Publicado por EL MUNDO:
Las denuncias de abusos a niños en los colegios donde Ángel Gabilondo fue fraile. Los dos centros corazonistas están señalados en el informe con 251 presuntos abusadores sexuales de la Iglesia que estudia el Vaticano. Seis ex alumnos relatan lo que vieron y vivieron
Veamos el informe. Tiene más de 700 páginas pero se repasa en hora y media, de sobra.
En él se lee que se han examinado datos que se remontan a posibles abusos sexuales cometidos sobre menores por parte de religiosos católicos desde 1950. ¡Desde 1950! Y se dice que
"El País (el periódico, no un departamento universitario) contabilizó 34 casos ocurridos entre la década de 1980 y 2018. Las cifras fueron aumentando y en 2021 el número de casos señalados ascendía a 395. La iniciativa se fue fortaleciendo con hechos como la entrega de distintos informes al Papa y a la Conferencia Episcopal Española (CEE)... En junio de 2023, El País contabilizaba 1.957 víctimas y 966 «acusados [sic]»
O sea menos de 2000 víctimas en 40 años. Sin distinguir por la gravedad de los abusos (desde tocamientos a meterle el pene en la boca o en el culo). Luego se narran casos que han llenado páginas de periódicos en esos cuarenta años. También se detalla que en los casos recientemente descubiertos, no se ha podido condenar a los culpables porque los delitos estaban prescritos, es decir, sucedieron décadas antes de ser descubiertos. Por ejemplo, en el caso Alejandro Palomas los abusos tuvieron lugar en 1975. Lo mismo con los Salesianos de Deusto. Los de la Bañeza son casos de 1980. El de San Viator, de los años 90. Y los jesuitas, siempre a la vanguardia,
En enero de 2021, publicaron el Informe sobre los abusos cometidos por religiosos jesuitas en las provincias españolas (Desde finales de 1920 hasta la actualidad).
Sí, han leído bien, desde 1920, o sea desde hace un siglo.
Se trata de la primera investigación interna que se hace pública en España sobre abusos sexuales contra menores, cometidos por miembros de la Iglesia católica, en concreto, en una orden religiosa. En este informe se recogía que integrantes de la Congregación eran responsables del abuso de ochenta y un menores y treinta y siete adultos por hechos ocurridos entre 1927 y 2020. La mayoría de los casos recogidos no habían sido conocidos hasta ese momento. Un dato relevante señalado en el informe es que los jesuitas acusados eran noventa y seis, respecto de un total de 8.782 jesuitas, por lo cual esta cifra representa el 1,08 % del total. Poco más de un año después de la publicación de este informe, la Congregación reconoció otros siete casos de abusos a menores.
Entre los casos que se incluyen en el Informe se encuentra el siguiente
En septiembre de 2023, en Vélez-Málaga, se detuvo a un sacerdote de 34 años de la Diócesis de Málaga, acusado de la comisión de agresiones sexuales contra al menos cinco mujeres adultas. Por estos hechos, dicho sacerdote enfrenta cargos por cuatro agresiones sexuales bajo sumisión química y cinco delitos contra la intimidad
¿Qué tiene que ver con los abusos sexuales a menores?
El informe incluye también los abusos perpetrados por menores sobre menores. Basta con que tuvieran lugar en el colegio o institución gobernada por la Iglesia Católica para que EL PAIS titule "pederastía".
Debo decir que, a mi, me parecen pocos casos.
Resulta que los abusos sexuales a niños - no a niñas - según esa encuesta tenían lugar, predominantemente en el ámbito familiar. Cinco veces más frecuentemente que en el ámbito escolar o de internados, seminarios etc. Dada la probable impunidad de los victimarios, repito, me parece que es una proporción baja de casos si se tiene en cuenta que entre un 35/50 % de los alumnos estaban escolarizados en colegios religiosos en tiempos de Franco.
