lunes, 9 de diciembre de 2013

Sobre la interpretación

El desafío… está en evangelizar la síntesis, no ideas o valores sueltos. Donde está tu síntesis, allí está tu corazón
Si un texto fue escrito para consolar, no debería ser utilizado para corregir errores; si fue escrito para exhortar, no debería ser utilizado para adoctrinar; si fue escrito para enseñar algo sobre Dios, no debería ser utilizado para explicar diversas opiniones teológicas; si fue escrito para motivar la alabanza o la tarea misionera, no lo utilicemos para informar acerca de las últimas noticias…
Es verdad que, para entender adecuadamente el sentido del mensaje central de un texto, es necesario ponerlo en conexión con la enseñanza de toda la Biblia, transmitida por la Iglesia… Así se evitan interpretaciones equivocadas o parciales… Pero esto no significa debilitar el acento propio y específico del texto que corresponde predicar. Uno de los defectos de una predicación tediosa e ineficaz es precisamente no poder transmitir la fuerza propia del texto que se ha proclamado
La sencillez y la claridad son dos cosas diferentes. El lenguaje puede ser muy sencillo, pero la prédica puede ser poco clara. Se puede volver incomprensible por el desorden, por su falta de lógica, o porque trata varios temas al mismo tiempo.

3 comentarios:

Francisco J. Martínez Segovia (Francis) dijo...

Hola Jesús, perdona, ¿esto es del Papa actual?

JESÚS ALFARO AGUILA-REAL dijo...

Sí. De la encíclica

Francisco J. Martínez Segovia (Francis) dijo...

No es de extrañar que haya buenos textos en los exegetas de los textos bíblicos, dada la larguísima tradición en desvelar el verdadero sentido de la palabra dada... imaginemos qué sería si llevásemos dos mil años haciéndolo con el Código de comercio!!! (bueno... ¿sería insufrible, ahora que lo pienso!).
Igualmente, recuerdo que cuando hablé una vez con un catedrático de D. Penal hablar sobre la responsabilidad civil derivada del delito me dijo, ufanamente, que lo mejor sobre eso lo habían escrito los penalistas, precisamente, invocando razones milenarias en el desbroce de la esencia de la institución.
Bueno, la mayoría de las veces la historia sí sirve, pero no es una ecuación exacta ni una garantía de fiabilidad absoluta.
Cordialmente,

Francisco Mtez. Segovia
@fjmsegovia

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