Hablar de dinero es hablar de fricciones en los intercambios económicos: el primero existe como consecuencia de las segundas
“[m]onetization is clearly a critical factor in the spread of the calculating,
rational conduct that we associate with a modern society.”
De Vries and Van der Woude
[Desde el descubrimiento de las minas en América, la industria ha aumentado en todas las naciones de Europa, excepto en las dueñas de esas minas; y esto puede ser justamente atribuido, entre otras razones, al aumento del oro y la plata ... [L]os precios de todas las cosas sólo han subido tres, o a lo sumo, cuatro veces, desde el descubrimiento de las Indias Occidentales ... ¿Pero afirmará alguien, que no hay mucho más de cuatro veces la moneda en Europa, que había en el siglo XV, y los siglos anteriores? ... Y no se puede dar ninguna otra razón satisfactoria, por la que todos los precios no hayan subido a una altura mucho más exorbitante, excepto la que se deriva de un cambio de costumbres y modales. Además de que se producen más productos por la industria adicional, los mismos productos llegan más al mercado, después de que los hombres se apartan de su antigua simplicidad de costumbres.
Hume
Lo interesante para los juristas es cómo una institución – el dinero – favorece la cooperación en el seno de una sociedad humana. Los canales a través de los que lo hace no son ‘evidentes’ y requieren de un trabajo analítico inteligente.
La idea es que una economía no puede desarrollar todo su potencial si los que participan en ella han de recurrir al crédito para llevar a cabo los intercambios. Si A vende una mercancía a B y B deja a deber el precio en la cuenta (en el sentido de la contabilidad) que mantiene con A, A no podrá disponer del precio para, por ejemplo, comprar más mercancía a C si C, a su vez, no le da crédito porque A no podrá pagarle hasta que B salde su cuenta. Y mucho menos si B saldará su deuda entregando una cosa a A (o prestándole un servicio personal), porque en tal caso, la prestación de B tendrá un valor inferior como garantía de que A pagará a C.
En pocas palabras, una economía cuyos intercambios se liquidan por compensación hace imposible el desarrollo de relaciones impersonales en los intercambios. Si alguien da crédito a alguien es porque ‘cree en él’ lo que significa que tiene que mantener una relación personal hasta la definitiva extinción de la deuda. El dinero permite multiplicar las transacciones impersonales en una Economía y con ello el desarrollo económico.
El gran aumento de la plata disponible en Inglaterra entre 1620 y 1640 gracias a la paz con España y a la entrada en Inglaterra de grandes cantidades de plata permitió la expansión de la economía inglesa.
Los metales preciosos americanos permitieron un aumento espectacular de la monetización inglesa, que a su vez generó un crecimiento smithiano, apoyó el aumento de la capacidad estatal y facilitó la transición al crecimiento económico moderno
De interés es el concepto de ‘monetización profunda’ que el autor explica como sigue:
Lucassen define la monetización profunda como la intersección de dos condiciones… deben existir monedas de valor facial equivalente a 1 hora o menos de trabajo asalariado (y)… deben existir monedas per cápita igual a cinco o más horas de trabajo asalariado. Si estas condiciones se cumplen, se puede considerar que una sociedad tiene una reserva sustancial de monedas pequeñas. Lucassen demostró que los Países Bajos estaban profundamente monetizados durante parte de la Edad Moderna así como después de 1840. Utilizando este concepto, muestro aquí que la economía inglesa estaba profundamente monetizada desde al menos 1630-1660.
El autor averigua qué cantidad de monedas y de qué valor facial circulaban en cada época histórica. Para eso recurre a contar cuántas monedas se han encontrado con detectores de metales y en qué reinado histórico fueron acuñadas.
¿Cómo facilita el crecimiento económico (smithiano) la monetización de la Economía? Reduciendo los costes individuales de participar en los mercados. Recuérdese que ya en el siglo XVI, el 40 % de la población inglesa no vivía de la agricultura, sino que recibía un salario. A mayor participación de los individuos en relaciones de mercado, mayor especialización vía división del trabajo y más expansión de la mano de obra.
La mayor facilidad para realizar y recibir pagos supuso que los empleadores pudieran pagar más fácilmente salarios y que la gente trabajara más días, una característica de la revolución ‘industriosa’ de principios de la Edad Moderna ... Por ejemplo, un terrateniente de principios del siglo XVII del que disponemos de información contable detallada deseaba pagar a sus jornaleros agrícolas en dinero en lugar de proporcionarles alimentos y otros bienes (en especie). Pero decidió no hacerlo al darse cuenta de que "sencillamente no tenía acceso a suficiente dinero para pagar salarios en efectivo con regularidad"
Además, las relaciones económicas en aglomeraciones grandes de individuos (ciudades) han de ser necesariamente impersonales, por lo que el dinero es ‘más valioso’ y favorece en mayor medida los intercambios en las ciudades. “la falta de dinero disponible era una de las razones por las que tradicionalmente se ubicaba tanta industria en el campo” aunque otras razones de productividad, economías de escala o división del trabajo y especialización hicieran preferible la instalación de la industria en las ciudades.
