alemán es el único derecho que ha recurrido a la "comunidad de bienes en mano común" (una forma de copropiedad arcaica que se opone a la comunidad romana de bienes de nuestro artículo 392 ss CC) que se distingue sólo formalmente de la personalidad jurídica porque el patrimonio existe como unidad pero su titular no es la sociedad - la persona jurídica - sino los socios "en mano común". Pero esto ya es agua pasada una vez reformado el Código civil alemán.

"Si el patrimonio social se atribuye a la propia sociedad como persona jurídica, no existe ninguna necesidad, en términos jurídico-reales de asegurarlo frente a actos de disposición por parte de los socios que carezcan del derecho a administrar o contra el ataque de los acreedores particulares de los socios. Al tiempo, la continuidad del patrimonio social se independiza, en términos jurídico-reales, de las personas concretas que sean socios en cada momento de la sociedad... el componente personalista del principio de la mano común deviene innecesario si, como ocurre, la capacidad jurídica se atribuye a la propia persona jurídica y no a los socios como "grupo" unificado por la titularidad común del patrimonio. Si no hay un patrimonio que se atribuya a los socios, falta el sustrato real para afirmar la existencia de un "grupo" de socios

De abandonar la comunidad en mano común como base de la personificación de las sociedades civiles a considerar, como en Derecho francés, a todas las sociedades externas como personas jurídicas, dice Kindler refiriéndose a Ranieri, hay un paso muy pequeño. Porque una vez que se abandona al "grupo" de socios como sujeto de imputación, solo queda la propia sociedad como persona jurídica. 

Archivo



 Si la conducta agresiva es suficientemente heredable, la eliminación física de los violentos a través de la pena de muerte, de forma sistemática y a gran escala, habría acelerado el predominio de los individuos menos violentos. Junto a la evolución genética (que tendría que explicar que a esos violentos se les ejecutaba antes de que se reprodujeran, por lo que sería útil saber la edad que tenían los condenados a muerte en el momento en el que cometían la conducta violencia. Los autores suponen que “los condenados no tenían hijos cuando fueron ejecutados” pero contrarrestan esta suposición con la de que no había otras presiones selectivas distintas de la pena de muerte en contra de la comisión de actos violentos además de que presumen que cada asesino solo mataría una persona en su vida), hay una co-evolución cultural: la represión sistemática por el Estado de las conductas violentas creó “una norma cultural que favorecía a los individuos menos inclinados temperamentalmente a la violencia”.


Los autores examinan qué pasa cuando un asesor financiero (los que cuidan de nuestro dinero en las instituciones financieras en las que tenemos nuestros ahorros) es sancionado por las autoridades por infringir las normas de protección de los inversores, esto es, básicamente, por infringir sus deberes fiduciarios hacia los inversores. Resulta que, a pesar de que las empresas reaccionan frente a las infracciones que detectan en su seno, los infractores no son expulsados del mercado sino que, a menudo, vuelven a él trabajando para otra empresa de servicios de inversión, otra empresa que, lógicamente, tiene menos reputación y que se dirige a clientes menos informados.

martes, 5 de marzo de 2024

El acuerdo social como negocio jurídico

JAL

Lo que sigue es un resumen con algunos comentarios de la recensión al libro de Dominik Skauradszun, Der Beschluss als Rechtsgeschäft, Berlin (Duncker & Humblot) 2020, 436 páginas que ha realizado Michael Hoffmann-Becking en ZHR 186 (2022), 770

Un acuerdo social se define como 'la decisión de un órgano colegiado sobre una propuesta'... "resultado de la formación de la voluntad" de una organización. Dado que las organizaciones no son individuos, la "voluntad" de una organización se expresa mediante acuerdos adoptados por sus órganos. Una organización corporativa esta compuesta por órganos y no por individuos. Los individuos - miembros - forman parte de los órganos lo que permite hacerlos fungibles. A la pregunta ¿cómo adoptan decisiones los órganos colegiados? la respuesta es: adoptando acuerdos. Esta regla se aplica a todas las corporaciones: a las sociedades corporativas, a las asociaciones externas e internas, a las fundaciones y a las comunidades de propietarios: si hay órganos colegiados, si hay collegium, hay acuerdos sociales. Gracias a los acuerdos sociales, se finge unanimidad donde sólo hay mayoría. Los acuerdos sociales se adoptan incluso en corporaciones 'forzosas' como la que se forma entre los acreedores de un insolvente y en las sociedades de personas - que no son corporaciones porque no tienen órganos sociales - que aprovechan voluntariamente las ventajas de la organización corporativa. 

¿Se interpretan los acuerdos sociales objetivamente como los estatutos? Si los acuerdos se refieren a los estatutos (modificación de estatutos) parece obvio que sí. Si se trata de acuerdos que interpretan los estatutos, también. Pero, en general, dado las personas jurídicas no son individuos y, por tanto, que la aplicación de las reglas subjetivas de interpretación de las declaraciones de voluntad no son aplicables más que a los individuos y que los acuerdos sociales vinculan a todos los miembros de la persona jurídica (art. 159 LSC), parece lógico concluir que su interpretación debe hacerse objetivamente. 

El 'procedimiento' de adopción de acuerdos puede dividirse en fase de propuesta (la formulación de una propuesta es imprescindible porque los miembros del órgano no manifiestan su consentimiento sino que emiten un voto a favor o en contra de la propuesta), fase de decisión y fase de ejecución. El acuerdo social es eficaz desde que se proclama por el presidente del órgano que lo adopta. 

La propuesta no es una declaración de voluntad de los administradores, en el caso de una SA o una SL. Los administradores no quedan vinculados porque, en realidad, no votan. El autor de la recensión dice que es un "acto jurídico" y que se integra en el acuerdo que finalmente se adopte, por ejemplo, a efectos de interpretarlo. Pero es un acto separable del acuerdo social, lo que es relevante a algunos efectos. Por ejemplo, no se puede impugnar separadamente una propuesta de acuerdo, pero se puede exigir responsabilidad a los administradores cuando la formulación de la propuesta suponga una infracción de sus deberes de diligencia y lealtad. Tal ocurrirá, por ejemplo, si los administradores realizan propuestas que benefician a determinados socios o a terceros o si la redactan defectuosamente y se generan daños para la sociedad o los socios. La formulación de propuestas de acuerdos constituye, pues, desde la perspectiva de los deberes de los administradores, un acto de gestión y su formulación defectuosa puede permitir la impugnación del acuerdo que se haya adoptado respecto de tal propuesta.

En cuanto a la votación, en la doctrina alemana es communis opinio que el presidente de la junta está facultado para decidir quién vota y quién no puede hacerlo (¡no el registrador mercantil!) y para determinar el resultado de la votación contando los votos y proclamando el resultado y habrá de estarse a lo proclamado por el presidente e impugnar el acuerdo si el presidente ha proclamado erróneamente el resultado. Esta competencia del presidente - se dice - no necesita ser explicitada por el legislador, porque deriva de la propia naturaleza del cargo. El presidente responde por negligencia o deslealtad en el ejercicio de su cargo pero la doctrina alemana entiende que no le son de aplicación las normas sobre responsabilidad de los administradores sino las generales sobre responsabilidad contractual.

