lunes, 30 de diciembre de 2019

Kirzner aplicado a los faros de Coase


Wikipedia

En el artículo que se cita al final de esta entrada, se explica cómo Kirzner demostró que uno de los mayores costes de la regulación pública de un mercado era que impedía que los particulares – los emprendedores – buscaran, movidos por el ánimo de lucro, los mecanismos eficientes para resolver los fallos del mercado. En el caso de los faros, éstos eran privados en Inglaterra y Gales hasta bien entrado el siglo XIX, cuando fueron nacionalizados con dos “excusas”. La primera, que la provisión privada de los servicios de iluminación marítima impedía privar del servicio a los barcos que no quisieran contribuir a su mantenimiento lo que conduciría a su infraprovisión por el mercado. Pero como explicara Coase en su famoso artículo sobre los faros que un bien sea público no excluye su provisión privada. Basta con que haya un número suficiente de consumidores que tengan incentivos y disposición a pagar, aunque haya otro gran número de consumidores que obtienen el producto o servicio gratuitamente. Y el hecho es que, hasta el siglo XIX, la provisión de los servicios de iluminación por faros era privada. La segunda, que siendo un bien – la iluminación – que se presta en régimen de monopolio “natural” (no tiene sentido que haya dos faros en el mismo emplazamiento), la obtención de rentas monopolísticas es inevitable de modo que su nacionalización permitiría reducir los precios.

Lo que los emprendedores habrían de resolver es – nos dicen los autores – ¿cómo excluir del disfrute del servicio de iluminación a los que no contribuyen a su provisión – a los gorrones –? y ¿cómo inducir la entrada a ese mercado para reducir las rentas monopolísticas?

En Inglaterra, la institución encargada de – hoy diríamos – la regulación de la marina mercante era la Trinity House. Y entre sus competencias estaba la de los faros. Fundada en el siglo XVI, en el XVIII ya tenía la exclusiva en la construcción y mantenimiento de los faros. Era una corporación gremial. Con todas las consecuencias en términos de erección de barreras a la entrada de las actividades reguladas que eso supone. En el caso de los faros, la Trinity House daba licencias para construcción de faros a sus propios miembros, naturalmente restringiendo su número a aquella cifra que los hiciera rentables. Tan rentables como para pagar el canon a la Trinity House y hacer rico al que lo operaba.

El “regulador” era el que operaba los faros. Así que pueden imaginarse los incentivos para mejorar el servicio y reducir su coste para los usuarios. Pero su monopolio y sus incentivos llevaban a la Trinity House a una conducta aún más dañina: impedir la innovación privada en la provisión de los servicios. Impedir que los particulares resolvieran por sí mismos el fallo de mercado. Así ocurrió con el “faro flotante” de Nore:
El Nore, punto de entrada del río Támesis hacia el puerto de Londres, era conocido por sus traicioneros bancos de arena en los que a menudo naufragaban los barcos. Y, precisamente debido a estos bancos de arena, fue imposible construir un faro que fuera eficiente dadas las tecnologías de la época. Aunque The Trinity House había colocado una boya en el Nore, servía de poco en la oscuridad y en el mal tiempo. Además, como los bancos de arena cambian de posición de un año para otro, las cartas de navegación resultaban poco fiables. Como resultado, a medida que el comercio marítimo comenzó a aumentar durante el siglo XVIII, el coste para los armadores en términos de tiempo y la pérdida de ingresos aumentó, ya que a menudo los barcos que navegaban por el estuario de noche preferían echar el ancla hasta que se hiciera de día antes que correr el riesgo de naufragar. En 1679 y 1724, los empresarios privados habían propuesto a la Trinity House amarrar un barco equipado con linternas de alta calidad que actuaría como "un faro flotante" pero la Trinity House rechazó su propuesta. 
En 1731, David Avery y Robert Hamblin… solicitaron a la Corona una patente para una innovación que pretendía distinguir las diferentes luces entre sí. En secreto, botaron un buque faro experimental de 19 toneladas en el Nore en agosto de 1731 y, tras el éxito del experimento, botaron uno de 100 toneladas. Basándose en gran medida en suscripciones públicas y en las contribuciones voluntarias recaudadas en los diferentes cafés londinenses (en particular las frecuentadas por aseguradores y comerciantes involucrados en el crucialmente importante comercio del carbón), lograron hacer sus actividades lo suficientemente rentables como para anunciar la construcción de dos buques faro adicionales frente a las costas de Cornualles (sudoeste de Inglaterra) y East Anglia (frente a la costa este central de Inglaterra). 
El nuevo servicio era más barato de operar que un faro y, por lo tanto, las tarifas propuestas eran menos de la mitad de las que cobraban los faros que operaban dentro del sistema tradicional. También… establecieron un sistema de discriminación de precios.
Avery y Hamblin fueron demandados por infringir el monopolio de la Trinity House y perdieron pero se les dejó explotar sus buques-faro en forma de arrendamiento, esto es, pagando una tasa a la Trinity House. Salieron ganando porque, enmarcados en el monopolio, pudieron subir los precios.

El resultado para los consumidores es malo. Un monopolista que no tiene incentivos para proporcionar a los usuarios lo que ellos quieren (no incrementa su oferta) y cuando un nuevo entrante logra satisfacer una demanda de los usuarios con una innovación a mejor precio y con más calidad que el monopolista, éste, apoyado en la protección de su mononpolio que le otorga el sistema jurídico, lo integra en su sistema y reparte con él las rentas monopolistas, rentas que crecen para reflejar la mejora de la oferta (el ahorro de costes de los usuarios derivados de la instalación del buque-faro).

Lo importante, diría Kirzner, es que demos una oportunidad a los mercados para que resuelvan, por sí mismos, los fallos que reducen el bienestar de los consumidores antes de apresurarnos a imponer una regulación o un régimen monopolístico de provisión de los bienes y servicios

Candela, Rosolino and Geloso, Vincent, Market Theory and the Lighthouse System (July 25, 2018).

No hay comentarios:

Archivo del blog