martes, 14 de marzo de 2023

Hoy, como hace 100 años, cuando los populismos gobiernan, la seguridad jurídica desaparece

 „Recht ist, was dem deutschen Volke nützt“ 

Uno de los rasgos más característicos de la literatura jurídica en la época del nacionalsocialismo fue la marcada preferencia por las palabras pomposas y las frases sonoras. En todas las ramas del derecho, incluso en ámbitos tan intrínsecamente sobrios como el derecho civil, el derecho mercantil y el derecho económico. En cada ocasión, por ordinaria que fuera la actividad cotidiana, se hablaba del bienestar del pueblo alemán como ley suprema, del bien común que debía primar sobre el interés propio, de la sangre alemana, del suelo alemán, del honor alemán, de la lealtad alemana, de la comunidad y del espíritu de comunidad, de un sano sentido del pueblo y de la conciencia del pueblo, y de cualquier otro lema.

También era la época de las cláusulas generales. El legislador se abstenía de examinar y regular minuciosamente supuestos de hecho singulares y se contentaba con una directriz general compuesta por bonitos eslóganes. Los preámbulos de las leyes, que se hicieron comunes en esta época, ofrecen ejemplos especialmente claros de ello. No cabe duda de que la nitidez y claridad de los conceptos jurídicos sufrieron bajo el torrente de frases. Es un hecho sorprendente, hasta ahora poco advertido, pero difícilmente negable, que el nacionalsocialismo, que tan fácilmente presumía de su fuerza y dureza, trajo consigo, al menos en el ámbito del derecho privado, un debilitamiento del pensamiento, un pensamiento jurídico emotivo, poco claro y, como consecuencia, inseguridad jurídica y arbitrariedad.

Sin embargo, los planteamientos en esta dirección ya estaban presentes con anterioridad. Hedemann ya acuñó la palabra en relación con la proliferación de cláusulas generales en un artículo publicado en 1933, pero escrito antes de la toma del poder por Hitler: ‘Si las cosas continúan así, si los que ostentan el poder someten también el derecho civil y penal a su arbitrariedad con cláusulas generales demasiado amplias, entonces "Bizancio se levanta y los signos apuntan a la decadencia". Hedemann no pudo resultar más profético

Alfred Hueck, Der Treuegedanke im modernen Privatrecht, 6 de septiembre de 1946

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sr. Alfaro, necesito saber si un socio en una asociación sin ánimo de lucro, con un expediente abierto de expulsión, tiene derecho a votar.
Muchas gracias.

Archivo del blog