Estimado/a miembro del Consejo de Gobierno de la UAM:
Soy Marcos González Sánchez, profesor de Derecho, y uno de los 23 acreditados a CU que ha querido, sin éxito, hablar con la Rectora sobre los nuevos criterios de promoción a cátedra que se quieren aprobar en el próximo Consejo de Gobierno el 12 de diciembre. La Rectora en el resumen de su programa electoral afirmaba: “Reforzaremos la comunicación externa e interna”; sin embargo, desde el 27 de noviembre en el que le solicitamos una reunión formal, ni ella ni la Vicerrectora de Profesorado han podido reunirse con nosotros.
En el programa electoral también prometía: “Seguiremos avanzando en la estabilización y promoción de nuestro PDI, dentro de un marco flexible y predecible”. Y lo cierto es que el cambio de criterios de promoción a cátedra que se quiere aprobar es todo menos “predecible”. Este cambio profundo de criterios se ha hecho injustificadamente y sin que haya habido constancia pública de ningún acuerdo motivado del Consejo de Gobierno que explique la necesidad de dicha alteración. Ha habido una absoluta carencia de transparencia e imparcialidad, lo que vulnera los principios de seguridad jurídica y buena administración. Claramente, lo que afecta a todos debe serdialogado con todos -o al menos en los órganos competentes de las Facultades-. Y el sentir de los profesores de la Facultad de Derecho y de otras Facultades es que no ha habido una adecuada comunicación y debate sobre una cuestión tan trascendental que afecta a toda la comunidad universitaria.
Queríamos transmitirle a la Rectora la queja de numerosos profesores de la UAM, y que 5 ex Secretarios Generales de nuestra Universidad (todos ellos profesores de Derecho) han criticado abiertamente durante estos días la falta de transparencia y la ausencia de un proceso participativo de consulta, debate o informe público sobre la cuestión en la UAM. Un repentino y cambio radical de criterios es, como ha afirmado Manuel Cancio Meliá (Catedrático de Derecho de la UAM) “manifiestamente arbitrario (en el mejor de los casos), en consecuencia, obviamente contrario a Derecho”, y, por lo tanto, no se debe aceptar. Efectivamente, una modificación de esta entidad requiere un debate en el que se expliquen abiertamente las razones académicas, institucionales o estratégicas que la justifican. El procedimiento debería haber estado guiado por los criterios de igualdad, previsibilidad y racionabilidad, y evidentemente no lo ha estado.
En realidad, este proceso de cambio de criterios nace nulo desde el principio, cuando ya hay personas acreditadas en el momento en que se han estado elaborando. Adolece de lo más esencial, la objetividad que ha de caracterizar un proceso competitivo. Y es que esta modificación supone un grave agravio comparativo para quienes en la anterior convocatoria nos quedamos a las puertas de poder promocionar y vemos como los cambios de criterios y valoraciones tiene efectos retroactivos desfavorables que nos alejan del punto de partida que teníamos con la convocatoria anterior. Para evitar esta discriminación se podría adoptar la decisión que la UAH ha tomado con sus ya acreditados ante un cambio de criterios para promocionar.
Además, como ha afirmado Jesús Alfaro Águila-Real (Catedrático de Derecho de la UAM), un procedimiento que “no prevea mecanismos para conjurar [los conflictos de intereses] no puede aceptarse”. Y es que parece injustificable que en la Comisión de Profesorado del Rectorado, diseñadora de los criterios, participen miembros de la comunidad universitaria que están o estarán involucrados en posibles procesos de promoción. Este hecho podría suponer la anulación de todo el procedimiento al haber quedado comprometidas la imparcialidad, objetividad y transparencia requeridas. Estamos a vuestra plena disposición para remitiros cualquier información o documentación que consideréis oportuna.
En cuanto a los nuevos criterios, hay que indicar que producen una clara discriminación para un gran número de candidatos, en particular, los que cuentan con una mayor trayectoria investigadora y docente. Los nuevos criterios no están objetivamente justificados, generando dudas razonables sobre su plena adecuación a la normativa aplicable, tanto por su elaboración como por contenido.
a) El criterio de la “antigüedad en la acreditación” ha perdido muchísimo peso con respecto a la anterior convocatoria, cuando es un criterio objetivo y el único que se tiene habitualmente en consideración por el resto de las Universidades españolas para el acceso a cátedra. Su puntuación se ha reducido a la mitad, pasando de 20 a 10 puntos.
b) En el criterio de la “docencia”, el programa Docentia es el único elemento que se tiene ahora en cuenta para evaluar la calidad de la docencia, y ha pasado de 4 a 30 puntos. Con este nuevo modelo basado en un programa que comenzó en 2007, se impiden otras vías para demostrar la calidad de la docencia y se ignora la docencia impartida con anterioridad a ese año ¿Por qué un programa voluntario como Docentia tiene ahora esa relevancia exagerada? ¿Por qué los tradicionales quinquenios de docencia han desaparecido de los criterios de valoración? Además, la UAM no utiliza el criterio de Docentia para conceder los quinquenios. Este nuevo criterio, con esa valoración, es un despropósito difícilmente justificable.
c) En cuanto a la “investigación”, sólo se computan los sexenios a partir del 3º obtenido, y al que solo se le darán 3 puntos. Es decir, 12 años de investigación evaluados positivamente carecen de relevancia para el nuevo modelo de criterios. ¿Cómo se explica que la investigación, que es referencia de la excelencia en la UAM, pase a ser tan irrelevante?
d) Y en cuanto a la “gestión”, su valoración ha dado un salto gigantesco. Es un criterio que debería tener un peso muy inferior a la investigación y a la docencia, en consonancia con los criterios de acreditación. Ha pasado de 10 a 40 puntos. Desde luego, que no se tengan en cuenta los cargos desempeñados fuera de la UAM parece arbitrario. Y sorprendentemente, algún cargo de gestión ha pasado a “saturar” a los 3 puntos cuando antes no lo hacía. ¿Por qué ha pasado a saturar? ¿y por qué lo hace a los 3 puntos y no a los 6 o 9 puntos? Es un cambio sustantivo que tiene una evidente tacha de invalidez.
Por todo ello, aprovecho este e-mail para solicitarte como miembro del Consejo de Gobierno que, por favor, consideres la no aprobación de los nuevos criterios y que se mantengan los existentes. Y si se aprobaran los nuevos criterios, que se haga con una moratoria, abriéndose un debate al respecto en la comunidad universitaria, y aplicándose a la actual convocatoria los criterios ya existentes.
Considero que esta decisión sería la más acertada para nuestra Universidad con el fin de evitar posibles nuevos recursos (los nuevos criterios para promocionar a Profesor Titular ya han sido objeto de un recurso contencioso-administrativo), y para que exista el diálogo abierto, reflexivo y con la transparencia que siempre ha caracterizado a nuestra UAM.
Muchas gracias,
Un cordial saludo,
Marcos González Sánchez
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