lunes, 4 de agosto de 2025

Cuando no se ha firmado el contrato de administración (art. 249 LSC) se aplican directamente las reglas estatutarias para determinar la indemnización del consejero ejecutivo a su cese

foto: @thefromthetree

Es la Sentencia del Tribunal Supremo núm. 1149/2025 (STS 3743/2025) 

Roberto, expresidente ejecutivo del Consejo de Administración de Sacyr Vallehermoso, S.A. demanda a Sacyr reclamando la indemnización por cese prevista en el artículo 43.2 de los Estatutos sociales. Sacyr se niega a pagar, primero, alegando que Roberto había incumplido sus obligaciones - y por eso le habían destituido - al negociar muy malamente un enorme crédito que Sacyr pidió para hacerse con el 20 % de Repsol. Y después, que los estatutos sociales no podían justificar el pago de esa indemnización. También se adujo por Sacyr que Roberto no impugnó los acuerdos del consejo y de la junta que le denegaban la indemnización por cese.

Sacyr gana en primera instancia, pierde en segunda y en casación, el Supremo confirma la sentencia de la Audiencia Provincial que había otorgado a Roberto una indemnización de 3,5 millones de euros (Roberto pedía 8,4 millones). 

La Audiencia revoca la sentencia del juzgado porque consideró que los estatutos eran suficiente fundamento para la pretensión de Roberto. En concreto, el art. 43 de los estatutos de Sacyr rezaba

1. Retribución de los consejeros en su condición de miembros del Consejo de Administración

Tendrán derecho a percibir una cantidad anual fija y una prestación asistencial (seguro, fondos de pensiones, etc.). El importe conjunto será fijado por la Junta General, con un límite del 2,5% del resultado neto atribuido a la sociedad en las cuentas anuales consolidadas del grupo. La distribución entre los consejeros corresponde al Consejo de Administración, que puede distinguir entre remuneración por asistencia y otros conceptos. Si el beneficio del ejercicio es inferior al importe abonado, o si no hay beneficios, los consejeros deben restituir el 100% de lo abonado por conceptos distintos a la asistencia. 

2. Retribución adicional para consejeros con funciones ejecutivas 

Tendrán derecho a una retribución compuesta por: (a) Parte fija, adecuada a los servicios y responsabilidades. (b) Parte variable, correlacionada con indicadores de rendimiento del consejero o de la empresa. (c) Parte asistencial (previsión y seguros). (d) Indemnización por cese, salvo que el cese sea debido a incumplimiento imputable al consejero

La determinación de estas partidas corresponde al Consejo de Administración, previo informe de la Comisión de Nombramientos y Retribuciones. 

Los consejeros afectados deben abstenerse de participar en la deliberación. Las retribuciones deben orientarse por las condiciones del mercado y considerar la responsabilidad y compromiso del cargo.

La Audiencia consideró que la carga de probar el incumplimiento culpable correspondía a Sacyr y esta no probó que la conducta de Roberto en relación con la refinanciación del crédito señalado debiera considerarse como incumplimiento imputable (consideró que su conducta estaba perfectamente cubierta por la business judgment rule del artículo 226 LSC y, por tanto, que su comportamiento no había sido negligente). Fijó la indemnización en 3.500.000 €, según criterio subsidiario propuesto por Sacyr (1 año y 3 meses de retribución).

El Supremo señala que, a falta de contrato de administración expreso entre Roberto y Sacyr, los derechos de los consejeros ejecutivos derivan de los estatutos sociales y que éstos vinculan a los órganos sociales y, en lo que me parecen más relevante para el caso, 'integran' el contrato de administración tácitamente celebrado y que justifica su retribución.

Tampoco es necesario que Roberto, como parte del contrato de administración, impugne los acuerdos del consejo y de la junta que, según los estatutos habían de determinar la cuantía de su retribución. Es decir, aunque era necesario un acuerdo del consejo para fijar la cuantía exacta de la indemnización, Sacyr no podía alegar su propio incumplimiento; no podía alegar ni que el consejo no había fijado la cuantía ni, por supuesto, que el consejo podía fijarla libérrimamente. Roberto, por el contrario, tenía derecho, en caso de disconformidad con la cuantía fijada por el consejo (o con la negativa del consejo de administración a reconocer su derecho a la indemnización) a dirigirse a los tribunales para que condenasen a Sacyr a pagarle lo que considerase que tenía derecho de acuerdo con los estatutos. Y, en este punto, el Supremo dice que no tiene razones para cambiar la cuantía determinada por la Audiencia y que los argumentos de Roberto según los cuales las "condiciones de mercado" debían conducir a una suma muy superior no probaban nada. 

Por último, el Supremo dice que la inclusión en la LSC de la business judgment rule en el artículo 226 por efecto de la reforma de 2014 fue 'declarativa' porque esa regla estaba ya en "vigor" en España por efecto de la doctrina jurisprudencial. 

Sobre el contrato de administración v., Jesús Alfaro, Nombramiento y contrato de administración I, Nombramiento y contrato de administración II, Almacén de Derecho, 2024

¿Por qué no hay pactos parasociales en sociedades de personas?

Los pactos parasociales sólo existen en corporaciones societarias de capital, esto es, los miembros de una SA o una SL pueden celebrar acuerdos – contratos obligatorios - entre sí que tienen por objeto su condición de socio de una sociedad y miembro de la corporación. 

Pactos parasociales solo existen, prácticamente, en las corporaciones societarias capitalistas (SA y SL). Por qué no existen o existen muy limitadamente en las demás corporaciones (asociaciones, mutuas y cooperativas) lo dejo para otra ocasión. Ahora explicaré por qué no existen en las sociedades de personas. 

Imaginemos, para empezar que el pacto parasocial abarca a todos los socios de una SC, una SRC o una SCom (pacto parasocial omnilateral). En tal caso, sería imposible distinguir el contrato de sociedad del pacto parasocial y habría que considerar que las cláusulas del primero y las del segundo forman un único contrato que ha de ser interpretado y aplicado de forma coherente.

Por tanto, sólo son imaginables pactos parasociales en sociedades de personas como pactos entre algunos de los socios. Y estos, salvo el caso de la subparticipación, parecen difícilmente compatibles con la estructura contractual de la sociedad. 

Por un lado, porque el contenido típico de estos pactos se refiere a derechos y prerrogativas del miembro de una corporación societaria que no tiene el socio-contratante de sociedad. Tomemos el ejemplo de ABCafé, SRC. Es una sociedad colectiva formada por A, B y C para explotar un negocio de cafetería al que cada uno aporta dinero y determinadas habilidades - industria. 

El socio de una SRC no puede transmitir su posición de socio a un tercero, de manera que un pacto parasocial entre A y C por el que se conceden recíprocamente derechos de adquisición preferente carece de sentido. En una SRC, todos los socios son administradores natos, de manera que un pacto entre A y C para que C sea la administradora, tampoco tiene sentido. Y, en fin, en una SRC no se adoptan acuerdos sociales (por mayoría, mediante votación sobre una propuesta) por lo que un sindicato de voto entre A y C que les permitiera ‘ganar’ las votaciones también carece de sentido.

