viernes, 5 de enero de 2024

La conjura contra España (xxxix): Lo ocurrido en Harvard como una lección sobre meritocracia con algunas citas

foto: JJBOSE

La dimisión de las rectoras de la Universidad de Pensilvania y de Harvard es una historia muy norteamericana. Sea cual sea la cuestión social, económica o política que se examine, los EE.UU. son siempre atípicos (un outlier) respecto del resto del mundo occidental. Mi impresión es que esto ocurre porque EE.UU. lleva más de un siglo 'disfrutando' del mercado más grande del mundo. Y un mercado tan grande fundado en la libertad de los individuos para hacer lo que les venga en gana es un mercado extremadamente competitivo (más competitivo cuanto más grande) precisamente porque las ganancias de triunfar son proporcionales (si no exponenciales) al tamaño del mercado. 

Por eso, como dice la canción que cantaba Frank Sinatra respecto de Nueva York, 'If I can make it there, I'll make it anywhere', los que triunfan en los EE.UU. triunfan en todo el mundo, porque no se puede triunfar en un mercado tan competitivo sin un buen producto o servicio. 

Pero no hay comidas gratis. Incluso un mercado tan competitivo y tan grande genera enormes costes sociales. Uno de ellos es que grandes ganancias atraen a gente proclive al riesgo como los bancos atraen a los atracadores y hay ámbitos donde no queremos que proliferen esos tipos humanos. Hay personajes como EpsteinMadoff o Bankman, o Elizabeh Holmes que son poco imaginables en un país europeo. Por eso las penas son tan brutales en los EE.UU. Porque las ganancias de comportarse indecentemente si no te pillan lo son también. Los emprendedores norteamericanos asumen mucho más riesgo que sus comparables europeos o asiáticos y, de hecho, los más arriesgados de estos últimos se trasladan a los EE.UU. Y allí obtienen financiación porque el público diversifica y como el mercado es enorme, cualquiera encuentra financiación si la idea es mínimamente potable. Pero se cuelan muchos sinvergüenzas y muchos se vuelven sinvergüenzas en el camino. Muchos cut corners y se autoconvencen de que nada de lo que hacen es ilegal etc. Sólo una moralidad pública (valores compartidos) que desprecie al truhán puede contrarrestar estos incentivos.

Fuera del mundo empresarial ocurre algo parecido. Los políticos y cargos de la esfera pública en sentido amplio en los EE.UU. tienen, normalmente, mucho más talento - inteligencia, capacidad, formación, experiencia - que los europeo-occidentales en promedio. De nuevo, el 'premio' para el exitoso es enorme. Compárese, simplemente, a un diputado español o italiano con un congresista norteamericano. O a un magistrado del Tribunal Constitucional con uno del SCOTUS. La consecuencia es que el mercado correspondiente es muy competitivo aunque los criterios de competencia no sean siempre deseables.

Esta larga introducción es necesaria porque lo ocurrido en Harvard tiene mucho que ver con un deterioro del "mercado de rectores" en los EE.UU. A partir del predominio de la 'political correctness' seguido por la DEI (diversity, equality, inclusion) y el llamado movimiento 'woke', tendencias todas producto de la siempre amplia presencia que ha tenido el pensamiento posmoderno en la academia norteamericana, la competencia por los puestos de rector (el rector de Harvard gana 1 millón de dólares al año y haber sido rector de Harvard garantiza una vida de conferencias y seminarios muy bien pagados) y la selección de los rectores se han pasado a basar en criterios distintos de los tradicionales. La excelencia del candidato como científico o académico pierde importancia: ninguna de las tres rectoras - incluida la del MIT - tenía una carrera académica sobresaliente detrás. 

Se abre así una dinámica terrible: los académicos mediocres (los que saben que nunca recibirán un Nobel ni ganarán grandes cantidades de dinero en el mercado) tienen incentivos para concentrarse en la "carrera administrativa" y ocupar puestos de gestión en la Universidad. Como este grupo controla el presupuesto, los salarios correspondientes crecen mucho más que los salarios de los profesores, lo que refuerza el atractivo para profesores mediocres pero ambiciosos, lo que lleva a presentarse a gente oportunista dispuesta a cut corners y, sobre todo, a gente dispuesta a faire plaisir al grupo de interés que crea que puede llevarla al rectorado. ¿Qué grupo de interés ha decidido quién será rector en los EE.UU. en los últimos tiempos? Evidentemente el "perfecto progresista estadounidense" (otro tipo de PPE que habría que llamar "perfect american liberal").

No tengo que decirles nada respecto a la categoría media intelectual y académica de los rectores españoles, claro y de sus incentivos para hacer la pelota a los políticos. Recuérdese que un rector, en España, gana entre un 25/30 % más que un catedrático de esa universidad.

