miércoles, 14 de diciembre de 2016

Rectores magníficos e impecables

El honor de los rectores


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Los rectores de las universidades madrileñas han emitido un comunicado sobre su colega y notorio plagiador Fernando Suárez Bilbao. Nuestros rectores manifiestan su

“profunda preocupación por los presuntos plagios académicos del rector de la Universidad Rey Juan Carlos”
Y, a continuación, como si el plagio fuera violencia, dicen
… queremos señalar nuestro rechazo ante cualquier forma de plagio.
Luego añaden algo obvio (he añadido unas cuantas negaciones al texto para que se pueda comprobar lo ridículo del comunicado)
El trabajo académico (no) se basa en un escrupuloso respeto y reconocimiento de la autoría intelectual, principio que (no) debe ser en todo momento inquebrantable y (no) de aplicación a cualquier miembro de la comunidad académica. 
‪La ciencia y el conocimiento avanzan gracias a la socialización y puesta en común de las ideas y trabajos, para que puedan ser utilizados por otros, pero su uso (no) debe ser adecuadamente citado y reconocido.
¿Quién habrá sido el que ha añadido esta frase?
Esto cobra aún más importancia en los entornos actuales de 'open research and innovation' (ciencia e innovación en abierto).
‪¡Qué estupidez! El plagio es una conducta dolosa de apropiación de las ideas de otro por lo que la cosa esa de la “open research and innovation” es, efectivamente, una estupidez que no tiene nada que ver con el plagio.

Continúan nuestros rectores diciendo obviedades, como que el plagio, para ser plagio, tiene que ser plagio y, luego, como curas de pueblo, añaden que el plagio, para ser plagio, tiene que ser plagio y que al decidir si un plagio es un plagio hay que comprobar que el plagio es un plagio
Cualquier indicio de plagio, fundadamente contrastable, debe ser debidamente denunciado ante las instancias correspondientes, que habrán de estudiarlo rigurosa, objetiva y diligentemente, con las máximas garantías para todos los afectados, a fin de restablecer, en el menor tiempo posible, el principio de conducta académica antes mencionado.
Y acaban en el tono blando y, de nuevo, propio de esos curas a los que ha retratado tan bien Aramburu en Patria
‪Entendemos, también, que las autoridades académicas debemos respetar y velar por el cumplimiento de este principio, que constituye una norma ética fundamental de nuestro quehacer cotidiano y de la reputación de nuestras instituciones.




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(la foto es de Europa Press)

En mi opinión, el comunicado es deleznable, cobarde y mal escrito y me avergüenzo de que mi rector, el Sr. Sanz haya firmado un texto tan blando con un colega, al que ni siquiera nombra, cuando ha tenido el tiempo y la oportunidad de lanzar una señal clara a la Sociedad de cómo trata la comunidad universitaria a los plagiadores.

Para empezar, los plagios no son presuntos. Están probados por confesión de parte. Suárez Bilbao no ha negado que haya copiado textos escritos por otras personas y que los ha publicado bajo su nombre. Simplemente los ha llamado “disfunciones”. Por tanto, con independencia de que se condene a este sujeto por un delito de plagio (porque, ante un tribunal, se pruebe que plagió con “ánimo de obtener un beneficio económico directo o indirecto” art. 270 CP), Suárez Bilbao es un plagiador en sentido civil y lingüístico. Es gracioso que el Diccionario dé una acepción de plagiar que, metafóricamente, se corresponde con la conducta de este tipejo (“Entre los antiguos romanos, utilizar un siervo ajeno como si fuera propio”).

Que los rectores de Madrid muestren su preocupación porque “aquí se juegue” es tan superfluo como hipócrita. ¿Cómo fue posible que el sistema no descubriera los plagios de Suárez Bilbao? ¿Cómo es posible que un tipejo semejante obtuviera el reconocimiento de 4 sexenios de investigación? ¿Quién, en la Comisión ministerial correspondiente validó sus publicaciones a efectos del reconocimiento de los sexenios? ¿Para qué tanto control ex ante (con obligación de presentar todos los méritos aducidos en papel) si luego nadie revisa los papeles? ¿Cómo pudo obtener la plaza de profesor titular y la plaza de catedrático aduciendo méritos falsos? ¿Quién revisó en la Universidad donde obtuvo las plazas los méritos alegados en su curriculum? ¿Leyó Rogelio Pérez Bustamante alguno de los trabajos plagiarios?

Vivimos en el país en el que hay que probar por anticipado cualesquiera méritos que uno alegue para obtener cualquier reconocimiento, beca, subvención o financiación pero es todo puro teatro porque nadie comprueba nada. Suárez Bilbao podría haber dicho que él expulsó a los judíos de España y nadie se habría dado cuenta.

El resto del comunicado es completamente inane. Lo que sería escandaloso es que los rectores de Madrid vieran con buenos ojos el plagio o no consideraran que los investigadores universitarios deben hacer aportaciones originales en su función de hacer avanzar el conocimiento. Por tanto, no necesitábamos que los magníficos e impecables rectores recuerden obviedades. Y, sobre todo, es un acto de cobardía hacerlo cuando uno de los rectores de Madrid está acusado y ha reconocido que ha plagiado.