Pero incluso aunque estos pactos fueran útiles para A y C, son difícilmente compatibles con la estructura contractual de la sociedad. Imaginemos, en el ejemplo de ABCafé, que A y C celebran un pacto parasocial que no incluye a B y según el cual, A y C votarán en el mismo sentido cuando se trate de tomar decisiones sobre el personal de la cafetería (que los tres A, B y C decidieron en el contrato que se adoptarían por mayoría si no se lograba el consenso) o un pacto por el que decidirán previamente a reunirse con Beatriz sobre cualquier decisión que deba adoptarse por los socios de común acuerdo. Un pacto parasocial semejante es difícilmente compatible con las exigencias de la buena fe. La buena fe exige a los tres actuar de forma transparente y ‘de buena fe’, valga la redundancia. Y esto no es posible si dos de los tres socios llegan a la reunión donde ha de adoptarse una decisión consensuada con la decisión tomada previamente. Estarían ‘boicoteando’ la posibilidad de alcanzar una solución consensuada en la reunión. Si A y C mantienen oculto el pacto a B, obviamente, estarían actuando en contra de las exigencias de la buena fe. Y si revelan el pacto a B, B haría uso de su derecho a dar por terminada la sociedad (arts. 1707-1707 CC y 224 ss C de c) ya que su confianza en sus consocios se evaporaría y, con ello, la affectio societatis

Esta forma de razonar puede ser útil para profundizar en la naturaleza de los pactos parasociales examinándolos, no a la luz del derecho de los contratos (de sociedad), sino a la luz del derecho de las corporaciones. 

domingo, 3 de agosto de 2025

Citas: la gentuza que es Diana Morant, The Economist, Hume, C.S. Lewis, Cochrane, Gerschenkron, MIR, Coase, cesado por indicios



El cáncer mata a 10 millones de personas al año, un número que ha aumentado constantemente a lo largo de las décadas. En los países ricos, la mitad de los hombres y una de cada tres mujeres desarrollan cáncer en algún momento. En muchos países, incluidos Australia, Gran Bretaña, Canadá y Japón, las personas tienen más probabilidades de morir de cáncer que por cualquier otra causa

Ronald Coase 

Siempre me he preguntado por qué los economistas, con tantos comportamientos absurdos a su alrededor, presumen rápidamente que los seres humanos actúan racionalmente. La razón se encuentra en que los economistas estudian el sistema económico, en el cual la disciplina del mercado garantiza que, en un entorno competitivo, las decisiones son más o menos racionalesEl que dirige una empresa y compra los insumos por diez pero vende sus productos al público a ocho no tardará mucho en quebrar. Alguien que hace lo mismo en su economía familiar, dará a su cónyuge y a sus hijos una vida miserable. Sin embargo, un dirigente público que despilfarra los recursos de su país y lo hace a gran escala, puede tener una carrera política exitosa

Si nuestra constitución es realmente ese noble edificio… envidia de nuestros vecinos, alzado por el esfuerzo de tantos siglos, restaurado a costa de tantos millones y cimentado por tanta sangre vertida; si nuestra constitución, digo, merece en alguna medida tales elogios, no hubiese permitido nunca que un ministro débil y malvado gobernase a sus anchas durante veinte años, frente a la oposición de las más altas mentes del país, que ejercían la máxima libertad de lengua y pluma en el Parlamento y en sus frecuentes apelaciones al pueblo. Porque si el ministro era débil y malvado hasta el punto que se afirma, la constitución debe de ser defectuosa en sus principios, y no puede por ello acusársele de atentar contra la mejor forma de gobierno del mundo. Una constitución sólo es buena en cuanto proporciona un remedio contra la mala administración, y si la británica, en su mayor vigor, y restaurada por dos acontecimientos tan notables como la Revolución y la Accesión, por los que nuestra antigua familia real fue sacrificada a ella; si nuestra constitución, digo, con tan grandes ventajas, no proporciona tal remedio, estaremos más bien en deuda con el ministro que la socave y nos dé ocasión para poner otra mejor en su lugar Los mismos argumentos me servirán para moderar el celo de quienes defienden al ministro. ¿Es nuestra constitución tan excelente? Entonces, un cambio de ministerio no puede ser un acontecimiento tan temible, dado que es esencial a una buena constitución, con cualquier ministe­rio, el estar defendida contra sus violadores y a la vez pre­venir cualquier grave desmán en la administración…  ¿Es nuestra constitución malísima? Entonces no habrá lugar para tan gran recelo y aprensión hacia los cambios; y na­die debería mostrar mayor ansiedad que la que el hombre que ha tomado por esposa a una mujerzuela puede sentir por sus posibles infidelidades. En semejante gobierno, los asuntos públicos caerán en el desbarajuste sean unos y otros quienes los manejen, y el caso requiere mucho menos el celo de los patriotas que la paciencia y conformi­dad de los filósofos… Tan sólo quisiera persuadir a unos y otros (partidos) de que no se enfrenten como si luchasen pro aris et focis, y no ha­gan mala una buena constitución con la violencia de sus banderías.

Un demonio experto le da un consejo a un demonio novato sobre cómo tentar a un humano:

"Haz que su mente divague hacia la 'humanidad' en abstracto, hacia los 'pobres' en general, hacia las víctimas de la injusticia en algún lugar lejano, pero no dejes que piense en las personas reales que tiene a su alrededor, como su madre, su jefe o el hombre que conoce en la calle. Cuando piense en estos, que lo haga con resentimiento o con un sentido de superioridad, no con amor." - Escrutopo (C.S. Lewis, Cartas del Diablo a su Sobrino)

Ruiz-Soroa, la calle Cuatro de enero de Bilbao (el fascismo nacionalista vasco pimpante)

Por ejemplo y para entendernos: en Bilbao existió desde 1940 una humilde calle que se denominaba Cuatro de enero, en memoria de las matanzas de tal día en el año 1937, cuando el populacho enardecido y los milicianos socialistas asesinaron a 225 personas recluidas para su protección en cuatro cárceles de la villa. Personas inocentes de todo salvo de existir en aquel momento y ser burgueses, derechistas, curas, carlistas o asimilados en general. Juntadas a las anteriores matanzas de los buques-prisión en la ría, más de 300 personas fueron linchadas salvajemente en pocos meses. Poca gente recordaba el episodio, a pesar de que fue la mayor matanza en la historia de la villa, incluso en época de Franco. Nunca hubo memoria viva de tan desagradable pasado. Estaba solo la corta calle. Y una cripta cerrada en Derio. Llegó la Transición y el 4 de junio de 1980 el representante en el pleno de nacionalistas y socialistas (el concejal Iñaki Calzada) pidió «suprimir el nombre de esa calle para hacer desaparecer los restos de aquella triste y desgraciada guerra y no recordar más los horrores de ambos bandos». Así lo aceptó el pleno con un solo voto en contra de un «liberal». Entonces dominaba la consigna de echar al olvido, y así se fue por el desagüe el recuerdo borroso de que algo había pasado un 4 de enero. A la calle la llamaron Sorkunde, siempre tan vascos y tan religiosos ellos. Cuarenta años después las consignas han cambiado. ¡Y cómo! Ahora se reivindica justo lo contrario al olvido, se exige la memoria íntegra y crítica de todas las víctimas, no permitir que ninguna desaparezca, acopiarlas todas en esa construcción del pueblo siempre doliente. El argumento que utilizó el concejal nacionalista sería considerado un anatema. «No recordar más y mal» fue el espíritu de la reconciliación y la Transición, pero no es el actual, que exige una memoria activa, vigilante y completa.

Magatte Wade

The best consumer protection isn’t more rules. It’s more competitors.


El concepto que tiene Diana Morant de quién es una buena persona y quién es un sinvergüenza 

La ministra de Universidades defendiendo a un hombre que falsificó un titulo universitario para acceder a una plaza de funcionario. Y, cuando dimite - que no es que lo hayan destituido - la indecente Ministra que lo nombró dice que a un hombre no hay que juzgarlo por los delitos que haya podido cometer. Morant es gentuza. Es ella la que tiene que dimitir. Y han nombrado para sustituirle a Zulima Pérez Seguí, ¡otra doctora en Derecho Constitucional! Ya van ¿cuántas? Pérez Seguí escribió sobre la DANA en Escritura Pública. Copilot lo hace mejor. Y ahora empiezan a salir los alcaldes del PSOE loando al delincuente

Cochrane propone “usar el tiempo en lugar del ingreso” como criterio de elegibilidad para programas como Medicaid, 

en vez de condicionar el acceso a los beneficios a que el beneficiario no supere un determinado umbral de ingresos, se condicione a que haya transcurrido un cierto período de tiempo desde que la persona sufrió una desgracia o entró en situación de necesidad. O sea, que la cobertura sanitaria funcione como el subsidio de desempleo.

McCloskey sobre Gerschenkron

“La única contribución directa de Gerschenkron (al final del seminario en el que los estudiantes presentaban un trabajo) era un comentario délfico al final, antes de cerrar la sesión. A menudo era semejante a una evaluación, y uno anhelaba una señal de aprobación. Pero la aprobación nunca era más que una insinuación, para preservar su valor de bien escaso. Un trabajo particularmente poco imaginativo sobre el tema X, que había sido completamente destrozado por los alumnos del seminario, provocó únicamente el siguiente comentario final, formulado con suave ironía: ‘Bueno, ciertamente sabemos más sobre el tema X que hace dos horas.’”

El PSOE se lo va a cargar todo, todo, todo.

