miércoles, 9 de junio de 2021

Tras las SPACs vienen las SPARCs



Cuenta Matt Levine – ya saben, nuestra fuente amiga para informaciones sobre las SPACs – que Pershing Square Tontine Holdings Ltd., una SPAC se va a dividir en tres (económicamente, no necesariamente jurídicamente):

Una, que es la que se va a fusionar con Universal Music Group BV y que distribuirá acciones de Universal a los accionistas de la SPAC.

Pero la SPAC tendrá todavía dinero en caja y, con ese dinero, tratará de hacer otra adquisición. Esta sería la segunda SPAC.

Y la tercera deriva de que Pershing Square va a emitir warrants, o sea, derechos a suscribir o adquirir acciones de la sociedad emisora (que ya no se llama SPAC sino SPARC para hacer referencia a que es un Special Purpose Acquisition Rights Company). Estos warrants darán derecho a los que los suscriban a comprar acciones de la SPAC cuando ésta haya llegado a un acuerdo con otra compañía para fusionarse con ella.

Los warrants se reparten entre los que suscribieron las acciones originales de la SPAC. Dice Levine que “parece algo bueno para los inversores, porque en lugar de entregar el dinero a los promotores y esperar dos años hasta que la SPAC encuentra una compañía con la que fusionarse, los inversores en una SPARC no ponen dinero hasta que la SPARC ha encontrado una compañía objetivo”.

El problema es que, llegado el momento – cuando los promotores encuentren una empresa que comprar que sea de su gusto – los inversores pueden no ejercitar sus derechos y los promotores pueden no tener el dinero disponible para realizar la adquisición.

La teoría es que si los accionistas de tu antigua SPAC quieren volver a colaborar contigo, pueden conservar sus warrants de SPARC y, eventualmente, aportar dinero a tu próxima operación; si no quieren, pueden vender sus warrants de SPARC a alguien que sí quiera apostar por tu próxima operación. Los derechos acaban en manos de entusiastas de tu obra, y luego, cuando anuncias un acuerdo, esos entusiastas pueden financiarlo… todo suponiendo que los warrants se regalan. 

Es curioso, pero pareciera que en 2021 estamos volviendo a 1610. Los administradores de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC) y, luego, los de la Compañía Inglesa (EIC) tenían el mismo problema: cómo convencer a los accionistas que habían invertido en el primer viaje de los barcos de la compañía a Asia para que invirtieran en el segundo, en el tercero etc. Esto es, cómo convertir a las “compañías de un solo viaje” que es lo que habían sido tradicionalmente las compañías constituidas para articular la cooperación entre comerciantes en el comercio marítimo, en compañías de duración indefinida y, por tanto, con “vida eterna”.

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