domingo, 6 de junio de 2021

David Deutsch en Conversations with Tyler sobre multiversos, democracia, instituciones y sistema mayoritario

En su conversación con Tyler Cowen David Deutsch dice muchas cosas interesantes y he seleccionado tres. La primera se refiere a la plausibilidad de que existan innumerables universos (multiverso). Para poder siquiera “concebir” la idea de que haya múltiples universos paralelos, Deutsch hace una analogía económica. Los bienes tienen un valor distinto para nosotros como consumidores en función del momento. Es decir, un bien en un momento determinado vale, para nosotros, menos o más que en otro momento. Podemos decir que cada decisión económica (de comprar un bien, el mismo bien) se toma en un universo distinto cuando se toma en dos momentos distintos:

Cuando tomas una decisión económica, estás acostumbrado al hecho de que algo que compras, algunos bienes, tienen un valor diferente en diferentes universos, es decir, en diferentes momentos. Incluso para el mismo ‘TÚ’. Puede que tú seas un poco diferente, pero incluso si no eres muy diferente, el valor para ti de algo puede ser muy diferente hoy que mañana.

y pone un ejemplo brutal: una bombona de oxígeno

Por ejemplo, el oxígeno, si estás gravemente enfermo de COVID, tendría un valor diferente. La mayoría de las cosas cambian su valor gradualmente con el tiempo. Tú cambias gradualmente con el tiempo.

esta analogía la había leído ya antes – no en este contexto sino – en el contexto del seguro. Rubin explica la eficiencia del seguro en términos parecidos. El dinero tiene un valor para cada individuo, para el mismo individuo, muy diferente en función de las circunstancias. Y ahí es donde entra el seguro: el individuo entrega dinero a la compañía de seguros (prima) en los estados del mundo en el que el dinero vale “poco” para él (porque su casa está en pie y puede disfrutar de su uso) y recibe dinero (la cantidad equivalente actuarialmente a la prima pagada) cuando el dinero vale “mucho” para él (porque su casa se ha incendiado y tiene que reconstruirla). Deutsch dice

Es exactamente lo mismo en diferentes universos. En diferentes universos, valoras diferentes cosas. En algunos universos, eres tan diferentes que no vale la pena seguir llamándote TÚ.

Lo que dice sobre la democracia es extraordinariamente brillante: una democracia es exactamente igual a una monarquía o a una tiranía excepto que “el monarca o el tirano son el 51 % de la gente”. Y, le resulta “obvio” que el 51 % (si fuera un solo individuo) votaría por quedarse con todo lo que tenga el 49 %. Deutsch dice que eso pasaría si la única regla para tomar decisiones en ese grupo humano fuera la democrática. Pero que no sucede porque el voto mayoritario se instituye “como parte de un sistema sofisticado de corrección de errores y de instituciones” que permiten la crítica de las reglas e instituciones vigentes. Y, en ese marco, la adopción de decisiones por mayoría no conduce a la apropiación por el 51 % de todos los bienes del 49 %. Y la pregunta:

¿el 51 por ciento de la gente tiene derecho a despojar de sus bienes al otro 49 por ciento?"

Es una pregunta “equivocada”. ¿Por qué? Porque hay circunstancias en que la respuesta es afirmativa. Es decir, que la mayoría puede limitar la libertad de los que piensan distinto. Por tanto, hay que cambiar la pregunta y hacerse estas otras:

“¿Qué instituciones determinan la respuesta sobre lo que puede hacer la mayoría? ¿Respetan los derechos humanos? ¿Son racionales? ¿Esperan que formas imposibles de conocimiento estén en manos de los poderosos? "

Esta defensa de las instituciones como almacenes de conocimiento tácito, de conocimiento colectivo, como mecanismo de corrección de errores de la acción colectiva en una sociedad le lleva a ser conservador en lo que se refiere a su sustitución o eliminación. Las instituciones han de reformarse y las reformas han de ser graduales porque esa es la forma más eficaz de “corregir errores”.

Y, en la parte final, hace una defensa extraordinaria del sistema electoral mayoritario en la línea de la de su maestro Popper. Recordemos. Popper decía que el sistema electoral mayoritario (el país se divide en circunscripciones electorales uninominales de modo que es muy fácil que un partido consiga la mayoría absoluta y son menos necesarias y frecuentes las coaliciones que en un sistema proporcional) era el más eficaz para tener gobiernos malos el menor tiempo posible, porque facilitaba que el partido de la oposición sustituyera al gobierno ineficaz o dañino. En un sistema proporcional, el “mal” gobierno podía permanecer, simplemente, cambiando a los compañeros de coalición.

Pues bien, Deutsch elabora la explicación de Popper y añade que el sistema mayoritario es “el sistema electoral que mejor corrige los errores” (“aunque… el sistema electoral es solo un aspecto dentro del conjunto de las instituciones de crítica y consentimiento de los gobernados… es solo un aspecto pequeño pero es el mejor”).

¿Y por qué es mejor que el sistema proporcional como el español? Esto es, por qué un sistema mayoritario es mejor que un sistema en el que la circunscripción electoral es plurinominal y en cada provincia se elige a una pluralidad de diputados y en algunas como Madrid se elige hasta 33 lo que da oportunidad a que haya más de dos partidos por regla general con representación parlamentaria y que los gobiernos sean generalmente coaliciones.

Precisamente porque en el sistema mayoritario los gobiernos de coalición no son frecuentes:

La representación proporcional tiene el defecto de provocar coaliciones todo el tiempo. Los gobiernos de coalición son malos

A eso le repone Cowen el caso de Holanda, un país más rico que el Reino Unido y donde hay gobiernos de coalición todo el tiempo. La respuesta de Deutsch es magnífica:

No. [se ríe] Si empezamos a poner casos particulares, nos atascaremos en a qué causa atribuyes qué efecto. Porque poner ejemplos no es hacer experimentos. No hay un grupo de control ni un método acordado para decidir qué tratamos de probar y cuándo lo consideraremos probado. Y luego probamos diferentes cosas en diferentes momentos, y nunca bajo las mismas condiciones.

Lo importante, pues, a falta de evidencia empírica aplastante es que teóricamente – la mejor explicación disponible – el sistema proporcional genera más gobiernos de coalición que el sistema mayoritario y las coaliciones son malas. ¿Por qué los gobiernos de coalición son malos? De nuevo, la respuesta de Deutsch es magnífica. Ante el argumento de Cowen de que en una coalición los partidos se vigilan entre sí y los partidos tienen más información y son mejores vigilantes que los votantes, Deutsch repone

Pero no creo que sea cierto. No creo que sea un buen argumento que los partidos políticos sepan más, porque en una coalición, la energía de las negociaciones políticas o los argumentos políticos, de lo que los políticos hablan entre sí en el bar, en el pasillo, entre las sesiones, es todo sobre la forma. Se trata de hacer ofertas a cada miembro de la coalición para que acepte unirse a ésta. Eso hace que los partidos más pequeños sean más poderosos que los dos partidos principales. Provoca una proliferación de partidos.

El peor ejemplo es Israel, que, no por casualidad, tiene el sistema más proporcional del mundo. No me explico que consigan hacer algo alguna vez y que sean gobiernos muy efectivos en situaciones de crisis. Si fuera religioso, simplemente lo atribuiría a la intervención del Todopoderoso. No es el sistema político.

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