La 'puesta en vigor' del acuerdo - la eficacia - depende de la proclamación. Y, a tal efecto, el recuento de los votos es un acto preliminar. A pesar de los más de 50 artículos que regulan la junta en Derecho español, no hay una regulación de la proclamación del resultado. La proclamación del resultado es un elemento imprescindible del acuerdo social: "ni la propuesta, ni la emisión de los votos, ni la determinación del resultado de la votación" son suficientes. Sólo hay un acuerdo social - pero entonces es eficaz para todos hasta que no sea impugnado exitosamente - con la proclamación del acuerdo por el presidente. 

Ahora bien, dice el autor de la recensión que la proclamación del acuerdo no es un acto solemne que requiera el uso de una fórmula sacramental. Puede considerarse proclamado el resultado simplemente con el anuncio del resultado de la votación. Y, en todo caso, no deben confundirse los problemas de existencia del acuerdo con los problemas de prueba del mismo y de su contenido. En general, la doctrina - en contra de la jurisprudencia del BGH - admite la validez de la adopción de acuerdos tácitos. 

Un caso peculiar es el de la aprobación conjunta de varios acuerdos sustancialmente diferentes y que deben ser objeto de votación separada (art. 197 bis LSC). A mi juicio - y el de la mejor doctrina - si no hay oposición de ningún miembro del órgano a la adopción de un único acuerdo por el que se designa a todos los administradores, por ejemplo, el acuerdo conjunto debe considerarse válido.

En el caso de los acuerdos adoptados por escrito y sin sesión, se discute si el acuerdo se considera adoptado con la emisión del último voto o es necesaria, en todo caso, la proclamación. La doctrina mayoritaria se orienta en este segundo sentido. Y, en contra de la más rígida doctrina española, se considera que la adopción de acuerdos por escrito y sin sesión es admisible incluso en "aquellos órganos para los que el legislador no lo ha previsto expresamente". Y la razón es obvia: el principio de libertad de forma se aplica también a los acuerdos sociales. 

Cada voto es una declaración de voluntad y se le aplica el régimen de éstas. 

Es posible someter los acuerdos a condición suspensiva. El acuerdo condicionado no podrá ejecutarse hasta que se cumpla la condición pero podrá impugnarse desde su proclamación.

En cuanto a la representación, corresponde al presidente la verificación de la existencia y regularidad del poder y el autor del libro (Skauradszun) cree que no es posible la ratificación por el socio de lo hecho por el representante sin poder, pero el autor de la recensión cree que esta opinión no es convincente. 

También discrepa el autor de la recensión con el autor del libro respecto a si la destitución del administrador es una declaración de voluntad recepticia. El autor del libro cree que no, No parece que sea un requisito de eficacia de la destitución pero, naturalmente, hasta que se le notifique, el administrador podrá seguir actuando como administrador. En todo caso, la comunicación al administrador es necesaria para la terminación del contrato de administración 

Skauradszun considera los acuerdos de aprobación de la gestión como estipulaciones a favor de terceros pero no parece que sea necesaria la aceptación de la misma por el administrador para poder beneficiarse de sus efectos. 

Skauradszun admite la validez de la concesión de un derecho de veto a alguno de los miembros del órgano de administración y califica éste como un privilegio. "Si la mayoría de los miembros del órgano de administración votan a favor de la propuesta de acuerdo y luego el titular del derecho de veto ejerce su derecho de veto, Skauradszun afirma que estamos ante un acuerdo sometido a condición resolutoria". Esto es interesante porque abunda en la idea de que el derecho de veto - o la exigencia de la unanimidad - no son requisitos de la votación necesarios para la validez del acuerdo. Son requisitos añadidos, como autorizaciones por parte de 'terceros'. En el caso del veto, todos los acuerdos adoptados en un órgano en el que uno de sus miembros tiene un derecho de veto son acuerdos condicionados resolutoriamente a que el titular del derecho ejercite su derecho de veto, eso sí, en principio "el derecho de veto debe ejercerse inmediatamente después de que se haya proclamado la decisión mayoritaria"

Del mismo modo, cuando se exige unanimidad, en realidad, se estaría sometiendo el acuerdo social (que se considera adoptado por mayoría) a la condición suspensiva consistente en la autorización del acuerdo por todos y cada uno de los socios individualmente considerados, de modo que un acuerdo para el que se ha pactado la unanimidad que se aprueba por mayoría, tiene su eficacia suspendida hasta que se verifique si todos los socios consienten o no. Esto implica, por ejemplo, que si un socio no ha votado, el acuerdo ha sido válidamente aprobado por la mayoría legal y se puede recoger, a posteriori, la autorización del socio que no votó en la junta.

Hoffmann-Becking concluye sobre el libro:

El libro es fluido, de fácil lectura y tiene un lenguaje cuidado y descriptivo. Creo que la "parte general" de la tesis tiene poca relevancia para la práctica del derecho societario. En cambio, la "parte especial" aborda muchos temas de interés para la práctica y es una fuente valiosa para el abogado corporativo. El razonamiento de Skauradszun es a veces prolijo, pero siempre interesante. 

La conjura contra España (LX): tras la temporada de niñas y STEM llega la nueva dedicada a niñas y matemáticas

Ruth Orkin

A lo largo de la historia evolutiva humana, puede haber habido algunas mujeres de mente independiente que se pensaron bien las cosas y decidieron evitar el dolor y los riesgos de la maternidad. Esas mujeres no son nuestras antepasadas. 

También puede haber habido familias que decidieron acabar con las reglas y costumbres que fomentaban la crianza de los hijos. Nuestros antepasados no pertenecían a familias como esa. Nuestros antepasados formaban parte de familias que creían en la importancia de los niños y trabajaban duro para producir la siguiente generación. La razón por la que existimos

Lesley Newson & Peter J. Richerson, A Story of Us. A New Look at Human Evolution, 2021, p 98


Las mujeres no trabajan poniendo ladrillos ni los hombres cuidando niños pequeños. Las mujeres venden ropa y los hombres venden tornillos. Las mujeres arreglan el pelo a otras mujeres y los hombres arreglan motores. Las mujeres juzgan y los hombres redactan contratos de compraventa de empresas. Las mujeres son jefas de personal y los hombres son jefes de operaciones. Las mujeres bailan y los hombres corren. Las mujeres tienen hijos y los hombres tienen carreras y las mujeres que quieren tener hijos eligen a hombres con carrera. Y luego está Manolito, que trabaja en una guardería y Lucía que tiene una medalla Field en matemáticas. Y está Carlos que es un peluquero de señoras millonario y Matilde que diseña productos financieros para Goldman Sachs y trabaja 100 horas a la semana sin desmaquillarse. 

