La tribuna en EL PAÍS ('La amnistía y los límites de la persuasión') es un análisis 'positivo', no empírico pero tampoco normativo del comportamiento de los electores españoles. Me aburre que me mata porque hemos tenido, por desgracia, sobreabundancia de ese tipo de análisis en los últimos ocho años de 'estado preelectoral permanente'. Es la hora del retorno del Derecho. Hay que tomar las decisiones que sean mejores para el futuro de los españoles, no las que puedan tener más éxito político.
Pero la parte final se refiere a la amnistía. Y esa me interesa más:
En ese contexto, se impone una clarificación por parte de Sánchez sobre el sentido profundo de la amnistía para el futuro de la sociedad española. No se trata tanto de cuestionarse si una solución como esta es aceptable como mercancía de intercambio en un entorno de negociación para la formación del Gobierno (amnistía por investidura),
¿Por qué no se trata de cuestionarse precisamente eso? Es decir, si es moral y políticamente admisible utilizar la amnistía como una "mercancía de intercambio". Yo creo que se trata precisamente de eso. Se trata de que no es aceptable moral ni políticamente promulgar una amnistía política en el marco de la negociación de la investidura. JRT debería responder a Cruz Villalón o a Ruiz-Soroa que han sostenido que el contexto en el que se está discutiendo sobre la posibilidad de la amnistía lo que la hace indecente. Pero es que a JRT, le parece que se trata de
algo que la razón política podría digerir perfectamente,
¿qué razón política (o sea, 'el modo en que una sociedad política pluralista puede formular sus planes, introducir una jerarquía u orden entre sus diversos objetivos y tomar decisiones racionales") puede digerir una amnistía a cambio de votos? ¿No es precisamente esa la cuestión de la moralidad y justificación de la amnistía? En el contexto actual ¿qué otra razón que no sea el interés personal y político de Sánchez puede justificar la amnistía?
sino en qué condiciones puede operar como una legítima y efectiva herramienta para devolver el embrollo derivado de la crisis catalana a unos parámetros más aceptables para una democracia de calidad.
¿Eso no es decir, precisamente, que esta amnistía, la 'realmente existente' que está negociando el PSOE con los golpistas catalanes no es moral ni políticamente aceptable? Y ¿qué es eso de "una democracia de calidad"? ¿Es que la democracia española no ha gestionado "la crisis catalana" como lo habría hecho una 'democracia de calidad'? ¿Qué habría hecho una democracia de calidad con un gobierno regional que proclama la independencia y desobedece reiteradamente las órdenes del Tribunal Constitucional?
En este último caso, si acabara produciéndose un acuerdo, sus artífices, especialmente el presidente, deberían situar el desenlace en términos, de forma y de fondo, que también sean respetables, incluso si no son compartidos, para muchos de quienes hoy no están de acuerdo con la amnistía.
¿Qué quiere decir "situar el desenlace" "términos de forma y fondo"?... ¿Qué amnistía de Puigdemont, Junqueras y sus secuaces sería respetable para un votante de los 11 millones que lo hicieron por Vox o por el PP? ¿No está reconociendo Rodríguez Teruel que la 'amnistía-realmente-existente' es una indecencia por la forma y el fondo? ¿Es el contexto de una negociación de una investidura el apropiado para que se pueda producir un acuerdo sobre una amnistía aceptable para los que no son los que disfrutarán del gobierno logrado con los votos de Puigdemont?
Si en la última década hemos asistido a la proliferación de retóricas de ofensa defensiva (por parte de políticos que defendían sus medidas irrespetuosamente hacia quienes discrepaban de ellas)
¿Cree JRT que el que discrepa de una medida - los indultos, por ejemplo - puede ser convencido de la bondad de la medida porque el que la impone lo haga cortésmente? ¿Cómo puede imponerse una medida así "respetuosamente" para con el que está en desacuerdo con ella? ¿O cree JRT que alguien está en desacuerdo con la medida en abstracto, esto es, en desacuerdo con los indultos, con la amnistía o con el trasvase del Ebro?
la fuerza de una medida que se justifica a sí misma en la magnanimidad y la mejora de la convivencia difícilmente funcionará con ese registro polarizador.
La amnistía no se justifica en la magnanimidad y mejora de la convivencia. Eso es aplicable a un indulto. La amnistía sólo se justifica para evitar una guerra civil o para cerrar una guerra civil. Precisamente, por eso, sólo puede justificarse en una situación de proto - guerra civil.
Solo evitándolo podría abrirse una brecha entre el ruido mediático en torno a la investidura y la paciente comprensión del votante medio, más escéptico ante el tremendismo de los partidos y, por ello, más dispuesto a asumir decisiones impopulares si estas permiten que la acción del Gobierno se concentre en otros problemas más sustantivos. Según el CIS, economía, sanidad y emergencia climática.
¿Qué garantía hay de que un gobierno de sanchez con 25 partidos más pueda concentrarse en los "problemas sustantivos"? ¿Qué garantía hay de que no tenga que dedicar todas sus energías a consensuar cada una de las medidas que pretenda adoptar? ¿Qué garantía hay de acierto en esas medidas cuando, para sacarlas adelante, se necesita el acuerdo de gente tan dispar como Bildu o el PNV y Esquerra o Compromis y Junts sin contar con el propio PSOE? ¿Cómo pueden estar de acuerdo en las medidas económicas el partido comunista de España y un partido demócrata-cristiano y nacionalista como el PNV? ¿Qué medidas económicas que favorezcan el crecimiento económico pueden apoyar todos esos partidos? ¿Cuál es el saldo 'reformista' de los últimos cinco años? JRT da por supuesto que, una vez que se forme el gobierno, éste será exitoso y todo irá muy bien. Y lo hace dando por supuesto que la amnistía conducirá a la formación de gobierno como consecuencia inmediata y a la mejora de la economía, la sanidad y ¡el clima! como consecuencia mediata. ¡Pardiez que eso es tener fe en los efectos taumatúrgicos de una medida tan indecente!