jueves, 9 de enero de 2020

Lecciones para un joven científico


Edward O. Wilson tiene un libro con un título parecido. Martin Rees ha publicado un breve artículo sobre la cuestión en Nautil.us. Estos son algunos párrafos del mismo
E.O. Wilson afirma q para ser bueno en la Ciencia es mejor no ser demasiado brillante. Existe un riesgo de aburrimiento... las "mentes de saltamontes"- pueden encontrar un empleo más feliz en Wall Street que en un laboratorio
"Sólo los genios (o los chiflados) se ocupan directamente de las cuestiones más importantes y fundamentales. Multiplica la importancia del problema por la probabilidad de que lo resuelvas y maximiza el producto"
Wilson tiene un cociente intelectual de 122. Como “proxy” sobre la importancia de un problema se puede utilizar su interés intelectual y la dedicación de los que vinieron antes que nosotros a la cuestión. Es difícil que sea relevante un problema al que los “gigantes” que nos preceden no hayan prestado atención. Continúa Rees
"nuestra comprensión de los asuntos cotidianos que nos interesan a todos, la dieta o la educación, por ejemplo- sigue siendo tan escasa que los consejos de los "expertos" cambian de un año a otro. Pero no es paradójico que hayamos comprendido algunos fenómenos cósmicos arcanos mientras nos desconciertan las cosas cotidianas. Lo que nos desafía es la complejidad, no el mero tamaño. El insecto más pequeño está estructurado de manera mucho más intrincada que una estrella o una galaxia, y ofrece misterios más profundos" 
"los científicos, especialmente los teóricos, no mejoran con la edad, se queman... aunque hay excepciones de "florecimiento tardío", hay pocos científicos cuyos últimos trabajos sean los más grandes de su carrera" 
"La Ciencia es una cultura verdaderamente universal. Nuestras habilidades (a diferencia de las de un abogado) son transferibles en todo el mundo. Por eso los científicos pueden traspasar las fronteras de la nacionalidad y la ideología con mayor facilidad que otros grupos" 
"Conforme nos hagamos más ricos y con más tiempo libre y gracias a las tecnologías de la información, millones de individuos pueden convertirse en científicos aficionados reduciendo la importancia de las Universidades. Si son un nº suficientemente elevado aumentará la importancia de los científicos independientes al nivel que prevalecía antes del siglo XX, y quizás mejorará el florecimiento de las ideas genuinamente originales que el mundo necesita para un futuro sostenible"


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