En ámbitos como el de la Justicia, la Administración Pública, la Sanidad o la Universidad, los hombres están siendo expulsados (obsérvese que también uno se puede poner woke y posmoderno y decir que las mujeres están 'expulsando' a los hombres de determinados ámbitos de la vida profesional). En Medicina, casi el 80 % de los que acceden cada año a las facultades son mujeres. Matemáticas e Ingeniería tienen notas de corte inferiores a Medicina o Veterinaria. 

El fracaso escolar femenino en España está en los niveles de los países más desarrollados mientras que el masculino es de los peores del mundo desarrollado (y ¡es una brecha que no se ha reducido!). 

Sin embargo, centenares de estudios empíricos abordan la cuestión de por qué las mujeres no están más presentes en ámbitos especialmente competitivos o en los que tienen que ver con el uso de matemáticas. 

Este estudio insiste en picar la misma piedra. Solo que como ya no les queda piedra que picar, ahora entran en las emociones. Es realmente notable que en lugar de fijarse en STEM, los autores del estudio de esta consultora insertada en una universidad privada católica (cuya orden propietaria segrega por sexos a sus miembros) "pongan el foco" en "las matemáticas y el uso de herramientas cuantitativas como componente central y transversal a todo aquello que cae dentro del ámbito STEM"La explicación que dan los tres autores del estudio para esta extraña selección del 'foco' es que el uso de matemáticas es lo que distingue STEM "frente a otros ámbitos del conocimiento y las habilidades". Pero uno pensaría que, al nivel al que se usan, las matemáticas se usan en todas las Ciencias pero donde tienen un valor añadido especial es en las ciencias sociales en forma de estadística, no en las Ciencias puras y en las Ingenierías. Como nos enseñara Wilson, la física se monta sobre las matemáticas, la química sobre la física y la biología sobre la química

Los tres autores no quieren hablar de STEM. Quieren hablar de Matemáticas porque saben, antes de empezar a analizar nada que es el único ámbito en el que la brecha en educación entre hombres y mujeres es favorable todavía a los hombres. 

No sé de dónde sacan los autores que (i) las matemáticas proporcionan "el mayor valor añadido potencial para la economía" (si es así, lo que querríamos es que más chicos estudiaran matemáticas en lugar de Relaciones Laborales o ADE, no que chicas que no tienen preferencia por las matemáticas alteren sus preferencias y estudien matemáticas en lugar de otras cienciasEso sería pretender una asignación ineficiente de los recursos. Es como un empresario que pretendiera aumentar sus ventas con publicidad engañosa, es decir, manipulando las preferencias de los consumidores para después venderles el producto que no quieren. ¿No es preferible que ese empresario venda precisamente el producto que quieren los consumidores? 

España produce cinco veces más periodistas o politólogos que matemáticos. Eso sí que es una asignación ineficiente de los recursos, pero eso no parece preocupar a nadie. 

Los autores no tienen en cuenta esas enormes diferencias en el número de egresados y de matriculados en carreras como Matemáticas en comparación con otras carreras en las que la presencia femenina es muy mayoritaria ¿Dónde están los hombres que deberían 'equilibrar' esas carreras? En el fracaso escolar. No llegan a la universidad, veremos que así se explican las cifras de la FP. Y, además, como son más aversas al riesgo, las chicas terminan las carreras en mayor proporción que los chicos. Otra prueba de la mayor 'fragilidad' de los varones. Pero, al parecer, la 'fragilidad' no es una barrera que impida florecer a los varones como la ansiedad lo es de las mujeres, a pesar de que, como digo, el gran problema de la educación española son los varones 'zoquetes' de clase baja y, entre ellos, los que estudian, por imposición de los 'nacis' de la ciudad donde tiene su sede ESADE en una lengua que no es la suya materna. Seguimos esperando al gran estudio de ESADE sobre los efectos negativos sobre el desarrollo cognitivo de los varones de la inmersión en catalán o euskera. A ver si lo patrocina el Santander o Iberdrola.

Afirman (ii) que las matemáticas es el ámbito "que concentra más barreras para las niñas desde temprana edad y para las mujeres conforme avanzan en su periplo educativo y laboral" O sea, feminismo 2.0: las niñas se enfrentan a "barreras" que impiden su "acceso" a los puestos laborales mejor pagados. 'barreras' a las que no se enfrentan los varones, al parecer. 

La brecha está desapareciendo sola

El rigor de los autores se muestra en que la 'brecha de género' no es un resultado de su análisis, sino que es el punto de partida ("podemos identificar de qué manera operan las brechas de género en cada etapa de la vida"). Lo curioso es que la brecha está desapareciendo sola, pero eso no es suficiente 

La nota media en competencia matemática a los 15 años ha descendido en la última década tanto para los chicos como para las chicas, siendo la caída para los primeros sustancialmente mayor (14 puntos frente a 7). 

¿No debería preocuparnos que haya caído más en los chicos? ¿Qué hace mal nuestra escuela con los varones para que su competencia matemática caiga el doble que la de las chicas?

No. Nos preocupa que la diferencia no haya desaparecido

Además, la brecha de género ha descendido —aunque de forma irregular— pero persiste en los niveles medios y altos de rendimiento. El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) que realizan los alumnos y alumnas a los 15 años —independientemente del curso en que se encuentren— de todas las comunidades autónomas apunta en esta misma dirección: en España, las chicas de esa edad obtienen peores resultados que los chicos en matemáticas; concretamente, 10 puntos menos , una diferencia que, si bien es cierto que ha descendido durante la última década —

La caída de la diferencia es espectacular. Pero es que también ha caído hasta casi desaparecer en Ciencias mientras que la ventaja de la chicas en lectura apenas ha disminuido. Alguien sin prejuicios deduciría que la diferencia en Matemáticas se arreglará sola y que si no desaparece es porque las niñas más listas prefieren dedicarse a otras cosas o que, como se verá, los niños más listos - y más competitivos - se concentran en Matemáticas porque comprenden que es el único ámbito en el que pueden competir por mejores salarios. 

Pero más espectacular es esta tabla

respecto de la cual, los autores dicen 

Resulta especialmente llamativo el cierre relativo de la brecha de género en la capacidad de interpretar y evaluar: mientras que en 2012 los chicos obtenían 20,8 puntos más que las chicas en esta competencia clave, en 2022 la diferencia es de 5,6 puntos, la más baja en componentes y procesos . 
Lo más llamativo es que se está cerrando cualquier brecha, sin hacer nada. Es más, probablemente, la causa del cierre es que la escuela se adapta cada vez más a las necesidades, habilidades y limitaciones de las chicas en mucha mayor medida que a las de los chicos. Se ha reducido la competencia y los contenidos de matemáticas que han de conocerse. Eso beneficia a la 'niña promedio' (recuérdese que las chicas tienen menos presencia en los extremos de la distribución). Si se ha reducido hasta casi desaparecer en algunos aspectos la brecha de sexos ¿por qué hay que hacer nada? ¿no estarían mejor empleados los recursos en reducir el fracaso escolar?