Incluyendo el MIR. ¿A quién se le ocurre poner a una descerebrada como Mónica García al frente del Ministerio de Sanidad?

Seguro que su nivel de vascuence era estupendo

Pero han suspendido más del 90 %

El último servidor de Putin "suicidado"

El ministro de Transporte podría haber sido arrestado pronto bajo sospecha de malversación de al menos 1.000 millones de rublos asignados para la construcción de fortificaciones de defensa en la región, informó el periódico Kommersant. Ya era difícil para los funcionarios estatales en Rusia renunciar incluso antes de la guerra. Desde 2022, se ha vuelto casi imposible. La retirada voluntaria del sistema puede considerarse traición y, como Putin ha dejado claro en repetidas ocasiones, los traidores no viven mucho.

El problema de la vela (Tommy Blanchard) y la creatividad

El problema de las velas es un ejemplo clásico de resolución creativa de problemas. Los psicólogos pusieron a los participantes en una habitación y les indicaron que encontraran una manera de colocar una vela en una tabla de corcho en la pared. Esto es lo que se les dio para completar su tarea:


¿Qué harías tú? La mayoría de las personas tratan de averiguar cómo hacer que las tachuelas sostengan la vela, o derretir la cera de la vela para usarla como adhesivo. Estas estrategias no funcionan. 

¿La verdadera solución? Vacíe la caja, use las tachuelas para sostener la caja y use la caja como plataforma para sostener la vela:


No son muchos los que dan con la solución. Sin embargo, si la tarea se cambia ligeramente, de modo que las chinchetas se dejan fuera de la caja, en lugar de dentro, la gente da con la solución más fácilmente. Sospecho que esto se debe a dos razones: 1) en el original, la caja se ve como irrelevante, como algo que está solo para contener las tachuelas, no como un útil o herramienta más. 2) Como se señala en el libro de Hofstadter y Sander, Superficies y esencias, encontrar la solución requiere dos saltos de abstracción: de "caja de chinchetas" a "caja", y de "caja" a "soporte". Cuando las tachuelas están fuera de la caja, solo requiere un salto de abstracción: "caja" para "plataforma de sujeción".  

Creo que algunas de las características que vemos como resolución creativa de problemas son similares a cómo generamos cualquier otra idea creativa: a menudo implica abstracción para encontrar conexiones que nos permitan ver posibilidades atípicas.

Delincuencia en Dinamarca


En todas las normas que prevean causas de cese en un cargo público hay que añadir "indiciario". 

Por ejemplo, "el fiscal general cesará en el cargo por incumplimiento indiciario de sus obligaciones"

viernes, 1 de agosto de 2025

Ciepley (2023): la Constitución como carta corporativa autootorgada por el pueblo soberano


EE.UU. es el primer Estado-nación que 'traslada' la corporación del Antiguo Régimen al Derecho contemporáneo. Pudo hacerlo porque las asambleas legislativas de las 13 colonias norteamericanas vieron reconocida su facultad para otorgar cartas fundacionales o fueros o charters de corporaciones, facultad que, en Inglaterra, había correspondido exclusivamente al Rey y al Parlamento mediante una "act" o 'ley particular' (y en el resto de Europa, también a la Iglesia a través de bulas papales). Massachussetts fue especialmente activa y utilizó la creación de corporaciones para organizar el Estado porque corporaciones eran las 

"iglesias y municipios, colegios y bibliotecas, hospitales y organizaciones benéficas, así como otras asociaciones de servicio público. También constituyeron empresas de puentes, canales y peajes, compañías de agua y de bomberos, y entidades bancarias y aseguradoras, para erigir la infraestructura física y financiera de una sociedad empeñada en el progreso económico"

Y el tercer grupo de corporaciones: la business corporation 

Finalmente —inicialmente como un goteo que pronto se convirtió en torrente— surgieron las cartas de corporaciones manufactureras, empezando por industrias no desarrolladas por particulares, para acelerar la independencia económica de Gran Bretaña.

(v., La privatización de la corporación (I),  La privatización de la corporación (II), Almacén de Derecho, 2024)

Ante la falta de ingresos fiscales, capacidad administrativa o voluntad para emprender ellas mismas las actividades mencionadas, las asambleas legislativas de los Estados otorgaron cartas fundacionales a corporaciones para que las llevaran a cabo 

La corporación era imprescindible para constituir fundaciones o asociaciones, es decir, para crear universidades o escuelas, municipios etc pero ¿qué ventajas tenía la corporación frente a las otras formas de compañías mercantiles disponibles en el common law?  Dice Ciepley

La incorporación es una herramienta poderosa. Ser una corporación significa que una organización existe legalmente como una entidad jurídica independiente o "persona", capaz de poseer propiedades, celebrar contratos y comparecer ante los tribunales en su propio nombre (aunque bajo el control de personas naturales que actúan por ella). Esto permite destinar bienes a perpetuidad a un propósito específico, según se especifica en la carta fundacional, ampliando enormemente el horizonte temporal de los proyectos humanos. También permite agrupar el capital de particulares (ya sean donantes, contribuyentes o inversores), multiplicando drásticamente la escala alcanzable de estas iniciativas. Además, sitúa todas estas propiedades bajo el control de un microgobierno como una junta directiva o un consejo de administración— establecido y estructurado por la carta constitutiva, formando así un gobierno constitucional en miniatura para la corporación, con potencial para mejorar su gestión. Por último, fomenta la asunción de riesgos, ya que la incorporación otorga a directivos e inversores exenciones de responsabilidad normalmente reservadas a funcionarios públicos. Al proveer estas características corporativas, los gobiernos estadounidenses potenciaron la capacidad de los ciudadanos para impulsar fines respaldados por las legislaturas estatales. La corporación fue la primera alianza público-privada.

 Las ventajas de la incorporación para una ciudad o una universidad o un hospital etc son evidentes. Pero ¿para una fábrica de herramientas? En Europa, las business corporations - la sociedad anónima - no despegó hasta el siglo XX. ¿Qué era diferente en los EE.UU? Probablemente la ausencia de la sociedad comanditaria y la consideración de la partnership como una mera sociedad interna frente al auge de la sociedad comanditaria en el continente europeo (la VOC era, realmente, una sociedad comanditaria por acciones y en Francia las empresas manufactureras en el siglo XIX adoptaban esta forma societaria). Pero si hemos de distinguir entre el auge de la corporation para fines no económicos (ciudades, hospitales, universidades) de su utilización para construir y explotar infraestructuras (canales, carreteras, ferrocarriles) o para desarrollar actividades industriales (fabricación y distribución de productos), la explicación se encuentra en la tradicional calificación de la business corporation como una "bomba de capital". El recurso a la corporación permitía abordar proyectos empresariales que requerían cantidades enormes de dinero pero que prometían, a la vez, rendimientos extraordinariamente elevados. Pero su financiación recurriendo al público no hubiera sido posible si los EE.UU. no se hubieran convertido, rápidamente, una "Sociedad de alta confianza" porque la constitución de corporaciones con cientos o miles de inversores suponía que éstos se desprendían de su dinero para entregarlo a unos gestores sobre cuya conducta tenían poco control. Eso solo había ocurrido en Holanda en el siglo XVII. Los burgueses de Amsterdam y otras ciudades de los Países Bajos apreciaron la enorme oportunidad de negocio que el comercio con Asia representaba y se organizaron, coordinados por su Parlamento, para acumular capital en la VOC formando una de las más grandes compañías comerciales del mundo incluso para los estándares actuales. 

El problema que dificulta la 'conversación' sobre las corporaciones es que es una 'mega' institución jurídica. Se habla de corporaciones para referirse a Telefonica SA pero también para referirse al Monasterio de Santa Clara, la Orden de Malta, la Universidad de Harvard, la ONU, el Congreso de los Diputados, la Fundación Juan March, la Mutua Madrileña o el Estado de Massachussetts.  ¿Cómo es posible que instituciones tan diferentes quepan bajo el 'paraguas' de la corporación? La explicación es más sencilla de lo que parece. 

Una corporación no es más que un conjunto de reglas de gobierno (o reglas para tomar decisiones) que se da a sí mismo o se da a un grupo humano o a un patrimonio o a ambas cosas a la vez. Dice Ciepley - y me parece clarividente - que 

Originalmente, las corporaciones se entendían como gobiernos (legalmente limitados), que ejercían derechos delegados por la autoridad pública. De hecho, su razón de ser primordial era proporcionar gobierno. Como señalaba un tratado de 1702 sobre corporaciones: "La Intención y Fin general de todas las Incorporaciones Civiles es un mejor Gobierno", ya fuera de "Ciudades y Pueblos" o de "Comercio, Beneficencia y similares".

Un grupo de individuos o un patrimonio (o ambos) estaban 'bien gobernados' (recuérdese el conce clasificación medieval entre universitas ordinata e inordinata) si disponía de 'órganos' que pudieran llevar a cabo la voluntad de la corporación y órganos que pudieran formar la voluntad de la corporación. 

Dice Ciepley que, en los EE.UU., durante el siglo XIX, los que trataban de independizar la corporation del poder público sugirieron que la business corporation era semejante a un trust o a una partnership. Y, sobre esta base, en el siglo XX se pudo construir la doctrina 'contractualista' de la corporation como un 'nexo de contratos' en el que la única función del Estado es proporcionar derecho supletorio, esto es, un modelo de estatutos corporativos que reduzca los costes de transacción a los particulares. Este planteamiento - dice Ciepley con razón - ha puesto en primer plano la función financiera de la business corporation, esto es, su función de acumulación de capital de muchos inversores dispersos y ha ocultado el carácter organizativo o 'de gobierno' de la corporación: reglas para tomar decisiones en un grupo y/o respecto de un patrimonio unificados ambos, como quería Savigny, por un fin. 

Al examinar quién es el titular del patrimonio corporativo añade Ciepley una observación que me parece de interés. Parte de la consideración de la corporación (Darmouth College, Princeton University, McDonald's Corporation) es la titular del patrimonio ("a property-owning and contracting individual, or “person” "everything else - land, labor and capital - is owned by it or contracted by it. In other words, it is the sole proprietor and sole contracting party of the organization and therefore it also bears all its liabilities"). ¿Y los accionistas? Ciepley dice que al suponer - como hace buena parte de la doctrina norteamericana más antigua que los accionistas "own the corporation and its assets" se tiende a pensar en la business corporation como una mera "glorified partnership of stock investors" y sugiere que esta asimilación procede de 

la Compañía Inglesa de las Indias Orientales. Fundada en 1600 como una especie de consulado mercantil (asociación de comerciantes que carácter mutualista pero en cuyo seno cada comerciante comerciaba por su cuenta), a mediados del siglo XVII comenzó a imitar a su rival más exitoso, la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales (la VOC), que fue la primera en reorganizarse como una sociedad mercantil unificada (Gelderblom et al., 2013). Sin embargo, los ingleses no adoptaron el vocabulario neerlandés para describir esta nueva entidad. En su lugar, siguieron refiriéndose a sus accionistas con el lenguaje propio de los gremios y las asociaciones, como propietarios y miembros, a diferencia de los neerlandeses, que sabían que no lo eran (Ciepley, 2020). Esta descripción errónea se transmitió a todas las sociedades mercantiles anglosajonas posteriores, pero no resiste un examen riguroso.

Jurídicamente, esto requirió lo que he llamado la 'privatización' de la corporación. Esto es, la eliminación de la asociación entre constitución de una corporación y otorgamiento de derechos monopolísticos y el reconocimiento de que no había ningún privilegio ni en la 'vida eterna' de la corporación ni en la responsabilidad limitada de los inversores. En realidad, la cuestión relevante desde el siglo XVII no era la responsabilidad limitada de los inversores a su aportación. Era la responsabilidad limitada de los gestores, esto es de los administradores de la SA - corporación, porque, en la tradición mercantil de la "compañía", la atribución de responsabilidad personal por los negocios de la compañía se conectaba a la realización de actos de gestión utilizando la razón social. Costó mucho, sin embargo, deshacer el vínculo entre corporación y privilegio. Y en los EE.UU. se logró gracias a la promulgación de leyes que reconocían el derecho de los particulares a constituir corporaciones sin más requisitos que los de inscribirlas en un registro público estatal. La competencia entre los Estados por atraer incorporaciones hizo el resto. Pero, obsérvese, la privatización de la corporación se produjo solo respecto de la business corporation. La discusión 'política' sobre el carácter democrático de las corporaciones continuó porque los americanos vivían en ciudades que eran corporaciones y usaban servicios públicos proporcionados, en régimen de monopolio, por corporaciones etc. 

Creo también que Ciepley explica adecuadamente por qué el Derecho norteamericano acabó distorsionando la naturaleza de las business corporations y de concebirlas como meros patrimonios dotados de capacidad de obrar, y en esa medida, personificados, pasó a concebirlas como personas colectivas con consecuencias terribles para la doctrina acerca de los derechos subjetivos de las personas jurídicas: 

Poco después, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos comenzó a extender a las corporaciones los derechos constitucionales de los ciudadanos, no sobre la base de que las corporaciones son personas jurídicas, como se sostiene a menudo porque mientras las corporaciones fueran reconocidas como personas jurídicas creadas por el Estado, no había ninguna razón para atribuirles derechos que, en principio, sólo ostentaban los individuos. Más bien, el Tribunal supremo siguió a autores como Morawetz y se apuntó a la concepción asociativa de la corporación. De manera que, cuando reconoce derechos a una corporación, el Tribunal está simplemente reconociendo los derechos de aquellos ciudadanos (los accionistas) a quienes erróneamente considera que la componen

Lamentablemente, Ciepley se une al coro de autores norteamericanos que insiste en que la autonomía privada no puede crear sujetos de derecho con capacidad jurídica y de obrar patrimoniales y señala que los autores que defienden una visión contractualista de la business corporation se enfrentan a tres objeciones que a Ciepley le parecen insuperables. 

La primera es que los particulares no pueden crear "por contrato, una nueva entidad jurídica dotada de derechos que pueden hacerse valer frente a terceros (a new legal entity with rights enforceable against third parties. Only a sovereign or semisovereign with authority over the courts and police (the rights enforcers) can do that)". Pero esto es una petición de principio. Precisamente al promulgar las leyes generales de sociedades a mitad del siglo XIX, "el soberano" ha establecido precisamente lo contrario: que los particulares pueden constituir personas jurídicas corporativas simplemente inscribiéndolas en un registro. En realidad, su objeción es que el contrato no tiene la 'potencia' creadora de corporaciones. ¿Por qué un contrato puede constituir una partnership pero no una corporation? Según Ciepley porque la constitución de una corporation implica "consagrar bienes a un fin de forma perpetua" y la amortización de la propiedad es contraria al orden público. Este argumento es todavía más débil. En la medida en que la corporación tiene capacidad jurídica y de obrar, puede disponer de los bienes que forman su patrimonio, de manera que estos no quedan 'amortizados' en el sentido de en 'manos muertas' como se entendía en el Antiguo Régimen. Y en la medida en que los accionistas participan en el gobierno de la corporación, controlan indirectamente esos bienes. El tercero es igualmente rechazable: es el del "privilegio" de la responsabilidad limitada de los accionistas y la irresponsabilidad de los administradores. Como esta cuestión ya la he tratado en múltiples ocasiones, no me repetiré ahora. En fin, el argumento de que, frente a los acreedores de los accionistas, constituye una derogación de la regla de la responsabilidad universal (art. 1911 CC) que aquellos no puedan atacar los bienes de la corporación, tampoco es correcta. El 'entity shielding' no afecta a la responsabilidad universal del accionista - con todos sus bienes - porque el acreedor del accionista puede embargar y ejecutar las acciones de su deudor que documentan todos los derechos patrimoniales que corresponden al accionista, del mismo modo que un acreedor de un copropietario podría embargar y ejecutar la 'cuota' de su deudor. 

Lo que me resulta casi disparatado es que Ciepley sugiera que cuando nos referimos a la corporación como reglas de gobierno: los particulares - dice - "no pueden legislar para otros, ni crear órganos con capacidad normativa", capacidad que corresponde sólo al Estado. ¿Y el contrato? No es suficiente para Ciepley porque dice, por ejemplo, que los contratos de trabajo que una business corporation firmara con sus empleados deberían ser autorizados por todos los accionistas que deberían aprobar unánimemente cualquier modificación de los estatutos. De manera que - sugiere - si los administradores pueden hacer esas cosas - o la junta de accionistas en su caso - es porque son órganos "dotados por el Estado de autoridad jurisdiccional lo que les permite operar por mayoría". Hay una explicación sencilla: cuando uno se adhiere a una business corporation, acepta todas esas reglas de gobierno. Es la diferencia entre contrato e institución. La sociedad es un contrato. El matrimonio o la corporación son instituciones. 

Tiene un problema con las corporaciones cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos que los tratadistas antiguos decían que se habían constituido - habían adquirido capacidad jurídica y de obrar - "por prescripción" (cuya existencia sirvió a Savigny para descartar la idea de que las corporaciones eran criaturas del Estado. Éste se limitaba a reconocerlas). Y también lo tiene con la universitas inordinata, es decir, aquella que, por su simplicidad, carecía de órganos de gobierno. Ciepley salva la objeción diciendo que no eran, en todo caso, business corporations. Y es verdad. La business corporation es mucho más moderna que Londres. Pero todas las objeciones a la creación por particulares de corporaciones que hemos referido más arriba se aplican igualmente a la ciudad de Londres - incorporada desde tiempo inmemorial - o a una mutua de entierros. En todo caso, es incierto que este tipo de corporaciones no tuvieran relaciones con terceros. Otra cosa es que, como las cooperativas y las mutuas actuales, la actividad cooperativizada o mutualizada se lleve a cabo sólo con los miembros. 

El resto del trabajo está dedicado a explicar los orígenes corporativos del Estado. Su posición se resume en esta frase:

Ontológicamente, sin el estado no hay corporación (al menos, no hay business corporation o corporación comercial). Conceptualmente, sin la corporación no hay estado constitucional (al menos, no en el sentido moderno de una persona jurídica con un gobierno legitimado por una constitución).

Y no me parece muy discutible en cuanto a la business corporation y tampoco que el estado constitucional desarrollado en Occidente debe su carácter participativo-democrático, su estructura orgánica y la idea del carácter limitado y sometido a la ley de los poderes de los órganos a las mismas fuentes que la corporación. Se puede discrepar en la aportación de los canonistas - que Ciepley no parece considerar tan importante como otros autores - pero esta afirmación sobre la enorme influencia que tuvo el pensamiento corporativo sobre la construcción del constitucionalismo americano es muy sugerente: los estatutos de la corporación, que se otorgaban por el Rey - charter o carta - o el Papa -bula- o el Parlamento - act - tenían la función de limitar los poderes de los que ocupaban los órganos dentro de la corporación lo que explica suficientemente las Constituciones contemporáneas tanto en su contenido orgánico (cuáles son y cómo se ejercen los poderes del Estado) como en su contenido limitativo del poder público. Lo único que tuvieron que hacer los norteamericanos es sustituir al Rey de Inglaterra o al Parlamento por el pueblo soberano (de Massachussets primero y luego "we, the people" de los Estados Unidos).

A los estadounidenses les gustaba la idea de limitar el poder público a través de una carta o fuero. Lo asociaban con la libertad... La vida bajo un soberano, como el Parlamento, la asociaban con el despotismo, incluso con la esclavitud política; no querían que el gobierno fuera soberano. Pero la ruptura con Gran Bretaña dejó a los estadounidenses con un problema. Los gobiernos de cada una de las colonias derivaban su legitimidad de la Corona inglesa, de manera que, con la independencia habían quedado 'desincorporados', ya no se gobernaba Massachussets por una corporación creada por el rey de Inglaterra.

de manera que había que encontrar la legitimidad del gobierno en una nueva "carta" o "estatutos" pero que sería otorgada, no por el rey, el parlamento o el papa sino por el pueblo soberano: 

 Esta fue la gran innovación constitucional estadounidense: unir constitución corporativa con soberanía popular. Al igual que un rey soberano podía otorgar una carta corporativa para fundar un gobierno con unos poderes limitados por la propia carta, también podía hacerlo un pueblo soberano. La Constitución de los Estados Unidos no es un "contrato social" escrito, como se sostiene ampliamente, sino una carta corporativa emitida popularmente, o "carta constitucional" (El Federalista 49).

David Ciepley, Democracy and the Corporation: The Long View, 2023,  Annual Review of Political Science, 26 (2023) pp 489-517

jueves, 31 de julio de 2025

Un ensayo de Wayne Karol sobre el liberalismo y algunas notas sobre cómo tratar con Trump

 

¿Cuál es la moraleja de la historia de Darwin? Que no es culpa nuestra ser hijos de un universo violento y destructivo a una escala tan vasta que explosiones capaces de aniquilar toda forma de vida en años luz a la redonda son simplemente parte de su ser. No es culpa nuestra ser hijos de un sistema solar tan inhóspito que la vida no pudo surgir ni siquiera en los planetas más parecidos a la Tierra. No es culpa nuestra ser hijos de un planeta que comenzó como lo que solo puede llamarse un Infierno Original. No es culpa nuestra ser hijos de criaturas que, incluso siendo simples bacterias diminutas, causaron lo que se ha llamado “el mayor desastre de contaminación que jamás haya sufrido nuestro planeta” (el veneno se llamaba oxígeno - la gran oxidación -. Mató a un número inimaginable de seres antes de que la vida se adaptara). No es culpa nuestra ser hijos de mamíferos primitivos que debían ser nocturnos porque, si mostraban su peluda cara durante el día, eran demasiado pequeños y débiles para evitar ser devorados por los dinosaurios. No es culpa nuestra ser hijos de humanos primitivos cuya existencia era tan precaria que, en un momento dado, hace unos 900.000 años, había menos “individuos reproductores” que alumnos en un colegio.

Frente a visiones idealizadas de la naturaleza —como las que subyacen a las teorías de la Pachamama o de Gaia—, Karol recuerda que la naturaleza no es sabia, ni benévola, ni armoniosa. Es indiferente, caótica, letal. Este diagnóstico se alinea con la crítica de David Deutsch en The Beginning of Infinity. Para Deutsch, el progreso humano no consiste en adaptarse pasivamente a un orden natural ideal, sino en resistirlo, transformarlo, superarlo. La evolución no es un proceso moral, sino una lucha ciega por la supervivencia. Y si no es culpa nuestra haber nacido en un universo así, entonces tenemos la responsabilidad de construir un mundo menos horrible (menos cruel - Shklar -, con menos dominación que niegue el valor, la dignidad del otro.). De modo que  si la Naturaleza "no nos reconoce" porque no tiene esa capacidad, el liberalismo debe oponerse a ella, protegernos de su violencia estructural. No somos culpables de nada. Pero tenemos la responsabilidad de salvarnos. Un 'patriotismo de especie': en lugar de limitarnos a sentir orgullo por nuestra nación, podríamos sentirlo por nuestra especie. Frente a otras criaturas que no pueden protegerse de la intemperie o del hambre, los humanos han aprendido a construir refugios, a cultivar alimentos, a curarse, a transmitir conocimientos complejos sin escritura. Esa capacidad de adaptación, de resistencia y de invención es motivo legítimo de orgullo colectivo. Karol compara el progreso con el proceso de sanación tras superar una adicción

“Una de las cosas más frustrantes de sanar de una adicción es que, cuando has logrado avanzar en resolver un problema, a menudo tu recompensa es que simplemente, tienes que enfrentarte a un problema más difícil. Un alcohólico deja de beber, y eso le enfrenta a buscar el modo de lidiar con lo que el alcohol ayudaba a mantener bajo control. O cuando se acaba con una relación malsana y hay que averiguar lo que de verdad quieres y cómo encontrar a la persona adecuada”

Cada avance social o político no elimina los problemas, sino que nos permite enfrentarnos a desafíos más complejos. Un ejemplo podría ser el cierre de los manicomios, que fue un avance ético dados los enormes abusos que tuvieron lugar en ellos durante siglos. Pero ¿cómo garantizar atención, vivienda y dignidad a personas con enfermedades mentales graves fuera de esas instituciones? La falta de políticas públicas adecuadas ha contribuido al aumento de personas sin hogar, muchas de ellas con trastornos mentales no tratados. El problema ya no es el encierro, sino el abandono. Lo mismo ocurre con los MENAs. Los orfanatos se cerraron porque no hay apenas huérfanos y los que hay se atienden en sistemas de "acogida". Pero ¿qué hacemos con miles de adolescentes varones sin conexiones familiares y psicología de sociedades de muy baja confianza? La institución "acogida" no sirve para atenderlos.  


Con carácter general, la cuestión debe abordarse con políticas que persigan el fomento del crecimiento económico. El crecimiento económico reduce los conflictos sociales (y el rent seeking porque hay una forma alternativa de hacerse rico) y ayuda a resolver los nuevos problemas porque multiplica los recursos disponibles para enfrentarlos como dice siempre John Cochrane. Una sociedad más próspera no solo tiene más problemas, sino también más herramientas para resolverlos: más capacidad fiscal, más innovación tecnológica, más capital humano, más margen institucional. Puede invertir en energías limpias para mitigar la contaminación, en fuerzas de seguridad profesionales para mantener el orden sin abuso, o en sistemas de salud mental comunitarios que eviten el abandono tras la desinstitucionalización o en nuevos internados para MENAs que les traten con dignidad pero aseguren su formación y su integración en una sociedad de 'alta confianza'. 

Dinamarca es una sociedad de alta confianza. Marruecos es una sociedad de baja confianza. España está más cerca de Dinamarca que de Marruecos. Si introducimos cientos de miles de adolescentes o jóvenes adultos varones marroquíes en España, se puede predecir un deterioro de la confianza social en España. 

Una sociedad de alta confianza es aquella en la que las personas tienden a confiar en los demás, incluso en desconocidos, y en las instituciones. Esa confianza se manifiesta en comportamientos cooperativos, cumplimiento voluntario de normas, baja corrupción, y una fuerte cohesión social. En estas sociedades, los acuerdos informales funcionan bien, los trámites son más simples y la vida cotidiana es más fluida porque se parte del supuesto de que los otros actuarán de buena fe. Por el contrario, una sociedad de baja confianza es aquella en la que predomina la desconfianza interpersonal e institucional. Las personas tienden a asumir que los demás intentarán aprovecharse si pueden, lo que genera relaciones más defensivas, burocracias más rígidas, mayor necesidad de control externo y, a menudo, más corrupción. En estas sociedades, la cooperación espontánea es más difícil y las instituciones deben invertir más en vigilancia y sanción para que las normas se cumplan.

Y, además, y como veremos inmediatamente, si hay crecimiento económico, el riesgo de que adoptemos la mentalidad de 'suma cero' se reduce.


El progreso liberal no debe entenderse como una cadena de obstáculos crecientes, sino como una expansión continua de nuestras capacidades para resolver problemas cada vez más complejos

 La plantilla moral básica de la humanidad sigue siendo una visión creacionista del mundo .... El nombre más popular para esa visión es “claridad moral”...  pero yo prefiero llamarla “moralidad polarizada”. Nos dice que el universo es un campo de batalla entre dos fuerzas absolutamente opuestas y absolutamente distintas (y ni se te ocurra sugerir que hay alguna ambigüedad moral al respecto): el Bien y el Mal, lo Correcto y lo Incorrecto, Dios y Satanás, como quieras llamarlo. Que se puede trazar una línea clara entre ellos tan fácilmente como elegir bando en el patio del colegio, y que es deber moral de todos, como decían en The Colbert Report, “¡Elige un bando! ¡Estamos en guerra!”. Y que si eliges el Bien, te comprometes a librar una guerra de exterminio contra el Mal. “Los destruirás por completo”, sin matices. Cualquier cosa menos que eso te convierte en traidor, y deberías ser tratado como tal.  

Esa moralidad... parece absolutamente incompatible con la democracia liberal. ¿Qué sentido tendría permitir la libertad de expresión si podemos estar seguros de lo que está bien y lo que está mal? (Como decía la Iglesia Católica antes del Vaticano II: “El error no tiene derechos”). Herramientas básicas de la democracia como la negociación, el compromiso y el acuerdo serían equivalentes a traición moral, como decirle a Hitler: “Vale, acepto que mates a tres millones de judíos, pero ahí pongo el límite”. Y, por supuesto, la idea de que en ocasiones algo más moderado pueda ser mejor que algo más extremo sería evidentemente absurda; como dijo John Galt, el personaje de Ayn Rand: “Hay dos lados en cada cuestión: uno está bien y el otro está mal, pero el medio siempre es malvado”.

En realidad, la moralidad polarizada también es producto de la Evolución. Numerosos estudios sugieren que los humanos desarrollaron juicios morales rígidos como mecanismo adaptativo para fomentar la cooperación dentro del grupo y sancionar a los infractores. El llamado altruismo parroquial —cooperar con los propios y desconfiar de los extraños — parece haber sido funcional en contextos de competencia intergrupal, es decir, la distinción clara entre “nosotros” y “ellos”, entre “lo justo” y “lo injusto”, favorece la supervivencia de nuestro grupo y, por tanto, la propia. Y la objeción no se salva diciendo que esta moral tiene valor sólo en situaciones extremas y ha servido para fomentar la cooperación interna y la defensa colectiva. Lo liberal se refiere a cómo gestionamos los conflictos internos en un grupo. Y por eso el liberalismo es individualista e igualitario. En sociedades tradicionales, los conflictos se resuelven apelando a la autoridad del más anciano, del jefe o del sabio. En otras, se recurre a rituales, mediaciones o normas consuetudinarias. En Occidente, el individualismo ha conducido a que los conflictos dentro d un grupo se resuelvan mediante la participación de los individuos en la toma de decisiones colectivas. El milagro de occidente es que logró "escalar" las instituciones que resolvían conflictos y favorecían la acción colectiva en grupos pequeños. En grupos de millones, las instituciones inventadas en la Edad Antigua fueron los imperios. En Occidente, tras muchos ensayos y errores, las corporaciones, la regla de la mayoría, las elecciones... Pero, claro, la moral occidental era, como todas las humanas, tribal 'parroquial'. No se aplicaba a los extraños al grupo, o sea, a los no europeos. Respecto de ellos, también los occidentales se comportaron tribalmente (colonialismo, imperialismo). 


Pero, dentro de cada grupo, la moral evolutiva no es solo “nosotros contra ellos”, sino también “yo contra los míos si me toca menos”. La envidia, la vigilancia del reparto, la punición del acaparamiento o del favoritismo son rasgos morales tan antiguos como la lealtad grupal. Y son adaptativos: en un entorno donde los recursos son limitados, ceder demasiado puede significar morir. De ahí la importancia de promover el crecimiento económico que señalaba más arriba. Karol dice algo interesante sobre

cómo cree Trump que funciona el mundo

Solo hay dos formas en que dos personas, dos razas, dos sexos o dos países pueden relacionarse: o eres el dominante y el otro es el sometido, o el otro es el dominante y tú eres el sometido (Karol sustituye los términos que le gusta usar a Trump, o sea winner/loser). Por lo tanto, cualquiera que no se someta a tu dominación solo puede estar intentando dominarte. Si tu dominio no es absoluto, el otro debe estar aprovechándose de ti, humillándote, riéndose de ti. (¿Recuerdan cuántas veces ha dicho que la Unión Europea lleva décadas robando a EE.UU?) Por lo tanto, cualquiera que se niegue a someterse a tu dominio es el agresor, y cualquier cosa que le hagas puede justificarse como defensa propia. Cualquier cosa.

Este pasaje retrata con claridad una mentalidad de suma ceroSegún Joe Henrich, no es necesario un detonante fuerte para activar el sistema mental que nos hace ver el mundo en términos de suma cero. Basta con señales que nos hagan percibir que no hay crecimiento económico, que los bienes son los que son, esto es, que no podemos producir más (la idea de que la riqueza "se crea" y aumenta gracias a los intercambios es la idea central del capitalismo). Y la humanidad ha vivido en entornos de subsistencia o extracción hasta la Revolución Industrial. Esto favorece la activación de la envidia y la lógica de suma cero. 


También lo activa la percepción de que se ha agravado la competencia con otros grupos: el éxito ajeno como amenaza. Este es el sistema mental de Trump con China, por ejemplo. Pero lo característico no es que tenga una mentalidad de suma cero, sino que la activa incluso cuando el entorno no lo exige, como en el caso del comercio internacional y los aranceles. Los aranceles perjudican a los norteamericanos. Lo sabe todo el mundo. Pero si estás negociando con alguien que tiene la mentalidad de De manera que puede que la actitud japonesa o la de la UE no sea incorrecta, ni tampoco la de Rutte haciéndole la pelota descaradamente: estamos tratando de influir moralmente sobre Trump: minimizar los daños que la mentalidad de Trump causa a la relación. Entendemos qué es lo que quiere Trump, por qué se porta como se porta y, como queremos seguir cooperando con los EE.UU. le damos la razón. En lo de los aranceles, el objetivo que puede conseguir 'realmente' Trump es aumentar los ingresos federales cuando EE.UU. tiene un déficit público galopante. En el siglo XIX, las fuentes de ingresos del gobierno federal norteamericano eran muy reducidas y los aranceles era la principal. En el siglo XXI, los aranceles permiten a Trump no subir los impuestos. 


