Ilya Repin Russia 1844-1930
Milanovic dice algo interesante en su libro Capitalism Alone (pp 158-159)
La desigualdad mundial de oportunidades no se considera en general un problema, y mucho menos un problema que necesite una solución. Dentro de los Estados-nación, muchas personas consideran que la transmisión intergeneracional de la riqueza adquirida por la familia es algo objetable; pero entre las naciones, la transmisión intergeneracional de la riqueza adquirida colectivamente no se considera un objeto de preocupación.
Es creciente, en efecto, el número de gente que pide una elevación y generalización de los impuestos de sucesiones ya que se considera el mayor atentado contra el principio de igualdad de oportunidades por lo que incluso liberales meritocráticos están a favor de este tipo de imposición aunque, lógicamente, la adquisición de la misma por los causantes ya fue gravada. Sin embargo, a nadie se le ha ocurrido que la recaudación de ese impuesto se reparta entre todos los pobres de la tierra y no sólo se convierta en gasto público o transferencias a favor de los pobres de la nación de la que es ciudadano el causante. Añade Milanovic que
Esto es interesante porque los vínculos de los individuos con su familia son más estrechos que sus vínculos con una comunidad entera, y uno podría pensar que la transmisión de la riqueza familiar a través de las generaciones podría ser vista como menos objetable que la transmisión de la riqueza social a través de generaciones de individuos sin parentesco entre sí. La razón por la que no se vea la contradicción parece radicar en una diferencia crucial, a saber, que en el primer caso, cuando la transmisión intergeneracional de la riqueza tiene lugar dentro de la misma comunidad, los individuos pueden comparar fácilmente sus posiciones entre sí, y se enfadan ante la injusticia; en el otro caso, la desigualdad es internacional, y los individuos no pueden compararse fácilmente a sí mismos o tal vez no les interese hacerlo (o al menos, los ricos no lo hacen). La distancia, como señaló Aristóteles, a menudo hace que la gente sea indiferente a la suerte de los demás....
En definitiva, aplicamos un “nacionalismo metodológico”, esto es, “damos por aceptable la posición según la cual la igualdad de oportunidades se aplica y se estudia sólo dentro de una nación-estado”
Probablemente hay una buena razón evolutiva para este “sesgo metodológico”: el nivel de desigualdad que un grupo acepta entre sus miembros forma parte del núcleo duro de las decisiones que se adoptan colectivamente. Y para tomar una decisión colectiva, lo primero es definir al grupo. La nación-Estado es la forma intuitiva y natural de definir el grupo relevante a efectos de medir y adoptar medidas respecto a la igualdad entre sus miembros. Los individuos son iguales ante la Ley, es decir, el marco de referencia de la igualdad es el territorio y las instituciones del Estado-nación tal como es definido por el Derecho internacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario