Ojalá haya más comentarios. Recalde tiene razón en que me falta sensibilidad y no incorporo a mi decisión el coste que impongo a la autora que, efectivamente, no ha escrito una cosa mucho peor que mucho de lo que se escribe. Pero el equilibrio, en España, es que nadie escribe nada crítico con nadie, o sea un equilibrio de "baja calidad" y los gatekeepers (o sea, los catedráticos bajo cuyo “amparo” se forman los profesores jóvenes) hacen dejación de sus deberes impunemente. No revisan los trabajos de sus discípulos antes de publicarlos, los prologan alegremente y los defienden cuando de participar en un concurso se trata. Como el “pacto implícito” es que nadie se mete con nadie, esas conductas no resultan castigadas y proliferan los “malos jefes”, esto es, el tipo de maestro que, bien por vagancia, bien por escasa capacidad intelectual, es incapaz de controlar la calidad de la producción de sus discípulos.
En cuanto a las publicaciones que se limitan a exponer el status quaestionis, tienen efectivamente su sitio, pero el espacio que merecen es mucho más reducido en la actualidad que hace veinte años, fundamentalmente, porque el acceso a los trabajos que abren camino en un tema concreto y los que ensanchan y alargan dicho camino están disponibles con mucha más facilidad que hace veinte años. La utilidad social, por tanto, de los trabajos tipo survey es mucho más reducida. Pero, además, este tipo de trabajo, para ser útil tiene que estar confeccionado primorosamente. Es decir, tiene que ser completo, incluir una valoración crítica de los trabajos publicados hasta entonces y su autor ha de estar dotado de gran habilidad expositiva ya que es la exposición de un tema el valor añadido del trabajo. La mayoría de los trabajos que se publican en Derecho Mercantil no hacen avanzar el conocimiento y tampoco reúnen las características exigibles a una exposición del estado de la cuestión.
Por último, no pesa sobre mí ningún deber de imparcialidad o de exhaustividad, y mucho menos cuando se trata de entradas de un blog. La selección de los trabajos que comento en el blog es arbitraria. No está dirigida contra nadie en particular ni pretende ensalzar a nadie en particular. Normalmente, el criterio de selección es el tema tratado por el autor. No hago análisis críticos de trabajos sobre temas sobre los que sé muy poco o nada. Estoy seguro de que, por ejemplo, en el ámbito del Derecho Concursal o del Derecho del Transporte hay mucha bazofia publicada pero la especialización me ha llevado a no ocuparme de esos temas y, por tanto, a no hacer recesiones ni críticas ni laudatorias de los trabajos en esa materia. Pero si alguien escribe sobre condiciones generales de los contratos, sobre el derecho de separación o la exclusión de socios, sobre competencia desleal o sobre Derecho de la Competencia o sobre las relaciones entre Constitución y Derecho Privado o sobre algunos temas de gobierno corporativo, pues es probable que me dé un arrebato de indignación y salga algo publicado en este blog al respecto. La categoría profesional del recensionado no es un criterio que haya sido decisivo, al menos conscientemente. Es más, se puede comprobar que, cuando se trata de trabajos de profesores en formación, mi crítica se extiende y orienta al responsable académico de dicho profesor en formación (véase aquí, y aquí.).
Por último, respecto a que no critico los trabajos de los “míos”, me remitiré al famoso dicho de Luis Jiménez de Asúa: “Vd., siempre vota a sus amigos, Don Luis (para las cátedras), sí, pero primero los elijo” (por cierto, no he logrado encontrar la cita).
4 comentarios:
Es comprensible que uno no critique a los suyos. Para eso ya están los otros. El problema es que, en la academia española, ni esos. Por lo demás, el dicho de Jiménez de Asúa me parece detestable.
Es soberbio! significa que yo no tengo amigos "de baja calidad", o sea que invierto en selección para no tener que invertir en monitoring de lo que hacen mis amigos
A mí esa frase (y el pensamiento que encierra) también me huele a podrido, con independencia de dónde proceda. La selección de amigos siempre es limitada y que alguien no esté en tu entorno no significa que sea peor. Nada te legitima para apoyar a tu amigo en su contra.
Tampoco me gusta la frase de Jiménez de Asúa, que es un ejemplo de ese cinismo del universitario español llegado a la enésima potencia (porque, sinceramente, si no es cinismo, lo que demuestra es mucha estupidez porque ser consciente de las propias limitaciones es uno de los más básicos rasgos de inteligencia).
Pero no estoy de acuerdo en que para criticar a los amigos ya están los otros. Dentro de lo posible, ¿no nos toca acaso a todos ser más críticos con lo más cercano, con lo que nos pilla más de cerca, con lo que conocemos mejor?
En este sentido, por ejemplo, me gusta lo que apuntaba Recarte sobre los catedráticos (y por eso mola que estas críticas también repartan a directores de tesis o prologuistas). Va en esa línea.
Además, para establecer una cultura de la sana crítica académica, que es algo que en efecto nos falta (y mucho) en este país, ¿acaso no seis la mejor manera de empezar e ir fomentándola?
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