La sobrecorrección progresista


Karol sugiere que los progresistas han sobrerreaccionado para demostrar su oposición a las injusticias del pasado. Viene a decir que es muy tentador creer que, cuando has encontrado un remedio eficaz para una enfermedad concreta, has dado con el bálsamo de Fierabrás. Karol compara esta actitud con el error histórico del liberalismo clásico, que justificó el colonialismo como una “bendición” para los pueblos colonizados. Cita a John Stuart Mill y lo equipara con el personaje O’Brien de 1984, que pretende vaciar al individuo para llenarlo con su propia visión del mundo. En ambos casos, el problema es el mismo: la convicción de que uno posee la verdad moral absoluta y debe imponerla a los demás, incluso con buenas intenciones

De acuerdo con lo que se ha dicho más arriba, no creo que se trate de la convicción liberal de que uno posee la verdad moral absoluta. Las 'recetas' de J. S. Mill y semejantes se fundaban en que creían que los no-europeos eran 'salvajes' o pueblos 'sin civilizar' y, por tanto, en un estadio inferior de 'humanidad'. Una vez que uno cree en la inferioridad, ¿cómo no va a justificar tratarlos como a niños? (y a los niños, antes del siglo XX, especialmente si eran varones, se les trataba más bien como esclavos). El riesgo - dice Karol - es que, 'arrepentidos' los progresistas occidentales del colonialismo, repitamos el patrón de dominación bajo una nuea bandera. Para eso utiliza un episodio de Seinfeld


Costanza politics: if every instinct you have is wrong, then the opposite must be right


El personaje George Costanza decide que, como su vida va mal,  hará todo lo contrario de lo que haría normalmente. Sorprendentemente, al principio le va bien, pero como todo plan de Costanza, termina fracasando. Karol usa esta referencia para criticar la inversión mecánica de las jerarquías tradicionales. Es decir, si antes los blancos dominaban a los negros, ahora los negros deben dominar a los blancos; si antes los hombres dominaban a las mujeres, ahora las mujeres deben dominar a los hombres, y así sucesivamente. La lógica de “Costanza politics” sería: Si el orden moral conservador está mal, entonces el orden moral opuesto debe estar bien. En lugar de eliminar la idea de que unos deben someterse a otros, simplemente se cambia quién somete a quién. Karol critica así a ciertos discursos antirracistas (o feministas, o 'antifascistas' por hablar de algo más próximo a los españoles) que, al negarse a reconocer los avances sociales y exigir apoyo incondicional, actúan como si su historia de victimización les otorgara un cheque moral en blanco (piensen en cualquier declaración pública de Irene Montero que convierte en inmunes e impunes hasta los crímenes más atroces cometidos por los individuos que pertenecen a grupos sociales que han sido víctimas en el pasado de la dominación occidental). Esto significa, dice Karol reproducir, para las relaciones sociales, la visión de las relaciones internacionales de Trump:  juegos de suma cero, donde solo hay espacio para dominadores y dominados. En ambos casos, cualquier gesto que no sea sumisión total se interpreta como una amenaza, y cualquier abuso propio se justifica como defensa o reparación. Karol conecta esta lógica con la evolución darwiniana: actuar como si el entorno no hubiera cambiado es una forma de adaptación fallida, que pone en peligro la supervivencia. Así como Trump teme ser dominado incluso por los más débiles y responde con agresión preventiva, algunos sectores progresistas, según Karol, se comportan como si siguieran viviendo en un mundo sin derechos humanos, sin avances sociales, sin reconocimiento de la pluralidad en los comportamientos sexuales, familiares etc. 

 Esa es la intuición más profunda del liberalismo: que nadie es la única Luz para las Naciones. Nadie es el Swami Rabbitima (‘lo sabe todo, lo dice todo’). Eso significa que tenemos que esforzarnos más por averiguar cómo son realmente las cosas; y también significa que nadie tiene que ser despojado de sí mismo.

Wayne Karol, Gradual Change is F***ing Awesome—And Liberalism Knows It On Darwin, abuse, and Costanza politics, Persuasion, 2025

miércoles, 30 de julio de 2025

Citas: la jueza de la DANA, Arnold Kling, jueces brasileños, Ramos Oliveira, lo woke no funciona, las mentiras semanales de Sánchez, IA e internet, dividendos y COVID, Ozimek, ONU, Hamas y Gaza


@combarro

La penúltima mentira de Sánchez (Jon González)

es doble. No solo el cálculo por "hogares" enmascara el empobrecimiento de la población que vive de ingresos del mercado, sino que el crecimiento es el cuarto peor de los países desarrollados). Y como Jon González explica también: 

El PIB ha crecido un 8,8% desde el 4T2019. El PIB per capita ha crecido un 4,5%. El PIB por hora trabajada, un 3,6%. El PIB por trabajador es el mismo. Los salarios no suben (de media) porque las ganancias de productividad parecen haberse trasladado a reducir horas de trabajo efectivas

Como dice Varela, ya nadie cree nada de lo que dice Sánchez. 

España es única es en tener un presidente cuya carrera política y sus principales bienes inmuebles han sido financiados con la explotación de prostitutas y prostitutos y cuyos 'asociados' en el partido socialista son todos unos corruptos. El penúltimo (¿hay alguien en el Partido Socialista que no sea un sinvergüenza? Es difícil rechazar esta sospecha a la vista de lo que se ha sabido de Extremadura, Valencia, Navarra, Andalucía, Galicia y Cataluña (Taboas, no se olviden de Taboas). Del presunto sinvergüenza que es el presidente del PSOE de Valencia hemos sabido gracias a la alternancia. Es fundamental que ningún partido esté más de ocho años en el poder.  

La IA está reduciendo las visitas a muchos sitios de internet (The Economist, vía Adam Tooze) 

mientras Google hace la búsqueda en Google, los humanos ya no visitan los sitios web de los que se obtiene la información. Similarweb, que mide el tráfico a más de 100 millones de dominios web, estima que el tráfico de búsqueda mundial (por humanos) cayó alrededor de un 15% en el año hasta junio. Aunque algunas categorías, como los sitios de aficionados, están funcionando bien, otras se han visto muy afectadas (ver gráfico). Muchos de los más afectados son precisamente del tipo que comúnmente podría haber respondido consultas de búsqueda. Los sitios de ciencia y educación han perdido el 10% de sus visitantes. Los sitios de referencia han perdido un 15%. Los sitios de salud han perdido un 31%.

Como dice David Deutsch, lo único que nos constriñe son las leyes de la física 

Dice FabianoEsta es la primera imagen directa de la red cósmica: la misteriosa estructura que mantiene unido el universo. Parece sorprendentemente similar a las células cerebrales humanas. ¿Coincidencia? 

Cómo el wokismo, la captura de rentas por parte de ONGs y la caradura de los funcionarios públicos acaba con los servicios públicos (Jacob Savage) 

Es en EE.UU., no se preocupen pero piensen en cualquier servicio público que se deja en manos de los que hacen 'cosas chulísimas' y llenan la legislación de 'perspectiva de género'. En los últimos días, la ocurrencia de poner un vigilante cuando se ruedan escenas de sexo en una película o la de poner multas a los periodistas o asignar a los políticos el papel de vigilantes del comportamiento apropiado por parte de los periodistas en el Congreso o lo de que no puedas sacrificar a tu perro o el de considerar persona jurídica al Mar Menor o el de cambiar el nombre al Congreso de los Diputados... Ninguna de esas medidas está orientada al "bien común" ni ha mejorado la vida de los españoles. Solo nos han costado dinero, han reducido nuestra libertad y, sobre todo, nuestro bienestar. 

