martes, 25 de julio de 2023

Ignatieff sobre Berlin



“El estado de bienestar británico fue una creación híbrida no de dos, sino de tres adversarios hermanos (liberalismo, socialdemocracia y conservadurismo), que se combinaban en una síntesis transformadora pero inestable de posguerra… Cuando, en la década de 1970, los conservadores y algunos liberales llegaron a creer que la socialdemocracia estaba estrangulando la libertad por el bien de la igualdad, surgió el espacio intelectual para la contrarrevolución de Thatcher…

La igualdad significaba democracia y para Mill, Tocqueville y Constant, el desafío para el liberalismo era domar el gobierno mayoritario de las masas con la fuerza contramayoritaria de las instituciones liberales: los derechos individuales, el estado de derecho y una prensa libre… Pero en el siglo XX, después del estalinismo, el nazismo, el exterminio y la guerra, el desafío de ser liberal, entendió Berlín, era luchar por la libertad individual sin ninguna certeza de que la historia era tu aliado…

Berlin apoyó la descolonización, pero era escéptico de que terminara tan bien. Lo que muchos estados africanos recién independientes querían no era una democracia que respetara los derechos, sino el derecho a gobernarse a sí mismos, que a menudo terminaba en tiranía…

… obligado a exilarse tras la Revolución Rusa, entendió la fuerza del anhelo de un hogar propio. Esto lo convirtió en el que no despreciaba el nacionalismo como sinónimo de fanatismo. Era sionista porque sabía lo que era estar a merced de personas que te odian”…

“El de Berlin es un liberalismo histórico que no cree qe los humanos sean racionales, sino criaturas frágiles y falibles que no pueden olvidar los agravios, ni perdonar a los opresores…. Y que han de elegir entre justicia misericordia, libertad y orden y cuyas decisiones se toman dominados por las pasiones…

Al devolver el liberalismo a la historia, también devolvió el liberalismo a los seres humanos divididos que realmente somos… La política era una batalla entre intereses en competencia, pero también una batalla dentro de cada uno de nosotros por los valores en disputa…

Todo este oscuro énfasis en la tragedia en la elección política, en la división humana y en la certeza de que no podemos tener todas las cosas buenas que deseamos contrasta con los idiomas políticos dominantes que se ofrecen actualmente a la venta en Occidente… un pensador mira el mundo tal como es, no como nos gustaría que fuera. Berlín nos describe como somos…. la libertad es prioritaria porque sólo ella respeta la realidad de nuestras almas divididas y el conflicto irremediable entre nuestros objetivos y valores. La igualdad va segunda

Michael Ignatieff, Isaiah Berlin and the promise of freedom, Prospect, 2023

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