Una vez que se dispuso de liquidez, pudieron producirse economías de aglomeración. Esto, a su vez, condujo a una mayor urbanización, creando un bucle de retroalimentación positiva con una mayor especialización (división del trabajo), la concentración espacial del capital humano especializado y una mayor urbanización
¿Por qué fue históricamente difícil ampliar la oferta monetaria?
Porque el sistema monetario pre-contemporáneo estaba basado en el dinero considerado como una mercancía que tenía un valor intrínseco (el de su contenido metálico de oro o plata o cobre). De manera que los soberanos sólo podían aumentar la oferta de monedas de dos formas o degradaban la moneda en circulación (raspándola o reduciendo su contenido de oro o plata) o encontrando nuevas minas (o vendiéndole productos al dueño de las minas). Lo primero tenía ‘las patas cortas’ porque los soberanos que acuñaban moneda estaban en competencia con otros soberanos, de manera que la gente dejaría de aceptar la moneda de un soberano si éste degradaba su valor en exceso.
La disponibilidad de grandes cantidades de metales preciosos en América fue fundamental para que la oferta monetaria europea se expandiera como lo hizo a principios de la Edad Moderna. En su ausencia contrafactual, las formas de dinero "interno", incluyendo el dinero fiduciario, los depósitos bancarios, las letras de cambio u otras formas de crédito, no podrían haber compensado la disminución relativa de la oferta de monedas en cualquier lugar de Europa antes de 1790.
El recurso al crédito no era posible. Porque el ‘papel moneda’ no se había inventado (Inglaterra, precursor en este ámbito, sólo dispondrá de papel moneda en grandes cantidades cuando el Banco de Inglaterra obtiene el monopolio de emisión de billetes a finales del siglo XVIII).
Se había inventado la letra de cambio – los títulos de crédito – que podían circular (mediante endoso) y, por tanto, servir como medio de pago (A vende una mercancía a B y le ‘manda’ una carta en la que le dice que pague el precio de la mercancía al que le presente la carta. B le responde firmando la carta y devolviéndosela a A que, a continuación se la ‘endosa’ – entrega a C a quien A ha comprado, a su vez, una mercancía o quien le ha adelantado el dinero necesario para comprar las mercancías que ha vendido a B) pero era una herramienta, digamos, del comercio al por mayor o a larga distancia. Para los intercambios locales, el tráfico de pagos estaba basado en el crédito comercial que los tenderos daban a los clientes locales y que, como se ha explicado más arriba, estaba basado en la confianza derivada del mantenimiento de relaciones personales a largo plazo entre proveedor y cliente.
En resumen, sólo había dos formas de constituir créditos, y ambas dependían críticamente de la reputación generada en relaciones interpersonales repetitivas. En primer lugar, los comerciantes más ricos con negocios asentados podían emitir letras de cambio, incluso a nivel internacional. En segundo lugar, en las aldeas, la gente podía y a veces se prestaba informalmente pequeñas cantidades entre sí. Pero esto requería relaciones personales y repetidas que necesariamente limitaban el alcance del crédito, lo que creaba complicaciones para el avance del cambio estructural y la división del trabajo, que requieren la disponibilidad de un medio de intercambio anónimo y líquido para las transacciones anónimas y no repetidas en las ciudades. La falta de un medio de pago líquido y de fácil acceso hacía que en las economías medievales los pagos tuvieran que realizarse a menudo de forma trimestral o mediante el "registro por parte de los comerciantes locales de pequeñas deudas para su posterior liquidación” lo que seguramente aumentaba los riesgos crediticios y los costes de las transacciones, generando un equilibrio con un número reducido de transacciones.
Cómo la abundancia de moneda reduce los costes de transacción
La mayor disponibilidad de moneda
animó a las personas que aún no participaban en la economía de mercado formal -o lo hacían sólo de forma marginal en las zonas rurales- a participar, tanto permaneciendo en el campo como, lo que es más importante, trasladándose a las ciudades, contribuyendo así al cambio estructural y a la obtención de las economías de aglomeración… para 1780 eran pocas las personas que no participaban directamente en la economía monetaria.
La provisión de más liquidez también tuvo importantes efectos indirectos. La afluencia de plata americana permitió a la Compañía de las Indias Orientales importar nuevos productos como el té, la porcelana y la seda,
Para comerciar con Asia, la Compañía usaba la plata que llegaba a Inglaterra procedente de España y Portugal (lo sabemos porque se ha analizado la plata de las monedas inglesas de la época y “much of the English silver coinage minted during the 16-17th centuries had a Spanish-American provenance”) en pago de las importaciones que realizaban estos dos países de productos ingleses
Y este comercio asiático provocó la llamada ‘revolución industriosa’ ¿Cómo? Como dice Hume en la cita de arriba: los ingleses empezaron a producir esos productos que empezaron trayéndose de Asia: porcelana y, luego, tejidos. Porque se dieron cuenta de que había mucha demanda
Pero los efectos más importantes fueron dinámicos. Estos pueden separarse en externalidades de aprendizaje, efectos de expansión industrial y efectos de demanda relacionados. Los nuevos productos procedentes de Asia indujeron la demanda hacia la sustitución de las importaciones, lo que se tradujo en el desarrollo industrial. En Inglaterra, es difícil concebir la aparición de importantes centros de porcelana, como Worcester o Derby, si no se hubiera producido el comercio euroasiático de principios de la Edad Moderna.