Pero es más. El Informe recoge una encuesta según la cual, en España, prácticamente uno de cada cinco ha sufrido abusos sexuales cuando era menor y de ellos, uno de cada 6 ha sido penetrado oral, anal o vaginalmente cuando era menor - se entiende, contra su voluntad -.
un 18,9 % de los entrevistados (un 15,2 % de los hombres y un 22,5 % de las mujeres), respondió haber sido víctima antes de los 18 años de edad. De entre las características de la victimización, las conductas más frecuentes fueron las caricias por debajo (58 %) y por encima de la cintura (59 %), seguidas por las proposiciones de actividad sexual y el exhibicionismo (33 % para ambas). Un 16 % de hombres y un 15 % de mujeres manifestaron haber sufrido, en algún momento durante la experiencia, penetración oral, anal o vaginal.
Si hay que hacer caso a esta encuesta, este es un país de violadores. Es más, es un país de pederastas redomados. Los curas ni siquiera están en el top de la lista de delincuentes. ¡Uno de cada 30 españoles habría sido violado cuando era menor de edad! ¿Se lo creen ustedes? Pero es que las encuestas ¡entre universitarios! ofrecen resultados semejantes. Ya les digo. Somos un país de pederastas. Parece que en Andalucía, menos. Porque la encuesta granadina reduce las cifras de casi el 20 % al 10, aunque se refiere a abusos antes de cumplir los 13 años.
Pero es que los clérigos católicos son 'poco' pederastas. Veamos
Al parecer los clérigos católicos no son tan pederastas como los no clérigos: abusan de niños entre 12 y 14 años los clérigos mientras que los no clérigos abusan de niños más pequeños. Una diferencia interesante, sin duda.
Pero lo más gordo llega cuando el Informe explica los resultados de la encuesta de GAD3 en la que se pregunta a 8000 personas de todas las edades adultas acerca de si han sufrido a lo largo de su vida abusos sexuales.
Y las respuestas son maravillosas para Gabilondo:
Se preguntó a quienes manifestaron haber sido víctimas de abuso sexual cuál fue el ámbito en el que sucedieron los hechos, con la opción de indicar múltiples respuestas si había más de un ámbito relacionado. La opción con una mayor tasa de respuesta fue el ámbito familiar (34,1 %), seguida de la vía pública (17,7 %), ámbito educativo no religioso (9,6 %), ámbito social no familiar (9,5 %), laboral (7,5 %), internet (7,3 %), ámbito educativo religioso (5,9 %), ámbito religioso (4,6 %), ocio (4 %), deportivo (3 %) y sanitario (2,6 %)
En ambos supuestos (abusos en la escuela religiosa y en ámbitos extraescolares religiosos) la prevalencia es mayor según aumenta la edad de los informantes
¿Los encuestados se denominan informantes?
pasando, en el ámbito educativo religioso, de un 2 % de personas afectadas en el grupo de edad entre 18 y 29 hasta un 11 % en los de 65 años o más. La misma tendencia se observa en los casos en que se indicó la opción «ámbito religioso», pasando de un 3 % en el grupo de los encuestados más jóvenes a un 10 % en el de 65 o más años. Este resultado podría indicar que el fenómeno ha ido decreciendo
Es decir, que desde 1995, por lo menos, los casos de abusos sexuales en escuelas religiosas son despreciables. Pero a Gabilondo le parece que ese dato "podría" sólo "indicar", no que el fenómeno es marginal, sino que "ha ido decreciendo". ¿Se puede ser más deshonesto? ¿Se puede presentar semejante dato - que descarga completamente a la Iglesia Católica - diciendo que "la prevalencia es mayor según aumenta la edad de los informantes"?
Y para magnificar los casos de abusos cometidos por miembros del clero, Gabilondo insiste
Se preguntó a continuación, más en concreto, por el lugar donde se cometieron los abusos, también con opción a respuesta múltiple. Un 25,2 % de las personas abusadas manifestó que los hechos sucedieron en la calle; un 23,3%, en el domicilio familiar; un 18,5 %, en el domicilio del abusador; un 7,5 %, en un establecimiento escolar; un 4,4 %, en un establecimiento escolar religioso; un 3 %, en una instalación deportiva; un 2,5 %, en el lugar de trabajo; un 2,4 %, en internet; un 2,2 %, en un establecimiento religioso; un 1,4 %, en campamentos, y un 1,2 %, en un internado, entre otros
Estos datos confirman de nuevo que Gabilondo se ha dedicado a resucitar un cadáver. Los abusos sexuales en los colegios de curas y monjas es un problema absolutamente marginal, insignificante, despreciable. Es probable que se produjeran muchos casos, algunos de ellos de abusos graves o muy graves, hace más de cincuenta años. Pero no hay un número significativo en las últimas décadas.
