Homúnculo. Manuel Millares. Fundación Banco Santander
En Market Street Associates v. Frey, la finalidad de la opción era asignar diversos riesgos relativos al valor futuro de la propiedad y a la financiación de las mejoras. El juez Posner sostuvo correctamente que la opción no podía utilizarse para aprovecharse de la desatención momentánea de la otra parte a los términos del contrato.
J.C. Penney Company había vendido un inmueble a General Electric Pension Trust, que la arrendó de nuevo a J.C. Penney con una opción de recompra por el doble del precio de compra. J.C. Penney sólo podía ejercer la opción si, tras solicitar al Trust que estudiara la posibilidad de refinanciar mejoras en el inmueble, las partes no llegaban a un acuerdo.
J.C. Penney cedió el contrato de arrendamiento a Market Street Associates. El socio colectivo de Market Street Associates se puso en contacto con el Trust para tratar la financiación de mejoras en el inmueble. No mencionó la opción, y cuando el Trust indicó que no estaba interesado, intentó ejercerla. Según Posner, Market Street Associates se aprovechó "deliberadamente de un descuido de [su] contraparte en relación con [sus] derechos en virtud del contrato".
Dice James Gordley, siguiendo a Gerhard, que Market Street Associates (MSA) ejerció su opción en contra de las exigencias de la buena fe. Para que dicho ejercicio fuera conforme con la buena fe hubiera sido necesario que hubieran existido negociaciones reales y efectivas sobre las mejoras y que éstas no hubieran conducido a un acuerdo. Y, sobre todo, que MSA hubiera advertido a JC Penney que consideraría la negativa a financiar las reformas como conducta legitimadora del ejercicio por su parte de la opción.
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