Lean ahora los comentarios sobre la ex-rectora de Harvard de algunos intelectuales de prestigio. Deducirán que Gay se nos aparece como una trepa mediocre que aprovechó extraordinariamente bien su condición de mujer y negra para avanzar su carrera en la gestión universitaria. Y, naturalmente, carecía de las cualidades de una académica sobresaliente - aunque sus plagios no parecen nada comparados con la deshonestidad intelectual de Pedro Sánchez - pero también de las cualidades de una gestora sobresaliente - ¿cómo podría haber adquirido esas habilidades si toda su experiencia de gestión era universitaria? -. Sí parece que era osada e implacable (aquello es EE.UU., no se olvide). En eso, también coincide con el carácter de Pedro Sánchez.  

En fin, cuando eliges a un mediocre para ocupar un puesto que requiere excelencia estás designando a alguien que es intrínsecamente vulnerable, de manera que su mediocridad, si el mercado de nombramientos funciona competitivamente, acabará revelándose. Bien porque acabarán revelándose tus discutibles cualidades morales, bien porque acabarán revelándose tus insuficiencias o, lo que es peor, las trampas que hiciste para llegar hasta donde has llegado. 


John H. Cochrane

Gay es exactamente lo que quería Harvard, y una copia exacta del próximo rector, a menos que ahora quiera algo diferente. ¿Por qué creo que Gay debería dimitir? 

Porque persiguió a Roland Fryer, el brillante economista negro que encontró resultados inconvenientes para los progresistas en su estudio clásico sobre sesgos racistas en la policía. Porque despidió a Ronald Sullivan, también incidentalmente negro, quien tuvo la temeridad de brindar asesoría legal a Harvey Weinstein, de su puesto de decano de la facultad. La gran defensora de la libertad de expresión y la libertad académica ante el Congreso encontró que el mero hecho de haber brindado asesoría legal a Weinstein hacía que los estudiantes se sintieran "inseguros". Obligó a Carole Hooven a renunciar, por enseñar que el sexo es "binario y biológico" en una clase de biología.Encabezó los esfuerzos para expandir "la enseñanza en el amplio dominio de la etnicidad, el indigenismo y la migración". (Dos negros y una mujer. Por si no te habías dado cuenta, se trata de política, no de raza). No he seguido cuidadosamente el asunto de Ryan Enos (hombre blanco, pero investigador de izquierdas), pero la acusación respecto de la que ella lo encubrió rápidamente está ahí. El anuncio de Harvard de su nombramiento pregonó que "ella es la presidenta fundadora de la Iniciativa de Desigualdad en Estados Unidos de Harvard" y esfuerzos similares. Harvard ocupa el último lugar en el ranking de FIRE de libertad de expresión y libertad académica. Pero todas estas cosas (incluidas las acusaciones de plagio) ocurrieron antes de que Gay se convirtiera en la rectora de Harvard. Los que la eligieron sabían exactamente a quién estaban eligiendo, y eligieron lo que querían.  

Y cita a Nellie Bowles que apunta a la mediocridad de Gay:  "La política importa más que cualquier otra cosa... la mediocridad, siempre y cuando esté trufada de ideología, es suficiente. Incluso llamaremos genio al mediocre y le daremos el trabajo académico más prestigioso del país, siempre y cuando diga las cosas correctas sobre la conveniente lista de temas. En conclusión, Claudine Gay es la perfecta rectora de Harvard.

 

 Konstantin Kisin

Bueno, la decisión de Gay de dimitir es la culminación de esfuerzos de larga data para abordar el cáncer en el corazón de las sociedades occidentales: la idea de que la forma de corregir las injusticias del pasado es cometer injusticias hoy.  

También fue parcialmente atacada debido a la suposición, si no a la conclusión absoluta, de que la razón por la que fue nombrada en primer lugar fue, por decirlo suavemente, no solo por méritos. Después de todo, el principal logro de Gay no es un trabajo académico estelar, habilidades gerenciales ejemplares o incluso carisma y fuerza de personalidad. Fue nombrada presidenta de Harvard tras una distinguida carrera en campos como la "mejora de la diversidad" y la investigación de la "raza y la identidad". Para decirlo sin rodeos, muchas personas creen que ella es una contratación de diversidad y la razón por la que impulsó la ideología DEI que finalmente condujo a su espantoso testimonio en el Congreso es que ella misma es una beneficiaria de ella... Se ha visto obligada a renunciar por haber sido colocada en un puesto para el que no tenía ni las habilidades ni la experiencia para tener éxito y luego fracasar en él. Este es el legado podrido de la acción afirmativa... Para ser claros, no tengo evidencia de que Claudine Gay haya sido contratada antes que candidatos mejores y más calificados. Pero no es difícil imaginar que un puesto con el prestigio, la reputación y el salario de casi 1 millón de dólares al año que exige el cargo de presidente de Harvard podría haber sido ocupado por alguien con más experiencia ejecutiva, logros académicos y otros conocimientos relevantes.

 

Frederick M. Hess 

Tiendo a sospechar que, como muchos otros, Gay abrazó el pensamiento grupal DEI de la educación superior principalmente como un medio de avance personal. Gay ha pasado la mayor parte de su tiempo en Harvard como burócrata, no como académica. Quiero decir, en 2022, cuando se le encargó implementar una iniciativa antirracista de la Facultad de Artes y Ciencias, Gay envió un correo electrónico a la facultad solicitando "solicitudes de cambio de nombre" de edificios o programas del campus.

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