Estos rectores magníficos e impecables deberían haber dicho lo siguiente:


El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Fernando Suárez Bilbao es un fraude. Ha reconocido haber copiado obras ajenas y presentado como propias, lo que constituye la definición de plagio en lengua castellana. Nosotros, los demás rectores de las universidades madrileñas estamos avergonzados de la conducta de nuestro colega. Con independencia de que se haya cometido un delito contra la propiedad intelectual, que el plagio lo lleve a cabo una autoridad académica hace especialmente odiosa la conducta del Sr. Suárez Bilbao.
Dado que es obvio que esa conducta es incompatible con el desempeño de funciones de cualquier tipo en una Universidad, exigimos al Sr. Suárez Bilbao que dimita. En tanto no lo haga, los rectores de las universidades madrileñas interrumpiremos cualquier contacto académico o profesional con Suárez Bilbao y con la Universidad Rey Juan Carlos por lo que instamos a su claustro para que proceda a destituirlo en el caso de que no se produzca la dimisión. Asimismo, comunicamos a las autoridades de la Comunidad de Madrid que no nos reuniremos con dichas autoridades si el Sr. Suárez Bilbao está presente.
Los rectores no podemos tolerar en forma alguna, ni por acción ni por omisión, que un rector plagie obras de otro. Alguien que actúa así queda excomulgado de la comunidad universitaria, una comunidad del saber y del conocimiento.

9 comentarios:

Unknown dijo...

Esto no es nuevo:

http://hayderecho.com/2014/04/14/mejor-plagiar-que-citar/

Y aquí no pasa nada. Vivimos en una DEMOCRACIA AVANZADA, Felipe VI, dixit.
Suscribo íntegramente el post.

Anónimo dijo...

Lo verdaderamente práctico y "sabio" es nuestro Código Penal al configurar la infracción como delito "privado", que es perseguible solo a instancia de parte- vid. art. 287 C.P-. Nadie iba a felicitar a quien denunciara, y "poca-ropa" solo se perjudica a sí mismo, es la cruda realidad.
Si bien, éste mismo artículo en su apartado 2º prevé que no será necesaria la denuncia cuando afecte a los intereses generales o a una pluralidad de personas. Por lo que habría de medirse el interés general de la reputación de la comunidad universitaria porque incluso podría legitimar a la Fiscalía a actuar.

Andrés Recalde dijo...

Compeletamente de acuerdo con la vergonzante y tardía reacción de los rectores.

Y, de pasó, la ANECA debería proceder inmediatametne a revisar los sexenios y acreditaciones obtenidas por el Sr. Suárez con los trabajos que se han demostrado plagios. Lo mismo que al parecer ha hecho la Universidad de California: retirar el artículo de este tipo de su revista electrónica dejando las páginas en blanco (http://politica.elpais.com/politica/2016/12/12/actualidad/1481559809_801805.html?id_externo_rsoc=FB_CC).

La falta de reacción de la ANECA es un escándalo tan grande como lo de este rector. Pero qué se puede esperar de un organismo que debe acreditar la calidad de los profesores y que en su día me dijo, a mi personalmente, que en la evaluación de un profesor "no es necesario ni conveniente" que el evaluador entre en el fondo de los trabajos presentados ni los lea. (De verdad, juro que me dijeron eso por escrito; conservo el mail).

Andrés Recalde dijo...

Quería decir que estoy completamente de acuerdo con Jesús Alfaro en que la reacción de los rectores ha sido tardía y vergonzante.

E, insisto, la falta total de reacción de la ANECa es aún más grave: este señor está cobrando complementos retributivos y ha sido acreditado por este organismo para ser catedrático a través de vías que se han demostrado fraudulentas.

Anónimo dijo...

Yo siento vergüenza, ajena y propia, por la actitud de tanta gente en este tema y, sobre todo, de la propia institución y sus representantes. Me indigna que todo esto manche inevitablemente el nombre de tantas personas como conozco que trabajan con seriedad en esa institución, fuertemente penalizadas cuando no llegan a los "sexenios" cuando toca, precisamente porque son rigurosos con lo que hacen. Como en el famoso dicho, acabarán diciendo que son pianistas en un burdel, para que no se sepa dónde y de qué trabajan.

Por cierto, 100% de acuerdo con Jesús Alfaro.

Anónimo dijo...

Claro que, por la cuestión de los sexenios, podría plantearse también un delito de estafa para la obtención indebida de recursos públicos.
Por cierto, como subtítulo de la foto de los rectores magníficos, me viene a la cabeza el de la obra de Thomas Mann "Gruppenbild mit Dame".

Anónimo dijo...

Roma, 3 de marzo de 1298, Pontif. Bonifacio VIII Regulae LXXXVIII. (Codex 10, 59, 1) Infamibus portae non pateant dignitatum.

Anónimo dijo...

Muchas gracias profesor Alfaro por su post. No podria estar más de acuerdo.

Andrés Recalde dijo...

Lo que faltaba: http://politica.elpais.com/politica/2017/01/11/actualidad/1484134777_081567.html

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