Además, la disponibilidad de moneda facilitó la recaudación de impuestos, al pagarse en la moneda nacional se creaba demanda para ellas. Y, menos obvio:
Las inyecciones monetarias también ayudaron a evitar la deflación... los ajustes de precios al alza eran mucho más rápidos y menos penalizadores para la economía real que los ajustes a la baja... la deflación de la deuda podría haber sido una seria preocupación en ausencia de las inyecciones monetarias... En la Edad Media, la oferta de metales preciosos era casi fija y, por tanto, la deflación era un fenómeno persistente.
¿Por qué España y Portugal no se beneficiaron de la creciente monetización? Porque sufrieron, probablemente, la enfermedad holandesa.
… hasta unos años después del impacto, los metales preciosos adicionales tuvieron un efecto positivo para España, al igual que lo hicieron normalmente en otros lugares de Europa… Con el paso del tiempo, la llegada repetida de cantidades masivas de plata del Nuevo Mundo cambió la naturaleza de las economías ibéricas de dos maneras.
En primer lugar, se produjo la enfermedad holandesa: la inflación provocó la apreciación del tipo de cambio real, lo que condujo a una pérdida de competitividad del sector exportador... (la industria textil de lana de España... disminuyó constantemente durante el período moderno temprano… Mientras que en la Edad Media España se especializó en la producción de textiles acabados, durante el período moderno temprano desurbanización, desindustrialización y vuelta a la exportación de lana en bruto (así como otros productos primarios como la fruta… La región de España que primero recibió los metales, Andalucía, experimentó el mayor declive económico durante 1530-1591
Además, se produjo un deterioro institucional. Según este y otros autores, las instituciones ibéricas no eran peores que las inglesas al comenzar el siglo XVI y el crecimiento económico no fue menor durante los siglos XVI y primera mitad XVII y que, con posterioridad, es más correcto hablar del éxito inglés que del fracaso ibérico y que éste se debe, en buena medida, a los efectos destructivos de la economía y de las instituciones de la llegada masiva de oro y plata a España y Portugal. En el tercer trabajo citado más abajo, Henriques y Palma (2019)
construyen medidas que permiten una comparación explícita de la calidad institucional a lo largo del tiempo como el número de derrotas de la corona en las asambleas legislativas, el número y la gravedad de los episodios de depreciación de la moneda, el número y la envergadura de los impuestos ad hoc introducidos, y los diferenciales de interés real para la deuda pública. Todo ello sugiere que las instituciones políticas de España (al menos según la medida de Castilla) y Portugal no eran en absoluto peores que las de Inglaterra hasta mediados del siglo XVII. Por lo tanto, aunque North (1990) tenía razón al suponer que las instituciones ibéricas acabaron siendo peores que las de Inglaterra, esto todavía no era cierto hacia 1500 o incluso 1600.
… la llegada continuada de metales preciosos se correlacionó temporalmente con un desarrollo económico negativo para las economías ibéricas - no en el momento del impacto, sino con un desfase de unas cuatro décadas. La plata y el oro americanos (aunque se descubrieron antes), empezaron a llegar en grandes cantidades a partir de la década de 1540 a España (TePaske 2010) y de la década de 1710 a Portugal (Costa et al 2013). Ambos países experimentaron un fuerte crecimiento económico durante los primeros 40-50 años de la llegada de grandes cantidades de metales preciosos (principalmente plata en el caso español y oro en el portugués), pero un fuerte declive económico posterior….
Inglaterra no tenía más restricciones al poder ejecutivo o un entorno más protector de los derechos de propiedad que España o Portugal
hasta bien entrado el siglo XVII. El deterioro institucional se puede explicar porque los monarcas dejan de depender del bienestar de sus ciudadanos (de los ingresos de sus comerciantes y productores) para financiar sus gastos (militares y personales) lo que hace que dejen de responder a sus demanda lo que explicaría que la decadencia portuguesa fuera muy posterior a la española. Y también cuadra con la idea de Jared Rubin de que los monarcas españoles de la Edad Moderna tenían ‘excesiva’ legitimidad lo que les permitió – especialmente a Felipe II – arruinar a Castilla a base de impuestos aprobados por las Cortes!.
Nuno Palma, Money and modernization in early modern England. Financial History Review, 25(3) 2019, 231-261
Nuno Palma, American Precious Metals and their Consequences for Early Modern Europe, 2019
António Henriques/Nuno Palma, Comparative European Institutions and the Little Divergence, 1385-1800, 2019