China colapsará (Arnold Kling) 

Zeihan considera que China depende de las importaciones de alimentos y energía. Es muy vulnerable a la desglobalización y al desorden en el mundo. En opinión de Zeihan, si EE.UU. deja de ser el policía mundial, China entra en grave riesgo para su suministro de energía, que procede de Oriente Medio, de manera que si éste se desestabiliza gravemente, China no tiene petróleo. Si los mares se vuelven inseguros para el comercio, China muere de hambre porque es dependiente de las importaciones para alimentar a su población.

 La tesis de Turchin sobre que la principal causa de desestabilización de una sociedad es la superproducción de élites fue criticada eficazmente por Pseudoerasmus.

No hagas carreras mickey mouse

Opinión impopular: es una catetada ponerse a cantar "Pedro Sánchez hijo de puta" en un concierto, en el fútbol o en los toros. Habla de nuestra incapacidad para vivencias comunes preideológicas, y de la politización totalitaria de un país sin política de verdad.

Dividendos y COVID

Esta reciente Sentencia de la Audiencia Nacional ofrece cobertura a las empresas que distribuyeron dividendos con cargo a reservas voluntarias de ejercicios anteriores al año en que aplicaron los ERTE COVID, siempre que dichas reservas fueran suficientes para cubrir el reparto. En estos casos, el criterio de la Audiencia Nacional confirma que este proceder no contravino la prohibición impuesta por el artículo 5.2 del RDL 18/2020. 

La falta de una reflexión a largo plazo sobre los aranceles es realmente frustrante. ¿De verdad creen que otros países mantendrán aranceles permanentemente bajos, incluso cuando Donald Trump ya no esté? La teoría más generosa de Trump es que el enfoque del "Hombre Loco" del Día de la Liberación asusta a otros países. Esta teoría es bastante devastadora para la idea de que lo que tenemos es un nuevo equilibrio permanente. La gente tiene que dejar de dar manotazos al aire. Pensar a corto plazo impide hacer bien las cosas, y muchos son culpables de ello.

Cómo nos vamos a fiar de la ONU en relación con Gaza

Le he preguntado a Grok si la ONU ha acusado alguna vez a Hamas de saquear camiones de ayuda humanitaria. Y la respuesta es que no. Que la ONU nunca ha acusado a Hamas. Ha acusado a "bandas armadas" o a "gente desesperada" pero nunca a Hamas. Y puede que sea verdad ¿para qué van a asaltar camiones los de Hamas si son 'suyos'? Es como si los de Bildu asaltaran las Herrikotabernas. El problema de Hamas - y aparentemente de la ONU - es que a Hamas le ha salido competencia. Israel, por un lado, con sus fundaciones para Gaza, y esas bandas armadas por otro. Entre esas parece estar un nuevo grupo formado por un delincuente - contrabandista - que se hace llamar "The Popular Forces" y que está creando un enclave en Gaza donde los que huyen de Hamás pueden protegerse, naturalmente con apoyo de Israel. ¡Cómo se parece a Sicilia con la invasión norteamericana en la 2ª Guerra Mundial! Los americanos se apoyaron en la mafia, claro. Mientras la ONU no trate a Hamas como lo que es, un grupo terrorista, todas las noticias de Gaza merecen una credibilidad reducida. Y la alternativa es considerar que Israel lucha contra Gaza, que esto es una guerra convencional, que el ejército de Gaza es el formado por 30.000 'militantes' y que el cumplimiento de las leyes de guerra son exigibles a Israel pero también a Gaza-Hamas. 

Los no tan dignos jueces del Tribunal Supremo de Brasil (Jacob Mchangama)

En 2022, además de ser juez de la Corte Suprema, Moraes se convirtió en presidente del Tribunal Electoral de Brasil, que amplió sus poderes para vigilar el discurso político, aparentemente para detener la información electoral "deliberadamente falsa o gravemente descontextualizada". La Corte suspendió medios de comunicación y censuró discursos que, en una democracia, deberían ser debatidos y juzgados por los votantes, no suprimidos por jueces que aplican estándares subjetivos y paternalistas. 

El principal antagonista de Moraes es Jair Bolsonaro, el hombre fuerte de la derecha que fue presidente de Brasil hasta 2023 y que denigró constantemente a los medios de comunicación, habló favorablemente de la dictadura militar de Brasil de 1964 a 1985 y tuvo poca consideración por los controles y equilibrios de la democracia liberal. Al igual que Donald Trump, el apoyo de Bolsonaro depende de las redes sociales y de personas influyentes en la política antagónicas a los medios tradicionales y al establishment político. En consecuencia, muchas instituciones de élite brasileñas han tratado la cruzada anti-Bolsonaro de Moraes como una medida necesaria para proteger la democracia de ser derrocada por la demagogia sin control que recompensa la desinformación y la polarización. 

... Moraes citó a John Stuart Mill para justificar el bloqueo de la plataforma de redes sociales Rumble... Moraes también... citó a Oliver Wendell Holmes... en Schenck v. United States, (pero no citó al Tribunal Supremo de los EEUU quien)... en 2012, rechazó explícitamente la idea de que el gobierno pueda castigar la desinformación ampliamente definida...  

No es solo la desinformación la que es severamente castigada por los jueces brasileños. Los tribunales también han ampliado drásticamente las leyes del país contra el discurso de odio. A principios de este mes, el destacado comediante brasileño Leo Lins fue sentenciado a ocho años de prisión por discurso de odio racista, homofóbico y capacitista en una de sus actuaciones. Mientras tanto, dos empleados de la universidad, un conserje y un administrador, enfrentan hasta cinco años de prisión por incitación al odio después de confundir el género de una estudiante transgénero y pedirle que abandonara un baño de mujeres. 

 En varios casos, los jueces de la Corte Suprema, incluido Moraes, han demandado o iniciado procesos penales contra periodistas de investigación críticos. Un periodista fue demandado y multado por informar con precisión sobre el salario de un juez. Teniendo en cuenta cuánto poder ejerce el poder judicial en la política brasileña, el castigo y la intimidación simultáneos del escrutinio público es un paso profundamente preocupante por parte de esta rama del gobierno no elegida...

 El 8 de enero de 2023, una multitud de derecha, en un eco del 6 de enero de 2021 en Estados Unidos, irrumpió y vandalizó los edificios gubernamentales de Brasil, convencida por información falsa de que las elecciones del año anterior que sacaron a Bolsonaro del poder habían sido manipuladas. Después de años de represión previa, la censura no eliminó las teorías de conspiración ni persuadió a los partidarios incondicionales de Bolsonaro de que las elecciones fueron justas. Sin embargo, a pesar de este fracaso, no hay signos de una corrección de rumbo.

Dicen los periódicos que Bolsonaro está siendo juzgado por una presunta intentona golpista para impedir la asunción de Lula da Silva tras las elecciones de 2022. Como parte de las medidas cautelares, se le ha impuesto una tobillera electrónica, se le ha prohibido el uso de redes sociales y la difusión de sus declaraciones por terceros. Recientemente, una publicación de su hijo Eduardo Bolsonaro fue considerada un intento de burlar estas restricciones, pero el juez la calificó como una “irregularidad aislada”.

¿Para qué sirve un debate? 

No para averiguar la verdad ni asegurarse de que la posición de uno es correcta. Ya nos lo dijo Mercier. Debatir es razonar y no razonamos para eso. Razonamos para persuadir a otros porque eso es lo que aumenta nuestras posibilidades de sobrevivir y reproducirnos. Así que no entiendo el tweet de Steven Pinker 

Antonio Ramos Oliveira

“El carlismo, vencido en dos guerras civiles, consiguió al fin en el régimen militar fascista, lo que no pudo lograr en lucha tenaz de un siglo: gobernar”

Prueba nº 837, esta vez a contrario, de que has de mejorar lo que funciona (aunque no funcione demasiado bien)

Pero lo que funciona mal, hay que cerrarlo y sustituirlo. Lo que no debes hacer es cerrar lo que se puede mejorar y tratar de reformar lo que no funciona.

Esperemos que la Audiencia corrija a la jueza de la DANA 

Lo que puede hacer la jueza es no tomar en consideración las valoraciones del informe de la Guardia Civil, pero no puede desconocer los hechos que el informe narra. Si la Confederación no envío información alguna sobre el caudal del barranco del Poyo durante tres horas, es un hecho que incrimina a los que tenían la obligación de que tales comunicaciones se hubieran producido. 

Repetición: contra Claudi Pérez 


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