Hay un triángulo famoso sobre la desigualdad de sexos en cuyo vértice superior pero también en su base hay hombres. Las mujeres ocupan todo el espacio intermedio. Parecería que el feminismo se ocupa mucho más de asegurar que las mujeres comparten con los hombres el espacio en el vértice que de garantizar que los hombres más vulnerables pueden escapar de la base del triángulo que incluye la mayor tasa de abandono escolar, los trabajos más desagradables, altos niveles de suicidio y adicciones, sinhogarismo etc. (falta solidaridad masculina a este respecto). En este trabajo se explica que las mujeres obtienen trabajos más satisfactorios que los hombres cuando se tienen en cuenta las "condiciones no económicas" de los mismos (Vanessa Burbano et al. The Gender Gap in Meaningful Work, Management Science, forthcoming): las mujeres perciben su trabajo como más enriquecedor que los hombres.... Hay poca correlación entre esa percepción y las decisiones del mercado laboral relacionadas con la paternidad o la infrarrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo. En cambio, la brecha de género parece estar altamente correlacionada con la clasificación de más mujeres en ocupaciones con un alto nivel de impacto prosocial. Aunque tanto las mujeres como los hombres perciben estos trabajos como más enriquecedores y satisfactorios, las mujeres lo hacen por un margen mayor". Esta mayor satisfacción que experimentan las mujeres compensa la brecha salarial por sexos a favor de los hombres en los trabajos peor pagados pero no en los trabajos mejor remunerados. O sea que se refuerza la impresión de que la aristocracia masculina sigue gobernando el mundo (quizá inevitablemente porque la psicología resultado de la Evolución lleva a los hombres a competir más intensamente que las mujeres) pero que los siervos son también, mayoritariamente, hombres.
Los muros en las fronteras no reducen el flujo de refugiados
Consilium hostis. Nuestro periodista metido a intelectual de guardia sugiere al PP que se centre "mucho más en el aspecto propositivo de la tarea de la oposición". Porque atacar sin cuartel al PSOE no le va a dar buenos resultados. ¡Qué insistencia de los perfectos progresistas españoles en aconsejar al PP que no se enfrente al PSOE! Busquen en la columna de este señor consejos al PSOE y a los progresistas españoles. Busquen ruegos de que vuelvan a la senda constitucional y abandonen los pactos con los fascistas-nacionalistas. Busquen sugerencias al PSOE para que abandone las políticas de izquierdas (que satisfacen a su clientela pero perjudican a España y reducen el crecimiento económico). Verán como no los encuentran. Feijóo hará bien en no escuchar del enemigo el consejo. Porque hace mucho que no se puede presumir la buena fe de esta gente. El periodista-filósofo compara al gobierno conservador británico con el gobierno de Pedro Sánchez. Como si conservadores británicos se hubieran aliado con los ex-terroristas, con los separatistas para gobernar contra la oposición laborista. Como si los conservadores estuvieran poniendo en vigor norma tras norma que reduce la capacidad de crecimiento de la economía británica. Vean el último editorial de EL PAÍS dando consejos a la oposición. La trampa argumental la descubre incluso un titulado superior con carrera Mickey Mouse. El editorialista utiliza los argumentos jurídicos expuestos por los catedráticos progresistas contra la propuesta de ilegalizar a partidos golpistas, para dirigirlos contra la propuesta, absolutamente sensata y plenamente constitucional de incluir en el Código Penal un delito de "deslealtad constitucional" que sustituya al derogado sin sustitución delito de sedición. Se ve que los perfectos progresistas españoles han perdido la vergüenza. ¡ah! Como siempre, no es que la idea de amnistiar a golpistas sea contraria a la moralidad pública. Es que no se ha explicado bien: lo que hay que hacer no es presentar enmiendas a la totalidad y propuestas que van en la dirección contraria a la del Gobierno (que ha dejado inerme al Estado de Derecho frente a los golpistas nacionalistas porque dar golpes de estado no violentos carece de sanción penal), sino "celebrar un debate profundo en el Congreso... para que el Gobierno defendiera y explicara su polémico posicionamiento en este terreno".
Siguiendo con los consejos de terceros, Arnold Kling sobre los consejos de las consultoras de recursos humanos: "La forma más fácil de que tu preocupación por el bienestar de tus subordinados sea sincera es contratar a personas que te gusten (lo suficiente como para que temas perderlos). Y esa es en realidad una regla bastante buena. Pero necesitas un equipo con talentos diversos, por lo que es importante que te gusten diferentes tipos de personas". O, como dice Fernando Alfaro en su decálogo de la gestión de la innovación, tienes que "querer al diferente".
Esto parece una buena idea o una idea horrible.
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