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Yahveh decidió destruir Sodoma y Gomorra por sus pecados y Abraham quiso salvarlas apelando a que no se puede hacer pagar a justos por pecadores. Dios le respondió que si había diez justos, perdonaría a las ciudades enteras. No los había y las ciudades fueron destruidas.
El PSOE ha de ser destruido. No parece que queden diez justos en su estructura orgánica. Es imposible que cualquiera que haya pasado por el Consejo de Ministros con Sánchez no estuviera al tanto de algunas de las graves injusticias cometidas por personajes como Ábalos, Armengol, Illa, Delgado, Marlasca, Montero, Alegría, Rodríguez, Calviño, Isabel Celaá, aquella maestra de inglés que también fue portavoz del gobierno, Calvo, Escrivá...
Todos, desde el presidente hasta el último secretario de Estado, son cómplices de la mentira sistemática a los ciudadanos. Es el gobierno que siempre miente, que tapa una mentira con otra, con otra y con otra. Y todos los ministros han asentido a la mentira. La han reproducido y extendido y han justificado y aplaudido al mentiroso hasta quemarse las manos.
Lo del viaje de Delcy demuestra que el Gobierno de España ha puesto a disposición de una mafia los medios del Estado. Nos falta saber si hemos facilitado el asesinato de algún opositor venezolano, marroquí o ruso. Nada es imposible a la vista de la falta de escrúpulos de Pedro Sánchez y todos los que se han beneficiado de algún cargo político con él. La ignorancia respecto de la catadura moral de Sánchez es inexcusable.
Entre los mandamientos de la Iglesia para obtener el perdón de los pecados está el "decir los pecados al confesor". Si cualquiera de los que han ocupado cargos políticos con Sánchez quiere obtener la absolución, debería confesar públicamente lo que sabe. Aunque ahora esté ocupando un cargo en alguna institución europea o internacional. Pero no lo harán por lo que pueda salpicarles personalmente, lo que confirma que no quedan diez justos en el PSOE. En todos estos años no hemos conocido ni un solo caso de dimisión 'ruidosa'.
El PSOE debería ser destruido por los votos de los españoles. Como lo fue el partido socialista italiano, el griego y el francés. Llevan la mentira y la corrupción en sus entrañas. Solo ha hecho falta para revelarlo, entregar el mando a alguien de escasa inteligencia y menos escrúpulos. El problema es que el pueblo español se ha contagiado de la degradación institucional. Los españoles siguen maltratando a los pobres y privilegiando a los ricos; justificando la mentira y disculpando al asesino. Porque peor sería que gobernase la derecha.
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