La causa de la menor atracción de las niñas hacia las matemáticas 

la resumen los autores diciendo que está causada por la "menor autoconfianza, mayor ansiedad y mayor afectación emocional" en las niñas que en los niños. ¿Tiene valor científico un trabajo que explica la realidad diciendo que las niñas tienen menos autoconfianza y sufren más ansiedad o tienen emociones más vivas que los niños? Si estos son rasgos psicológicos, ¿tiene algún sentido desarrollar una política educativa etc que trate de modificar los efectos de las diferencias psicológicas en promedio entre hombres y mujeres? 

Porque lo terrible para tales explicaciones es que resulta que las niñas "sufren mayores niveles de estrés no solo en matemáticas sino en todas las asignaturas, con excepción de Lengua española". Respecto a Lengua, este gráfico es muy interesante: ¿por qué no es un problema la 'brecha' en Lengua y sí que lo es en Matemáticas? ¿Qué sabemos de las consecuencias laborales de esta diferencia para los niños que van peor en la escuela? ¿Cuántos estudios hay al respecto? Que no haya ninguna mujer en los sitios de construcción pero apenas se vean hombres trabajando de dependientes de comercio ¿no debería preocuparnos más que la brecha de género en las divisiones de diseño de productos financieros de los bancos de inversión?



la relación entre la autopercepción, afección y ansiedad matemática a los 15 años y los resultados en matemáticas, encontramos que la relación es positiva y estadísticamente significativa y, además, de gran magnitud en todas las variables. Sin embargo, las diferencias de género en estas relaciones son menores y en algunos casos, irrelevantes... sentir ansiedad hacia las matemáticas se asocia con una reducción de la calificación de -20,8 puntos para chicos y -18,6 para chicas. En 2012 era mayor: -28,8 y -25,3 puntos respectivamente.  
¿Qué tiene de extraño que las niñas sufran más stress que los niños en matemáticas? Las matemáticas son menos atractivas para las niñas porque es la única asignatura 'arriesgada', es decir, en la que la mejor disposición y la mayor capacidad de sacrificio y esfuerzo imaginable no permiten predecir resultados excelentes. Por tanto, las niñas que sacan mejores notas en todo - autoexigencia elevada - sufrirán comparativamente de mayor stress por no poder sacar las mejores notas en matemáticas y si pueden dejarlas, las dejarán. Eso 'baja' la media de las chicas pero no la de los chicos, lo que se refleja en que
Pese a que a los 15 años las chicas manifiestan realizar un esfuerzo mayor que los chicos para entender las matemáticas, la brecha de género en autopercepción y afección por las matemáticas persiste
Dicen los autores que las niñas "abandonan más cuando no lo entienden, pierden el interés y presentan un nivel de participación activo menor en las clases" ¿que los niños? Las niñas se quedan quietas y calladas, quizá. Pero los niños se ponen a alborotar ¿no? 

Y esto es la bomba

las actitudes de género explican el menor desempeño de las niñas en matemáticas sólo en familias blancas relativamente acomodadas, mientras que, aparentemente, no son tan importantes para el desempeño de las niñas provenientes de familias con otros perfiles socioeconómicos (Dossi et al, 2021)

Los hombres son más competitivos en el ámbito laboral que las mujeres en promedio (y se motivan más en deportes) Y también lo son, y así lo reconocen los autores pero no extraen ninguna consecuencia, en la escuela  

La existencia de diferencias de nota especialmente entre el alumnado con mejores resultados podría explicarse, al menos en parte, por la bien documentada brecha de género en la disposición a competir. En este sentido, la respuesta a entornos competitivos parece que efectivamente difiere entre hombres y mujeres, y esta brecha de género en el rendimiento competitivo no se refleja en el rendimiento no competitivo (Niederle y Vesterlund, 2010). Estas diferencias podrían implicar, según este estudio, que ciertos resultados de exámenes de matemáticas podrían estar exagerando la ventaja de los hombres sobre las mujeres, especialmente en los de mejor nota. En la misma línea, un experimento natural en el que explotan la variación en la exigencia de los exámenes observó que las alumnas de secundaria superan a los alumnos en todas las pruebas, pero en mayor medida cuando el nivel de exigencia es más bajo (Azmat et al, 2016).   

La menor disposición a competir de las chicas puede explicar, al menos en parte, la brecha de género en la elección temprana de itinerarios científicos, indicando no solo que los chicos son más propensos a competir sino también que esta diferencia puede explicar buena parte de la diferencia de género en la elección de especialización en bachillerato (Buser et al, 2017). La brecha de género en la elección de itinerarios STEM en Bachillerato... no es una realidad exclusiva de España: se observa también en secundaria para el caso de Países Bajos (Buser et al., 2014), en Bachillerato para el caso de Suiza (Buser et al., 2017). Ambos estudios analizan si la brecha de género en la especialización en matemáticas puede predecirse mediante una medida experimental de la disposición a competir. Encuentran que el alumnado con una mayor propensión a la competición, independientemente de las calificaciones, tiene una mayor probabilidad de elegir una especialización en matemáticas, siendo los chicos más propensos a competir. Estas diferencias presagian notables diferencias de género en la elección de la especialización en las universidades. 

Pero lo más interesante es lo de la Formación Profesional. 

Aquí los autores no tienen problema (v. gráficos 15 ss) a pesar de que según datos oficiales, en FP Básica, más del 70 % de los alumnos son varones. (en la superior está la cosa equilibrada, lo que debe 'leerse' en relación con la Universidad donde las mujeres son amplia mayoría). Según datos oficiales (el Ministerio está lleno de feministas 2.0, fíjense en el vocabulario (los hombres 'acaparan' pero las mujeres 'representan')

Así, existen familias acaparadas prácticamente por los hombres, por ejemplo, Instalación y Mantenimiento (97,4% en FP Básica, 97,7% en G. Medio y 95,5% en G. Superior),Transporte y Mantenimiento de Vehículos (97,3% en FP Básica, 96,5% en G. Medio y 95,3% en G. Superior), Electricidad y Electrónica (96,4% en FP Básica, 96,4% en G. Medio, 93,7% en G. Superior) y Fabricación Mecánica (97,1% en FP Básica, 96,3% en G. Medio y 90,7% en G. Superior). Por el contrario, las mujeres representan un porcentaje muy elevado de la matrícula en familias como Imagen Personal (79,6% en FP Básica, 87,2% en G. Medio y 93,0% en G. Superior), Servicios Socioculturales y a la Comunidad (52,5% en FP Básica, 86,7% en G. Medio y 86,6% en G. Superior), Textil, Confección y Piel (57,8% en FP Básica, 78,0% en G. Medio y 81,0% en G. Superior) y Sanidad (76,4% en G. Medio y 76,4% en G. Superior). 

