La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o pocos más desaforados gigantes, con quien pienso hacer batalla y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra.
La VOC contrató a un mercenario – corsario llamado Jacob van Heemskerck. En cumplimiento de su misión, van Heemskerck abordó un buque portugués que iba cargado de mercancías preciosas (recuérdese que, a la sazón, Portugal pertenecía a la corona española). El botín fue tan enorme que la VOC contrató a Grocio (que era primo del pirata) para que defendiera al corsario de las acusaciones de piratería: Hugo Grocio. Grocio, que era un tipo muy inteligente y cultivado, inventó el Derecho Internacional para defender a su primo espléndidamente pagado por la primera sociedad anónima de la Historia.
La historia de Grocio que resumimos a continuación tal como la cuenta Shapiro (suponemos que estos dos capítulos los ha escrito él aunque forman parte de un futuro libro con Hathaway) en un entretenidísimo trabajo refleja bien la relación entre teoría y práctica del Derecho, relación que diferencia singularmente a los juristas académicos de otros científicos sociales. Grocio es uno de los padres del liberalismo y del individualismo y uno de los juristas académicos más famosos de la Historia por sus aportaciones al Derecho Internacional precisamente porque le encargaron un caso y, poniéndose en la posición de un abogado que tiene que defender a su cliente con independencia de sus convicciones sobre la justicia de la causa encomendada, acabó convirtiendo lo que era una – diríamos hoy – contestación a la demanda o dictamen pro parte, en el más importante tratado de Derecho Internacional de la Edad Moderna. Y, por casualidades históricas, Grocio ha sido considerado un pacifista aunque, realmente, es el más inteligente defensor de la legitimidad de la guerra como forma de adquisición de los derechos.