¿No le da vergüenza a Gabilondo haber dedicado dos años de su institución a este insignificante asunto y nada de tiempo a proteger a los niños de lengua materna española del maltrato al que los someten los gobiernos nacionalistas de Cataluña y el País Vasco? (afortunadamente, en el futuro ya no en Valencia o Baleares) ¿Qué informe ha hecho sobre la inmersión? ¿Qué informe ha hecho sobre la libertad de los profesores hispanohablantes en Cataluña - incluidos los universitarios-? Si hablamos de memoria, ¿no debería elaborar un informe sobre la expulsión de los maestros hispanohablantes de Cataluña en los años ochenta?
El resto del informe no tiene ningún interés, en mi opinión.
No entiendo qué hace el Defensor del Pueblo entrevistando a víctimas de abusos sexuales. Creí que mis colegas de Psicología y otras Facultades se dedicaban a esas cosas. Para el Defensor del Pueblo lo relevante deberían ser las conclusiones de los estudios científicos - o al menos "académicos" - que hayan podido hacerse con las víctimas. ¿Pero dedicarse el Defensor del Pueblo a realizar las entrevistas? Digo yo que no habrá muchas diferencias en lo que a las consecuencias se refiere que el abusador fuera un cura o no lo fuera, fuera un profesor, un monitor deportivo, o cualquier otro conocido. Si hay una "victimización" especial por el hecho de que sea un religioso el perpetrador del abuso, deberían explicarlo.
No he repasado la respuesta de la Iglesia ni la de las instituciones públicas. Las conclusiones y recomendaciones son paupérrimas. Podrían haberlas hecho antes de elaborar nada. Son tan obvias que dan grima y valen "pa un barrío y pa un fregao", no tienen nada de específico que se explique por el hecho de que fueran religiosos católicos los abusadores. Lo de crear un fondo de compensación a las víctimas, pues eso, que es fácil hacer caridad con dinero ajeno y que si me van a dar algo, a lo mejor recuerdo gestos de cualquiera de los curas de mi colegio - especialmente si están muertos - que puedo interpretar, cincuenta años después, como libidinosos. Pero, Gabilondo, ¿por qué hacer de mejor condición a las víctimas de un cura que a las víctimas de un profe de gimnasia de un instituto de bachillerato?
De manera que no entiendo ni la pertinencia ni la utilidad del Informe.
No puedo evitar la conclusión de que esto sólo se ha hecho porque la izquierda española sigue en su actitud revanchista tratando de mantener vivo el franquismo y el nacional-catolicismo en todo lo que pueda irritar, especialmente, a la mitad conservadora de España. Si yo fuera el presidente de la Conferencia Episcopal habría prohibido a todas las instituciones de la Iglesia Católica colaborar con el ex-fraile Gabilondo. Pero con un papa peronista... Tampoco entiendo cómo no se consideró incurso en conflicto de interés dada su profesión previa a la de catedrático de Metafísica y luego político.
Una última observación sobre este defensor del pueblo posmoderno que nos ha tocado sufrir por obra y gracia de la progresía hispana:
¿Por qué se limita el informe al maltrato sexual de los menores?
Estoy seguro de que hubiera sido más razonable una investigación sobre el maltrato físico de obra (palizas, bofetones, patadas, golpes con palos, vejaciones, insultos graves etc) que eran frecuentes en los colegios españoles de los años sesenta y setenta (de varones). ¿Por qué no se ha hecho una investigación sobre esos casos en lugar de sobre los casos de abuso sexual? ¿Qué puñetera moralización del sexo lleva a la izquierda española a creer que a un varón le afecta más que un cura baboso le tocase el culo que la hostia con la mano abierta que se llevaba por haber hablado cuando no le tocaba?