¿Qué indica el hecho de que las diferencias en proporción de graduados en STEM sean mayores en la FP que en la Universidad? ¿No explica eso por qué hay muchas más chicas en la Universidad? ¿No es una prueba de que la escuela (que conduce a la Universidad) expulsa a los chicos en mucha mayor medida que a las chicas? ¿Que la escuela, el instituto de bachillerato y la universidad no son nada inclusivos con los varones? ¿No explica esto por qué la insatisfacción con la escuela es mayor en los varones que en las mujeres? 

Si no fuera por la FP ¿no veríamos cifras aún 'peores' para las chicas en Ingenierías, Matemáticas e Informática en la Universidad? ¿Debemos promover que las chicas estudien "electromecánica de maquinaria" o de "vehículos" o "instalaciones eléctricas" o debemos animarlas a que hagan Bachillerato? ¿Qué opciones tiene un varón de 15 años 'del montón' y una chica de 15 'del montón'? 

Pero, sobre todo, la FP no puede ser muy exigente en matemáticas: ¿no invalida todo su análisis el hecho de que la brecha de género sea muy superior en FP donde la relevancia de las matemáticas es menor? ¿No parece que esta brecha se explica enteramente por razones que no tienen que ver con las matemáticas y si con las explicaciones tradicionales acerca de que las mujeres prefieren trabajar con personas y los hombres con cosas? 

¡Es la Evolución, estúpido!

Ningún varón tiene que limitar su carrera profesional para tener hijos y su éxito en el mercado romántico depende, por ello, casi exclusivamente de su capacidad para ganar más dinero que las mujeres. Las mujeres siguen siendo las que eligen pareja y siguen casándose hacia arriba. Y lo hacen porque, no se olvide, somos hijos de las mujeres que decidieron tener hijos. Las que decidieron no tenerlos no han pasado sus genes. ¿Cómo la perspectiva de tener hijos no va a ser importante en las decisiones profesionales de las mujeres en mayor medida que en los hombres?

Eso lleva a pensar que los hombres se concentrarán en los sectores que paguen mejores salarios y ofrezcan más oportunidad de ganancia y que estén dispuestos a asumir más riesgos (para tener más éxito en el mercado romántico). Esos sectores son más competitivos y los varones tienden a ser más competitivos que las mujeres en promedio, es decir, están dispuestos a realizar más sacrificios y a asumir más riesgo que las mujeres. En esas condiciones, lo natural es que veamos que las posiciones preferidas por los hombres reciben mejores salarios. 

Los autores podrían haber hecho una comprobación simple: más del 70 % de los jefes de recursos humanos son mujeres y seguro que ya son mayoría las jefas de asesoría jurídica. Seguro que más del 70 % de los jefes de marketing o COO son hombres. Compárese el nivel salarial de unos y otros. Las empresas, hipócritamente, colocan a las jefas de recursos humanos en el mismo nivel directivo que los COO o los de ventas. Si las chicas son menos competitivas, puede predecirse que los salarios de los puestos por los que compiten sobre todo chicas (para cuya cobertura hay muy buenas candidatas mujeres) tenderán a ser más bajos que los de los puestos en los que los chicos son los principales solicitantes. Es más, si las chicas son menos competitivas, observaremos una segregación creciente por sexos en los puestos profesionales en los que uno y otro sexo tengan ventaja (más conocimientos, habilidades o rasgos de la personalidad, mejores notas o más competición).

Pero todo esto no es lo peor. Lo peor es que este estudio, como todos los de su clase, se ocupa sólo de las mujeres-blancas-ricas-de élite y se olvidan de los pobres, los fracasados etc que en los países desarrollados son crecientemente varones. Insistir en preocuparnos por Lucía, una chica de-todo-sobresaliente, que prefiere hacer Derecho a estudiar Ingeniería eléctrica para pasmo de su padre (y comprensión profunda de su madre) y no hacerlo por Manolo, que ha repetido dos cursos, ha tenido sus primer encuentro con la Administración de Justicia en su adolescencia y ha empezado tres "itinerarios" profesionales para ir saltando de trabajo mal pagado en trabajo peor pagado es un derroche de los recursos sociales y una crueldad. 

Conclusiones

1. No parece que invertir más recursos diferencialmente en las niñas de nuestros colegios mejorará el bienestar de la Sociedad española. 

2. Ponerse como objetivo equilibrar la presencia de hombres y mujeres en todos los ramos de la actividad es un objetivo absurdo porque se desconoce todo sobre los costes y beneficios asociados a lograrlo. 

3. Es un error pensar que el hecho de que haya pocas chicas relativamente en Matemáticas o Informática es un problema en una sociedad abierta en la que no hay barreras significativas a la elección de carrera profesional y las posibilidades de realización personal son amplísimas. 

4. Es un sofisma lo de "no podemos renunciar a la mitad del talento". 

5. Y no tenemos ni idea de los costes que está suponiendo la feminización de ámbitos predominantemente masculinos. Pero haberlos, - costes - haylos - porque no hay comidas gratis.

En esas circunstancias, lo mejor es dejar que cada uno haga lo que quiera y utilizar el Derecho para luchar, como siempre, contra la discriminación. 

Hay que superar el feminismo 2.0, el que quiere la igualdad aunque los afectados 'voten' con su vida y su dinero otra cosa. El feminismo 1.0 se preocupaba por el acceso. Necesitamos un feminismo 3.0 que abandone la concepción de la relación entre sexos como una relación entre opresores y oprimidos y que tenga más afición por la verdad y la ciencia que por la gestión de las emociones cuando de estudiar la Naturaleza y la Sociedad se trata.

lunes, 4 de marzo de 2024

La cooperación en sociedades humanas de gran tamaño

Nakamura Hiroshi

Cómo resolver los problemas de los intercambios y de la acción colectiva

Las conductas que permiten los intercambios y la acción colectiva en un grupo humano son mutualistas. No necesariamente altruistas. La diferencia entre ambos conceptos consiste en que cuando intercambiamos voluntariamente o formamos un grupo (sociedad) para mejor conseguir un fin común a los miembros del grupo, todos los que participan en el intercambio o en la sociedad se benefician de la interacción precisamente porque de la interacción o acción colectiva resulta una ganancia que las partes pueden repartirse. No se comportan de forma altruista como lo hace una madre respecto de su hijo cuando soporta un coste del que se beneficia exclusivamente el bebé (y a los genes de la madre que pasarán a la siguiente generación cuando el bebé sea adulto y se reproduzca).

El Derechoubi magna societas ibi ius – tiene como función, en sociedades de gran tamaño, la de facilitar los intercambios y la acción colectiva, es decir, multiplicar las conductas mutualistas o cooperativas reduciendo los costes de tales conductas y aumentando los costes – vía sanciones – de las conductas antisociales. Esta función la cumplen, en sociedades tradicionales, preagrícolas, las normas sociales, la religión o los tabúes.

