jueves, 2 de septiembre de 2021

"¿Cuál es la manera más eficaz de inducir a los jóvenes más inteligentes para que sean cien veces más ambiciosos al principio de sus carreras?"



"¿Cómo evaluarías la capacidad de otras personas para ser grandes "evaluadores de talento"?
  Me fijo bastante en lo bien que entienden la música, las artes o cualquier otro aspecto de la cultura que les interese"

En este post se explica el éxito de Emergent Ventures, una iniciativa de Tyler Cowen en términos de coste-beneficio: es una iniciativa modesta (una obra casi de una sola persona) que trata de maximizar los resultados (beneficios para la humanidad de que se pongan en práctica “buenas ideas”) siguiendo unos pocos criterios muy sensatos. Creo que el post es de gran interés para cualquiera que se dedique a la selección de personal y a la evaluación y asignación de becas y financiación a proyectos de investigación o empresariales (es decir, prácticamente cualquiera que ocupe un puesto directivo). Como el artículo no es largo, me limitaré a extractar los aspectos que más me han llamado la atención.

La idea central es que – como San Agustín – lo que tiene que hacer el seleccionador es encontrar el “talento”, es decir, encontrar un depósito de talento y sacar de él algunos de los “peces” más inteligentes. La inteligencia del “pez” se deduce de la calidad de la propuesta que pretende financiación por parte de Tyler Cowen. Por tanto, Cowen no exige “solicitudes” de varias toneladas de peso ni acreditación de los méritos, ni copia de ninguna publicación o cartas de referencia (¿se lo apuntará la ANECA?) Sólo exige un breve escrito (no más de 1500 palabras) en el que se exponga la idea que se quiere llevar a cabo (por ejemplo, desarrollar un software que permita seleccionar, entre todos los que se encuentran en la cárcel en los EEUU aquellos que podrían ser puestos en libertad con un riesgo muy bajo para la población en general. El autor ha concluido que 44.000 presos podrían ser puestos en libertad – imaginen el ahorro de gasto público y, sobre todo, la mejora del bienestar para la Sociedad).

Otro rasgo que me ha llamado la atención es el de la frugalidad del proceso de selección. La existencia de Emergent Ventures solo la conoce quien siga “de cerca” las actividades de Tyler Cowen. No hay “convocatorias públicas” ni se hace publicidad. De forma que Cowen no recibe demasiadas solicitudes y, cabe barruntar, que los que solicitan la beca conocen bien a Cowen y su admiración por la inteligencia y el talento, de manera que se produce una fuerte “autoselección”: solo gente que se cree muy inteligente y que tiene una idea “rara” (si la idea es estándar lo suyo es que el mercado de capitales la financie y haga millonario a su autor) estará interesado en participar. Como hay pocas solicitudes, Cowen las puede gestionar personalmente y como es el dominus del negocio, no tiene que dar cuenta a terceros ni fortificarse detrás de toneladas de papeles que puedan convencer a un consejo de administración que le exija que rinda cuentas sobre la “diversidad” de los recipiendarios.

Tyler es un “polymath”, o polímata aunque él se define más modestamente como un devorador de información y datos. Esta enorme capacidad para absorber y procesar información de muy diversa procedencia le convierte en un excelente evaluador de la calidad de las propuestas aunque no sea un experto en el área en el que esa propuesta se pretende desarrollar.

Dice Tyler Cowen que se trata de “descubrir activos que están infravalorados”. Eso es lo que hace un mercado competitivo y el sistema de precios. Y nada está más infravalorado que lo que podría producir utilidad y no la está produciendo porque no existe todavía pero podría existir. En eso consiste la labor del descubridor de talento que financia proyectos que incorporan ese talento: en hacer realidad proyectos valiosos “adquiriéndolos” cuando el mercado todavía no le ha asignado el precio que corresponde a su utilidad marginal.

Otra característica de Emergent Ventures que llama la atención es que se fija en un “nicho” del mercado. No compite con los grandes financiadores de proyectos – públicos o privados, fundaciones o capital-riesgo – ya que la cuantía de las becas es pequeña. Digamos que Tyler se fija en un ámbito de la demanda de financiación donde el impacto de la inversión puede ser mayor: gente muy joven, con talento y una buena idea. Darle unos pocos miles de dólares – dice el artículo – es una forma de inducir al recipiendario a que eleve sus ambiciones. El autor cita a Cowen

"En momentos decisivos, puedes elevar significativamente las aspiraciones de otras personas, especialmente cuando son relativamente jóvenes, simplemente sugiriéndoles que hagan algo mejor o más ambicioso de lo que podrían tener en mente... Esto es, de hecho, una de las cosas más valiosas que puedes hacer con tu tiempo y con tu vida".

Lo de desentrañar códigos culturales y la utilidad de aprender a comprar arte no lo entiendo bien aunque es posible que donde más claramente se nos muestre si alguien es talentoso es al examinar una obra artística creada por ese individuo (un cuadro, una novela, un baile, una canción o una película)

Recuérdese: no hay límites a las economías de escala en la producción de ideas o, como dice David Deutsch, todo lo que necesitas es conocimiento (y la gente talentosa es la que produce conocimiento). Es el comienzo del infinito.

Tony Kulesa, Tyler Cowen is the best curator of talent in the world, 2021

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