miércoles, 10 de enero de 2024

La conjura contra España (XL): dejamos sin recoger los frutos al alcance de la mano

Foto: JJBOSE

PPE = Perfectos progresistas españoles 

"frutos al alcance de la mano" low hanging fruits

El subtítulo de esta entrada podría ser: Si quieres incrementar de una forma barata el aprendizaje de los estudiantes, especialmente de las más pobres y las más zoquetes, asegúrate de que los varones son siempre la minoría en un aula. O mejor, permite la segregación de los alumnos por sexo en primaria y secundaria. 

Dicen las autoras que 

Los resultados sugieren que los estudiantes que estuvieron expuestos a una mayor proporción de compañeras de clase, debido a la asignación aleatoria en el aula al principio de la escuela secundaria, habían mejorado sustancialmente sus puntajes de fin de año y posteriores en las pruebas relacionadas con STEM, y es más probable que elijan títulos STEM en la universidad 2 años después. Los beneficios son mayores para las mujeres que para los hombres. Estos efectos persisten en la edad adulta temprana y se manifiestan en la elección de títulos de educación postsecundaria que están vinculados a ocupaciones más lucrativas o prestigiosas. Estos efectos son impulsados principalmente por grupos desfavorecidos: estudiantes de escuelas de baja calidad y estudiantes de vecindarios de bajos ingresos. Examinamos una vía potencial a través de la cual los efectos de la composición de género en el aula influyen en la educación y las carreras. Encontramos que a medida que aumenta la proporción de compañeras de clase, los hombres reducen su comportamiento disruptivo (reflejado en menos ausencias injustificadas) y crean un entorno de aprendizaje más propicio que podría motivar a más estudiantes a asistir a clases (reflejado en menos ausencias justificadas).

Esto es así porque las mujeres son menos propensas a la indisciplina que los hombresEstos datos son una razón más para permitir los colegios que segregan por sexo o, rectius, colegios que separan a chicos y chicas cuando entran en el aula, no en el colegio. Pero no sólo para permitir colegios/aulas sólo para chicas - como hay gimnasios sólo para chicas sin que nadie se haya escandalizado ante tamaña segregación - sino para permitir también colegios/aulas sólo para chicos. Las razones están explicadas en el trabajo del que he copiado el resumen: las chicas son, en promedio, más tranquilas y disciplinadas. Los chicos lo son menos y aguantan mucho peor estar sentado varias horas al día. Hasta bien entrado el siglo XX, toda la educación primaria y secundaria estaba segregada por sexos. Bien porque las niñas no iban a la escuela - en el siglo XVIII o XIX - bien porque a nadie se le ocurría que fuera 'normal' que niños y niñas compartieran la clase. Recuerdo que hace 50 años, esa mezcla de sexos era normal en el preescolar - no había aulas de preescolar en los colegios masculinos - pero luego no existía en la primaria o el bachiller ni siquiera en la enseñanza pública. 

La separación por sexos tenía una gran ventaja: permitía adaptar el estilo de docencia a las diferentes psicologías y pautas de conducta de niños y niñas. Así, el maestro-tipo de un colegio de niños era un sargento del ejército prusiano que sacudía con razón y sin ella e imponía los más severos e injustos castigos - muchos de ellos colectivos - con gran alegría y satisfacción de crítica y público (parental). Las maestras de los colegios de niñas aplicaban reglas disciplinarias mucho más suaves. 

Lo que quiero argumentar es que, además de lo que dicen las autoras del estudio, cabría predecir que la separación por sexos en las aulas mejoraría el aprendizaje no sólo de las niñas sino también de los niños más revoltosos y zoquetes si permitiéramos las clases sólo para chicos. La razón, barrunto, es que si el problema está asociado al comportamiento de los varones, más proclive al alboroto, a las interrupciones, a faltar a clase etc, una clase sólo de chicos puede recibir un 'tratamiento' por parte del docente más ajustado a esas características de sus alumnos. 

Vean lo que ha pasado con la selección femenina de fútbol. Un varón entrenando a chicas tras siglos de varones entrenando a varones no puede hacerlo bien a la primera. Sólo imagino una pesadilla mayor: un varón entrenando a un equipo mixto. Pues eso es lo que hacemos con nuestra escuela. Solo que en vez de un varón, ponemos como entrenador de la gran mayoría de los niños y niñas a una entrenadora (naturalmente, los PPE explican este hecho acudiendo a los sospechosos habituales). Según me decía una joven que practicaba el voleibol a niveles casi profesionales, un componente central de este desajuste es que las chicas responden peor al refuerzo negativo, pero éste funciona - es eficaz - con los varones. Los chicos "soportan" niveles más intensos de disciplina o cantidad de decisiones represivas por parte de los profesores que las chicas. Las chicas no las entienden y las consideran injustas porque, en efecto, son, a menudo, desproporcionadas.

Pero para los profesores, esto plantea un dilema: cómo fijar el nivel preferible de disciplina óptimo para una clase cuyos miembros tienen diferente psicología y reacción frente a esas medidas. En la práctica, quizá lo que hagan los profesores es tratar a todos sus alumnos como si fueran chicas (pero chicas defectuosas, como dice María Calvo) lo que se traduce en un nivel de "alboroto", absentismo e interrupciones superior al deseable, simplemente porque a los niños no se les aplican medidas suficientemente disuasorias de su mal comportamiento. A las maestras, esto no les cuesta mucho porque son, ellas mismas, mujeres. Sería interesante estudiar si los maestros varones son más eficaces para mantener la disciplina en clase (los estudios sobre disciplina en clase no indican nada al respecto). 

La obsesión de los PPE por perseguir los colegios que segregan por sexo sólo es comparable a la que tienen por los abusos sexuales en comparación con la relativa desatención al uso de la violencia o los castigos físicos en nuestro sistema escolar de hace 50 años.

 Sofoklis Goulas/ Rigissa Megalokonomou/ Yi ZhangFemale Classmates, Disruption, and STEM Outcomes in Disadvantaged Schools: Evidence from a Randomized Natural Experiment, 2023. 

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