Las interacciones sociales (intercambios, acción colectiva) se formalizan en instituciones (‘mecanismos de interacción social seleccionados por los individuos en función de las constricciones ambientales y tecnológicas’) de dos tipos: políticas – las que articulan la interacción social en relación con cómo se tomarán las decisiones que afectan a todo el grupo – y económicas – que articulan la interacción social en forma de intercambios y persecución de fines comunes de carácter material –.

Cualquier conducta prosocial – cooperativa o altruista – en una interacción económica puede situarse en una escala que represente la exclusividad (excludability) del bien económico involucrado: en el extremo de esta escala se encuentra el intercambio de bienes de propiedad privada entre dos individuos. Son bienes que el actor controla, lo que significa que puede excluir a todos los demás individuos de su uso. El intercambio de bienes privados permite a los individuos obtener recursos de los que no disponen y permite la especialización y la división del trabajo. Pero no es obvio que los individuos decidan intercambiar por dos razones. Por el riesgo de incumplimiento de la otra parte y por la asimetría informativa respecto del bien que el actor entrega y el valor del bien que recibe a cambio. “esto significa que el intercambio implica un dilema social”.

En el otro extremo de la escala de la exclusividad están los bienes públicos (por ejemplo, la muralla que rodea a la ciudad y la protege de los enemigos, un sistema de regadío…) respecto de cuyo disfrute es difícil excluir a los que no han contribuido a su producción. Aquí el dilema social es el del gorrón: disfrutar del bien público sin contribuir a su producción.

Si se piensa bien, la conducta del gorrón en el segundo caso y en el primero es idéntica: en ambos casos, el contratante o el miembro del grupo gorronean, es decir, reciben el beneficio de la interacción social sin haber contribuido a su realización, sin haber hecho lo que le incumbe. La diferencia está en que el riesgo de las conductas gorronas – antisociales – es muy superior en la producción de bienes colectivos porque lo son los costes de asegurar el cumplimiento de cada participante en la actividad cooperativa, pero no se trata de dilemas sociales diferentes analíticamente.

En los cazadores-recolectores la interacción social más notoria es el intercambio de carne entre el individuo exitoso y el grupo (o mejor entre el subgrupo – partida de caza – exitosa y el resto del grupo). Los cazadores exitosos cederán al grupo lo cazado en la convicción de que recibirán carne cuando sea otro el subgrupo exitoso. Este tipo de interacción social es sostenible porque se realiza repetidamente (intertemporalidad) entre sujetos que se conocen (cuyo comportamiento previo conocen). Y la regla del intercambio se hace cumplir a través de mecanismos sancionatorios sociales que van desde la destrucción de la reputación de alguien a través del cotilleo hasta el ostracismo o el asesinato. Hay división sexual del trabajo. Entre los horticulturalistas, las instituciones son parecidas pero “se observa la existencia de intercambio de productos hortofrutículas por carne y de cuidado de las crías a cambio de prestación de trabajo y cuidado de enfermos”. En el ámbito de la producción en común, en estas sociedades se produce en común la caza, la quema de hierbas, la construcción de presas para pescar. Estas actividades no involucran a todo el grupo sino a subgrupos dentro de él lo que reduce los costes de supervisión de los demás y, por tanto, el parasitismo o free riding. Eso hace que los actos prosociales tiendan a ser cooperativos más que altruistas. Los beneficios para el individuo de un acto prosocial de este tipo se reciben de forma casi inmediata. Y el coste se mide para el individuo en forma de costes de oportunidad del tiempo y del trabajo invertido o la aportación directa de recursos patrimoniales. Son reglas sociales las que determinan cómo se reparten precisamente los beneficios de la acción colectiva. Por ejemplo, entre los ¡Kung, el dueño de la primera flecha que penetra al animal controla el reparto de la pieza de caza. Veremos que esta ‘descentralización’ de la cooperación articulándola en subgrupos es clave para entender la evolución histórica de las instituciones jurídicas que formalizan los intercambios y la acción colectiva.

En las sociedades actuales hay especialización e intercambios impersonales que se sostienen gracias a instituciones autónomas – espontáneas – e instituciones políticas.

“Por ejemplo, interacciones repetidas cara a cara se sustituyen por interacciones repetidas con la misma entidad u operador, respecto del cual puede construirse la confianza necesaria a lo largo del tiempo de la misma forma que se construye entre cazadores-recolectores, esto es, basada en información obtenida de primera mano” (de una interacción directa). Así ocurre cuando se contrata repetidamente con la misma compañía – o corporación, persona jurídica – .

O cuando se contrata con otros miembros de la misma corporación (los comerciantes internacionales en el consulado medieval). O cuando existen mecanismos que permiten dar publicidad, hacer de conocimiento público, un registro de las transacciones en las que ha participado en el pasado un individuo que puede construirse, así, una reputación de no ser un gorrón, de cumplir sus contratos y de desplegar conductas prosociales: “esto es, esencialmente, una elaboración de la difusión de información que afecta a la reputación de alguien a través del cotilleo entre los cazadores-recolectores”.

La producción de bienes públicos en las sociedades de gran tamaño plantea problemas de free riding mucho más graves que en los grupos pequeños. Pero también los beneficios son superiores y, por tanto, los incentivos para desarrollar instituciones que aumenten las conductas prosociales. Basta con que se conforme una comunidad – una corporación – y la pertenencia a la misma permita el acceso al bien público pero, a la vez, existan órganos que pueden detectar al que no contribuye y expulsarlo del grupo.

La  erección de una corporación permite la formación de subgrupos dentro de una Sociedad de gran tamaño.

De esta forma, los mecanismos que sostienen la cooperación en los pequeños grupos pueden aplicarse con semejante eficacia a gran escala. Si un grupo dentro de la Sociedad logra hacerse con el control del uso de la fuerza, podrá imponer a todos los miembros de la Sociedad deberes de contribuir a la producción de dichos bienes (impuestos, cargas personales). Su éxito dependerá de las posibilidades de ‘salida’ de los miembros de la Sociedad y, probablemente, de la comparación con los gobernantes previos.

¿Qué psicología explica el nivel de cooperación que observamos en las sociedades humanas y que se han descrito hasta aquí?

Los autores explican los distintos modelos de “agentes” racionales. El primer modelo es el del agente RSM (maximiza los rendimientos personales a corto o largo plazo de forma plena o limitada) despliega conductas prosociales sólo de tipo cooperativo o mutualista, no de tipo altruista:

la interacción social tiene que resultar en un beneficio neto si se trata de interacciones no repetidas, singulares, o ha de tratarse de interacciones repetidas con individuos conocidos o desconocidos o tiene que existir un tercero que haga cumplir los intercambios u obligue a los que participan en la producción del bien colectivo a realizar su aportación. A menudo, esto es bastante para sostener la cooperación a gran escala.

Es decir, una Sociedad poblada de RSMs puede obtener los beneficios de la cooperación a gran escala.

