domingo, 21 de enero de 2024

Se crean pseudociencias sociales todas las semanas: la ciencia de la 'desinformación'



Ya es bastante difícil comprender el funcionamiento de las instituciones que tenemos; comprender el funcionamiento de instituciones hipotéticas puede parecer más fácil, pero sólo porque sería menos probable que se descubrieran nuestros errores.

 Robert M. Solow


Se crean pseudociencias todas las semanas. Esta semana la "ciencia de la desinformación". Dan Williams explica por qué es una pseudocienciaSi entendemos por desinformación, las informaciones cuya falsedad puede demostrarse ("las vacunas provocan autismo"), su relevancia y efectos sociales tienden a cero. Y si por "desinformación" o "fake news" se entiende información engañosa, los juristas - gracias a los economistas - sabemos un poco: la información susceptible de inducir a error es ubicua, ineliminable y valiosa socialmente porque dado que la capacidad para engañar de una información no es uniforme, incluso una información engañosa para determinados consumidores es valiosa para todos aquellos a los que no induce a error. De ahí que los más perspicaces estudiosos del fenómeno en el Derecho y la Economía restrinjan la prohibición a las manifestaciones que causen daño a los consumidores, no simplemente a las que puedan inducir a error. Si prohibimos cualquier manifestación que pueda inducir a error, el volumen de información que se producirá será inferior al óptiimo social porque la gente no tiene incentivos para producir información si no puede retener los beneficios de su producción y los estándares para calificar como engañosa una información deben ser exigentes so pena de reducir la información útil en el mercado. Esos son los principios del Derecho de la publicidad engañosa y, son tan poco polémicos que en lo que me consta, ha dejado de ser una materia que haya planteado problemas 'nuevos' a los juristas. 

Así que Dan Williams dice que 

La preocupación posterior a 2016 por la desinformación entre periodistas, responsables políticos, científicos sociales, documentalistas, etc., es un pánico moral. La desinformación limitada no es mítica y puede ser dañina. Sin embargo, el grado de alarmismo que rodea a la desinformación parece totalmente incompatible con la magnitud de la amenaza

Y la información que no es falsa sino simplemente engañosa, concluye Williams, no puede ser "objeto" de tratamiento 'científico'. ¿Por qué? Porque la información que no puede inducir a error a nadie que la reciba en ningún contexto ni circunstancia es un unicornio, de manera que toda información acaba siendo engañosa bajo esta definición. Sólo un objeto bien definido y distinguible puede ser objeto de tratamiento científico porque permite la comparabilidad, el establecimiento de relaciones causa efecto etc.

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