La mediación parece funcionar. Dixon descubrió que las disputas mediadas tenían un 47% menos de probabilidades de intensificarse y un 24% más de probabilidades de resolverse pacíficamente en comparación con las disputas sin intervención de mediador.
… Sin embargo, normalmente los mediadores no disponen de más información que la que ya tienen ambas partes. El veterano mediador y ex Secretario de Trabajo John Dunlop describe la utilidad del mediador, como sigue…
“cada parte preferiría que fuera la otra parte la que se moviera para evitar ella misma hacer una nueva concesión ya que cualquier movimiento puede crear la impresión de estar dispuesto a aceptar la posición de la otra parte... No es infrecuente que un mediador consiga la aceptación por separado de cada parte de un "paquete" diseñado por el mediador y luego reúna a las partes para anunciarles que, aunque no lo sepan, han llegado a un acuerdo”
Lo que Dunlop afirma es que los mediadores ayudan filtrando la información privada de los agentes
Los agentes pueden resistirse a proponer ellos mismos un compromiso por miedo a ser identificados como un tipo "débil", dispuesto a ceder totalmente a la demanda de su oponente. El mediador puede eliminar este temor filtrando la información que un agente está dispuesto a ceder (por ejemplo, divulgándola sólo cuando el contrario también está dispuesto a ceder), y así fomentar potencialmente el acuerdo. Implícitamente, el mediador recompensa a un agente con información valiosa (es decir, que su oponente está dispuesto a comprometerse) sólo cuando él mismo ha revelado información privada similar, que luego se utiliza para recompensar a su oponente.
Supóngase un mediador que anuncia a las partes que hay un acuerdo de compromiso si y sólo si ambos agentes aceptan en privado sus términos…
… este protocolo… fracasa (porque)… el agente que ha aceptado el acuerdo se entera, por el anuncio del mediador, de que su oponente no lo ha hecho. Esto crea fuertes incentivos para que un agente rechace el compromiso con el fin de señalar que no llegará fácilmente a un acuerdo y reforzar así frente a su oponente su posición negociadora…
… para que la mediación tenga éxito, basta con añadir ruido… : el mediador no anuncia un acuerdo con cierta (pequeña) probabilidad, incluso cuando ambos agentes aceptan en privado sus términos. Estos fallos ocasionales pueden deberse a que los mensajes de los agentes se pierden o son malinterpretados por el mediador.
El protocolo adaptado mejora los beneficios esperados de los agentes racionales siempre que el compromiso no sea demasiado probable. En un equilibrio con mediación ruidosa, los agentes racionales siempre se comprometen, pero aún pueden enfrentarse a un oponente racional si no se anuncia un acuerdo, porque quizá el mediador haya cometido un error.
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