Un agente FMM (Fitness Maximizing Mind) que persiguen maximizar la aptitud (capacidad para sobrevivir y reproducirse) no es exactamente igual que una RSM (lo que le ‘importa’ es pasar los genes a la siguiente generación, con lo que será altruista con los parientes) pero es muy semejante

“Un agente FMM puede expresar comportamientos prosociales cooperativos y altruistas, dependiendo de la relación con el/los compañero(s) de interacción. Sin embargo, tampoco es muy diferente, ya que la reproducción y la supervivencia se correlacionan con la recompensa material. Por lo tanto, se espera que un agente FMM evolucione para ser sensible a las recompensas. El FMM se comportaría de manera similar a un agente RSM, aunque teniendo en cuenta la relación (de parentesco) con el/los destinatario(s).

Alternativamente, se puede asumir que los agentes FMM están diseñados… para resolver específicamente los problemas de supervivencia y reproductivos de las sociedades de cazadores-recolectores. Esta es la aproximación de la psicología evolutiva. Es un tipo de FMM que los autores llaman Pleistocene Adapted Mind PAM porque está adaptada a solucionar problemas de adaptación específicos del Pleistoceno como por ejemplo, la adquisición del lenguaje, la selección de pareja o el intercambio cooperativo. Este es el EEA, el entorno de Adaptación Evolutiva, lo que lleva a soluciones específicas para el intercambio y la acción colectiva basadas en la valoración exhaustiva de pros y contras pero también en reglas heurísticas: “desde esta perspectiva, el EEA para el intercambio y la acción colectiva en pequeñas sociedades habría seleccionado una psicología humana sensible a los resultados (payoff-sensitive) que emprende y vigila intercambios recíprocos, que incluye algoritmos especializados para detectar tramposos y que calcula la probabilidad de que la contraparte reciproque. Un agente PAM cooperará en sociedades de gran tamaño cuando estos algoritmos psicológicos se activen con insumos que recuerden a las situaciones que habrían llevado a cooperar en el EEA.

La mente PAM son mentes SLM (social learning mind) en el sentido de que puede suponerse que los individuos adquieren su conducta prosocial de otros individuos, esto es, mediante aprendizaje social. “Por tanto, la conducta se transmite principalmente entre individuos y no se escoge libremente por los individuos, como ocurriría en una RSM.

SLM es el modelo estándar: los individuos toman decisiones en función de lo que han aprendido acerca de qué decisiones son las más convenientes en esa situación. En el aprendizaje social, la SLM se mueve por tres criterios: los beneficios que se siguen de la decisión; el prestigio del que realiza esa conducta y lo conformista (tendencia a seguir al grupo)…  los SLM que utilizan un sesgo de recompensa imitan un comportamiento prosocial si observan que otros individuos que realizan el comportamiento prosocial reciben una recompensa mayor que el promedio de la población. Los SLM que utilizan el sesgo de prestigio imitan múltiples comportamientos… de individuos de alto estatus que, en general, reciben alta recompensa material… para evitar incurrir en los costes de comprobar si cada comportamiento en particular mejora la recompensa… los SLM con sesgo de conformidad… copian la variante más frecuente de comportamiento exhibida en la población. Obsérvese que el sesgo de prestigio y el de conformidad son “menos sensibles a los resultados materiales para el actor de la conducta prosocial”. Esto podría provocar que una conducta prosocial continúe practicándose generalizadamente porque así ha venido ocurriendo en el pasado y los individuos se guían por el sesgo de conformidad incluso aunque haya dejado de producir beneficios a los miembros del grupo. En sentido contrario, si la SLM está más orientada al os resultados para el individuo, los individuos serán más egoístas: la interacción social tiene, en tal caso, más importancia para explicar la sostenibilidad de las conductas prosociales y en particular las que se presentan entre no parientes que, por eso, no pueden ser altruistas.

Cómo se ordenan estos tipos de agentes desde el punto de vista del egoísmo

Si los resultados son inmediatos – como en los intercambios bilaterales -, la gente tiende a comportarse, en pequeñas y grandes sociedades de forma RSM. Pero cuando las conductas prosociales no son sensibles a los resultados “en particular, juegos de bienes públicos sin incentivos para actuar prosocialmente”, los individuos se siguen comportando prosocialmente pero, “como ocurre en los intercambios, cuando los individuos participan en la producción de bienes públicos durante un período de tiempo largo, a menudo comienzan a comportarse de una manera sensible a los beneficios… eso sugiere que los humanos no son perfectamente racionales y no siempre toman decisiones óptimas desde el punto de vista del corto plazo, lo que convierte en una caricatura la idea del agente racional que se toma como asunción en la Economía. Sin embargo, los agentes humanos parecen aprender con el tiempo y lo hacen en función de la variación en la recompensa.

Además, hay variación cultural lo que apoyaría la mentalidad del aprendizaje social (SLM), esto es, que los sesgos de conformidad o prestigio pueden ser más importantes que la maximización de los resultados para el individuo en la determinación de si un individuo se comporta prosocialmente. Pero también podría ocurrir que los individuos se comportan RSM o FMM en función del entorno económico en el que actúan, incluyendo

"el grado en que se repite la interacción, el valor de las relaciones a largo plazo dadas las reglas institucionales del mercado local y la fidelidad con la que se transmite la información reputacional". "El conformismo es muy común en los niños. Sin embargo, varios experimentos con adultos han demostrado una falta de conformismo, especialmente en situaciones en las que conformarse daría lugar a una reducción de los beneficios materiales".

El sesgo de conformidad se reduce cuando la conducta socialmente extendida no tiene éxito en términos de resultado o cuando contradice lo que el individuo sabe. La conclusión payoff-sensitiviy is a key driver of individual decision making in social interactions.

La evolución favorecería la cognición que promueve el interés genético del actor. Esto es consistente con las predicciones de FMM y su subtipo PAM si no se ha producido un cambio masivo en los mecanismos de toma de decisiones desde el Neolítico: intensa planificación y proyección hacia el futuro, preocupación por los resultados a largo plazo, distinción entre parientes y no parientes (desarrollando conductas altruistas solo hacia parientes) habilidades para el aprendizaje social

¿Qué es lo que sostiene la conducta prosocial – cooperativa en grandes sociedades?

1. La tesis cultural: que los humanos tienen mentalidad de aprendices sociales SLM con un elevado grado de sesgos de prestigio y conformidad. Estos sesgos pueden mantener la conducta prosocial en el seno de un grupo incluso si no produce beneficios a los individuos y no sería un equilibrio en un grupo de agentes egoístas: "Por lo tanto, los actos prosociales en sociedades a gran escala pueden ser altruistas". Y si hay competencia entre grupos, predominarían los grupos con más SLM. Los estudios empíricos no han demostrado que "La transmisión con sesgo conformista favorece la difusión de conductas prosociales. Sin embargo, a la transmisión sesgada de prestigio le va mejor".

