miércoles, 18 de septiembre de 2013

Para qué razonamos (II)

Kahan y otros realizaron un experimento que implicaba analizar la eficacia de una crema para la piel a partir de unos determinados resultados de curación obtenidos de un estudio empírico. Los participantes en el experimento extrajeron la conclusión correcta – que la crema no era eficaz estadísticamente como tratamiento para patología para la que se pretendía indicar – en mayor medida cuanto mayor era su grado de alfabetización matemática. Es decir, los que tenían más nivel de formación matemática acertaban al determinar la eficacia de la crema en mayor medida que los analfabetos matemáticos. Con los mismos números, se repitió el experimento pero la cuestión era la de la eficacia de prohibir portar armas a escondidas. El resultado fue sorprendente porque la respuesta correcta era la misma y, por tanto, los más formados en matemáticas deberían haber dado con ella en mayor medida. Lo que sucedió fue lo contrario porque la respuesta a una cuestión científica venía influenciada por la ideología de los sujetos que participaban en el experimento. La diferencia entre las dos preguntas estriba, precisamente, en que la primera es neutral ideológicamente (no tenemos preferencias ideológicas por una crema u otra para las irritaciones de piel y sí que las tenemos respecto a si hay derecho a portar armas de fuego). Los autores concluyen que

Lo que este relato sugiere, no es que la gente no sea suficientemente racional, es que la gente es demasiado racional al extraer, de la información que se les ofrece, los datos que más importan (no para averiguar la verdad sino) para su bienestar cotidiano. En un entorno en el que las posiciones en relación con asuntos políticos o sociales (¿se debe permitir el aborto?) se consideren generalmente como símbolos de pertenencia y lealtad a un determinado grupo social,  el interés individual llevará a cada miembro del grupo a interpretar y procesar las pruebas empíricas o los hechos de manera coherente con las creencias predominantes en el grupo al que se pertenece. Y, naturalmente, la tendencia a procesar la información de esta manera será más intensa entre aquellos individuos que tengan mayor capacidad para razonar precisamente en las áreas asociadas con la comprensión de los hechos científicos
La coherencia de estos resultados con la finalidad (auto)persuasiva de la cognición humana resulta notable.
Kahan, Dan M. and Peters, Ellen and Dawson, Erica Cantrell and Slovic, Paul, Motivated Numeracy and Enlightened Self-Government (September 3, 2013). Available at SSRN: http://ssrn.com/abstract=2319992 or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.2319992
PS. una vez más, la generosidad del sistema científico norteamericano apabulla en comparación con el alemán. Esta es la página web de Dan Kahan y esta la de Roberto M. Unger. Comparen con la de un admirado – por mí – profesor alemán

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