2. Hipótesis institucional: al pasar de las pequeñas sociedades a las grandes, los individuos cambian las reglas de los juegos económicos e inventan reglas que apoyan los intercambios o garantizan la contribución de todos a la producción de bienes públicos o mantienen las interacciones entre subgrupos pequeñosnested groups -. Con ello, las conductas prosociales – cooperativas – conducirían a la mejora de los resultados individuales y serían realizadas por individuos egoístas. Esto es compatible con agentes RSM, con FMM, y con SLM e incluso PAM 

en la medida en que las reglas institucionales recrean las condiciones en las que los comportamientos prosociales cooperativos eran sensibles a los beneficios en las sociedades de pequeña escala" 

(especialmente si las circunstancias son similares ecológicamente”) por ejemplo, establecer normas de reparto igualitario en períodos de alta varianza en los recursos… Si los cazadores-recolectores no tuvieran interacciones políticas, la hipótesis institucional no podría explicar el origen de las sociedades gandes. Pero hay evidencias de que las tenían: p. ej., los Ache, cuando pasaron de caza-recolección a hortocultura, sometían a votación la transformación de campos de propiedad común en propiedad privada.

Sin ese cambio, los individuos deberían dejar de actuar prosocialmente a medida que participaban en intercambios y acciones colectivas con más individuos, porque cuando todo lo demás es constante, las presiones que favorecen las conductas prosociales disminuyen rápidamente a medida que aumenta el número de individuos que interactúan. Por el contrario, si no hubo cambios en los mecanismos de interacción social, entonces los individuos deben ser menos sensibles a la recompensa. Si es así, debe funcionar un mecanismo especial de toma de decisiones, mediante el cual alguna forma de selección de grupos culturales haga el trabajo de explicar por qué los comportamientos prosociales, ya sean cooperativos o altruistas, son estables en las sociedades a gran escala. 

Esos mecanismos para tomar decisiones son en parte producto de ensayo y error y de un orden espontáneo y no resultado de un diseño completamente deliberado. Por ejemplo, el dinero debió de surgir porque era en interés de todos usarlo y se difundió a través de payoff-biased social learning. En este sentido, algunos ingredientes de la hipótesis de la selección cultural de grupos puede ser complementaria de la hipótesis institucional, ya que los grupos competirían entre si en la difusión de ordenaciones espontáneas de la relaciones sociales. La competencia entre grupos expresada en la guerra, migración diferencial o extinción provocada por factores ambientales actúa como un instrumento que favorece unos equilibrios que conducen a mejores resultados promedio para los miembros de un grupo...

¿Mentalidades sensibles a la recompensa?

Es crucial comprender si el principal impulsor de la evolución del comportamiento prosocial en las sociedades a gran escala es un mecanismo especial de toma de decisiones que puede hacer que los agentes realicen comportamientos prosociales que no son sensibles a la recompensa, o la creación de nuevos mecanismos de interacción social que mantengan la expresión de la conducta sensible a la recompensa conforme aumenta el tamaño del grupo. 

Si no se aclara, quedará la eterna pregunta de hasta qué punto los comportamientos prosociales en las sociedades a gran escala son compatibles con individuos (genéticamente) egoístas. Dilucidar completamente el mecanismo evolucionado de toma de decisiones que utilizan los humanos es extremadamente difícil. Sin embargo, determinar si los comportamientos prosociales observados son sensibles a los beneficios es menos difícil. Por ejemplo, podemos determinar más fácilmente si los sistemas de control social y sanción involucran comportamientos altruistas, o si benefician directamente a los individuos que realizan el control y la sanción al aumentar su recompensa material. Si es lo primero, entonces esto sugiere que un mecanismo especial de toma de decisiones fue clave para su difusión y mantenimiento. Si es esto último, entonces es probable que la creación de nuevos mecanismos de interacción social haya sido el factor clave. Por lo tanto, el trabajo empírico debería prestar más atención a la sensibilidad a los beneficios de las conductas de control y sanción. 

¿Son cualitativamente diferentes los mecanismos de interacción social de las sociedades de gran escala de los de las sociedades de pequeña escala? 

Nuestra revisión de la literatura sugiere que la respuesta es no. Ambas escalas de la sociedad se enfrentan fundamentalmente al mismo tipo de problemas de intercambio y acción colectiva, pero estos problemas se volvieron más difíciles de resolver a escala cuantitativa en las sociedades a gran escala. 

En segundo lugar, ¿cuál es el mecanismo de toma de decisiones mediante el cual los individuos eligen acciones en escenarios de intercambio y acción colectiva? Es probable que esto sea lo mismo tanto en las sociedades a pequeña escala como en las grandes, ya que es poco probable que haya habido suficiente tiempo durante el origen de las sociedades a gran escala para que la evolución genética cambiara el mecanismo de toma de decisiones a un tipo de agente diferente. 

La evidencia empírica implica que los seres humanos se guían en gran medida por incentivos de recompensa cuando eligen comportamientos prosociales en grandes grupos de individuos no emparentados. 

Por lo tanto, los individuos expresan un comportamiento prosocial cooperativo en lugar de altruista cuando interactúan entre personas que no son parientes. Esto es consistente con el RSM y los agentes SLM sesgados por el pago, pero donde las restricciones conductuales parecen ser establecidas por preferencias y predisposiciones genéticas evolucionadas y preocupadas como se espera de FMM, y por lo tanto se ajusta a las predicciones generales de la biología evolutiva aplicada al comportamiento humano. A la luz de estas dos evaluaciones, nos preguntamos: ¿qué mecanismo clave permitió mantener las conductas prosociales a medida que aumentaba el tamaño de los problemas de intercambio y acción colectiva? Por un lado, la hipótesis de la selección de grupos culturales se centra en mecanismos especiales de toma de decisiones de la conducta. Al enfatizar el papel del prestigio y la conformidad sesgando el aprendizaje social por encima del de la recompensa material, da mucha menos importancia al interés propio, y considera que los individuos están bajos en la escala de sensibilidad al pago cuando expresan comportamientos prosociales y, por lo tanto, no se enfrentan plenamente a las limitaciones de la biología evolutiva. Por otro lado, la hipótesis de la vía institucional se centra en el papel de los nuevos mecanismos de interacción social ideados por el hombre. Al subrayar el papel de cambiar las reglas del juego, asume individuos interesados en sí mismos y, por lo tanto, representa una hipótesis nula frente a las limitaciones de los dominios científicos sobre los que se inclina; es decir, la economía estándar y la biología evolutiva, y donde los individuos expresan prosocialidad cooperativa entre no parientes. Nuestro análisis a través de escalas sociales sugiere que también proporciona una explicación suficiente para el mantenimiento de la prosocialidad en la transición a sociedades a gran escala.

Powers, Simon & Schaik, Carel & Lehmann, Laurent. (2021). Cooperation in large‐scale human societies—What, if anything, makes it unique, and how did it evolve? Evolutionary Anthropology: Issues, News, and Reviews


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